En su columna publicada el 27 de julio de este año 2021 en el diario saudita Al-Sharq Al-Awsat, el periodista saudita sénior ‘Abd Al-Rahman Al-Rashed elogió el despido que realizó el presidente tunecino Kais Saied del primer ministro Hichem Mechichi y la suspensión de sus actividades parlamentarias. El parlamento está encabezado por Rached Ghannouchi, presidente del Partido Ennahda, siendo este el partido de la Hermandad Musulmana en el país.
Según Al-Rashed, en los últimos meses la Hermandad Musulmana en Túnez creó varias crisis artificiales e intentó de manera deliberada sembrar el caos y llevar al país al colapso, con la esperanza de aprovecharse de la anarquía que pudiera resultar para retomar el control del país. Al calificar las acciones del presidente Saied de «operación de rescate para Túnez», Al-Rashed enfatizó que así como la Hermandad Musulmana fue desarraigada en Sudán y en Egipto, su gobierno ahora está fracasando en Túnez – su último bastión en la región. Este añadió que el gobierno de la Hermandad Musulmana en Túnez demostró que es un movimiento religioso fascista que no tiene cabida en la era actual.
Lo siguiente son extractos traducidos de su columna:
«Parece ser que las puertas se han cerrado para el movimiento de la Hermandad Musulmana. Incluso su capital alterna Estambul, ya no da la bienvenida a sus miembros que huyen. Después de Egipto y Sudán, ahora le toca el turno a Túnez en anunciar la muerte del reinado de la Hermandad Musulmana. Túnez fue la primera puerta al poder de la Hermandad Musulmana y su logro más importante en la última década y hoy es la última de sus fortalezas en caer.
«La desaparición de la Hermandad Musulmana en Túnez hoy no es sorpresa – al contrario, se produce años más tarde de lo previsto. Su caída fue causada por el hecho de que este fue socio del gobierno y porque se vinculó al caos, a los asesinatos y acciones dirigidas maliciosamente en frustrar el funcionamiento del gobierno después de que perdió su control sobre este.
«El presidente tunecino Kais Saied advirtió claramente que lo que estaba sucediendo en el país muy probablemente conduciría a una intervención de su parte. Pero este, es decir la Hermandad Musulmana pensó que no se atrevería a actuar y que volvería a controlar el país… las medidas de emergencia tomadas por Saied se produjeron como una operación de rescate antes de un colapso. El parlamento recientemente se paralizó, por lo que Saied suspendió su autoridad y también despidió al primer ministro después del fracaso de su gobierno…
«Ellos es decir, la Hermandad Musulmana querían que el estatus del presidente fuese algo formal – pero este se convirtió en la voz del ciudadano tunecino. Hoy él es un verdadero presidente, con la oportunidad de fijar áreas en las que el gobierno y el parlamento han fracasado. Es difícil entender los factores que llevaron al caos artificial que ha prevalecido recientemente en el país. ¿Por qué los líderes del Partido Ennahda y los miembros del parlamento no retrocedieron en los últimos meses como para neutralizar tensiones? Muy probablemente pensaron que la crisis sacaría a la gente a las calles y conduciría a una repetición del escenario de diciembre, 2010 (es decir, las protestas de la Primavera Árabe y los eventos que derrocaron al gobierno del presidente Zine El Abidine Ben Ali) y que por medio de este caos subirían los escalones de regreso al poder.
“El problema es que el Partido Ennahda desea gobernar sin seguir los reglamentos… y ahora protesta contra las medidas de emergencia tomadas por el presidente Saied y las califica de violación de la constitución y de golpe de estado.
«Kais Saied es el presidente electo y ganó ampliamente las elecciones en el año 2019. ¿Cómo puede un presidente electo darse un auto golpe de estado? Lo que este está realmente haciendo es rescatar al régimen tunecino y a Túnez como país del caos que ya es evidente». El ímpetu de cambio fueron las crisis en el sistema de salud, el costo de la vida y la constitución. La mayoría de estas crisis fueron causadas por tácticas dilatorias e intentos deliberados de frustrar soluciones. Cada vez que el presidente quiso intervenir porque el país estaba al borde del desastre, estos elementos es decir, la Hermandad Musulmana dijeron que este debería quedarse en su palacio. A medida que la crisis continuaba, el presidente tenía dos opciones: renunciar y enfrentar el acoso futuro de los rivales que lo acusaban de incompetencia, o intervenir y anunciar los cambios necesarios.
«La dimensión adicional de la actual campaña en Túnez es su conexión a la campaña anti-Hermandad Musulmana en el Medio Oriente – la Hermandad Musulmana fue desarraigada de Sudán en el año 2019 y de Egipto en el año 2013. La Hermandad Musulmana en Túnez tuvo oportunidad de gobernar durante mucho tiempo y su régimen es prueba de que este es un movimiento religioso con una agenda política fascista que no tiene cabida en esta era actual».[1]
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 27 de julio, 2021.