El 30 de abril, 2020 el Ministerio del Interior de Alemania anunció haber «prohibido todas las actividades de la organización terrorista chiita Hezbolá en Alemania».[1] Respondiendo a esta noticia, Mashari Al-Dhaidi, columnista del diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, escribió que Alemania tardó mucho en tomar esta decisión, ya que durante décadas se sabía de las actividades de esta organización y de su patrono Irán, en Alemania y en el resto de Europa, los cuales incluyen asesinatos, fabricación de explosivos, narcotráfico y lavado de dinero. También criticó el silencio de los otros países europeos, quienes dijo siguen esquivando la mirada ante los crímenes de Irán y de Hezbolá.

Europa le cierra la puerta a Hezbolá, pero la ventana aun permanece abierta (Al-Sharq Al-Awsat, Londres, 2 de mayo, 2020)

Lo siguiente son extractos traducidos del artículo de Al-Dhaidi:[2]

«Lo [interesante] de esta noticia no es que Alemania haya designado al grupo Hezbolá libanés como organización terrorista y haya prohibido sus actividades en su territorio así como su membrecía. El punto [interesante] aquí es preguntarse: ¿Por qué Alemania tardó tanto? ¿Y quiénes son los otros países europeos que todavía deliran ante este hecho y que aún no han visto el rostro oscuro y criminal de esta red internacional que se especializa en crear terrorismo, asesinatos, colocar trampas explosivas y dispositivos explosivos, el lavado de dinero, narcotráfico y colaboración con otras organizaciones terroristas tales como Al-Qaeda?

«El silencio europeo sobre las actividades terroristas de Irán, [llevadas a cabo] por medio de su agente-estado en el Líbano Hezbolá o directamente por medio del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria [Islámica] [CGRI], a pesar de las evidencias decisivas de la participación de estas redes iraníes en asesinatos y en el atentado a [objetivos] repletos de gente es extremadamente desconcertante, especialmente teniendo en cuenta que el CGRI insistió en llevar a cabo estas actividades contra una organización de oposición iraní en Bélgica y Francia.[3]

«En la era del [anterior presidente de los Estados Unidos] Barack Obama, cuya salida no debe lamentarse, este desprecio [a las actividades iraníes] era comprensible, ya que ninguna condena hubiese evitado que el gran genio Obama lograra concretar el envenenado acuerdo [nuclear] con el régimen de Jomeini y sus aliados europeos se unieron a él en [posturas] descontroladas que abogan por la apertura hacia este régimen.

«La información, o [al menos] parte de la información, expuesta por los [servicios] de seguridad alemanes respecto a las actividades del Hezbolá libanés en suelo [alemán] es asombrosa, incluyendo la información sobre varios empresarios chiitas que utilizaron sus actividades comerciales para blanquear dinero y que transfirió cientos de millones de euros a las cuentas bancarias de esta organización libanesa, parte de lo cual fue utilizado para financiar las actividades de las células de Hezbolá que operaban en Alemania. Berlín incluso descubrió un almacén secreto en una ciudad del sur de Alemania donde la organización escondió cientos de kilos de nitrato de amonio, utilizados para fabricar explosivos.

«Alemania ha sido un centro importante, no solo para el Hezbolá libanés, sino también para las organizaciones de la Hermandad Musulmana árabe y turca, durante décadas. ¿Significa haber [prohibido a Hezbolá] en Alemania que ha llegado el momento del despertar, o será este solo un paso decisivo aislado que no anuncia ningún levantamiento de Europa occidental contra su adicción de acostarse con el diablo?


[1] Bmi.bund.de/, 30.4.2020.

[2] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 4 de mayo, 2020.

[3] Aparentemente es referencia a un plan iraní para atentar contra un mitin del movimiento de oposición iraní Mujahideen Al-Khalq el 18 de junio, 2018 en París, que fue frustrado con la ayuda del Mossad israelí. Algunas de las figuras involucradas en este affaire eran ciudadanos belgas, arrestados en Bélgica en julio del 2018.