Formalmente, los talibanes son una organización prohibida en Rusia, pero Rusia se está reuniendo con funcionarios talibanes a niveles más altos. Además, los funcionarios rusos definitivamente se han inclinado hacia los talibanes al describirlos como cuerdos mientras comentan sarcásticamente sobre el gobierno de Kabul.[1] Según el columnista de Kommersant Maxim Yusin, quien se especializa en política exterior, ambos bandos de la política de Moscú están errados. Por una parte, deberían levantarle la prohibición a los talibanes; por la otra, está mal exagerar la situación con los talibanes. Las atrocidades de los talibanes en Afganistán muestran claramente que la demostración de moderación por parte de los diplomáticos talibanes en Moscú es simplemente una cortina de humo. Los talibanes no se han vuelto moderados. El gobierno de Kabul sigue siendo el mal menor, incluso si, por razones de realpolitik, Moscú debe comprometerse con los talibanes.

El artículo de Yusin puede leerse a continuación:[2]

Maxim Yusin (fuente: Allpravda.info)

«La situación que se presenta con el movimiento talibán y la actitud de las autoridades rusas hacia este parece algo absurda. Formalmente, los talibanes son ??reconocidos como un grupo de extremistas y prohibido y los periodistas que mencionan a este grupo en sus textos están obligados a recordarle una y otra vez a sus lectores de ello. A veces, tal situación conduce a episodios muy cómicos. Por ejemplo, cuando el otro día, el canciller Sergei Lavrov habló de manera muy halagadora sobre los representantes de los talibanes que volaron a Moscú para realizar consultas, llamándolos «cuerdos». Gente cuerda del movimiento radical prohibido en Rusia.

«Aparentemente, para evitar tales incidentes, es hora de eliminar las prohibiciones. Moscú no considera a los talibanes de enemigos, al menos a aquellos que hoy determinan la política sobre el rumbo de los afganos. Para estar convencido de esto, es suficiente escuchar la hora de entrevista que Zamir Kabulov, el enviado especial del presidente a Afganistán le concedió a Echo de Moscú la semana pasada. El señor Kabulov es un diplomático muy experimentado, habló con mucho cuidado, comprobó la redacción, sopesó cada palabra con mucho cuidado. Muy a menudo, su actitud hacia los participantes en el conflicto afgano se hizo evidente. Entonces, en referencia a las tropas del gobierno, una vez dijo «aquellos supuestos». En cuanto a los talibanes, este repitió varias veces que es un movimiento nacional que no tiene planes expansionistas en relación con los estados vecinos. Este dijo que están combatiendo contra el Estado Islámico (también prohibido en Rusia) y que los talibanes, a su manera de ver, deberían entrar en el futuro gobierno de coalición; esta sería la mejor manera de salir de la situación actual.

«La lógica de Moscú es comprensible. Esta brota de las duras realidades geopolíticas.

«Los talibanes no van a ninguna parte, ya han llegado a las fronteras de las ex-repúblicas soviéticas de Asia Central y en el futuro, solo fortalecerán sus posiciones. De una forma u otra, tarde o temprano será necesario llegar a un acuerdo con ellos. Y si es así, es mejor hacerlo ahora, adelantándose a la curva, con el fin de aparecer ante sus ojos como una especie de buen funcionario investigador, un socio potencial en contraste con los «ocupantes» de Occidente y «cruzados».

«Pero aquí es importante evitar exagerar, ir a los extremos y albergar ilusiones. Cuando los funcionarios en Moscú actúan casi como abogados de los talibanes, alegando que en los distritos capturados solo están restaurando el estilo de vida tradicional afgano, ante historias horribles y desgarradoras que actualmente se originan en Afganistán, estas palabras no parecen del todo apropiadas. En Internet, es fácil encontrar videos de las salvajes masacres perpetradas por los talibanes contra el personal del ejército afgano capturado. Estos son tan monstruosos que yo incluso no los describiría en detalle. Y en las áreas ocupadas, los nuevos amos están restaurando todas las reglas que existían antes del año 2001, antes del derrocamiento del régimen talibán en Kabul.

«Por ejemplo, los residentes del distrito Kalafgan le dijeron a los periodistas extranjeros que los talibanes, con sus primeros decretos, le prohibieron a la mujer salir de su casa sin ir acompañadas de hombres y a las chicas ir a la escuela. Ahora los hombres deben dejarse crecer la barba y utilizar solo atuendos tradicionales, bajo la más estricta prohibición de cigarrillos. Y en el condado Yavan, en la frontera con Tayikistán, introdujeron otra innovación: no se puede utilizar ropa de color rojo y verde, ya que estos recuerdan los colores de la bandera afgana.

«Por supuesto, aquellos talibanes que viajan a Moscú para realizar consultas intentan realizar declaraciones moderadas y de hecho, pueden parecer cuerdos en algún momento. Pero en las localidades, en los condados capturados, no son ellos los que establecen las reglas en lo absoluto. En parte, los talibanes siguieron siendo unos fanáticos despiadados. Y no importa cuánto se resienta el actual gobierno afgano en Moscú, por varias razones, en comparación con quienes pueden reemplazarlo, este gobierno es sin duda el mal menor de todos. Y muchas más personas cuerdas pueden encontrarse dentro de ello que dentro del liderazgo del movimiento talibán, el cual todavía está prohibido en Rusia».


[1] Véase la serie de MEMRI Despacho Especial No. 9448 – Opciones de Rusia tras toma de Afganistán por parte de los talibanes: Cooperación con los talibanes o contenerlos, 15 de julio, 2021.

[2] Kommersant.ru, 27 de julio, 2021.