En respuesta a la invasión rusa de Ucrania, artículos publicados en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat compararon la conducta del presidente ruso Vladimir Putin con la del Führer nazi Adolf Hitler. Los artículos compararon el reconocimiento de Rusia a las regiones separatistas de Donetsk y Luhansk al este de Ucrania con la anexión hecha por la Alemania nazi al área de los Sudetes en 1938 y la invasión de Ucrania por Rusia con la invasión de Polonia perpetrada por los nazis en el año de 1939. Los autores de los artículos afirmaron que la historia se repite a sí misma, debido a que Putin, al igual que Hitler, busca establecer un nuevo orden mundial y restablecer el imperio ruso. Pero la responsabilidad de la tragedia que se está desarrollando actualmente en Europa, dijeron, no recae únicamente sobre Putin, sino también sobre Occidente, que durante más de dos décadas ha ignorado las peligrosas acciones de Putin, incluyendo el asesinato de sus oponentes en pleno corazón de las capitales occidentales, su apoyo al régimen sirio y su pacto con el régimen iraní además de la anexión de Crimea. Hoy día, estos agregaron, Occidente sigue impotente y no hace más que condenar a Putin y tratar de apaciguarlo, tal cual los líderes de Gran Bretaña y Francia intentaron apaciguar a Hitler antes de la Segunda Guerra Mundial.

Caricatura en diario egipcio: Putin como Hitler (Al-Diyar, Egipto, 28 de febrero, 2022)
Caricatura en diario egipcio: Putin como Hitler (Al-Diyar, Egipto, 28 de febrero, 2022)

28Lo siguiente son extractos traducidos de estos dos artículos:

Columnista de Al-Sharq Al-Awsat: Este es un día muy sombrío para Europa, al igual que en vísperas de la Segunda Guerra Mundial

En un artículo titulado «El mapa de Europa se está redibujando con sangre» en el diario en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el periodista libanés Elias Harfoush escribió lo siguiente: «La historia se repite a sí misma. El mundo experimentó un período muy oscuro similar hace 80 años. Un individuo llega al poder con delirios de grandeza y sueña con expandir su gobierno más allá de los límites del mapa, que ya no es lo suficientemente grande para contener sus ambiciones. Además, desea saldar cuentas históricas por la ‘agresión’ perpetrada contra su país por los vencedores en el pasado. Adolf Hitler se convirtió en canciller en Berlín para vengar las injusticias del Tratado de Versalles. Vladimir Putin ascendió al Kremlin para vengar la injusticia de los acuerdos entre el presidente estadounidense Ronald Reagan y el líder soviético Mikhail Gorbachev. Estos acuerdos terminaron con la era soviética y el gobierno de Moscú sobre 14 países vecinos, pero le abrieron la puerta a Moscú para que se uniera a Europa y por ende se convirtiera en parte de una familia de naciones guiadas por los principios de vecindad y de respeto al derecho de cada país de manejar sus asuntos de acuerdo con la voluntad de sus ciudadanos.

«Pero Putin no es Gorbachov ni Boris Yeltsin. Este pertenece a una escuela diferente… No reconoce el derecho de estos países de la antigua Unión Soviética a determinar su propio destino, por la sencilla razón de que no cree que estos países tengan derecho a existir como países independientes. Este es su verdadero problema con Ucrania y con los tres países bálticos, que están en peligro de enfrentar el mismo destino que Ucrania si la invasión rusa a Ucrania le sale bien y Putin y logra establecer un régimen títere de su elección en Kiev. Este es un día terrible para Ucrania y un día muy sombrío para Europa…

“Pero la responsabilidad no recae únicamente sobre Putin. Occidente optó por ignorar los verdaderos planes de Putin durante más de dos décadas, ante las cuales probó repetidamente los límites de las respuestas de Occidente a su burla a las normativas en relaciones exteriores y su revolución a las leyes de rotación del gobierno de Rusia, que Occidente considero como tema interno ruso. Pero Putin también envenenó a sus oponentes en suelo de las capitales occidentales y socavó a la oposición siria, imponiendo así la continuación del gobierno de Bashar Al-Assad, en medio a las generalizadas críticas regionales e internacionales ante los crímenes del régimen sirio contra su propio pueblo. Este también utilizó su poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más de una vez para evitar una investigación ante estos crímenes; realizo un pacto con el régimen iraní a pesar de la intervención de este último en más de un país árabe; invadió la península de Crimea con el pretexto de que es ‘suelo ruso’ y envió sus tropas a las dos regiones separatistas en Ucrania con el pretexto de que sus habitantes son ucranianos de origen ruso, tal como hizo Hitler cuando se anexó Austria y los Sudetes de Checoslovaquia con el argumento de que estos lugares eran de mayoría alemana.

“Putin hizo todo esto en frente de todo el mundo y este último no hizo más que emitir condenas y declaraciones. Incluso cuando los informes de los servicios de inteligencia indicaban que Putin tenía la intención de invadir Ucrania, los líderes en Occidente solo se apresuraron a sentarse al final de esa larga y humillante mesa, como si fuesen unos acusados en la corte, rogándole a Putin que no invadiera a su vecino. El presidente de los Estados Unidos incluso le aseguró a Putin que no enviaría tropas estadounidenses a Ucrania. ¿Debería inferir Putin en todo esto, excepto que Occidente está totalmente indefenso para confrontarle y que este tiene luz verde para hacer lo que le plazca en Ucrania?

«La historia se repite a si misma y el apaciguamiento de Hitler para ese momento por parte del primer ministro británico Neville Chamberlain y el primer ministro francés Édouard Daladier se repite en la forma de reuniones fallidas del presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz con Putin. Mientras Putin negociaba con ellos, sus comandantes militares preparaban el ataque a Ucrania…

“Así como Hitler inició su camino invadiendo Polonia, luego de decir que nunca había sido un país independiente o normal, la invasión a Ucrania por parte de Putin comenzó en sus regiones al este, utilizando el mismo pretexto: de que nunca ha sido un país normal que existe por derecho y cuanta propia…

«Esta es una página muy sombría y oscura en la historia de Europa y Putin no es el único responsable de ello. Porque la política de hacerse la vista gorda y apaciguar a este mimado oficial de la KGB, que convenció a Occidente de que se había quitado el uniforme de la KGB, es lo que inevitablemente condujo a los eventos que estamos presenciando hoy día».[1]

Ex-diplomático turco: Putin ahora se parece al hombre que dio las órdenes en 1938

Ömer Önhon, ex-embajador de Turquía en Siria, escribió en un artículo titulado «La conmoción ucraniana y la pérdida de la disuasión por parte de occidente»:

«…Algunos consideran las acciones de Putin ingeniosas y valientes, pero la mayoría de la gente piensa que son muy desquiciadas y tontas. ¿Qué clase de juego está jugando Rusia? Existe una diferencia entre conquistar un país entero, con una población de alrededor de 40 millones, que disfruta de una poderosa asistencia militar y tiene un ejército muy fuerte y capturar algunas partes de Ucrania que están siendo controladas por la minoría rusa. La invasión de Ucrania no durará y será contraproducente para Rusia. Tal vez los objetivos de Rusia sean paralizar Ucrania y ponerle fin a su espíritu de lucha; asegurar Donbas; aislar a Ucrania del Mar Negro y derrocar a su gobierno para preparar el terreno con el fin de establecer un gobierno pro-ruso en Kiev…

“En la década de los años 1990 y comienzos de los años 2000, Rusia no pudo hacer mucho contra el nuevo orden mundial establecido por Occidente. Pero ahora la situación es diferente: el ejército ruso está en buena forma y posee capacidades inmensas y un comando muy fuerte. Además, Rusia confía en que su economía puede soportar todas las dificultades y hacerle frente a estas. Rusia en la era de Putin siente la necesidad de cuidarse a sí misma y corregir lo que Putin ha descrito como «el mayor desastre geopolítico del siglo 20», es decir, el colapso de la Unión Soviética. Rusia está tratando ahora de remodelar su región para establecer un nuevo orden mundial, con lo que Putin pueda edificar su imperio…

«Lo que está sucediendo hoy en Ucrania me recuerda el Anschluss (la anexión de Austria hecha por la Alemania nazi) y la anexión de los nazis al área de los Sudetes… En términos a sus medios y formas, Putin se parece mucho al hombre que dio esas órdenes en 1938 (es decir, Hitler). Hace unos días, Putin afirmó que no tenía intención de invadir Ucrania. Esto también se asemeja a lo que sucedió en 1938, en Múnich.[2] Mientras tanto Estados Unidos se está retirando de una manera egoísta y devastadora que me recuerda lo que sucedió en Irak y Siria y más recientemente en Afganistán. Estos y otros acontecimientos han creado un problema de falta de confianza en los Estados Unidos. La Unión Europea es una causa perdida, debido a una multiplicidad de intereses conflictivos, líderes con grandes ambiciones pero con capacidades muy limitadas y la ausencia de una política unificada y orientada a objetivos, incluso en términos de defensa… La situación en Ucrania debe recordarnos a todos que, cuando la disuasión es débil, la seguridad se ve comprometida y cuando la disuasión está ausente, no existe seguridad en lo absoluto. La situación puede ir de mal en peor. Por lo tanto, esperemos que Rusia detenga inmediatamente las hostilidades y se retire de Ucrania y que se reanuden los esfuerzos diplomáticos para solventar la situación».[3]


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 25 de febrero, 2022.

[2] Es decir, la Conferencia de Múnich del mes de septiembre, 1938 celebrada en medio de las amenazas vociferadas por Hitler de invadir Checoslovaquia con el propósito de capturar el área de los Sudetes, teniendo esta una mayoría de habla alemana. La cumbre incluyó a los líderes de Alemania, Gran Bretaña, Italia y Francia, pero no Checoslovaquia, quienes aceptaron las demandas de Hitler de anexarse el área de los Sudetes. Varios meses después de la conferencia, Hitler ocupó el resto de Checoslovaquia.

[3] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 27 de febrero, 2022.