En su columna el 5 de julio, 2016 para el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, bajo el título «Desarraigando el Extremismo», Hussein Shobokshi pidió al mundo musulmán para hacer lo que Alemania hizo para luchar contra el nazismo después de la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de purgarse a sí misma de sus propias fuentes de extremismo.
A continuación se presentan extractos de su columna:[1]
«Cuando el régimen nazi cayó, y Adolf Hitler fue derrotado al final de la Segunda Guerra Mundial… Alemania decidió exhaustiva, profunda y seriamente poner su casa en orden. Esta se examinó a sí misma en profundidad, de manera objetiva y seriamente y encontró que la principal solución a su problema era desarraigar la ideología nazi.
«Comenzó así una campaña decisiva para arrancar de raíz la influencia directa e indirecta de la ideología nazi en todo lo relacionado con el patrimonio, cultura, ideología, artes y política de Alemania. Estos cavaron a través de las ideas de Goethe, Nietzsche y Kant, tamizando a través de sus escritos con un peine de dientes finos, por temor a haber jugado un papel importante en influenciar a otros y por pavimentar un camino claro hacia el extremismo y, luego, al nazismo. Por otra parte, también se volvieron contra el patrimonio musical [de Alemania] y prohibieron presentar música del reconocido músico y compositor alemán Wagner, al que Hitler escuchaba con regularidad. Prohibieron su música, por temor a que fuese un factor influyente en la ideología del pueblo y fomente el extremismo.[2]
«Alemania se dio cuenta de que se enfrentaba a un reto fundamental que obligaría a decidir, con toda seriedad, si ser o no ser. Ante la gravedad de esta situación, tuvo que enfrentar los complejos problemas del nazismo sin contemplaciones y con un puño de hierro.
«Esta es precisamente la crisis que el mundo musulmán enfrenta – su capacidad de enfrentar el extremismo oculto en las páginas de algunos escritores, que son utilizados por los extremistas para legitimar y arraigar sus posturas, actos y crímenes.
«Hoy día somos testigos de los repetidos asesinatos y [ataques] terroristas por las organizaciones de sangre y muerte, tales como Al-Qaeda, Hezbolá, y el EIIS; Estos asesinan y destruyen basados en fatuas que van [contra] las opiniones occidentales. Mientras este asunto sea presentado y manejado con guantes de seda, nunca obtendremos resultados que sean serios, serviciales, influyentes, o vitales. Debemos darnos cuenta plenamente de que tenemos que tomar una serie de medidas para erradicar la ideología del terrorismo y que el camino será fatigoso. Debemos estar convencidos de que no estamos haciendo esto con el fin de complacer a Occidente o a cualquier otra persona, sino que más bien es para proteger la religión y las sociedades islámicas en contra de este peligro, ya que sufrirán daños más fuertes y habrá más víctimas.
«Este tema es crucial y muy grave. Ramadán ha pasado; los ataques de las organizaciones terroristas no han cesado, y la sangre corre por las calles en casi todos los países islámicos. Es nuestro deber purgar y purificar las fuentes del extremismo – y si no lo hacemos, no habrá, por desgracia, fin a la dura prueba del derramamiento de sangre…
«Los ojos lloran ante las imágenes de asesinato y sangre».
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres) 5 de julio, 2016.
[2] El autor puede haber fusionado la paralización temporal del Festival de Bayreuth, cuando Alemania estaba bajo ocupación y Bayreuth se encontraba en la zona estadounidense. En cualquier caso, el festival Wagner en Bayreuth se reanudó en 1951 y Wagner es escuchado a través de toda Alemania.