En un artículo sarcástico en el portal liberal Elafí, el columnista libanés Hazem Saghiya criticó la actitud hacia la mujer en el mundo árabe, afirmando que las revoluciones de la Primavera Árabe no tenían ningún interés en mejorar su condición y que varias declaraciones escandalosamente misóginas por parlamentarios árabes, Así como también casos de una flagrante discriminación contra la mujer, reflejan su terrible situación en el mundo árabe. Este afirmó además que cuando las mujeres salen de su hogar y encuentran un empleo, los hombres se sienten amenazados y responden con una retórica misógina violenta. Lo siguiente son extractos de su artículo:[1]

 

Hazem Saghiya (imagen: irakna.com)

«Un observador puede tener la impresión de que, además de las muchas guerras civiles en los países árabes, estos países también están involucrados en una perpetua guerra contra la mujer. Muchos hombres entre nosotros – [ya sea] en las altas esferas del liderazgo o en los estratos más bajos de la sociedad – se sienten indefensos, inseguros de qué hacer con estas criaturas [es decir, las mujeres] cuyas cifras se ven como excesivas.

«Un parlamentario libanés llamado Elie Marouni, quien generalmente no se dio cuenta de que la mujer desempeñó algún papel [en la sociedad], entendió un día de que si tienen un papel y debería estar agradecido por eso, pero el papel que este les atribuyó a ellos estuvo [grabado por su declaración] de que ‘algunas mujeres le dan a un violador una razón para violarlas’.

«El parlamentario egipcio Ilhami Agina, poseedor de una imaginación y capacidad de fantasía ausente en su colega libanés, se opuso a un proyecto de ley que penalizaba la mutilación genital femenina [Según él], el aumento de la impotencia entre los hombres nos obliga a suprimir el deseo sexual en las mujeres! Agina muy amablemente nos dio la oportunidad de examinar la inusual y sorprendente estadística de que entre el 70 y 90% de las mujeres egipcias se han sometido a la MGF (Mutilación Genital Femenina).

«El mismo día… [mi] colega, la [periodista] Roula Amin, publicó una ‘llamada urgente’ en Facebook demandando ejecutar la decisión de un tribunal jordano [que le otorgo la custodia de su hija. Ella escribió]: ‘Mi ex marido Muhammad ‘Ajlouni llevó a mi hija de siete años Dina a una visita de rutina y no la regresó tal como lo ordenó el fallo de la corte y la policía dice que no pueden hacer nada para ayudarme’. Fue la solidaridad generalizada [evocada por el cargo de Amin] y la extensa presión ejercida por los medios de comunicación de todo tipo, que [eventualmente] causó que Dina fuese devuelta a su madre.

«Estos son tres titulares destacados por los medios de comunicación y las redes sociales, todos ellos de alguna manera relacionados con la difícil situación de la mujer árabe. Pero [el hecho es que] existen miles de mujeres que viven sus tragedias en suburbios remotos y habitaciones cerradas que nadie discute lo que sucede en ellas.

«¿Qué hacer con una mujer que está obligada a ser tratada como esclava, una mercancía o una muñeca?» Los regímenes [árabes], ya sean conservadores o revolucionarios, sólo trabajan para consolidar esta condición de la mujer. Las revoluciones de la Primavera Árabe, con la excepción parcial de la de Túnez, no se interesaron por la situación de la mujer ni por cambiarla. Los regímenes militares decidieron convertirla en un soldado para ser presentada el ‘Día de la Revolución’. Los islamistas revolucionarios la consideraban como otro objeto de control y castigo en nombre de las escrituras. Al mismo tiempo la vieja tradición de [publicar artículos] que celebrar a alguna socialite o empresaria, de modo que sus fotos en revistas femeninas y revistas de la sociedad le demuestren [al mundo] que nosotros [los árabes] hemos recorrido un largo camino en [garantizar] la igualdad entre los sexos!

«Pero el hecho es que las mujeres están excluidas del discurso público y de repente se las recuerda [sólo] cuando existe la necesidad de pruebas de conspiraciones occidentales o de orientalismo que distorsiona [nuestra imagen]. En cualquier caso, [el discurso sobre los temas de la mujer] se limita a un puñado de hombres y mujeres feministas y a unos cuantos legisladores y activistas de organizaciones de la sociedad civil cuyas nobles [intenciones] y entusiasmo exceden su influencia [actual]. Lo mismo es cierto para la presión occidental sobre nuestros gobiernos, ya que nuestros gobiernos engañan a Occidente embelleciendo [los hechos y manteniendo] la farsa hasta que el [avión] oficial occidental abandone el aeropuerto y luego las cosas vuelven a ser como lo estaban antes.

«Todo esto está ocurriendo mientras la masculinidad se encuentra en una profunda crisis, no sólo en nuestras sociedades, sino alrededor del mundo». Baste mencionar que las sociedades y economías modernas hacen innecesaria la fuerza física, junto con los valores que fueron asociados a la virilidad y ahora se encuentran [ahora] obsoletos. Cuando el sistema educativo, el mercado de trabajo y los medios de comunicación se esfuerzan por integrar a la mujer y alentarlas a abandonar el hogar, vierte combustible sobre los fuegos de la rabia masculina que ya están ardiendo. Agregándole a esto el actual declive de la iluminación y modernidad, tal como lo indica el ascenso al poder de hombres tales como Donald Trump y Silvio Berlusconi antes que él y descubrimos que el ‘macho’ utiliza la más despreciable retórica y comportamientos para proteger al mundo antiguo y su condición privilegiada.

«Sin embargo, mientras que los británicos y no sólo ellos, están pensando en incluir la hostilidad y el odio hacia la mujer en la categoría de crímenes de odio, nosotros en esta parte del mundo no encontramos nada en que confiar para enfrentar esta creciente barbarie: Ni las políticas ni las leyes tienen algún efecto… En cuanto a los parlamentarios de la nación árabe, elegidos por el público para aprobar leyes y limitar el poder brutal del poder ejecutivo sobre nosotros, [permítanme decir que] Marouni y Agina no son [si quiera] lo peor del grupo.

«En esta situación sólo una cosa nos mantiene todavía despiertos por la noche: ¿qué haremos con esta carga llamada mujeres?»

[1] Elaph.com, 13 de septiembre, 2016.