MEMRI tiene el placer y honor de darle la bienvenida al renombrado economista y politólogo ruso Dr. Vladislav Inozemtsev como asesor especial del Proyecto Estudios de los Medios de Comunicación Rusos en MEMRI. El Dr. Inozemtsev es director y fundador del Centro de Estudios Post-Industriales de Moscú y miembro del Consejo Científico del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (RIAC/siglas en inglés). Hasta el año 2016 Inozemtsev presidió y enseñó en el Departamento de Economía Mundial de la Facultad de Gobernanza Pública de la Universidad Estatal Lomonosov en Moscú y también enseñó en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO/s.e.i.) y en la Escuela Superior de Economía de Moscú.
Entre los meses de diciembre, 2011 y marzo del 2012 el Dr. Inozemtsev fue asesor principal de Mikhail Prokhorov, el entonces candidato presidencial ruso (que quedó tercero en las elecciones celebradas en el 2012) y quien redactó su programa presidencial. Este se desempeñó como miembro del Consejo Asesor del Primer Ministro de la Federación Rusa (conocido como el ‘Gobierno Abierto’) desde los años 2013 al 2016 y del 2013 al 2014 fue miembro sénior del partido centro-liberal ruso Poder Civil.
Entre los años del 2013 al 2019 el Dr. Inozemtsev se desempeñó como investigador principal y distinguido en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales y la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins en Washington (DC), en el Instituto de Ciencias Humanas de Viena, en el Instituto Polaco para Estudios Avanzados en Varsovia y en el Consejo Alemán de Asuntos Exteriores en Berlín.
El Dr. Inozemtsev es autor de más de 20 libros, que han sido traducidos a los idiomas inglés, francés, chino y polaco, así como también numerosos artículos publicados en Rusia y en el extranjero. Ha contribuido con artículos en diarios importantes tales como El Wall Street Journal, El Washington Post, Le Monde, Financial Times, The Independent, Sueddeutsche Zeitung, La Razón, La Repubblica, Gazeta Wyborcza y en varios otros medios de comunicación, incluyendo Project Syndicate.
A continuación, en un anuncio especial, el Dr. Vladislav Inozemtsev explica el inicio de su cooperación académica con MEMRI:
Dr. Vladislav Inozemtsev
Me siento enormemente honrado y privilegiado en aceptar la invitación para unirme al equipo de MEMRI en calidad de Asesor Especial del Proyecto de Estudios de los Medios de Comunicación Rusos de MEMRI (RMSP/s.e.i.) y así involucrarme en el programa de Rusia en evolución del Instituto. Dado que no soy un experto en asuntos del Medio Oriente, el enfoque central de MEMRI durante más de dos décadas, espero contribuir a la comprensión tanto de Rusia como de las naciones que alguna vez constituyeron partes de su vasto Imperio centenario en sus diversas formas, desde Moscovia a la Unión Soviética. Contribuiré con ensayos sobre diferentes aspectos de los asuntos actuales de Rusia y estaré feliz de ayudar a mis colegas en MEMRI en brindar la información más profunda sobre los eventos dentro del país más extenso del mundo, así como de su periferia histórica.
Me gustaría abrir un prologo a dos comentarios generales que creo son vitales para entender a la Rusia de hoy y evaluar los estudios actuales de las políticas internas y externas de Rusia:
Primeramente, yo diría que la Rusia del siglo 21 parece ser una nación única y muy singular y es verdaderamente sui generis entre las potencias más importantes del mundo. La explicación central de esta peculiaridad es que la Rusia que surgió en las últimas décadas moldeada por su ‘líder nacional’ Vladimir Putin es un sistema social donde la política y los negocios se han fusionado efectivamente en un sentido que los hace inseparables. La nueva élite del poder que maduró y aún madura, en los años de Putin, no gobierna ni administra el país, efectivamente lo posee. El servicio público se ha convertido en el tipo de negocio más lucrativo y los funcionarios pueden convertirse en las personas más ricas del país no violando las leyes de Rusia, sino obedeciéndolas. No solo se deterioró la separación entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, sino que también desaparecieron los límites entre el espíritu empresarial y la burocracia, el servicio civil y militar, e incluso las actividades ordinarias y las comunidades científicas y de expertos. El estatus social puede adquirirse a través del dinero y el dinero parece ser el objetivo exclusivo de quienes están en el servicio público. Por lo tanto, es imposible entender los objetivos de los ‘políticos’ rusos sin rastrear sus activos y flujos de dinero, o explicar el comportamiento de los ‘negocios’ rusos sin rastrear sus conexiones con las autoridades. Rusia se ha convertido ahora en lo que yo llamaría un ‘estado comercial’ al que la lógica tradicional para estudiar las democracias o las dictaduras es en gran medida inaplicable y esto debería ser considerado por cualquier persona que profundice en el estudio de este fascinante país.
En segundo lugar, Rusia no solo es única, sino que los estudiosos más destacados de Rusia son gente muy especial. Al contrario de la época soviética cuando muchas naciones en Occidente consolidaron una tradición local de estudios soviéticos a largo plazo, hoy día veo gran diferencia en este campo. Mientras Rusia se convierte en una nación mucho más autoritaria, se incrementan las diferencias entre aquellos que son leales y los disidentes. Dado que no existe una oposición política significativa en el país (es decir, la oposición carece de las formas y medios legales para promover una agenda política diferente a la de Putin), todas las controversias se concentran dentro de la esfera ideológica. Lo mismo aplica también al enfoque que dan los académicos en Occidente, por dos razones: por una parte, los analistas occidentales se ven involucrados o confrontados por una intensa campaña de propaganda iniciada por el Kremlin, por lo que estos se ven obligados a `apaciguar’ a Rusia o «asestarle un golpe», sin recurrir a ninguna postura partidista; por otra parte, una vez más al contrario de la época soviética, cientos, si no miles, de estudiosos y expertos rusos que emigraron de Rusia en los últimos años, se involucraron en debates y la mayoría de ellos se acogieron a fuertes posturas anti-régimen. Por lo tanto, ambos los intereses políticos más estrechos como los sentimientos emocionales más profundos dominan de manera abrumadora el debate sobre Rusia, tanto a nivel nacional como internacional. Difícilmente se puede encontrar un académico que afirme oponerse a Putin, pero que todavía argumente que su régimen puede sobrevivir durante otra década o, por el contrario, un académico que exprese su apoyo incondicional a las políticas del Kremlin pero que aún pueda admitir que el sistema existente se encuentra seriamente amenazado.
Al unirme al equipo de MEMRI, espero evitar las deficiencias más típicas de los actuales estudios sobre Rusia. Haré todo lo posible para describir a la Rusia del siglo 21 tal como es, como un sistema social verdaderamente único que no debe ser considerado como ‘desviación’ de ninguna ‘norma’ posible (al estilo de una ‘democracia imperfecta’ o ‘autoritarismo blando’) y eso debe ser estudiado profundizando dentro de su tejido social. Haré todo lo posible para suprimir todas mis emociones y sentimientos al realizar una investigación que pueda producir pronósticos razonables y servir como base para la toma de decisiones responsables en lugar de involucrarme en un episodio u otro de la ‘guerra híbrida’ entre lo ‘bueno’ y ‘ la maldad.’ A medida que pasa el tiempo, los lectores de MEMRI sacarán sus propias conclusiones sobre si he sido exitoso o no.
Dr. Vladislav Inozemtsev,
Washington (DC), 10 de marzo, 2021