Tras la toma de control de Palmira por el EIIS en Siria, Al-Azhar emitió una declaración en la que expresó su preocupación por este hecho y pidió a la comunidad internacional tomar medidas rápidas para evitar que el EIIS destruya las antiguas ruinas y monumentos allí. La declaración dijo que la destrucción de restos arqueológicos y del patrimonio cultural de la humanidad, así como también el comercio de antigüedades robadas está prohibido bajo el sharia islámico. Esta dijo además que, al destruir antigüedades, el EIIS y otras organizaciones terroristas implementan una ideología colonialista cuyo único objetivo es vaciar a los países árabes e islámicos de su patrimonio, cultura e historia. [1]

Una condena a la destrucción de las antigüedades por el EIIS también fue emitida por Dar Al-Ifta, la institución oficial de Egipto responsable de emitir fatuas. Como parte de su campaña contra el Islam radical, Dar Al-Ifta ha estado operando un organismo para responder a los fatuas de elementos radicales. El organismo, establecido en diciembre, 2013 responde emitiendo sus propios fatuas que refutan las afirmaciones de los radicales y explican la decisión legal correcta, de acuerdo a sus conocimientos. Tras la destrucción de lugares arqueológicos y museos en Irak y Siria por el Estado Islámico, así como la prohibición que este emitió sobre el enseñar arqueología en la Universidad de Mosul, [2] Dar Al-Ifta emitió una fatua explicando el por qué estas acciones contradicen las leyes y el espíritu del Islam. [3]

A continuación se presentan los puntos principales del fatua de Dar Al-Ifta.

El EIIS destruyendo antigüedades en Irak (Imagen: english.alarabiya.net)

El fatua explica que el Corán ordena proteger los lugares arqueológicos para que la humanidad aprenda del pasado: «Alá nos ordenó en más de un verso del Corán recorrer el terreno, ver los restos dejados por nuestros predecesores y aprender de ellos [Corán 30: 9] dice: ‘¿Es que no viajan ellos por el terreno, y ven cómo terminaron sus antecesores? Fueron superiores a ellos en fuerza, y cultivaron la tierra y la poblaron en grandes números en comparación con lo que estos (paganos) hicieron, y ahí llegaron a ellos sus Mensajeros con pruebas claras. Seguramente, Alá no fue injusto con ellos, sino que ellos fueron injustos consigo mismos…’ El fatua explica además que el estudio de la arqueología es una de las maneras de aprender de las antiguas ruinas, tal como Alá exigió y que el Profeta también instruyó a los creyentes preservar los restos antiguos cuando «prohibió la destrucción de los castillos de Al-Medina».

El fatua proclama que las acciones del EIIS y su actitud hacia las antigüedades reflejan «la ignorancia absoluta de estos radicales, que no examinan el Corán y la herencia del Profeta…» Por otra parte, las opiniones sobre la que basan sus opiniones son «infundadas y engañosas… y no contienen ningún argumento convincente vinculado en evidencias religiosas». La conducta del EIIS, añade el fatua, también va en contradicción con la conducta de los compañeros del Profeta, que tienen el propósito de servir como modelo para los musulmanes, ya que «las ruinas antiguas existían en todas las tierras que fueron conquistadas por los musulmanes [en la época del Profeta], pero ellos [es decir, él y sus compañeros] no ordenaron destruirlas e incluso le permitieron a [la gente] acercase a estas… Algunos de los compañeros del Profeta llegaron a Egipto en la época de las conquistas musulmanas y encontraron las pirámides y la Esfinge. [Estos] no emitieron ningún fatua o edicto religioso respecto a estas antigüedades, que poseen un inmenso valor histórico».

El fatua también aplica a lo afirmado por el EIIS de que las antigüedades, si no son destruidas, pueden alentar el politeísmo. Ello hace hincapié en que «la ley musulmana no prohíbe el apreciar otras cosas además de Alá, sino sólo adorarlas, tal como hicieron los pueblos de la era pre-islámica, que creían que los objetos que adoraban eran dioses…»


[1] Alarabiya.net 21 de mayo de 2015.

[2] Edition.cnn.com 21 de abril de 2015.

[3] Dar-alifta.org 2 de mayo de 2015.