En un artículo titulado «Olvídense de Cualquier Revolución que esté Ocurriendo Hoy», el analista político ruso Vladislav Inozemtsev, director del Centro de estudios postindustrial en Moscú, pregunta si la élite empresarial rusa probable salga contra las políticas del régimen y en contra de su encabezado, el Presidente Vladimir Putin. Este argumenta que, a pesar de la continua crisis económica, estas élites no son propensas a voltearse contra el régimen y enumera varias razones para ello.
Lo siguiente son los extractos de su artículo.[1]
Imagen: Flavorwire.com 1 de septiembre, 2015
En el ámbito internacional, existen indicios de que Rusia sea considerada un estado leproso
«En la arena internacional, existen indicios de que Rusia será considerado como un estado leproso que merece la pena sea castigado y esto por una variedad de razones (la anexión de Crimea y la ocupación de Donbass, el asesinato de civiles inocentes en Siria, la participación de las autoridades rusas en planes criminales, etc.). [Así pues, las sanciones] permanecerán en vigor incluso si se cumplen todas las condiciones del acuerdo de Minsk. En tal situación, cualquier cambio en el país dependerá, primero y ante todo, en qué medida los precios de las materias primas se reducirán, cuando los fondos de reserva se agoten y la rapidez con que los precios de los productos básicos suban, mientras los salarios permanecen fijos. Sin embargo, existe otro factor que no es menos importante: el de sí o no surge un cisma en los grupos élite del país.
«[En referencia a los primeros puntos], no sabemos la dirección que tomaran los precios del petróleo, que políticas el Banco Central de Rusia o el gobierno ruso adoptará respecto a la tasa de cambio del rublo, o la mayoría de los otros factores de importancia económica. La respuesta a la segunda pregunta parece ser más predecible: un cisma en los grupos élite es tan poco probable que surja como una rebelión de los grupos élite contra Putin…»
Para la mayoría de los importantes empresarios [ruso] la idea de expulsar a un presidente pareciera profundamente irracional
«Tres factores fundamentales tendrán una influencia marcada sobre los grupos élite…. El primer factor es que, por más de un año… individuos descontentos y preocupados [entre la élite empresarial] han abandonado el país, transfiriendo sus activos fundamentales…al extranjero. La estrategia de ‘salida’ es todavía mucho más racional y menos arriesgada que la estrategia de la resistencia [contra el régimen]… los grupos élite [que permanecerán en el país] serán comprados con presupuestos del [estado] y con la redistribución de [propiedad del estado]…
«El segundo factor es que la nueva élite rusa se hizo rica durante la presidencia de Putin. Sus activos y carrera han sido alcanzados en un período tan corto de tiempo que se sienten dependientes del régimen. Por lo tanto, para la inmensa mayoría de políticos y miembros de alto rango del mundo empresarial, la idea misma de ‘salir de’ un presidente pareciera profundamente irracional…”
No existe nadie en Rusia hoy que apoye una revolución contra el régimen, por no hablar de iniciarla
«El tercer factor es que los grupos élite de hoy no ven ninguna amenaza real ‘desde abajo’… No existe una sociedad civil y los partidos políticos no son los actores reales en los procesos sociales. En tales circunstancias, una ‘revolución de palacio’ sería algo totalmente sin sentido, porque nadie lo apoyaría, por no hablar de iniciarlo. Por otra parte, los últimos años han demostrado de forma convincente que ni la nación ni los empresarios han reaccionado a las ‘medidas impopulares’ llevadas a cabo por las autoridades rusas, tales como la reducción en el 2016 del vinculo de las pensiones y asignaciones mensuales del índice del costo de la vida, una serie de cambios en las leyes fiscales y preparaciones para la reducción de fondos de las compañías petroleras rusas.
«[Además,] muchas empresas y bancos de propiedad privada tocarán fondo y estarán bajo el control del gobierno; sus propietarios se retiraran del juego. Algunas empresas de propiedad estatal, al ser entidades económicas sin ningunas perspectivas, también serán reorganizadas… Por lo tanto, los burócratas se unirán en torno [al régimen] para participar activamente en la redistribución de la propiedad y el dinero del [estado]…»
[1] Newtimes.ru/, 8 de febrero, 2016.