El 12 de octubre, 2017 la ciudadana estadounidense Caitlan Coleman y su esposo canadiense Joshua Boyle, junto a sus tres hijos, fueron rescatados luego de haber estado en cautiverio talibán en lo que ha arrojado luz sobre la naturaleza tóxica de las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán. La pareja estadounidense-canadiense fue capturada por la Red Haqqani perteneciente al Emirato Islámico de Afganistán (la organización talibán respaldada por el ejército paquistaní) en el 2012 en Afganistán y sus tres hijos nacieron en cautiverio.

Según la versión del relato publicado por la oficina de Relaciones Publicas del Servicio interno del ejército pakistaní (RPSI), las fuerzas de seguridad pakistaníes llevaron a cabo la operación de rescate luego que las agencias de inteligencia estadounidenses dieran información procesable de que la familia estadounidense-canadiense estaba siendo transferida desde Afganistán hacia Pakistán.[1] Esta versión de la historia publicada por el RPSI ha demostrado ser falsa. Sin embargo, parece ser que Estados Unidos y Pakistán colaboraron en la operación.

En un comunicado dado a conocer por la Casa Blanca, el Presidente estadounidense Donald Trump, quien ha sido crítico sobre el papel de Pakistán en la protección de los yihadistas talibanes, elogió a Pakistán por la operación y dijo: «Este es un momento positivo para la relación de nuestro país con Pakistán. La cooperación es una señal de que esta honra los deseos de Estados Unidos de hacer más para brindar seguridad en la región. Esperamos ver este tipo de cooperación y trabajo en equipo para de esta manera ayudar a garantizar la liberación de los rehenes restantes y en nuestras futuras operaciones conjuntas de lucha contra el terrorismo».[2]

Los elogios de Trump fueron vistos como una trampa paquistaní en la que Estados Unidos caía nuevamente, especialmente porque el ejército pakistaní es conocido por seguir una política dual de apoyar a los talibanes por una parte y organizar una fachada de tales misiones de rescate y operaciones antiterroristas para de esta manera seguir manteniendo relaciones económicamente fructíferas con los Estados Unidos. Aunque la versión pakistaní intentó impresionar de que los yihadistas mantuvieron a la pareja secuestrada en Afganistán, Caitlan Coleman posteriormente manifestó diciendo: «Ese día no cruzábamos hacia Pakistán. Estuvimos en Pakistán durante más de un año en ese punto».[3]

Comentando sobre cómo el Emirato Islámico de Afganistán funciona como un brazo extendido del Servicio de Inteligencia Interno (SII) del ejército paquistaní y fue responsable de un ataque terrorista contra la Embajada estadounidense en Kabul en septiembre, 2011 el entonces Presidente del Estado Mayor Conjunto Almirante Mike Mullen le dijo al Comité de Servicios Armados del Senado estadounidense: «La Red Haqqani, por ejemplo, actúa como un verdadero brazo de la agencia del Servicio de Inteligencia Interna de Pakistán».[4] A continuación se presentan extractos de un artículo escrito por Amrullah Saleh, el ex jefe de la Dirección Nacional de Seguridad (DNS, o el servicio de inteligencia afgano), diseccionando las tóxicas relaciones entre los Estados Unidos y Pakistán durante décadas. El inglés original del artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad y estandarización:[5]

«Lo que distingue a Pakistán de otros socios menores alrededor del mundo es su capacidad para escapar castigos cada vez que lastima a los Estados Unidos».

«Mientras Afganistán y el resto del mundo analizan los recientes comentarios del Presidente Donald Trump sobre Pakistán, felicitándolo por el rescate de una pareja estadounidense y canadiense y sus tres hijos, mi punto de vista es que Pakistán, como socio menor en esta relación, hace cosas extrañas, al punto de a veces perjudicarse a sí mismo, porque tiene que atraer la atención de su antiguo aliado y patrono, Estados Unidos.

«Estas acrobacias por parte de Pakistán han funcionado a menudo en el pasado, creando un patrón de éxitos y recompensas pavloviano de Washington y otras capitales que de vez en cuando han necesitado de Pakistán en el gran juego geoestratégico que se ha desarrollado en el Sudeste Asiático desde 1947.

«En cualquier caso, socios menores en cualquier asociación deben impresionar al socio mayor. Esa es la naturaleza de la asociación. Pero lo que distingue a Pakistán de otros socios menores alrededor del mundo es su capacidad de evadir el castigo cada vez que este perjudica a los Estados Unidos. Desde al final de la Guerra Fría, la mayoría de las acciones terroristas que tuvieron lugar en los Estados Unidos o que tuvieron como blanco a los Estados Unidos fueron rastreados hacia Pakistán de una forma u otra.

«Sin embargo, esta sólida y humeante evidencia de la mano terrorista de Pakistán no le ha impedido ser un aliado de Washington. Algunos de nosotros en la región al menos nos sorprendemos de cómo funciona esto. Esta problemática y aún sobreviviente relación y sociedad entre los dos países, ha dado origen a teorías de conspiración que van desde la especulación de que Estados Unidos, en realidad, administra conjuntamente el arsenal nuclear paquistaní para que esta no caiga en manos equivocadas, al hecho que Pakistán sea el maestro bendito que controle el caos en la región junto a que Washington controle a un Pakistán caótico y por lo tanto el caos deriva en un producto conjunto.

«O, para decirlo con palabras sencillas, sin un grado de tolerancia por parte de Washington, el estado híbrido totalitario de Pakistán o su institución de inteligencia militar, se convertirá muy pronto en un país común que brinda respuestas y rendición de cuentas tanto a su propio pueblo como a una comunidad mundial desconcertada: tal vez los temas del estado híbrido totalitario parezcan profundos para los paquistaníes, pero Washington no tiene nada secreto o profundo sobre estos, o al menos eso es lo que nos gustaría creer».

«Es un secreto abierto en Kabul que la pareja estadounidense y canadiense y su familia rescatada recientemente habían sido retenidos en [las regiones tribales pakistaníes de] Waziristán»

«Cuando el Presidente Trump anunció [el 20 de agosto, 2017] su estrategia para el Sudeste Asiático, hubo algo de esperanzas de que los Estados Unidos de Trump no se dejarían engañar por las acrobacias de Islamabad y particularmente por los amos del estado híbrido totalitario – los engañosos generales del ejército de Pakistán y el servicio de inteligencia amantes del terrorismo, el SII [o Servicios Internos de Inteligencia], no obtendrían ni elogios ni recompensas, como en el pasado. Se esperaba que las platicas o acciones antiterroristas poco sistemáticas no serían recompensadas, con el fin de traer un cambio significativo de paradigmas dentro del comportamiento y estrategias del Cuartel General [GHQ del ejército paquistaní] en Rawalpindi.

«Los dignatarios estadounidenses visitantes le han asegurado a los entusiastas líderes del gobierno afgano y a su clase política que Washington posee un largo índice de trucos paquistaníes y que no sería engañado nunca más. Todo esto era música para los oídos de Kabul. Los afganos siguen pagando los costos humanos más altos en la continua guerra contra el terrorismo y tienen derecho a conocer las perspectivas y políticas de Washington que poseen una directa relación con sus vidas.

«Sin embargo, en otro dramático despliegue de espectacularidad, el ejército de Pakistán se ha ganado los elogios más altos del Presidente Trump en la forma de un tuit público. Cuando la Red Haqqani atacó la Universidad Americana en Afganistán [el 24 de agosto, 2016] sus manipuladores en Pakistán estaban en comunicación directa con los atacantes suicidas, guiándolos sobre el cómo no se debe mostrar piedad a ningún estudiante o facultad y en el cómo propinar el máximo dolor y causas.

«Es un secreto a voces en Kabul que la pareja estadounidense-canadiense y su familia rescatada recientemente habían sido retenidos en las regiones tribales paquistaníes de Waziristán durante algún tiempo, exactamente en la misma zona de Pakistán donde el ejército paquistaní recientemente declaró Misión Cumplida a su operación [antiterrorista] Zarb-e-Azb y envió a todos los terroristas malvados y no deseados de vuelta a Afganistán».

Caitlan Coleman, Joshua Boyle e hijos

Para ver el resto del despacho en inglés pulse o copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/article-former-afghan-intelligence-chief-amrullah-saleh-examines-toxic-nature-us-pakistan

[1] Roznama Express (Pakistán), 13 de octubre, 2017.

[2] Whitehouse.gov, 12 de octubre, 2017.

[3] Dawn.com (Pakistán), 24 de octubre, 2017.

[4] Dawn.com (Pakistán), 22 de septiembre, 2017.

[5] El Expreso Hindú (India), 16 de octubre, 2017.