Un artículo reciente en la página Web hindú muslimindia.in examinó la falta de reconocimiento de las reinas musulmanas que gobernaron diversas partes del mundo musulmán en siglos pasados. El escritor sostiene que una interpretación ortodoxa del Islam por varios clérigos, sobre todo en Pakistán e India, significa que la mayoría de las reinas musulmanas han sido olvidadas de la historia.

El artículo, titulado «El Misterio de las Mujeres Gobernantes Musulmanas», fue escrito por Raihanaa Hasan y publicado por primera vez en la revista Nation and the World (Nación y el Mundo) con sede en Delhi y luego reproducido en el portal musulmán hindú muslimindia.in. Se trata de un artículo de revisión del libro de la socióloga marroquí Fatima Mernissi, Las Reinas Olvidadas del Islam.

El artículo señala: «El conteo total de mujeres gobernantes musulmanes… suma veinte. ¿Entonces por qué la mayoría de ellas no se encuentran en nuestros libros de historia, su propia existencia es negada? Ortodoxos acérrimos se opusieron a muchas de ellas en sus vidas, pero las persiguió esta oposición hasta después de su muerte para borrarlas de la memoria?»

Lo siguiente son algunos extractos del artículo: [1]

«El recuento total de las gobernantes musulmanas… suman veinte; entonces ¿por qué la mayoría de ellas no se encuentran en nuestros libros de historia, su propia existencia fue negada?»

«Un furor saludó a Benazir Bhutto cuando se convirtió en Primera Ministro de Pakistán en 1988. Respaldada por teólogos ortodoxos, sus oponentes denunciaron el hecho como no islámico y ‘en contra de la naturaleza’, añadiendo que ‘ninguna mujer había gobernado nunca un estado musulmán entre el 622 y 1988’. Para verificar la exactitud de esta declaración, la autora y socióloga marroquí Fatima Mernissi consultó las obras de exploradores, estudiosos e historiadores que van desde Ibne Batuta (1304-1378) e Ibn Jaldún (1332-1406) a Stanley Lane-Poole (Enciclopedia del Islam, 1960) y sus resultados, publicados en Las Reinas Olvidadas del Islam, nos dicen que hubo por lo menos diecisiete reinas musulmanas entre los siglos XI y XVII.

«Mernissi restringe su lista de gobernantes mujeres que cumplieron los criterios de soberanía musulmana – sus nombres fueron proclamados en los [sermones] del viernes Khutba desde las mezquitas e inscritas en monedas acuñadas en sus reinados. Relativamente bien conocidas son dos reinas de los mamelucos, dinastía de (esclavos turco) del siglo XIII. Una, por supuesto, es Razia Sultana del sultanato de Delhi, una administradora capaz cuyo calibre en comparación con sus tres hermanastros fue reconocido por su padre cuando la nombró su sucesora. La otra es la sagaz Sultana Shajaratul-Durr de Egipto, que derrotó al ejército francés durante las Cruzadas y capturó al Rey Luis IX.

«Sin embargo, pocos de nosotros hemos escuchado hablar de las dos reinas árabes del siglo undécimo que gobernaron Yemen junto con sus maridos: Asma bint Shihab al-Sulahiyya (descrita por sus contemporáneos como una de las mujeres más famosas y poderosas de su tiempo) y su cuñada, Arwa, ambas bajo el título de ‘Syeda al-Hurra’. Tampoco se ha escrito mucho sobre las reinas de la dinastía Mongol, que trataban a sus mujeres con un respeto que sorprende a Ibne Batuta. Esta no tuvo menos de seis reinas (1256-1340) que reinaron sobre los diversos principados en el actual Irán e Irak. Estas fueron: Kutlugh (también conocida como Turkan) Khatun – cuyo reinado duró veintiséis años – y Padishah Khatun en Kirman; Absh Khatun, cuya capital era Shiraz; Dawlat Khatun de Luristán (en Persia) y Bek Sati y Malika Tindu de Irak.

«Posteriormente, en las Maldivas, tres reinas musulmanas se sucedieron a si mismas durante un período de cuarenta años (1347-1388). El reinado de treinta y tres años de Sultana Khadiya fue sucedido por el de Sultana Myriam seguido por Sultana Fatima. En el siglo XVII (1641-1699 ), Atjeh – la primera región de Indonesia en tener un reino musulmán – tuvo cuatro reinas sucesivas (Sultanas Tajul Islam, Nurul Alam, Inayat Shah y Kamalat Shah) a pesar de sus oponentes obteniendo un fatwa en su contra.

«Otras fuentes que Mernissi citan a la séptima reina Mongol, la Sultana Fatima Begum, conocida por los rusos como Sultana Sayyidovna, de Qasim en Asia Central (1679-1681) y dos reinas musulmana en la África subsahariana: Qasa, la esposa principal de Mansa Suleiman de Malí… y una famosa conquistadora y reina guerrera, Amina de Zauzau, África Occidental.

«El conteo total de mujeres gobernantes musulmanas suma así hasta veinte. ¿Entonces por qué la mayoría de ellas no están en nuestros libros de historia, su propia existencia negada? Ortodoxos acérrimos se opusieron a muchas de ellas en sus vidas, pero las persiguió esto después de su muerte para borrarlas de la memoria?»

«La oposición a las mujeres que ocupan cargos públicos aparentemente se debe a un único hadith [dichos del profeta quien]… dijo: ‘Una nación que impone sus asuntos en las manos de una mujer nunca prosperará’

«La oposición a las mujeres que ocupan cargos públicos supuestamente se deriva de un solo hadith [dichos del Profeta]. El Profeta (que la paz esté con él) se dice dijo: ‘Una nación que impone sus asuntos en manos de una mujer nunca prosperara’. Los teólogos difieren en sus interpretaciones de este hadith. Algunos prohíben a las mujeres de toda función pública, algunos permiten que puedan ocupar cargos públicos, incluyendo el de juez y algunos incluso reconocen su derecho a ser jefe de estado. Otros señalan que el Profeta… hizo este comentario después de escuchar que los persas habían nombrado a la hija de Chosroe como su gobernante. (El Profeta… había predicho antes del final de la dinastía Chosroe después de que el último había roto la carta invitándolo al Islam). Este por lo tanto se estaba refiriendo específicamente a una mujer en particular no a las mujeres en general.

«En El Velo y la Elite Masculina, Mernissi cuestiona la fiabilidad del hadith, basándose en que el narrador, Abu Bakrah, un ex esclavo tal vez temeroso de poner en peligro la libertad y la prosperidad que disfrutó después de la conversión al Islam, había estado ansioso por ganar el favor de Alí después de que éste derrotó a Ayesha en la Batalla del Camello y convenientemente recordó la supuesta observación veinticinco años después de la muerte del Profeta. Es más, una vez había sido azotado en el reinado de Omar por dar falso testimonio.

«… El Profeta le dijo a sus seguidores que rechazaran cualquier dicho atribuido a él que viole el mensaje del Corán y estos hadiths parecen ir en contra del relato del Corán de la Reina de Saba (Sura 27 del Corán), donde en ninguna parte implica que a ella se le prohibió gobernar. Por otra parte, la historia misma refuta las implicaciones del hadith. Naciones han prosperado bajo ciertas mujeres gobernantes – Inglaterra bajo Isabel I y Victoria; Israel bajo Golda Meir, Indira bajo Indira Gandhi, Rusia bajo Catalina la Grande; España bajo Isabel. ¿Cómo puede el Profeta… haber pensado en hacer una declaración que el tiempo refutaría? Por supuesto, hubo algunas mujeres gobernantes terribles, incluyendo a reinas musulmanas que eran o pobres administradoras, malas musulmanas o ambas cosas, pero esto es tan cierto a sus homólogos masculinos.

«Y sin embargo, la interpretación más restrictiva del hadith es citado por quienes las suscriben a la opinión de que las mujeres no deberían ser ni vistas ni escuchadas y mucho menos ocupar cargos públicos. Durante su ignorante ejercicio en el cargo [el dictador militar pakistaní] Ziaul Haq, un alim muy conocido [estudioso islámico] incluso declaró que las mujeres deberían evitar contestar el teléfono porque esto violaría su purdah. Tales personas están atrapadas en las actitudes arraigadas durante siglos de una misoginia cultural inculcada que ha transformado los mandamientos del Corán en relación con el respeto y la protección de las mujeres en una especie de prisión y una licencia para gobernar sus mentes así como también sus vidas.

«Hasta hace unos años, existía una tradición entre las familias musulmanas de presentar las nuevas novias con una copia del [estudioso islamista hindú] Maulana Ashraf Ali Thanvi Bahishti Zewar (Ornamenta Celestial), un libro sobre las creencias islámicas y los rituales que aconseja a las mujeres, entre otras cosas, nunca salir de la casa de su marido, incluso para visitar a sus padres, excepto para asistir a sus funerales. Sin embargo, el libro alienta a las mujeres a que aprendan a leer y escribir. Anteriormente, sólo a unos pocos privilegiados se les permitía aprender a leer, pero nunca a escribir, por si acaso – horror de los horrores! – usaban la habilidad para escribir cartas de amor.

«Tal vez esta es la actitud responsable en hacer desaparecer a las reinas musulmanas de nuestra historia. Mernissi insta a las mujeres a leer y reconstruir su propia historia en defensa propia. Ya que nuestra ignorancia del pasado se está utilizando en contra de nosotros, debemos actuar. Leer el pasado!’ La búsqueda – añadir ‘su’ relato al relato de ‘él’ – subraya además la necesidad para la educación de las mujeres. Sólo así podrán ‘leer su pasado’, aprender a creer en sí mismos, desarrollar sus talentos y cumplir con el potencial dado por su Dios – ya sea en el hogar, en el lugar de trabajo o en un cargo público. La elección debe ser de ellos y sólo de ellos».


[1] www.muslimindia.in, India, 10 de enero, 2010. El texto de ese artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad.