Algunos de los recientes ataques terroristas contra diversos objetivos en Pakistán realizados por el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP, o el Movimiento de los Talibanes Paquistaníes) revelan un patrón ideológico. Los talibanes, quienes deben su lealtad a la escuela del pensamiento islámico Deobandi, no sólo están apuntando a las instituciones del estado paquistaní, sino que también atacan a otras sectas islámicas en el país.

Pakistán es un país predominante sunita. Los deobandis, que representan sólo el 15% de todos los musulmanes sunitas, están bien organizados, mientras que los barelvis, que constituyen el grueso de la población sunita, son considerados cercanos al estado paquistaní. La interpretación Deobandi del Islam no aprueba las prácticas Barelvi de visitar los santuarios de los místicos sufíes ni los cantos ni los bailes allí y por lo tanto los consideran infieles.

Del mismo modo, los deobandis no consideran a los musulmanes chiítas como musulmanes. Varios grupos Deobandi han exigido que los chiítas sean declarados por el gobierno paquistaní como minorías religiosas al igual que los cristianos y los hindúes, es decir, como infieles. Una demanda similar contra los musulmanes Ahmadi tuvo éxito en 1974, cuando el gobierno del entonces Primer Ministro Zulfiqar Ali Bhutto, los declaró no-musulmanes.

Estas consideraciones ideológicas pueden verse en los recientes ataques de los militantes talibanes-Deobandi en Pakistán. En abril del 2006, una conferencia de clérigos Barelvi organizada con motivo del cumpleaños del Profeta Mahoma fue atacada en Karachi. El 28 de mayo del 2010, dos mezquitas musulmanas Ahmadi fueron atacadas por terroristas suicidas en Lahore. En marzo del 2009, el santuario místico sufí Rehman Baba del siglo 17 fue atacado en Lahore. El 1 de julio del 2010, el famoso santuario del místico sufí del siglo 11 Syed Ali Hajveri fue atacado por terroristas suicidas talibanes. En diciembre del 2009, una procesión religiosa chiíta fue bombardeada en Karachi. En agosto del 2010, dos procesiones religiosas chiítas en Lahore y Quetta fueron atacadas. Todos estos ataques son atribuidos a perpetradores talibanes Deobandi.

Estos ataques demuestran que los deobandis, que representan aproximadamente el 15% de la población, consideran al resto del pueblo pakistaní – barelvis, musulmanes chiítas, musulmanes Ahmadi, cristianos, hindúes y otros – de ser infieles. En un reciente artículo, titulado «Entonces Quien no Es un Kafir?» el destacado periodista y escritor paquistaní Amir Mir examinó el patrón ideológico de la violencia en Pakistán.

Lo siguiente son extractos del artículo: [1]

«En la oscuridad de la envolvente Pakistán, no sería errado preguntar: ¿Quién no es kafir o infiel, más allá incluso de las minorías religiosas de cristianos, sikhs e hindúes»

«Cuando dos atacantes suicidas se hicieron volar en el santuario del venerado santo sufí Hazrat Data Ganj Baksh en Lahore [el 1 de julio], la devastación que siguió… vacía de contenido en la promesa del fundador de Pakistán Mohammed Ali Jinnah a la Asamblea Constituyente el 11 de agosto, 1947. Jinnah había dicho: ‘Ustedes pueden pertenecer a cualquier religión, casta o credo… que no tiene nada que ver con el negocio del estado. Ustedes son libres, libres para ir a sus templos; son libres para ir a sus mezquitas o a cualquier otro lugar de culto en este estado de Pakistán’. Estas palabras conmovedoras fueron percibas entonces como una garantía explícita a las minorías religiosas a sus derechos en un país donde los musulmanes constituyen más del 95% de la población.

«Seis décadas después, mientras Pakistán permanece atrapada en la vorágine de la violencia, incluso los musulmanes están en una necesidad desesperada de garantías tales como los jinnahs. Las mezquitas y santuarios de los santos son atacadas con regularidad, los devotos de las diferentes sectas musulmanas son objeto de atentados suicidas y casi todos los Mulá [clérigos] parecen gozar del derecho de declarar apostata a cualquier persona que este piense se ha desviado del Islam, declararlo no-musulmán, cuya muerte es religiosamente justificable. No sería erróneo preguntar: quien no es un kafir o infiel, más allá incluso de las minorías religiosas de cristianos, sikhs e hindúes?

«Metrallas de todas las explosiones dañan el tejido social, rasgan su rico tapiz y socavan las formas tradicionales de devoción [en Pakistán]»

«Metrallas de cada explosión dañan el tejido social, rasgan su rico tapiz y socavan las formas tradicionales de devoción heredadas de generación en generación. Tomen por ejemplo el doble atentado suicida al santuario de Data Ganj Bakhsh el 1 de julio, el cual ha sido atribuido al Tehreek-e -Taliban Pakistan (TTP) a pesar de que este ha negado vehementemente su participación. Este santuario sufí define el espíritu de Lahore, que a menudo es llamado Data ki Nagri (morada Data). Aquí yace enterrado [el místico sufí del siglo 11 Syed Abul Hassan Ali Hajveri, popularmente conocido como Hazrat Data Ganj Baksh, cuyo santuario es muy visitado por los miembros de la secta Barelvi de musulmanes sunitas. El santuario, famoso por la danza mística de los devotos, es un hito en Lahore.

«Sin embargo, los partidarios de la escuela de pensamiento Deobandi, a la que pertenecen los talibanes, se oponen a la idea de visitar los santuarios musulmanes sufíes y ofrecer sus oraciones, una práctica conocida como piri-faqiri [prácticas místicas sufí]. Los deobandis consideran a los piri-faqiri de ser herejes, una grave violación de la doctrina islámica. Ídem [con] la danza mística. Los deobandis, por lo tanto, consideran a los barelvis kafir cuyo cuello puede ser colocado junto a [la] espada, sin hacer preguntas.

«Una semana antes del 1 de julio, el TTP le envió una carta a la administración de Data Ganj Baksh amenazando con atacar el santuario, alegando que su condición era equivalente a la del templo Somnath en Gujarat, India. El simbolismo inherente a la comparación no fue perdido – el templo Somnath había sido allanado en varias ocasiones por Sultan Mehmood Ghaznavi, ‘el destructor de ídolos’, que creía que sus ataques merodeadores minarían el espíritu de lucha de los hindúes. El ataque contra el Data Darbar fue, de manera similar, destinado a desmoralizar a los barelvis, además de atacar a la raíz del ethos religioso y cultural de Lahore…»

«La música y la danza [en los santuarios de los místicos sufíes] son inaceptables para los deobandis y para los talibanes…»

«Esta no es la primera vez que los musulmanes Barelvi han sido objeto de ataques. El 12 de abril del 2006, por ejemplo, en una conferencia Barelvi organizada para celebrar la ocasión perfecta ortodoxa del cumpleaños del Profeta Mahoma en Nishtar Park en Karachi, esta fue testigo de un atentado suicida que cobró 70 vidas.

El año pasado, los talibanes atacaron el santuario del poeta sufí del siglo 17 Rehman Baba, quien se dice se había retirado del mundo y le prometió a sus seguidores que si lo emulaban, ellos también podrían avanzar hacia una experiencia de relación directa con dios. También creía que dios podía alcanzarse a través de la música, la poesía y la danza. Pero entonces la música y la danza son inaceptables para los deobandis y los talibanes dañaron ampliamente el santuario de Rehman Baba con explosivos. Pronto, utilizaron cohetes causando estragos en el mausoleo de Bahadar Baba y luego dirigieron su ira contra el santuario de 400 años de edad de otro santo sufí Abu Saeed Baba, ambos ubicados cerca de Peshawar.

«El renombrado erudito islámico Javed Ahmad Ghamidi, miembro del Consejo de Ideología Islámica (CII), que proporciona asesoramiento jurídico sobre temas islámicos al gobierno de Pakistán, lamenta que, el etiquetar a otros como «infieles» y «kafir» se ha convertido en una tarea preferente de los Mulá. Está claro que todas las sectas consideran a las otras de ser herejes, kafirs y moradores del infierno. Incluso versículos del Corán son utilizados indebidamente para refutar la fe de las otras sectas»‘.

«Una minoría de la población de Pakistán ha llegado a declarar al resto de ser Kafir»

«En cierto modo, una minoría de la población de Pakistán ha llegado a declarar al resto de ser Kabir. Observen las cifras – 95% de la población paquistaní es musulmana, de los cuales 85% son sunníes y el 15% chiítas, pero para el cinco por ciento perteneciente a el Ahle Hadith (wahabitas), los sunitas prescriben a la escuela Hanafi de jurisprudencia. Estos son subdivididos en las escuelas Barelvi y Deobandi.

«La mayoría está de acuerdo con la siguiente composición de la población de Pakistán – barelvis 60%, deobandis 15%, chiítas 15%, Ahle Hadith 5% y el 5% restante lo constituyen los ahmadis, ismaelitas, hindúes, sikhs, cristianos, budistas, parsis etc. Esto significa que sólo el 20% de los pakistaníes – 15% de los deobandis más el 5% de Ahle Hadith – estrictamente consideran al 80% restante kafir, incluso dispuestos a someterlos a la muerte y destrucción».

Escritor paquistaní Khaled Ahmed: «Dentro del Islam sunita, los deobandis y los barelvis no se encuentran en ningún lugar fuera de India y Pakistán»

«El renombrado escritor paquistaní Ahmed Khaled señala la ironía: ‘Dentro del Islam sunita, los deobandis y los barelvis no se encuentran en ningún lugar fuera de India y Pakistán. La creación de estas dos sectas fue uno de los golpes maestros del Raj [el gobierno británico] en su política de ‘divide y vencerás’. Este dice que la escuela Deobandi echó raíces en la India en 1866 como una reacción al haber derrocado al mandato musulmán por los británicos.

«Esta escuela cree en una interpretación literal del Islam y aparte de los wahabíes, consideran a todas las otras sectas como no musulmanes que deben ser exterminados. ‘Es por eso que trabajan codo a codo, desde la política al Jihad’, dice Ahmed, agregando que a pesar de que la escuela de pensamiento Barelvi es la jurisprudencia dominante en Pakistán, ‘no está tan bien organizada políticamente como la escuela Deobandi’.

«Fue la alianza Deobandi-Wahabí… la que presionó al Presidente General Zia-ul-Haq a declararle a los ahmadíes como no-musulmanes [en 1974]. De un solo plumazo, por lo tanto, una secta musulmana fue golpeada con otras minorías religiosas [es decir, como infieles]. Conforme a la Constitución, estos no pueden llamarse musulmanes o incluso describir su lugar de culto como mezquita. Desconfiando en revelar su identidad públicamente, los ahmadíes fueron arrastrados a la fama después de los ataques devastadores en dos de sus mezquitas en Lahore [en mayo del 2010] que mataron a más de un centenar de personas…»

«Los deobandis consideran a los chiítas de ser kafir, afirmando su devoción a los clérigos y [otorgándoles] un estatus jurídico y social divinamente inspirado a ellos como herético»

«Un estatus [nacional paquistaní] ‘musulmán’ no aísla ni siquiera a las sectas principales de los ataques asesinos. Pregúntenles a los chiítas, cuya procesión Muharram en Karachi fue bombardeada en diciembre del 2009, matando a 33 personas. Los deobandis consideran a los chiítas de ser kafir, alegando su devoción a los clérigos y concediéndoles la condición de inspiración divina para ellos como una herejía.

«La historia del conflicto entre sunitas y chiítas es tan antigua como el Islam, pero esta se ha vuelto cada vez más sangrienta en la última década – más de 5.000 personas han sido asesinadas desde el año 2000 – debido a la guerra en Afganistán. Ya que Irán ha apoyado la Alianza del Norte [anti-Talibán] allí, los deobandis han llegado a tomar represalias contra la secta en Pakistán. También acusan a los chiítas de ayudar a los estadounidenses a invadir Irak.

«El historiador Dr. Mubarak Ali dice, ‘Una de las consecuencias de la guerra en Afganistán es la fractura de la indumentaria religiosa de Pakistán. Considerando que una vez las líneas de faltas entre los chiítas y sunitas, las cuales se han diseminado hacia los barelvis y deobandis, quienes son ambos sunitas’. Ya que los Barelvis son moderados y están en contra de los talibanes, los deobandis ven por encima de ellos como los chiflados del estado, quienes como herejes deben ser condenados a muerte de todas maneras, afirma Ali».

Columnista Imtiaz Alam: «Mientras… que la institución del [ejército paquistaní] persista con su objetivo de llevar a los talibanes pashtuns de vuelta al poder en Kabul, continuarán cavando la tumba de un Pakistán democrático»

«Quizás la complicidad entre el estado y los deobandis disuadió a este último de apuntar a los barelvis hasta ahora. El abogado y columnista Yasser Latif Hamdani dice, ‘Existe esta potente mezcla de nacionalismo pashtun e Islam Deobandi. De alguna manera, existe algo intrínseco en la propia naturaleza de la doctrina Deobandi que el establishment militar paquistaní está promoviendo para avanzar su así llamada agenda geoestratégica’. Sin embargo, al mismo tiempo, bajo presión de los Estados Unidos, el estado tenía que acabar con el TTP, que a su despecho, ha adoptado por vengarse de los desventurados barelvis.

«‘El columnista Imtiaz Alam dice: ‘Mientras las poderosas secciones en la institución [militar paquistaní] persistan en su objetivo de traer de vuelta a los talibanes pashtuns al poder en Kabul, estos seguirán cavando la tumba de un Pakistán democrático’. ‘El sectarismo y el terrorismo jihadista serán sus empresas consecuentes», este insiste…»


[1] Outlook (www.outlookindia.com ), India, 19 de julio, 2010. El texto del artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad.