A continuación se presentan extractos de una entrevista con el urólogo y egiptólogo egipcio Wassim Al-Sissy, la cual fue puesta al aire en el canal 1 de la televisión egipcia el 21 de septiembre, 2010.

Para ver este segmento de video en MEMRI TV, visite
http://www.memritv.org/clip/en/0/0/0/0/0/0/2688.htm.

Entrevistador: “Cómo ve usted al mundo en 20 o 30 años?”

Wassim Al-Sissy: “El universo?”

Entrevistador: “Sí».

Wassim Al-Sissy: “Creo que la solución propuesta por Alejandro el Grande será realizada. Este previo una gran familia humana y para alcanzar esto, este ordenaría la celebración de cientos de miles de bodas a diario, entre la gente que conquistó. Este los conquistaba a todos – Persia, India, Egipto… Después de todo, era Alejandro Magno.

“Por ejemplo, un egipcio tuvo que casarse con una muchacha griega, o un griego tuvo que casarse con una muchacha persa. Él mismo se casó con la hija de un rey persa, para servir como modelo a otros. Había dos razones para eso. Quiso abolir el celo tribal y consolidar los lazos de sangre.

«Los historiadores dicen que si Alejandro hubiese vivido hasta los 60 años – este murió a la edad de 33… Si hubiera vivido hasta los 60 años, el mundo sería hoy un lugar diferente.

“Hoy día, la visión de Alejandro Magno está comenzando a ser realidad. Europa está unida, hay fronteras abiertas entre los países árabes y así, una gran familia humana está comenzándose a formar. Por lo tanto, no se escribirá más en los pasaportes ‘ingles’, ‘norteamericano’, o ‘egipcio’. Se escribirá ‘solar’ en honor a nuestro sistema solar, para distinguirlo de otros sistemas solares.

“Me siento confiado de que nos abriremos a todo el universo. Existen muchos estudios a este respecto. Estamos muy cerca de un sistema entre humanos. Usted y yo seremos considerados “terrestres” porque somos del planeta Tierra. Alguien diferente pudiera ser ‘venusino’ – del planeta Venus, o ‘marciano’ – de Marte. Pero todos pertenecemos al sistema solar.

“No hay duda de que los conflictos violentos que estamos experimentando son las contracciones del nuevo mundo. […]

«La gente piensa que la identidad es sobre el idioma y que debo llamarme ‘árabe’, pero yo no nací en la Península Arábiga, y cuando voy allá, me hacen pasar a través de la puerta de los extranjeros. ¿Si soy árabe, por qué necesito un kafil local [para trabajar allí]? La verdad es que soy un egipcio que habla árabe.

“Por lo tanto, la identidad no está en el idioma. Si lo fuera, cinco países africanos deberían considerarse franceses, porque son franco-parlantes. Etc., etc. ¿Tomen a Estados Unidos, por ejemplo – hablan inglés allá, sus fundadores fueron ingleses y son cristianos – entonces por qué no se llamaron los Estados Unidos de Inglaterra? La tierra es América y es por eso que se les llama los Estados Unidos de América. Así que la identidad tiene que ver con la tierra y no con el idioma o la religión»…

Entrevistador: “Esa es la razón por el cual usted dijo que muchos idiomas se sustituyeron unos a otros en Egipto, pero la identidad todavía es llamada egipcia».

Wassim Al-Sissy: “Sí, incluso cuando había diferentes períodos de ocupación. ¿Durante cuanto tiempo los árabes gobernaron Egipto? Por 227 años. Los romanos gobernaron Egipto durante 670 años. ¿Se convirtió la identidad de Egipto en romana? Los griegos gobernaron Egipto por 300 años, a partir del 330 BCE al 30 BCE, hasta la batalla de Actium. Deberíamos decir que Egipto fue griego, luego romano, luego árabe, luego tulunid, luego turco y luego inglés?”

Entrevistador: «La identidad es determinada en base a la tierra».

Wassim Al-Sissy: “Sí. Soy un egipcio, que habla árabe. Eso es lo que quiero aclarar. Nuestro orgullo…”

Entrevistador: “Entonces porqué fue usted mal interpretado?”

Wassim Al-Sissy: “Porque querían que dijera que soy árabe. Qué significa cuando decimos ‘egipcio?’ Usted es un egipcio, que habla árabe». […]

Entrevistador: “La identidad egipcia es muy hermosa».

Wassim Al-Sissy: “Es una identidad maravillosa, con genes grandiosos».

Entrevistador: “Fuertes como el hierro…”

Wassim Al-Sissy: “Pero solamente los vientos del desierto que soplan sobre nosotros del extranjero están cambiando a Egipto». […]