El 16 de octubre del 2010, un portal afgano publicó un artículo de un asesor principal del gobierno afgano, examinando los intereses en juego en la guerra de Afganistán, sus posibles resultados y argumentando a favor de los Estados Unidos a que continúe su papel en Afganistán. El artículo, escrito por el Dr. Davood Moradian, asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores de Afganistán, fue publicado en el portal afgano tolonews.com.

En el artículo, el Dr. Moradian advierte contra las «narrativas pesimistas», tales como conversaciones en los medios de comunicación acerca de la retirada de las tropas estadounidenses en julio, 2011 y las conversaciones de paz con los talibanes. Este insiste en que la comunidad internacional debe continuar construyendo una narrativa positiva acerca de la guerra en Afganistán.

El autor advierte que el papel de la inteligencia paquistaní en patrocinar el terrorismo en Afganistán y la región en general es una «cuestión fundamental» que necesita ser tratada. Llamando a que los líderes militares paquistaníes sean tratados al igual que la Brigada Qods del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRII), [es decir, debe ser declarada una organización terrorista y debería haber sanciones en su contra], señala: «Las agencias de inteligencia y militares de Pakistán están involucradas en patrocinar el terrorismo en Afganistán y en la región y sin embargo, son tratadas como un socio respetado por la comunidad internacional».

Lo siguiente son extractos del artículo: [1]

«Las fuerzas armadas [afganas] se han ganado el derecho a estar orgullosos de sus logros y sacrificios en Afganistán, en particular desde la elección del Presidente Barack Obama»

«En el 9º aniversario de los ataques terroristas en territorio norteamericano en septiembre del 2001, Afganistán ha resurgido una vez más como uno de los temas más críticos de la política exterior para el gobierno estadounidense, los grupos pensantes y el público en general. Lamentablemente, las malas noticias, sobre todo en las últimas semanas y meses, [está considerando los hechos que] han contribuido a que las voces sean cada vez mayores en los Estados Unidos y en otros lugares a la imposibilidad de la misión en Afganistán. Estamos luchando en la batalla de las percepciones, tanto en Afganistán como fuera. Pero tal como sucede con muchos otros ámbitos de la vida, la realidad es muy diferente de la percepción.

«En el caso de Afganistán, en realidad, hemos hecho avances importantes en muchos sectores y áreas y ciertamente nuestras fuerzas armadas se han ganado el derecho de estar orgullosos de sus logros y sacrificios en Afganistán, en particular desde la elección del Presidente Barack Obama. Por desgracia dentro y en Afganistán, hay muchas más voces pesimistas que optimistas…

«Afganistán se está convirtiendo en la guerra más larga de los Estados Unidos y en una empresa muy costosa, así como también un conflicto muy frustrante y agotador para nosotros en Afganistán. Sin embargo, no estamos en condiciones de responder a preguntas fundamentales sobre el conflicto en Afganistán. Ni en Kabul, ni en Bruselas, ni en [Washington] DC existe un consenso razonable sobre la naturaleza del conflicto afgano o la definición del estado final. Desafortunadamente, ahora el foco creciente es en el ‘»cuándo’ esta misión indefinida debería terminar. En otras palabras, en lugar de contemplar el ‘por qué’ y ‘lo que’, a menudo pensamos y trabajamos en ‘cuándo’ y en plazos políticamente derivados. Las preguntas del ‘por qué’ y el ‘que’ deberían informarnos sobre las preguntas del ‘cómo’ y ‘ cuándo'».

«Afganistán… [es] un componente crítico de las regiones de Asia del Sur y Asia Central y [clave para] la transformación del mundo islámico»

«Para responder a la pregunta del por qué los Estados Unidos, o en este caso la comunidad internacional, se encuentran en Afganistán y cuales son los principales impulsores del conflicto afgano, existe un espectro de respuestas y opiniones, del punto de vista extremadamente minimalista y reduccionista a la lucha contra el terrorismo y la perspectiva anti-Al-Qaeda a una visión algo más importante en la comunidad de la contrainsurgencia (COIN), a unos defensores más realistas en la construcción de la nación a la visión estratégica de transformación regional y de gobernabilidad mundial.

«El autor se adhiere a esta última opinión, el cual considera a Afganistán como un componente crítico de las regiones del Sur y Asia Central y clave [de] la transformación del mundo islámico. La lucha contra el terrorismo, el COIN y/o las perspectivas de edificación de la nación son partes de una imagen mayor.

«Antes de desarrollar el caso de la importancia estratégica de Afganistán para la región y el proceso de transformación del mundo islámico, uno está obligado a recordarle a nuestros amigos estadounidenses y para este caso los beneficiarios de la Guerra Fría, de su responsabilidad moral para con la nación afgana, que facilitó la desaparición de su rival ideológico, el bloque comunista, pagando el precio más alto en sangre, sufrimiento y el haber sido desplazados.

«Dolorosamente, fuimos abandonados cuando la misión fue completada a finales de la década de 1980 a las fuerzas del extremismo, la delincuencia y a la injerencia de la región. Tal como declaro el ministro de Asuntos Exteriores polaco muchas veces, el mundo libre tiene la obligación moral hacia el pueblo afgano».

«[El fracaso en Afganistán] le dará a los jihadistas internacionales otra victoria global en el que pueden [entonces] orgullosamente reclamar el crédito por la derrota de dos superpotencias ‘infieles'»

«Sólo puede haber dos estados finales para Afganistán. Una Afganistán segura, próspera, moderada y democrática – o metafóricamente la Turquía del Este – o en segundo lugar, la Somalia de Asia. La somalización de Afganistán sigue siendo una posibilidad clara con las siguientes consecuencias: Una sangrienta guerra civil y la guerra de poder resultante de los vecinos de Afganistán, que a su vez acelerará el proceso de desintegración territorial del país y su efecto dominó sobre Pakistán, Asia Central, China, Irán e India. Este daría a los jihadistas internacionales otra victoria global, que puede [entonces] con orgullo demandar el crédito por la derrota de dos superpotencias ‘infieles’ [incluida la URSS] en menos de tres décadas en un solo lugar [Afganistán].

«Muy pocos creen que la comunidad internacional y los Estados Unidos pueden permitirse otro tipo de sistema de conflicto en el corazón de Asia. A diferencia del sistema conflictivo de África, nuestra región sucede que tiene tres potencias nucleares, India, Pakistán, China y un aspirante Irán. A diferencia de los conflictos africanos, que son principalmente étnicos y locales, nuestra región es el hogar de los movimientos jihadistas globales y un subterfugio para la mafia de la droga.

«Las consecuencias de la somalización de Afganistán, por lo tanto, no se limitaran a la frontera e incluso a nuestros vecinos inmediatos, pero sin duda va a encapsular a las regiones lejanas del mundo. El 11 de Septiembre nos demostró que tal escenario no es una proyección académica o un ejercicio de juegos de guerra».

«Pakistán es un estado colapsado con cientos de armas nucleares y una creciente radicalización en la población; un Afganistán estable será un activo clave»

«Otro de los estados finales es un Afganistán seguro, próspero, moderado y democrático, o la Turquía del Oriente. Si uno ve el mapa de la región, Afganistán se encuentra en el corazón de cuatro importantes regiones geoestratégicas: Asia Central, Asia del Sur, China/Extremo Oriente y Medio Oriente. Estas cuatro regiones estratégicas presentan potenciales naturales y humanas sin precedentes, así como importantes retos de seguridad. Por consiguiente un Afganistán estable puede desempeñar un papel importante tanto en la utilización de las oportunidades, así como también en la gestión de los desafíos.

«Por ejemplo, Pakistán es un estado colapsado con cientos de armas nucleares y una creciente sociedad y población radicalizada. Un Afganistán estable será un activo clave para la comunidad internacional en gestionar una colapsada y radicalizada Pakistán.

«Por otro lado, el creciente poder de China e India y el estatus pueden jugar un papel muy importante en la estabilización de Pakistán y el desarrollo de la región. Esto sólo puede suceder mediante la integración de Afganistán, Pakistán, India, Asia Central, China y el Medio Oriente a través del intercambio, el comercio, el tránsito y las redes de energía, o la recreación de una nueva versión de la Ruta de la Seda. La cooperación regional en los ámbitos del comercio, tránsito, transporte y otras actividades económicas necesitan de un Afganistán estable.

«Un Afganistán estable también puede jugar un papel importante en la protección de los estados de Asia Central de una Rusia expansionista, mediante la vinculación de estos estados con la región de Asia del Sur y la seguridad en Medio Oriente y las estructuras comerciales. En resumen, Afganistán es tan importante y estratégico como el Estrecho de Malaca en el Sudeste de Asia».

«No estamos pidiendo un estatus nuevo, o una democracia al estilo Jefferson, sino una versión nueva y actualizada de nuestra condición y posición histórica y geoestratégica»

«Otra función importante de Afganistán es su lugar en la actual transformación del mundo islámico. Las naciones islámicas no han sido plenamente acogidas o integradas al sistema global. Muchos en el mundo islámico se esfuerzan por dar sentido a sus relaciones con la modernidad, la globalización y el mundo occidental. Desafortunadamente, los Estados Unidos tienen pocos puentes con el mundo islámico. Un estable y moderado Afganistán es el puente natural entre los dos mundos y un miembro de la alianza de la moderación en el mundo islámico junto con Turquía, Malasia, Indonesia, Bosnia y Túnez.

«Junto a Irán, la sociedad afgana está transformándose progresivamente hacia una sociedad secular y moderada principalmente como una reacción en contra de las experiencias teocráticas de los mujahideen y los talibanes, a diferencia de lugares como Pakistán, Asia Central y Egipto, donde vemos la islamización gradual de las sociedades en respuesta a los regímenes amargos autoritarios, seculares y fracasados.

«La visión de Afganistán como la de Turquía del Este contradice las ideas convencionales y populares del país. Muchos de nosotros caracterizamos y conocemos a Afganistán como el cementerio de los imperios, o en las palabras del Secretario de Defensa del Reino Unido una sociedad tribal xenófoba ‘rota del siglo 13’. Aunque para muchos afganos, puede ser glorificante ver a su país como el cementerio de los imperios, pero para los estudiantes de historia, es un mito y ficción que han sido moldeados mediante la lectura uniformada de la historia. Aparte de un puñado de aventuras, el territorio que se conoce como Afganistán ha sido siempre un centro o parte de varios imperios.

«Un buen ejemplo es el Reino Greco-Bactriano, que fue establecido después de la aventura de Alejandro Magno en Asia. Fue el primer modelo de coexistencia e interacción de la confrontación Este-Oeste. Nuestra visión para Afganistán como una encrucijada y un puente se deriva no sólo de nuestra geografía, sino también de nuestra historia y cultura. Por lo tanto, no estamos pidiendo un nuevo estatus, o una democracia jeffersoniana, sino una versión nueva y actualizada de nuestra condición y posición histórica y geoestratégica. Además, nuestra característica demográfica es otro controlador para un nuevo Afganistán. Casi dos tercios de nuestra población está por debajo de los 30 años de edad y principalmente desconectada y ajena a las experiencias y expectativas vividas por sus padres…»

«Ya sea una separación apresurada o una salida honorable acelerará el proceso de somalización [de Afganistán]»

«Estados Unidos es la clave tanto en la somalización de Afganistán o para la reactivación de la Ruta de la Seda, en donde Afganistán tendrá un lugar estratégico y un papel que jugar. Cualquiera que sea, una retirada precipitada o una salida honrosa acelerará el proceso de somalización. Por otro lado, el compromiso a largo plazo y global de los Estados Unidos con Afganistán asegurará e impulsará el renacimiento de la Ruta de la Seda. Este compromiso no tiene por qué ser exclusivamente militar o caro. Tiene que ser uno inteligente y con principio.

«El poder blando de los Estados Unidos y sus sectores ricos no gubernamentales y recursos, tales como universidades y fundaciones deben ser más utilizados, junto con la movilización de los recursos nacionales y regionales. Afortunadamente y a pesar de la creciente frustración e impaciencia, la buena voluntad del pueblo afgano y el compromiso absoluto del gobierno afgano para una asociación estratégica con los Estados Unidos siguen siendo fuertes y sólidos.

«Al igual que con todas las naciones, los Estados Unidos se sabe posee ciertas características, así como también algo de arrogancia. El espíritu idealista del puede hacerse y el eterno optimismo de las características naturales y nacionales de los Estados Unidos han logrado realizar tareas y misiones imposibles, tales como Alemania, Japón, Corea del Sur, la derrota del comunismo [durante la Guerra Fría] o la elección del Presidente Obama.

«Si los Estados Unidos mantiene su compromiso con estos valores, Afganistán se unirá a la lista de logros de las tareas difíciles de los Estados Unidos. Pero si no puede resistirse a la tendencia a la impaciencia sin importar lo que sucederá. Todos debemos recordar la caracterización del Presidente [Ronald] Reagan de esta gran nación, cuando dijo: «Estados Unidos es demasiado grande para sueños pequeños».

«Los generales pakistaníes deben ser… tratados igual que a los comandantes del Cuerpo de la [Guardia] Revolucionaria Islámica Quds de Irán, si no, no habrá ninguna perspectiva para el éxito en Afganistán»

«Otro tema fundamental es el papel de la creación de la inteligencia militar de Pakistán. Basado en la definición más liberal de terrorismo y toda la fuente abierta de información, las agencias de inteligencia militar paquistaníes están implicadas en patrocinar el terrorismo en Afganistán y la región y sin embargo son tratadas como un socio respetado por la comunidad internacional.

«Al como el Dr. [Rangin Dadfar] Spanta, Asesor de Seguridad Nacional de Afganistán, caracterizó al ejército paquistaní diciendo: ‘Es el principal agresor del conflicto afgano’, y por lo tanto responsable de la muerte de cientos de estadounidenses., afganos y soldados de la coalición.

«Por lo menos, los generales paquistaníes deben ser considerados y tratados como a la Brigada Qods del Cuerpo de [Guardias] de la Revolución Islámica de Irán. Si no es así., No habrá ninguna posibilidad de éxito en Afganistán».

«[La] corrupción imperante y el despotismo en las instituciones de nuestro estado… necesitan ser confrontados fuertemente por el gobierno afgano»

«El tema de la gobernabilidad y la corrupción es otra prioridad importante para nuestra misión conjunta. Estamos muy agradecidos al gobierno de Obama por reconocer la corrupción como una cuestión fundamental. Desde hace varios años, este discurso estuvo casi ausente de la lista de nuestras prioridades. Sin embargo, una lucha exitosa contra la corrupción sólo puede pagar dividendos cuando en ella se es contextualizada, despolitizada e institucionalizada en las realidades e instituciones de Afganistán.

«La cruzada editorial del Times de Nueva York contra la corrupción en Afganistán no es la forma más eficaz para este fin.

«Este tema también puede ser visto desde una perspectiva más bien controvertida. Nos enfrentamos a tres insurgencias en Afganistán, o tres Shuras [centros de toma de decisiones]:.. El Shura Quetta dirigido por el SII, el Shura de Kabul y el Shura de Washington Desafortunadamente, no existe acuerdo sobre el papel y la proporción de la responsabilidad de cada Shura. [2]

«El Shura de Kabul es la corrupción imperante y el nepotismo en nuestras instituciones estatales, que deben ser enfrentadas con fuerza por el gobierno afgano. La falta de paciencia estratégica, visión a corto plazo, la politización de la gobernabilidad, la demonización pública de las instituciones del estado afgano, no explican adecuadamente la misión al pueblo estadounidense y el apaciguamiento de la inteligencia-militar de Pakistán son los principales pecados y vicios del Shura de Washington…»

«Las narrativas [pesimistas] tales como la retirada para julio del 2011… la corrupción, las víctimas civiles y la paz con los talibanes han generado… pesimismo en Afganistán y en otros lugares»

«En luz del la creciente incertidumbre y pesimismo, existe una necesidad urgente de (re) articular una nueva mega narrativa constructiva para Afganistán. Lamentablemente, las actuales narrativas destructivas y pesimistas tales como la retirada para julio, 2011, la transición, la corrupción, las víctimas civiles y la paz con los talibanes han generado gran cantidad de energía negativa y pesimismo en Afganistán y otros lugares.

«Sólo mediante la articulación de una mega narrativa positiva, podemos prevalecer en la batalla de las percepciones y asegurar el éxito en el terreno.

«Los resultados de los dos estados finales para Afganistán han sido bien articulados por la siguiente observación de un estudiante de la Universidad de Kabul:

«Si el mundo nos exporta terroristas, los reenviaremos de vuelta más terroristas comprometidos y despiadados así como también con docenas de kilos de hashis y opio. Pero si el mundo nos ayuda, exportaremos una nueva generación de Zoroastros, Maulana Jalal Din Balkhi [poeta Rumi], Avicenna, [reformista islámico] Jamaluddin Afghani, [líder gandhiano-afgano] Padshah Khan, las jugosa granadas de Kandahar y el azafrán Herati de máxima calidad»‘.


[1] www.tolonews.com (Afganistán), 16 de octubre, 2010. El texto del artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad.

[2] La referencia a Quetta Shura significa el comité ejecutivo de los talibanes dirigidos por el SII, o los Servicios Internos de Inteligencia del ejercito paquistaní.