En un artículo publicado el día 22 de febrero del presente año 2022 en el portal palestino Amad, el periodista y analista político Ashraf Saleh abordó el tema de las actuales relaciones entre Hamás e Israel y afirmó que la coordinación entre ellos ahora es mucho más cercana que nunca. Dicha coordinación, señaló Saleh, tiene como base el principio de la «economía a cambio de tranquilidad», por el cual Israel impulsa la economía en Gaza con el pretexto de brindar ayuda humanitaria, mientras Hamás se mantiene en silencio, un arreglo que beneficia a ambas partes. Saleh advirtió que este arreglo es peligroso porque fortalece al gobierno de Hamás, elimina el papel de la Autoridad Palestina en Gaza, crea una desconexión total entre Cisjordania y Gaza y reduce a la causa palestina a una serie de demandas económicas. Al mismo tiempo, Saleh señaló que este arreglo puede fracasar fácilmente y que, por ende, ambas partes evitarán grandes pérdidas o fracasos: Israel ataca objetivos de Hamás para evitar que obtenga demasiado poderío militar y Hamás mantiene su capacidad para «cambiar los resultados instantáneamente», es decir, volver al uso de la fuerza si la cooperación con Israel llegase a colapsar.
Lo siguiente son extractos traducidos del artículo de Ashraf Saleh:[1]
“Habiendo fracasado en promocionarse a sí mismos ante el mundo como una alternativa ante la OLP, la cual está siendo controlada por una mayoría de Fatah, Hamás está tratando de convertirse en una nueva versión de la OLP y lo está haciendo de una manera única y muy singular bastante inteligente al menos para mí como observador. La coordinación entre Hamás e Israel es ahora mucho más estrecha que nunca y constituye un arreglo político bajo el título de ‘satisfacer necesidades humanitarias’ o ‘romper el cerco israelí en Gaza’. Como parte de este acuerdo, se acordó que 30.000 trabajadores de Gaza serán admitidos en Israel, la mayoría de los cuales trabajarán en los asentamientos y tal vez incluso en bases militares y proveerán millones de shekels a Gaza y los primeros en beneficiarse de esta situación será Hamás. Esto significa fortalecer al gobierno de Hamás en Gaza evitando que la economía colapse allí. Es decir, Hamás no necesita de un gobierno de salvación que vendrá a Gaza en nombre de una reconciliación con Fatah. Tampoco necesita acercarse a Ramala para recibir una ayuda externa que Gaza merece, o mantener la situación en la que todas las cuentas de Gaza son pagadas por el gobierno de la Autoridad Palestina bajo la coordinación del primer ministro Muhammad Shtayeh que, tal como señala Shtayeh, es el gobierno de todos los palestinos. El dinero que fluirá hacia Gaza, ya sea gracias a los habitantes de Gaza que trabajan en Israel, las subvenciones por parte de Qatar o innumerables otras fuentes y proyectos financieros, aumentará la división interna palestina y reforzará el gobierno de Hamás en Gaza…
“Israel sabe muy bien que las demandas de Hamás incluyen un puerto marítimo, una zona industrial y una central eléctrica en Gaza, maletas repletas de dinero en efectivo y proveerle trabajo a los habitantes de Gaza. También sabe que la estrategia de Hamás es una réplica exacta de la OLP, es decir, negociar con Israel hacia el establecimiento de un estado palestino en las fronteras del año de 1967 con Jerusalén Oriental como su capital. Aunque Israel se opone firmemente a la solución de dos estados, cumple con las pequeñas demandas de Hamás de concederle un estado dentro de la Franja de Gaza y también está preparando el terreno para dejar a la OLP tal como está, es decir, como una entidad con un gobierno limitado y una influencia limitada sobre un área mayor que Gaza pero más pequeña que toda Cisjordania. Por lo tanto, Israel está trabajando de forma constante para coordinarse con Hamás con el propósito de perpetuar la situación existente. Esto es muy peligroso, porque significa una desconexión total entre Cisjordania y Gaza, de una manera que reduce a la causa palestina y la transforma en nada más que en un ente con muy pocas reivindicaciones económicas, acompañadas por una búsqueda incesante de un ilusorio proceso político que ya está obsoleto. La coordinación total entre Hamás e Israel es lo que pudiera llamarse ‘economía a cambio de tranquilidad’ y satisface a todas las partes involucradas en esta coordinación, ya que Israel, Hamás, Qatar y Egipto todos entienden que si la Autoridad Palestina, que es quién financia Gaza, puede administrar todo allí, necesitará de una suma mayor a 10 billones de dólares, según ‘economistas expertos’, tal como ha dicho ‘Azzam Al-Ahmad, miembro del Consejo Legislativo Palestino y del Comité Central de Fatah y eso es imposible, considerando la crisis financiera que aqueja a la Autoridad Palestina.
«Egipto se enfrenta naturalmente a esta realidad dentro del contexto de defensa de su seguridad nacional, de la que forma parte la seguridad de Gaza. Qatar también se enfrenta a esta realidad y utiliza a Gaza para permanecer dentro del panorama árabe e internacional. Pero… si el deseo por un acuerdo entre Hamás e Israel se convierte en realidad, este acuerdo puede finalmente convertirse en un acuerdo de paz permanente, especialmente si las cosas avanzan hasta el punto de establecer un puerto marítimo, una zona industrial y una central eléctrica, incrementando el número de permisos para que los habitantes de Gaza trabajen en Israel y abran las puertas para que los jóvenes de Gaza emigren desde Gaza, ya que estos componentes son considerados equivalentes a un acuerdo de paz entre Hamás e Israel.
«¿Qué sucede si fracasa la coordinación entre Hamás e Israel?
“Existen dos formas en que esta coordinación puede fracasar: una es el escenario en el que la Autoridad Palestina continúa pagando todas las cuentas de Gaza, la reconciliación entre Hamás y Fatah tiene éxito y la Autoridad Palestina reanuda su asociación con Hamás en gestionar los recursos y tomar decisiones sobre Gaza. La otra es el escenario en el que las facciones en Gaza se manifiestan en contra de esta coordinación porque están insatisfechas con el desempeño de Hamás, pero se ven obligadas a mantener sus vínculos con Hamás para evitar enfrentamientos armados que compliquen a los palestinos. Las primeras señales de tal sublevación ya son evidentes en las declaraciones hechas por el grupo Yihad Islámico palestino (YIP), siendo este el movimiento más fuerte en Gaza después de Hamás en términos de su poderío militar. El grupo Yihad Islámico palestino ha declarado repetidamente que se opone al acuerdo entre Hamás e Israel, especialmente en el tema de los permisos de trabajo…
“Hamás e Israel saben que este acuerdo puede fracasar por las razones que mencioné anteriormente y es por ello que Hamás confía en diferentes alternativas y en cambiar los resultados instantáneamente. Israel, por su parte, confía en coordinar con Hamás mientras que también ataca objetivos de Hamás para evitar que su poderío militar siga creciendo. Por ejemplo, permite que el dinero fluya hacia Gaza, pero al mismo tiempo ataca los túneles, depósitos de armas y fábricas, así como también a los agentes de Hamás. La imagen es muy complicada para aquellos que no son expertos en leerla, seguirla y comprender profundamente la estructura de cada bando».
[1] Amad.ps, 22 de febrero, 2022.