En un artículo el 11 de marzo, 2014 en el diario egipcio Al-Yawm Al-Sabi’, el columnista egipcio Ahmad Al-Gamal, quien también escribe para Al-Ahram y Al-Masri Al-Yawm, abogó demandar a Israel, Turquía, Gran Bretaña y Francia por los daños causados a Egipto desde los tiempos bíblicos hasta el siglo 20. Israel, dijo, debe ser demandada por los daños causados ​​por las diez plagas y los materiales preciosos utilizados por los israelitas para construir el Santo Tabernáculo en el desierto, y Turquía debería pagar daños y perjuicios por invadir Egipto en el periodo otomano, por reclutar a artesanos en construir proyectos en Estambul, por el robo de antigüedades, manuscritos y libros, y por conspirar con los sionistas contra Egipto durante los años 1950 y 1960. En cuanto a Francia, este debe pagar una compensación por la invasión de Napoleón a finales del siglo 18 y por la Campaña de Suez de 1956, y Gran Bretaña debe pagar por 72 años de ocupación, en el que Egipto fue objeto de robos y asaltos.

Lo siguiente son extractos del artículo:[1]


Ahmad Al-Gamal

Demanden a Israel por el oro y la plata que los israelitas tomaron de Egipto

«Yo reitero incansablemente mi demanda de utilizar todas las medidas de la ley y del derecho consuetudinario, y todos los principios éticos, en recibir compensación por lo que los israelíes, turcos, franceses e ingleses se llevaron de nosotros. Y si me preguntan si los turcos pueden ser colocados en la misma categoría que [los israelíes, franceses e ingleses], yo responderé: Sí, absolutamente. Erdogan y su partido, corriente y orientación, son igual de peligrosos para Egipto y el arabismo como los sionistas e imperialistas. Si los [turcos] hubiesen estado en nuestro lugar, y le hubiéramos hecho a ellos lo que nos hicieron a nosotros, no nos habrían dejado en paz ni un solo momento, sin exigir su derecho una y otra vez.

«Queremos compensación por las [Diez] Plagas infligidas sobre [nosotros] como resultado de las maldiciones que los antepasados ​​ancestrales de los judíos [sembraron] sobre nuestros antiguos antepasados, quienes no merecen pagar por el error que el gobernante de Egipto para ese tiempo, el Faraón como la Tora lo llama, cometió. Ya que lo que está escrito en la Tora demuestra que fue el faraón que oprimió a los Hijos de Israel, en lugar del pueblo egipcio. [Pero] ellos infligieron sobre nosotros la plaga de las langostas que no dejó nada tras de ellos, la plaga que transformó las aguas del Nilo en sangre, por lo que nadie podía beber de ellas durante mucho tiempo, la plaga de la oscuridad que mantuvo al mundo en oscuras día y noche, la plaga de las ranas, y la plaga del asesinato de los primogénitos, es decir, todos los primogénitos nacidos de mujer o bestia, y así sucesivamente.

«Queremos compensación por el oro, la plata, el cobre, las piedras preciosas, telas, cueros y madera, y por [toda] la carne de animales, pelo, cueros y lana, y otros materiales que mencionaré [debajo], al citar el lenguaje de la Tora. Todos estos son materiales que los judíos utilizan en sus rituales. Estos son recursos que no pueden encontrarse entre los caminantes del desierto a menos que se los llevaron antes de su partida…»

Más adelante en el artículo Al-Gamal escribió: «Las historias de las Sagradas Escrituras declaran que los israelitas salieron del valle del [Nilo] en la noche y se dirigieron a la Península del Sinaí. Esto se sabe es un desierto, donde no hay necesidad de grandes cantidades de oro, plata, piedras preciosas, carnes, aceites, tejidos y similares. Por lo tanto, está claro que los israelitas tomaron todas estas cosas de Egipto antes de salir. El capítulo 25 del Éxodo, a la salida de los [israelitas] [de Egipto], establece: ‘El Señor le dijo a Moisés: Dile a los israelitas que me traigan una ofrenda… Estas son las ofrendas que ustedes recibirán de ellos: oro, plata y bronce; hilo azul, púrpura y escarlata, y lino fino; pelo de cabra; pieles de carnero teñidas de rojo, y otro tipo de cuero durable; madera de acacia, aceite de oliva para el alumbrado; especias para el aceite de unción y para el incienso aromático, y piedras de ónice y otras piedras a ser montadas en el efod y el pectoral. Luego me harán un santuario, y habitaré entre ellos. Construyan este tabernáculo y todos sus utensilios exactamente igual al patrón que les mostraré. Hagan un arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo, por un codo y medio de ancho, y un codo y medio de alto. Cúbranlo de oro puro por dentro y por fuera, y hagan una moldura de oro a su alrededor. Coloquen cuatro anillos de oro y fíjenlos a sus cuatro pies, con dos anillos en un lado y dos anillos al otro [Éxodo 25:1-12]’…

«[Éxodo 38:24] declara: ‘El importe total del oro de la ofrenda utilizado por todo el trabajo en el santuario fue de 29 talentos y 730 shekels, según el shekel del santuario…»

«Hago un llamado a todos los interesados en los estudios de la Tora a que nos instruyan sobre la base científica de cuál es el significado [exacto] de la palabra ‘talento’. ¿Cuántos gramos valen actualmente, ¿cuál era el valor del shekel durante esos días, ya que eran hechos especialmente de oro sólido puro y de plata pura…»

Turquía debe indemnizar a Egipto por el atraso que infligieron

En relación a Turquía, Al-Gamal, escribió: «En cuanto a los turcos, debemos [exigirles] una compensación adecuada por el atraso económico, social, cultural, intelectual y político que su presencia en medio de nosotros nos impuso, ya que el mundo durante esos siglos [es decir, durante el período otomano] progresó enormemente en todas las áreas. Queremos compensación de los turcos por la invasión a nuestro país y por la constante opresión y agresión, y por tomar todo nuestro capital humano: a los académicos, constructores, fabricantes de tiendas, carpinteros, mineros, herreros y todos los artesanos calificados obligándolos a irse a Estambul para construir palacios, mezquitas, etc. También queremos una compensación por las antigüedades saqueadas por los turcos, y en especial por algunas reliquias del Profeta y por el robo de manuscritos y libros. Este robo y saqueo duró siglos, desde el comienzo del siglo 16 hasta el siglo 20.

«Asimismo, queremos compensación de los turcos por dañar la psique egipcia a través de su racismo y arrogancia, su desprecio por Egipto y por los egipcios, y su tratamiento vergonzoso a los campesinos como alguien que [simplemente] ara, siembra y cosecha – aunque la cosecha con el sudor de su frente llena los estómagos de los otomanos indolentes. Queremos también daños por el complot turco-sionista urdido durante los años 1950 y 1960, cuando Egipto encabezó el movimiento de liberación árabe y mundial y se opuso a los planes de la alianza imperialista, [una alianza] en el que Turquía y el estado hebreo constituyeron componentes vitales».

Los británicos le deben a los egipcios por daños durante 72 años de ocupación, los franceses por la invasión de Napoleón

«Pasando a la historia moderna, tenemos que agarrar a los sionistas, a los franceses y a los británicos por el cuello a fin de que reparen los daños que nos deben por la invasión de Napoleón y por los complots franco-anglo-sionistas contra Egipto en 1956, en 1967 y también en 1973, ya que los británicos tomaron parte en prevenir que [Egipto] realizara los frutos de su estupenda victoria. Queremos una indemnización por los 72 años de ocupación británica que impuso el atraso y la dependencia sobre nosotros, se robó los recursos de nuestro país, metió un cuñete entre los hijos de la patria y convirtió a [los miembros de] un estrato social en agentes [británicos] que no tuvieron piedad sobre los pobres de Egipto…»

Al-Gamal concluyó: «No tenemos nada que perder, demandemos al [Premier turco Recep Tayyip] Erdogan, al [Primer Ministro israelí, Binyamin] Netanyahu, [al Primer Ministro británico, David] Cameron, y a otros que nos robaron y jugaron un papel en lo que nos sucedió durante generaciones».


[1] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 11 de marzo, 2014.