En un artículo publicado el 24 de febrero, 2020 titulado «Si yo fuese palestino» en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el autor y periodista egipcio Khalid Al-Bari comparó la percepción que poseen los palestinos por su causa con el diagnóstico erróneo de alguna enfermedad, que no solo no resuelve el problema sino que más bien lo agrava. Al-Bari llamó a los palestinos a evaluar su situación de una manera objetiva para lograr así una solución que les permita vivir una vida digna.
Al buscar una solución dijo, los palestinos deben tener en cuenta que Israel es un país muy poderoso, que el apoyo árabe a la causa palestina no es ilimitado y que todos aquellos que comercian soluciones antiguas y erróneas al conflicto no tienen en mente los intereses de los palestinos. Este les instó a abandonar la idea de librar una lucha armada y de sacrificio personal y luchar por lograr una paz con Israel y concentrarse en establecer comunidades vibrantes y un auto-gobierno efectivo en partes de la Palestina histórica, con el propósito de comenzar a vivir sus vidas.
Lo siguiente son extractos de su artículo:[1]
Khaled Al-Bari (Fuente: Youtube.com/watch?v=WRJSCZ_i5vo, 9 de abril, 2013)
«A una pariente mía le dolía el estómago durante su embarazo y fue a consultar a un médico, quien le diagnosticó una infección bacteriana en el hígado y le dijo a [su familia] que le diera dulces y caramelos para contrarrestar sus bajos niveles de azúcar. Su familia… de hecho la alimentó con crema de caramelo en cantidades inusualmente importantes.
«Existen dos tipos de diagnósticos erróneos, ambos graves. Un tipo de diagnostico [identifica erróneamente] los motivos de la enfermedad y uno [pierde] tiempo recibiendo el tratamiento por una enfermedad que no tiene, mientras que la verdadera enfermedad se propaga por su cuerpo. Este tipo de diagnóstico erróneo es de hecho un desastre. El segundo tipo es un desastre [aún] mayor, porque recibe el diagnóstico opuesto [del correcto], que no solo ignora y descuida la verdadera enfermedad, sino que de hecho la agrava.
«El mismo fenómeno también es común en los diagnósticos políticos. Diagnosticamos erróneamente la enfermedad política y la tratamos de una manera que profundiza nuestro desconocimiento [del verdadero problema] o refuerza los factores que la causaron, en lugar de eliminarlos. A veces nuestros rivales proveen el diagnóstico erróneo quienes nos declaran abiertamente su hostilidad.
«El método preferido para hacer circular recetas [políticas] falsas es aludir el [defender] los «principios nacionales» es decir, las antiguas recetas usadas hace cientos de años y que no han sido desarrolladas [desde ese entonces]… La mejor prueba a la mala fe de aquellos que defienden los «principios nacionales» es que excusan a sus amigos por [defenderlas]. Por lo tanto, uno se entera que la Hermandad Otomana [es decir, la Hermandad Musulmana, respaldada por Turquía] difunde todo tipo de ideas políticas y sociales, mientras le concede a Turquía una excusa permanente por el simple hecho de [apoyarlos].
«En cuanto a nuestra pariente, luego descubrimos que sufrió un dolor en el lado derecho de su abdomen, debajo de las costillas, no debido a una infección hepática… sino debido a hipertensión durante el embarazo, que se desarrolló porque sufría de una diabetes no-diagnosticada». En este caso, el diagnóstico erróneo, junto a las grandes cantidades de azúcar [que consumió según las instrucciones del médico], agravó la enfermedad y provocó un aborto espontáneo, tras lo cual también se le advirtió que un segundo embarazo sería muy peligroso.
«El diagnóstico erróneo del problema palestino y [la prescripción de] ‘principios nacionales’ como tratamiento, también han perjudicado a la causa [palestina]. El convertir la causa en una lucha religiosa de seguro que refuerza el reclamo que realiza Israel [sobre la tierra], el cual está respaldado por las escrituras de mayor circulación en el mundo [es decir, el Antiguo Testamento], que todavía, en gran medida, da forma a la memoria histórica en Occidente.
«Al elegir clasificar el conflicto [como religioso], los palestinos optaron por boxear con el campeón boxeador Mike Tyson [es decir, con Israel], en lugar de desafiarlo a un partido [en algún deporte] en el que este no se destaca. Si yo fuera palestino, mi primera prioridad hubiese sido establecer mi presencia en el terreno dentro de las fronteras históricas [de Palestina]. Mi objetivo temporal sería hacer que mis hijos entiendan… que existen muchas maneras de vivir una vida digna, que una vida digna no está limitada a la ‘resistencia armada’ y al sacrificio personal y que la única verdad sobre el conflicto [palestino-israelí] es que estos nacieron en un territorio en disputa… Si yo fuese palestino, hubiese entendido… que otras naciones, tanto amistosas como de otro tipo, me apoyarán solo si su apoyo no se vuelve contra ellos y les perjudica… Si yo fuese palestino, hubiera entendido lo que debe ser entendido, es decir, que muchos de los países en la región, a pesar de su apoyo a los derechos de los palestinos, se enfrentan [por si mismos] a amenazas existenciales planteadas por personas cuya ideología los impulsa a controlar el destino de aquellos que los rodean y que Turquía, Irán y los combatientes yihadistas plantean un peligro [aún] mayor – y desafortunadamente, algunos líderes palestinos han optado por unirse a su [bando].
«Si yo fuese palestino, hubiera entendido de que no existe vergüenza alguna en diagnosticar [la situación] racionalmente. Un médico no debe avergonzarse en admitir que debe realizar una cirugía difícil, que incluso pudiese terminar en la amputación de alguna extremidad…
«Es cierto, Israel es un país muy poderoso y esa es una de las principales razones para hacer las paces con este. No existe vergüenza alguna en ello tampoco. El conflicto ha creado condiciones que van empeorando de generación en generación. Los palestinos deben renovar su interés en los asuntos cotidianos, fundar comunidades hermosas que inspirarán [al mundo] y demostrarán que son capaces de vivir en paz. Esto debe comenzar con un gobierno autónomo sabio en un territorio [particular]. Eso y solo eso, es el gran reto…»
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 24 de febrero, 2020.