En su columna del 9 de julio, 2015 titulada «¿Por qué no declaran el yihad contra el EIIS? Los Secularistas e Infieles son más Recelosos con el Islam que los Jeques», en el diario árabe en Internet Raialyoum.com, el columnista kurdo-iraquí Anas Mahmoud Al-Sheikh Mazhar criticó duramente a los clérigos musulmanes por su apatía y silencio ante el EIIS y sus acciones y se preguntó si no deberían declarar el yihad y luchar contra la organización ante los peligros que esta planteaba. Agregó que los clérigos musulmanes deberían avergonzarse de sí mismos, considerando que los políticos extranjeros y ejércitos se han apresurado en defender al Islam del EIIS. Lo siguiente son extractos de su columna: [1]
Anas Mahmoud Al-Sheikh Mazhar (Fuente: Facebook.com, 16 de Mayo, 2015)
El silencio de los clérigos musulmanes ante las acciones del EIIS es incomprensible
«En el pasado, estábamos acostumbrados a ver a los clérigos subir a los púlpitos de las mezquitas y lanzar sus altísimos sermones con ataques a las equivocadas políticas y acciones de los políticos en sus países… Todo lo que el predicador tenía que hacer era levantar la voz y gritar y los feligreses y escuchas gemían y gritaban a todo pulmón ‘Alá Akbar’ después de cada palabra que salía de su garganta. Por lo tanto, la medida en la habilidad de un predicador era su capacidad de atacar la política del gobierno. Los predicadores habrían de competir vigorosamente entre sí y las principales mezquitas eran aquellas que frecuentemente se ocuparían de política y atacaban a los [políticos].
«Esta ‘moda’ continuó hasta que el EIIS surgió y se hizo cargo de grandes franjas del [Medio Oriente]. Luego, como si fuera ordenado por el destino, estas voces enmudecieron. Su interés por la política se desvaneció y los asuntos religiosos se preocuparon más de sus sermones – y no sólo en las mezquitas. Los clérigos y predicadores que llenaron los canales de TV [también] tratan principalmente de la vida y la época del Profeta [Mahoma], con leyes y temas religiosos y con preguntas relativas a la vida futura y sus horrores, al punto en que los espectadores deben haber sentido que estaban viviendo en un mundo totalmente diferente.
«Ante las circunstancias de la región y ante el complot contra el Islam que está siendo llevado a cabo por las organizaciones extremistas que han torcido esta religión tolerante y la han reemplazado por una consumida por asesinatos, masacres, flagelaciones y el cortarle las manos a los delincuentes, vemos a los jeques y clérigos del Islam viviendo en una paz y complacencia envidiable, sin prestarle atención a los musulmanes que se encuentran perplejos, que por ahora están confundidos acerca de su fe y ya no distinguen el bien del mal.
«¿Cómo pueden los clérigos quienes se consideran a sí mismos recelosos de su religión permanecer callados como una tumba, ante los eventos en la región y los actos en contra del Islam que estas organizaciones están cometiendo? ¿Será que estamos equivocados y que el verdadero Islam es el que predica el EIIS? Si este es el Islam, ¿por qué avergonzarse en admitirlo [?] Y si no lo es, ¿por qué se abstienen de decir la verdad?
«Algunos pueden decir que la mayoría de los clérigos musulmanes han expresado posturas anti-EIIS. Esto es cierto, pero puede tal grave problema ser abordado únicamente con una oposición verbal [débil], sin una postura seria y decidida que refleja esta oposición? Hemos visto a clérigos realizar grandes campañas populares contra temas que son triviales, por decir lo menos y dedicarle todo su tiempo y recursos a [estos temas]. Pero ante el problema de torcer la religión, estos se conforman con [meras] objeciones verbales y les proveen sólo cuando se les piden directamente que lo hagan.
«Es extraño que algunos de los ‘jeques del Islam’ alentaron el entusiasmo de los pueblos árabes para derrocar a sus gobernantes durante la Primavera Árabe – emitiendo fatuas llamando a emprender el yihad contra ellos, aunque los crímenes de los gobernantes árabes no se comparan con los crímenes despreciables del EIIS. Durante las décadas [de su mandato,] los regímenes árabes tiranos no distorsionaron el Islam de la forma en que lo ha hecho el EIIS en los últimos tres años. También es extraño que algunos jeques estuvieran enfurecidos cuando el régimen de la Hermandad Musulmana en Egipto fue derrocado, ya que mirándolo desde su mejor perspectiva, este es un grupo político o facción. Estos jeques describen a aquellos que hicieron este cambio [el derrocamiento del régimen de la Hermandad Musulmana] como infieles que han abandonado el Islam, e incluso han incitado al pueblo egipcio en contra de su nuevo gobierno y han declarado el yihad contra este – aun así están en silencio ante las acciones de estas organizaciones terroristas que están tratando de derrocar al Islam como religión, no sólo algún partido o grupo. No requiere esto que se declare el yihad en su contra por el daño que representa el EIIS?»
Vergüenza debería darles por permanecer en silencio ante los peligros del EIIS – mientras los «infieles» nos protegen
«Existen tres posibles explicaciones por su silencio ante el fenómeno y conducta del EIIS:
«Uno – los jeques y los predicadores del Islam son unos cobardes y no se atreven a decir la verdad, por temor a que las organizaciones extremistas los asesinen, llevándoles a actuar en contradicción con sus [propios] sermones, que alientan a decir la verdad incluso a costa de perder la suya.
«Dos – estos [creen] en sus corazones de que esto es Islam y [por lo tanto] se sienten complacidos por las acciones de estos grupos extremistas y creen en ellos. Por lo tanto, los regímenes junto a los mecanismos de seguridad deberían tratar a estos jeques como cualquier otro terrorista y aplicarles a ellos las leyes sobre terrorismo.
«Tres – sus regímenes están involucrados en las acciones del EIIS y son incapaces de desobedecer a sus líderes. Por lo tanto siguen a estos líderes a expensas de la verdad, sin sentir que la responsabilidad está en sus hombros como clérigos. Esto los hace ser hipócritas.
«Si le otorgamos a los clérigos el beneficio de la duda y escogemos la primera opción – es decir, que el miedo es lo que los motiva, a pesar de ser esta una opción vergonzosa – nosotros les decimos: ¡Vergüenza debería darles por hacerse los ciegos, sordos, mudos, y tontos – mientras ejércitos, naciones y pueblos que ustedes han denominado como infieles se apuran en defendernos a nosotros y a nuestra religión, incluso si se defienden también a sí mismos. Es vergonzoso que los políticos europeos a [quienes ustedes llaman] ‘infieles’ salen a purgar la plaza islámica de esta ideología extremista y que los artistas árabes seculares [a quienes ustedes llaman] ‘murtadoun‘ [apóstatas] critican las acciones del EIIS que se desvían del camino correcto – mientras ustedes se esconden tras los púlpitos de las mezquitas y no emiten ni un sonido, como si no tuviera que ver con ellos.
«Desgraciados… no tienen vergüenza?»
[1] Raialyoum.com 9 de julio, 2015.