El portal del canal estadounidense de televisión con sede en Qatar Al-Jazeera América publicó recientemente un artículo titulado «Las decapitaciones siguen siendo parte integral del sistema de justicia saudita». El artículo, escrito por el productor digital del portal Amel Ahmed, señala que Arabia Saudita sentencia a decenas de personas a muerte por decapitación todos los años, por delitos violentos e incluso no violentos, y arremete con castigos violentos, incluso a activistas políticos, como medio de disidencia sofocante. Sin embargo, dice, mientras que las decapitaciones realizadas por el Estado Islámico en Irak y Siria provocaron indignación a nivel mundial, analistas y activistas se quejan de que la política de pena de muerte en Arabia Saudita es en gran medida ignorada por la comunidad internacional. Esto incluye a los Estados Unidos, que no toma ventaja de sus buenas relaciones con el Reino a fin de instar reformas hacia los derechos humanos.

Cabe mencionar que este portal contiene numerosos artículos críticos a Arabia Saudita, reflejando las actualmente tensas relaciones entre los dos países. En el último año, las tensiones entre Qatar y sus vecinos del Golfo alcanzaron su punto máximo, y en marzo del 2014, Arabia Saudita, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos incluso llamaron a sus embajadores en Qatar, en protesta por la política de Qatar, que, dijeron, era perjudicial para la seguridad y estabilidad del Golfo. La rabia de los tres países fue provocada por el apoyo de Qatar a la Hermandad Musulmana (HM) y sus activistas en Egipto y en el propio Golfo, y por su política exterior a los asuntos de Irán, el régimen sirio, y Hezbolá, que está a menudo en desacuerdo con la política de otros estados del Golfo. Una fuente importante de discordia fue propio canal de televisión Al-Jazeera, que sirve como portavoz a las posturas y políticas de Qatar.

Lo siguiente son extractos del artículo de Amel Ahmed.[1]

Estadounidenses dan a saudíes vía libre

«La decapitación del ciudadano paquistaní Izzat Gul por tráfico de drogas fue la ejecución no. 46ava de Arabia Saudita para el 2014, según Human Rights Watch (HRW). Sólo en agosto, Arabia Saudita decapitó a 19 personas, ocho de ellas por delitos no violentos, incluyendo brujería, agrego el grupo de derechos humanos.

«Mientras que la decapitación de los prisioneros del EIIS James Foley y Steven Sotloff provocó indignación mundial, los grupos de derechos humanos denuncian la limitada atención internacional dada a la utilización por Arabia Saudita a las decapitaciones, incluso por delitos no violentos – un castigo tan rutinario que la Plaza Deera Square en Riad se le denomina a veces ‘Plaza Chop Chop». El Presidente estadounidense Barack Obama no pudo plantear ‘ni un solo tema sobre derechos humanos’ con Riad durante su viaje a Arabia Saudita en marzo, dijo Adam Coogle, investigador de HRW en el Medio Oriente. El Secretario de Estado John Kerry se encontraba en Arabia Saudita el jueves para discutir la estrategia estadounidense para combatir contra los jihadistas del Estado Islámicos en la región. En conferencias de prensa antes del viaje, no había indicios de que la cuestión de los derechos humanos sería traída a colación. Existen muchos intereses en juego en la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita, incluyendo temas económicos y geoestratégicos, así como también la lucha antiterrorista», dijo Coogle. «Desafortunadamente, los Estados Unidos priorizamos estos otros intereses sobre el uso de su estrecha relación con empujar al gobierno saudita en hacer reformas que correspondan con los derechos humanos».

«Coogle dijo que Arabia Saudita ejecuta, en promedio, cerca de 100 personas al año, la mayoría por decapitación, y señaló que las órdenes del reino a la pena de muerte como condena por varios delitos no violentos, incluyendo los delitos de drogas, adulterio y las prácticas que considera brujería. El reino tiene uno de los índices de ejecución más altos del mundo, de acuerdo a Death Penalty Worldwide (Pena de Muerte en el Mundo, una organización que recopila información sobre ejecuciones».

Disidentes recibe castigos draconianos

«Parte de [la] preocupación de los grupos de derechos humanos ‘es que Riad está utilizando formas violentas de castigo para aplastar a la disidencia. La ejecución de Gul se produjo poco después de una decisión de la corte la semana pasada en defensa de una sentencia de prisión de 10 años y 1.000 latigazos – infligidos en cuotas semanales de 50 latigazos – contra el blogger Raef Badawi, quien fue acusado de ‘insultar al Islam’ e ‘ir más allá del ámbito de la obediencia’. Una agencia de noticias saudita informó sobre la convicción de Badawi en marzo por su conexión con los ‘reformistas’ y por sus tuits en ‘contra de los gobernantes, estudiosos religiosos y agencias del gobierno’. Su abogado, Waleed Abu Alkhair – actualmente en prisión enfrentando cargos similares – le dijo a la BBC que las declaraciones a los cargos de su cliente en cuestión publicados en la red que piden una reducción de la estricta interpretación del Islam por Arabia Saudita. Amnistía Internacional ha designado a Badawi como un preso de conciencia, ‘detenido únicamente. Por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión’. ‘La dura condena a Badawi muestra cuán poca tolerancia existe para cualquier tipo de expresión que no cuadra con la narrativa oficial prescrita por el gobierno de Arabia Saudita’, dijo Coogle, agregando que la sentencia es ‘altamente coherente’ con otras sanciones impuestas contra los liberales y los activistas de los derechos humanos…

«El sistema jurídico del reino se basa en una lectura de línea dura a la ley islámica, o sharia, por los jueces religiosos que, según Coogle, a menudo se basan en ‘interpretaciones ad-hoc. Los jueces poseen margen de maniobra para criminalizar todo tipo de cosas’, dijo. «Está totalmente a discreción de los jueces, dentro de los parámetros de la ley islámica, el declarar cual es el crimen y también el castigo previsto’.

«En febrero, Arabia Saudita promulgó una nueva ley por delitos de terrorismo y su financiamiento, legislación que algunos críticos advierten es vaga y podría usarse para penalizar a cualquiera que critique a la institución saudita. Durante los últimos dos meses, los tribunales saudíes condenaron a muerte a cinco líderes y activistas que participaron en protestas a fin de exigir una reforma constitucional religiosa. Los cinco fueron acusados ​​y condenados por delitos de terrorismo en virtud de la nueva legislación. Las nuevas leyes ‘convierten casi cualquier expresión crítica o asociación independiente en delitos de terrorismo’, dijo Joe Stork, subdirector de Human Rights Watch del Medio Oriente y director en África del Norte de la misma organización…

«Disposiciones adicionales en las nuevas leyes incluyen la criminalización de las creencias y el ateísmo no ortodoxo, participar en cualquier forma de protesta contra el gobierno y la asistencia a conferencias dentro o fuera de Arabia Saudita que ‘siembre discordia’ en la sociedad. A pesar de las críticas de grupos extranjeros de derechos humanos, ninguna reforma es más probable que se origine en los pasillos del poder, dijo Juan Cole, profesor de historia de la Universidad de Michigan… y añadió: «La elite saudita está muy consciente de que con una clase media cada vez mayor y un público culto, la forma antigua de monarquía absoluta, será difícil de que continúe'».


[1] America.aljazeera.com, 11 de septiembre, 2014. El texto ha sido ligeramente editado para mayor claridad.