El respetado analista de defensa Aleksander Golts, se encuentra alarmado por la publicación de un decreto presidencial recientemente firmado por Putin que permitiría al presidente ruso colocar al ejército ruso bajo el mando de la Guardia Nacional, encargada de reprimir las protestas domésticas. Golts interpreta el decreto como una medida preventiva en previsión de protestas a nivel nacional. Este cita la publicación casi simultánea de un artículo en una publicación militar oficial del ex jefe de Estado Mayor Yuri Baluyevsky equiparando las protestas populares con las acciones de un enemigo externo. Aunque Golts no cree que las fuerzas armadas rusas disparen contra sus conciudadanos, teme el caos que resultaría si el ejército ruso recibiera tal orden.
Lo siguiente es el análisis de Golts tal como apareció en el portal independiente ej.ru.[1].
Aleksander Golts (Fuente: Fotanka.ru)
Vladimir Putin firmó un decreto en el que declaraba explícitamente que por decisión del presidente, ‘las unidades y bases militares de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y otras formaciones y organismos militares pudieran ser asignados al mando operacional del comandante de distrito (de la Guardia Nacional para el cumplimiento de las misiones confiadas a la Guardia Nacional’. Al día siguiente a la publicación del decreto, Nezavisimoye Voyennoye Obozreniye [Revisión Militar Independiente] publicó un artículo de Yuri Baluyevsky, ex Jefe del Estado Mayor General y Subsecretario del Consejo de Seguridad y actualmente consejero del Comandante de la Guardia Nacional. El artículo se pronuncia extensamente sobre los planes insidiosos de las [fuerzas] extranjeras que fijen su mirada en conquistar Rusia engañando a la joven e ingenua generación rusa conduciéndola a las calles bajo la [estandarte de] consignas anti-estado. Baluyevsky informa orgullosamente a los lectores de que contribuyó a la versión revisada de la doctrina militar: «Cuando se estaba preparando una nueva versión de la Doctrina Militar de la RF en el 2014, oficiales de las Tropas Internas del Ministerio de Asuntos Internos y nosotros formamos parte del comité conjunto. Actualizamos el Artículo 11, en el que se señalaba la tendencia de que los peligros y las amenazas militares se estaban desplazando hacia el espacio informativo y la esfera doméstica de la Federación Rusa». En este extraordinario documento, las hipotéticas protestas populares gozan del mismo estatus que las acciones de un enemigo potencial. Las fuerzas especiales y sobre este punto se encuentra la explicación de Baluyevsky del por qué se formó la Guardia Nacional: «El surgimiento de la Guardia Nacional es la respuesta al reto lanzado a nuestra sociedad, la respuesta a la amenaza de aplicar técnicas de la así llamada resistencia no violenta, que debería ser llamada con más precisión una revolución de color».
Yuri Baluyevsky (Fuente: Gsiwinner.ru)
Se dice clara y abiertamente que los grandes jefes tienen la intención de suprimir las protestas no violentas a través de las fuerzas militares. El comando de la Guardia Nacional acaba de informar que el número de sus combatientes es el doble del número de las tropas del Ministerio de Asuntos Internos (MAI). En otras palabras, estamos hablando de 360-380 mil soldados del cuerpo militar. Esto supera el número de nuestras tropas terrestres, e incluso bajo estas condiciones el Kremlin no descarta una situación en la que incluso este número pueda ser insuficiente. Esto requiere subordinar las unidades de las fuerzas armadas a la orden de la Guardia Nacional.
Este escenario sólo puede significar una cosa: las autoridades rusas se están preparando para protestas masivas a todo lo largo y ancho del país. Debe decirse que tan pronto como fue declarado en mayo, 2014 de que las «revoluciones de color» constituyen una nueva forma de actividad militar, esto inmediatamente se hizo evidente de que tarde o temprano, el ejército tendría que presentar planes para la utilización de tropas contra la población del país. Los oficiales rusos no desean dispararles a sus conciudadanos. Y los oficiales del Estado Mayor aparentemente intentaron todo lo posible para frenar la adopción de las directivas ejecutivas. Pero el Kremlin estaba impaciente. Por lo que, ahora el ejército está subordinado a la Guardia Nacional. La ley rusa, sin embargo no le confiere a las Fuerzas Armadas la autoridad para suprimir las protestas civiles. Por el momento, no hay razón para creer que el comandante de la unidad y sus subordinados lleven a cabo la orden de dispararles a sus conciudadanos, si es que reciben una… Es revelador, sin embargo, que el Kremlin contempla este escenario. Pero si asumimos que quienes están dentro de los aparatos de seguridad están jugando sus propios juegos, sólo Dios sabe cuál sería el resultado si al ejército le fuese ordenado participar en conflictos internos.
[1] Ej.ru, 27 de mayo, 2017.