Recientemente, el blogger paquistaní Bakhtawar Bilal Soofi examinó la influencia de los textos escolares sobre los niños de menor edad en Pakistán y las formas sutiles en que imbuyen ideas negativas sobre otras religiones y comunidades.[1]
Soofi, cuyo blog titulado «Un sistema educativo intolerante me hizo indiferente a la muerte de los no musulmanes», fue publicado en el portal del diario The Express Tribune, sugiere maneras para inculcar el pensamiento pluralista entre la juventud paquistaní.
Soofi es estudiante de derecho en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (EEOA) en Londres. Lo siguiente son extractos de su blog:[2]
«¿Sobre qué base he llegado yo a creer que el valor de la vida de un judío o cristiano era menos que la de un musulmán?»
«A medida que las Torres Gemelas se venían abajo en la ciudad de Nueva York el 11 de Septiembre del 2001, un niño de ocho años permanecía impasible unas 7.000 millas de distancia en Lahore mientras las horripilantes imágenes se desplegaban ante él. El niño luego descendió hacia un modo de celebración al descubrir que las torres estaban en territorio «no- paquistaní», y que una gran mayoría de los fallecidos eran no-musulmanes.
«Este muchacho no era ningún terrorista suicida en potencia. No era el producto de una madraza extremista ni el hijo de un veterano de la guerra santa. De hecho, era un niño que estaba siendo educado en una de las mejores instituciones que este país tenía para ofrecer. Sin embargo, el niño había dejado de apreciar el valor de la vida humana. Era insensible a la muerte de más de 2.000 personas. Lo más alarmante es que a la tierna edad de ocho años, este chico había justificado su satisfacción por la distinción entre la vida de un musulmán y la de un no musulmán.
«Por mucho que me cueste admitirlo, yo era ese muchacho. En retrospectiva, me pregunto por qué me mostré tal insensibilidad hacia los acontecimientos a mí alrededor. ¿Sobre qué base había llegado a creer que el valor de la vida de un judío o cristiano era menos que la de un musulmán? ¿Cómo fue que desarrollé esta percepción muy bipolar de alguien ‘angelical’ del Oriente liderando una cruzada contra la «demoníaca» Occidente?
«Luego de algo de reflexión me di cuenta que mi respuesta a los acontecimientos del 11 de Septiembre apunta hacia un sistema educativo que es profundamente erróneo, en particular el contenido de nuestros libros de texto. Los errores de hecho, las inconsistencias históricas, y la parcialidad inherente que se respira en estos libros han sido criticadas en numerosas ocasiones – siendo el más prominente El Asesinato de la Historia por KK Aziz.
«Sin embargo, bajo el velo de esta desaprobación habitual radica un problema sutil pero grave que todavía pasa desapercibido. Este problema se debe principalmente a dos caras. La primera parte tiene que ver con nuestro tratamiento de las dos identidades que cualquier paquistaní sostiene, es decir, su nacionalidad y religión, mientras que el segundo se deriva del contenido de nuestros libros de texto.
«Piensen en ello – el Islam y Pakistán siempre han sido representados como productos de persecución persistente. Los libros de texto sobre Islamiat [estudios islámicos] repetidamente remachan el clavo de que el Islam enfrentó una opresión significativa antes de alcanzar la situación mundial que tiene hoy. Del mismo modo, nuestros libros de historia constantemente ponen de relieve la crueldad a la que se enfrentan los musulmanes de la India británica antes de adquirir el estado independiente de Pakistán».
«Intencionalmente o no, a través de nuestros libros de texto hemos puesto los rasgos de coraje, valentía, y valor en un pedestal más alto que los rasgos de honestidad, compasión y habilidad»
«No es difícil entender entonces, ¿por qué este tema de la persecución y opresión adopta esa condición primordial en nuestro tratamiento del Islam y Pakistán. En consecuencia, esto engendra un sentimiento instintivo de venganza contra todos los que caen fuera de los límites del Islam y Pakistán. Por lo tanto, a los niños se les enseña subconscientemente el como ver la gente de este mundo a través de un lente binario – uno es o musulmán o no-musulmán, paquistaní o no-paquistaní.
«El segundo problema tiene que ver con el contenido de nuestros libros de texto. Los libros tanto en urdu e inglés están imbuidos de cuentos que arrojan luz sobre la vida de nuestros héroes nacionales. Sin embargo, la ironía es que, si bien hemos empaquetado nuestros libros de texto con la valentía de Rashid Minhas y el valor de M, M. Alam, hemos ignorado la compasión del [líder trabajador humanitario] Abdul Sattar Edhi y los logros del Dr. Abdus Salam [premio Nobel de física paquistaní cuya comunidad Ahmadi musulmana fue declarada no musulmán por Pakistán en 1974].
«Intencionalmente o no, a través de nuestros libros de texto hemos colocado los rasgos de coraje, valentía y coraje en un pedestal más alto que los rasgos de honestidad, compasión, y habilidad. Lamentablemente, este es el reflejo de un sistema educativo que contribuye a la glorificación de la guerra a expensas de la humanidad.
«De ninguna manera estoy tratando de sugerir que la historia islámica y de Pakistán debería eliminarse de nuestro plan de estudios, y tampoco tengo la intención de faltarle el respeto a nuestros soldados que han sacrificado sus vidas por la seguridad de nuestra patria. Yo, sin embargo, propongo la adopción de un enfoque más equilibrado y refinado hacia la enseñanza de estos temas. Cuando celebramos a un héroe de guerra, también debemos celebrar a un héroe de la ciencia. Cuando honramos la valentía de un oficial, también debemos honrar la compasión de un filántropo. Dónde recordamos los sacrificios de nuestro Profeta (qlpece), también debemos recordar los sacrificios de Jesús.
«Por supuesto, tal paridad requerirá un cambio en la base misma de nuestro sistema educativo, desde la programación psicológica de un modo más abierto, pluralista de pensamiento crítico basado en la lógica y la razón. No hay duda en mi mente de que si no cambiamos estas bases, no tendremos éxito en la eliminación del siempre presente síndrome de ‘la teoría de conspiración’ como explicación de todos los males.
«Crecí en una Pakistán donde había al menos algo de santidad a la vida y, sin embargo, no pude reconocer el valor intrínseco de la vida humana. Ahora me temo que la respuesta de la próxima generación que, lamentablemente, han abierto los ojos a un mundo de terrorismo; un mundo donde la vida humana ha sido despojada de su propio valor y santidad. Por lo tanto, es por la falta de un futuro mejor para nuestros hijos, que hay que atribuirle una importancia monumental a la tarea de reformar nuestro sistema educativo y no perder el tiempo en cambiarla. Si no, apenas estaremos educando a individuos insensibles, fanáticos, y de mente cerrada que no le tienen ningún valor a la vida humana…»
[1] En octubre del 2013, MEMRI también dio a conocer un trabajo de investigación sobre el cómo los libros de texto en las escuelas administradas por el gobierno de Pakistán enseñan el odio contra los cristianos y los hindúes y lecciones en jihad y martirio a niños menores de edad. http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/840/7435.htm 1 de octubre, 2013.
[2] Blog.tribune.com.pk (Pakistán), 23 de noviembre, 2013. El escrito original en inglés del blog ha sido ligeramente editado para mayor claridad y estandarización.