Ibrahim Al-‘Ajlouni, intelectual y autor jordano quien trabaja para el Ministerio de Cultura de Jordania, fue anterior editor de cultura del diario gubernamental Al-Rai y hoy escribe una columna regular para el diario. En su columna del 18 de abril, 2017, titulada «Sangre Palestina para las Matza Sionistas», Al-‘Ajlouni repitió el libelo de sangre de Damasco, según el cual los judíos asesinaron a un monje cristiano en Damasco en 1840 y utilizaron su sangre para hacer las matza de Pascua. Al-‘Ajlouni dijo que mencionaba este tema ante «la sangre de los árabes y palestinos que está siendo derramada en todas partes de Palestina» y ante la gran influencia de los sionistas en los países occidentales y sus gobiernos, influencia que causa que el ummah árabe se encuentre en un estado de debilidad y frustración. Este predijo, sin embargo, que esta situación terminara tarde o temprano y llamó a los árabes a reconocer a sus enemigos como tales, incluso si pretenden ser de otra manera y a confiar en sus propias fuerzas para oponerse a sus enemigos y mejorar su situación.
El artículo en Al-Rai
Lo siguiente son extractos del artículo:[1]
«Un acontecimiento histórico bien conocido de 1840 fue [el incidente en el cual] un grupo de judíos asesinó a un sacerdote cristiano francés en Damasco junto a su guardaespaldas sirio y destilaron su sangre y hacer las matzas para un festival talmúdico [es decir, judío]. Los criminales fueron capturados y sentenciados a muerte, pero la sentencia nunca fue llevada a cabo debido a la intervención de los políticos franceses a quienes Muhammad Ali Pasha, el gobernador de Egipto, [quien también gobernó Damasco] quería apaciguar… La gente que [intervino] con el gobernador egipcio [en nombre de los criminales] exigió reprocesar de nuevo a los criminales que confesaron su crimen. Muhammad Ali Pasha no sólo trató de apaciguar a los franceses, sino que en realidad emitió un decreto de indulto a los criminales.
«A pesar de esto, documentos indican que los líderes sionistas se negaron a permitir que la palabra perdón apareciera en el decreto de los gobernadores egipcios. Estos exigieron que se lo retirara del expediente porque su aparición constituía prueba de que el crimen había ocurrido y estos estaban determinados de que no debería quedar rastro alguno de ello y que la historia debiera pasarlo por alto.
«Lo que es aún más extraño es que los sionistas rastrearon un libro [en francés que había sido escrito] sobre este tema y compraron [todas] las copias disponible de este en los mercados.[2] Pero Alá le permitió a un copto egipcio [encontrar una copia de este] y lo tradujo [al árabe]. Un conocido estudioso sirio, Mustafa Al-Zarqa, escribió una introducción al libro[3] en el que señaló la tradición talmúdica de derramar la sangre de los goyim, especialmente la de los cristianos, con el propósito de preparar esta extraña matza que los Hijos de Jehová [ed., los judíos] no encuentran apetecible a menos que esté [saboreada] con la sangre de los no judíos, especialmente la sangre de los seguidores de Jesús.
«Digo esto ante la sangre de árabes y palestinos la cual siempre ha sido derramada o vertida en todas partes de Palestina por el bien de una matza sionista cuyas dimensiones son las dimensiones de la tierra ocupada. También digo esto ante la gran influencia que ejercen los sionistas en los países occidentales, [países] que afirman ser cristianos pero en realidad ocultan una creencia en el Talmud y ante el impacto que esto tiene en nuestro Mashreq árabe e islámico [los países de la cuenca mediterránea oriental]. Lo digo especialmente ante la tendencia de los árabes a someterse y a ser engañados, [una tendencia] que aflige a nuestra nación con debilidad, frustración, vergüenza y confusión.
«El sionismo ha logrado presentarse a sí mismo no como un lobo, sino como un cordero inocente y victimizado y ha ganado tanta fuerza que ahora posee las riendas del poder en muchos gobiernos de Oriente y Occidente. Pero todo esto terminará tarde o temprano. A la primera oportunidad en que la nación árabe alcance su salud mental y espiritual, todo esto desaparecerá. Algunos inteligentes, incluso entre los propios judíos, entienden lo que nosotros entendemos y predicen que el intento de asalto por parte de los sionistas a nuestros países terminará antes de mediados de este siglo, o hacia finales de este siglo. Ya sea que estos judíos inteligentes crean que el Reino de Jerusalén existe en el Cielo y no en la tierra, o si creen que los judíos deben unirse a las naciones [del mundo y abrazar] los valores de la fraternidad e igualdad – descartando [su] arrogancia y racismo – [estos judíos inteligentes] representan una realidad que nosotros los árabes y musulmanes debemos utilizar a nuestro favor. Pero esto [sólo sucederá] si logramos sacudirnos la desastrosa confusión que asesina nuestras mentes, [confusión] que casi ha hundido nuestra realidad cultural y política en la oscuridad y ha debilitado a la totalidad del ummah y lo ha hecho dependiente en todos los sentidos de la palabra ante sus enemigos que esperan por este.
«Las implicaciones de estos hechos apuntan en dos direcciones: Primero, nos llevan claramente a darnos cuenta de quiénes son nuestros enemigos, incluso si pretenden ser de otra manera. Segundo, nos llevan a buscar nuestra propia fuerza y fuentes de libre albedrío como para sacudirnos esta [impotencia] y expulsar a aquellos que la intensifican, [haciendo que se retiren] en total humillación».
[1] Al-Rai (Jordania), 19 de abril, 2017.
[2] La referencia es al libro Relation historique des affaires de Syrie de Achille Laurent (1946), que menciona el tema del libelo de sangre de Damasco.
[3] El libro Al-Kanz Al-Marsoud fi Qawaid Al-Talmud («El Tesoro Escondido en los Principios del Talmud«), traducido por el Dr. Yousuf Nasrallah, copto egipcio, fue publicado en Egipto en 1899. Este incluye una traducción del libro de Laurent junto a otro libro francés que trata con el tema de los judíos. En 1968 el libro fue reimpreso con una introducción del prominente clérigo sirio y jurista Mustafa Al-Zarqa. Al-Zarqa fue autor de muchos libros sobre jurisprudencia islámica y enseñó en las facultades del Sharia en Siria, Jordania y el Golfo. También trabajó para el Ministerio de Dotaciones de Kuwait y fue miembro del parlamento sirio.