Contexto
Durante casi todo el siglo XX, Irak estuvo gobernado por gobiernos seculares. Esto es comprensible, considerando la diversidad de la composición tribal, étnica y religiosa de Irak. Saddam Hussein, manteniendo el panarabismo secular de su partido Ba’th en el poder, había mantenido la naturaleza secular de su régimen hasta el año 2000, cuando inició su «campaña de fe», reflejada en la construcción de mezquitas y la introducción en sus discursos de versos del Corán. [1] Sin embargo, hay todo tipo de razones para creer que la religiosidad recién descubierta de Saddam no estaba arraigada profundamente, sino que era más bien de naturaleza instrumental.
El ascenso de los movimientos islamistas
Con la eliminación del régimen de Saddam en abril del 2003, fue introducida en el país una medida de libertad sin precedentes. De hecho, quizá nunca en el curso de un conflicto militar en curso se hayan introducido tantas libertades – ya sea la libertad de prensa, la libertad de asociación y organización política, o la libertad comercial. Aprovechando estas libertades, los movimientos islamistas han surgido en varias regiones del país, particularmente entre la mayoría chi’i al sur y algunos elementos de mayoría sunní en el llamado «triángulo sunní», en el nor – noroeste de Irak. Para los chi’ies, la caída de Saddam trajo el fin a la opresión y una posibilidad de ganar el poder político que les era negado desde los días del Imperio Otomano. Para los árabes sunníes, la caída del régimen Ba’th ha significado la pérdida de lo que había sido el poder político casi total, y ha inflamado un deseo de recobrar ese poder por cualquier medio. Los kurdos (la mayoría de los cuales son sunníes, pero que no son árabes) han sido capaces de blindarse a las presiones islamistas.
La militancia islámica en Irak, sea islamismo sunní o fundamentalismo chi’i, se ha manifestado de diferentes maneras. El «Ejército Mahdi» de Muqtada Al-Sadr opera entre los chi’íes de Irak. [2] El «Al-Tawhid wa-Al-Jihad « (Monoteísmo y Jihad ) del jordano Abu Musa’ab Al-Zarqawi, un grupo afilado a Al-Qa’ida, opera entre los sunníes. Este grupo, igual que los wahabíes saudíes, es vehementemente anti-chi’í.
Al margen de estos grupos organizados, hay grupos islamistas durmientes o ad hoc, incluyendo miembros del Ejército Mahdi que operan por iniciativa propia, que utilizan la amenaza y la intimidación para forzar a elementos seculares de la sociedad a llevar un estilo de vida islamista, así como también Mujahidín de otros frentes de la jihad que llegan a Irak, viéndolo como un centro de actividad y reagrupación.
Implicaciones de las presiones islamistas
Hay cada vez más señales de que el fundamentalismo islámico amenaza convertir a Irak, o al menos a partes de él, en una teocracia represiva con reminiscencias de regímenes tales como los prevalecientes en Irán y Arabia Saudí, y quizá hasta el difunto régimen talibán de Afganistán. Si esto llegara a ocurrir, el resultado sería un régimen de clérigos religiosos auto designados, que introducirían una forma de represión impuesta religiosamente en lugar de la antigua ideología secular.
La negación de libertades personales asociada a un régimen de imposición religiosa frustraría las esperanzas de la mayoría de los iraquíes en una forma democrática de gobierno, y también redundaría en otro éxodo en masa de intelectuales iraquíes y de hombres y mujeres con formación. Esto privaría más al país de los expertos necesarios para reconstruir una economía hecha pedazos y una infraestructura en colapso.
Después, la región kurda, que está determinada a mantener su cultura política secular y las instituciones democráticas, rechazaría probablemente una ideología islamista y, de verse forzada a una dictadura teocrática, probablemente se separaría. Esto significaría la disolución de Irak como lo conocemos hoy.
El estado de anarquía que acompañó a la eliminación del régimen de Saddam y la incapacidad de la autoridad central de Irak de hacer cumplir la ley en muchas partes del país ha creado una situación volátil. Varios grupos de ladrones y vecinos que se toman la justicia por su mano han aprovechado estas circunstancias para aterrorizar a la élite educada ampliamente secular con la sumisión a las reglas de la ortodoxia religiosa y las normas islamistas semejantes al wahabismo saudí y ajenas a la realidad histórica iraquí de coexistencia étnica y religiosa. Un escritor iraquí, Nabil Yunis Damman, lo expresa en estas palabras: «No queremos emerger de la cloaca del nacionalismo fanático sólo para entrar en la cloaca del fundamentalismo religioso». [3]
Aunque la prensa iraquí disfruta de una libertad considerable, es raro encontrar en la prensa local críticas a la religiosidad o a las instituciones religiosas. De hecho, en palabras del poeta iraquí Khaz’al Al-Majedi, «Aún falta la libertad de expresión en Irak. Puedo escribir lo que quiera sobre el gobierno, pero si criticara a algunos partidos políticos o al estamento religioso, mi vida correría peligro». [4]
Vale la pena notar que el objetivo de los islamistas no se limita a la imposición de la Shari’a (ley islámica) como estilo de vida y de gobierno de Irak, sino que pretende más bien «el derrocamiento de regímenes de países vecinos y la liberación de Jerusalén», en palabras de un asociado al terrorista islamista jordano Abu Mus’ab Al-Zarqawi. [5]
La República Islámica de Faluyah
Faluyah, localizada aproximadamente a 40 millas al oeste – suroeste de Bagdad en el centro del norte de Irak, es el corazón del triángulo sunní. Fue una de las ciudades iraquíes leales a Saddam, dado que muchos de sus hombres estaban involucrados en los servicios militar y de inteligencia del régimen. Faluyah se encuentra en la jurisdicción de Al-Anbar, la mayor de Irak, que se extiende sobre un tercio del territorio iraquí. Esta jurisdicción tiene fronteras comunes con Siria, Jordania y Arabia Saudí, y siempre ha estado sujeta a influencias islamistas a través de la frontera, igual que ha servido como enclave para el contrabando con los tres países vecinos. Vale la pena notar que Faluyah tiene el mayor número de mezquitas per cápita de todas las ciudades iraquíes. [6]
La ciudad está actualmente gobernada por los » mujahidín » (guerreros de la jihad ) cuyas filas se nutren de la población local y de los islamistas de otros países. Un jeque, Abdaláh Al-Janabi, clérigo islamista sunní, siguiendo el modelo del Muláh Omar talibán, se designó a sí mismo Emir (líder militar – religioso) y declaró a Faluyah una república islámica fundada sobre la Shar’ia. [7] Cuando un reportero del londinense Al-Sharq Al-Awsat preguntó por la identidad de estos mujahidín, la respuesta fue que cualquiera que esté «enmascarado» ( mulatham ) y lleve un arma. En otras palabras, la cara oculta tras la máscara podría ser la de un ladrón o la de un criminal, más que la de alguien que busque el martirio. Aparte de sus así llamadas actividades de resistencia, estos mujahidines implementan la shari’a en la ciudad, a menudo mostrando burlonamente a los violadores en las camas de camiones abiertos y sometiéndolos a azotamiento público entre fanfarrias y celebraciones públicas. La venta de licor está estrictamente prohibida y los cines han sido cerrados. Los CDs y videos no islámicos son comúnmente tratados como material lujurioso y son destruidos. Las ejecuciones sumarias no son raras si la víctima es sospechosa de ser un espía. El método de ejecución, fusilamiento o por la espada, es determinado por el clérigo que decreta el veredicto. [8]
Respaldados por el estamento religioso de la ciudad, los mujahidines decretan varias órdenes que suspenden las libertades políticas y personales. En la así llamada «República Islámica de Faluyah» los partidos y asociaciones políticas están prohibidos, los barberos tienen que cortar el pelo de sus clientes según las normas islámicas y está prohibido arreglar la barba, los salones de belleza femeninos han sido cerrados y está prohibido jugar a las cartas o incluso al dominó en los cafés. El azotamiento público por violar cualquiera de estas restricciones o prohibiciones es común. [9] Un observador señaló que en Faluyah no hay distinción alguna entre religión y política: «Lo segundo es una extensión de lo primero», señala, «y lo segundo alimenta lo primero». [10]
Basora – el Estado Islámico del sur de Irak
Basora es la segunda ciudad mayor de Irak y, en el pasado, fue el principal puerto de entrada al país. Sin embargo, la guerra Irán-Irak dejó al canal Shatt-Al-Arab tan cegado con barcos hundidos que el río ya no es navegable para cargueros marítimos. La población de Basora es predominantemente chi’í, y muchos de ellos tienen relaciones familiares con iraníes del otro lado del río. Pero Basora se ha convertido en baluarte del fundamentalismo chi’í sólo recientemente, copiando a las ciudades de Irán. Según un visitante reciente de su Basora natal, las mujeres ya no son libres de presentarse en público sin un velo que les cubra sus caras. [11] Las tiendas de licor han sido quemadas y sus dueños cristianos han sido asesinados.
En Hila, una ciudad a 228 millas al sur de Bagdad, elementos del Ejército Mahdi peinaron las casas y tiendas de los sospechosos de poseer bebidas alcohólicas, destruyeron cualquier licor hallado y arrestaron a 20 tenderos. Según Kadhem Al-Zubaidi, jefe de información de la oficina de Al-Sadr, las redadas fueron llevadas a cabo para hacer cumplir las reglas de la Shari’a, no las leyes del estado. [12]
En la ciudad santa chi’í de Nayaf, el lugar donde está enterrado el Imán Alí, la policía encontró fosas comunes con 200 cuerpos de hombres, mujeres y niños que fueron torturados y asesinados – por cooperar presuntamente con las fuerzas de ocupación o por negarse a obedecer las órdenes del Ejército Mahdi – por orden del tribunal de la Shari’a establecido por Muqtada Al-Sadr, poco después de que el Ejército Mahdi rindiera el santuario de Alí a los representantes del Gran Ayatolá Alí Al-Sistan. [13] Tribunales de Shari’a similares, establecidos por Muqtada Al-Sadr, operan en el barrio de de Al-Sadr City en Bagdad.
El velo de las mujeres
Ya a principios de los años cuarenta y cincuenta, este autor observó a mujeres jóvenes de camino a su instituto en la ciudad ampliamente chi’í de Basora, sin velo. A lo sumo, las mujeres llevaban puesto un manto negro como señal de modestia. Una escritora árabe conocida dice al autor que al visitar Bagdad en los años ochenta, notó la desaparición del velo entre las mujeres iraquíes. «Era raro», dice ella, «ver a una estudiante, a una empleada o a un ama de casa con el velo puesto».
Hoy, una mujer sin velo en las calles de la mayoría de las ciudades iraquíes corre el riesgo de ser acosada, o peor. A una estudiante sin velo de la Universidad de Basora, que no es musulmana, la ropa le fue arrancada en público. [14] Cualquier contacto entre hombres y mujeres estudiantes es hoy tabú. Hoy, incluso las más jóvenes deben ir a la escuela con el velo. En Al-Sadr City los religiosos que se toman la justicia por su mano no han dudado en apalear a mujeres si aparecen en público vestidas indecentemente. [15]
El velo de las mujeres es sólo un aspecto de lo que un observador describió como «la cultura de las prohibiciones religiosas» ( thaqafat al-tahreem ). [16] Jóvenes armados caen sobre cualquier manifestación que juzguen contraria a la Shari’a. Los ejemplos abundan. Las tiendas que venden música que se juzga secular son primero advertidas de que deben vender cantos del Corán y sermones religiosos en vez de lo otro. Si no lo cumplen, las tiendas son cerradas a la fuerza e incluso quemadas. Desde los púlpitos durante sus sermones del viernes, muchos predicadores exhortan a la gente a no leer periódicos liberales, amenazan con volar restaurantes que sirven alcohol, o permiten la mezcla de sexos. En las universidades se obliga a las estudiantes a llevar velo, y las que no lo llevan se arriesgan a ser acosadas e incluso violadas. En las oficinas gubernamentales dirigidas por ministros de partidos religiosos, se exige a las empleadas que lleven el velo oficial o pierden sus empleos. Se exige a los hombres que se dejen crecer la barba. [17]
Violencia contra los cristianos
Los cristianos se han convertido hoy en el objetivo de la violencia islamista, obligando a muchos de ellos a buscar asilo fuera de Irak. [18] La violencia comenzó con la quema de licorerías y, en ocasiones, el asesinato de tenderos cristianos. Escaló en los atentados contra iglesias cristianas. Según una estimación, medio millón de cristianos iraquíes han abandonado su país debido a la violencia, además de otras formas menores de hostigamiento y discriminación por parte de grupos de islamistas. [19]
Factores que se oponen al proceso de islamización
Contra estos sucesos perturbadores que amenazan con llevar a la cultura y dominación política islamista, hay factores compensatorios que pueden ayudar a detener el proceso, o incluso invertirlo.
El más significativo de estos factores es el papel del Marja’iya (la autoridad religiosa suprema chi’í), que reside en la ciudad santa de Nayaf bajo el clérigo chi’í más veterano de Irak, el Gran Ayatolá Alí Al-Sistani. Al-Sistani ha demostrado ser un adalid contra las tendencias fundamentalistas chi’íes de Irak. Sus logros son enormes. Ha desactivado el conflicto con el Ejército Mahdi y ha obligado a éste y a su líder a buscar una salida a sus agravios a través del proceso político. Al-Sadr suena cada vez menos beligerante y cada vez más político. Pero quizá la mayor contribución de Al-Sistani a la estabilización de Irak sea su negativa a decretar una fatwa llamando a la jihad contra la fuerza multinacional.
Personas próximas a Al-Sistani sostienen que puede buscar influir en la política, como hizo en su exigencia de elecciones a un gobierno representativo, pero que no tiene intención alguna de cruzar la línea que separa tales actividades de la participación directa en política. Era de esperar, ya que Al-Sistani ha rechazado repetidamente el concepto del Ayatolá iraní Jomeini de «el gobierno del clérigo» (wilayat al-faqih). [20]
Al-Sistani jugó un papel importante negociando un acuerdo de alto el fuego con Muqtada Al-Sadr en agosto de este año, que resultó en la rendición del control del santuario del Imán Alí por Al-Sadr a la gente de Al-Sistani, el desmantelamiento del tribunal de la Shari’a y el levantamiento de las restricciones represivas impuestas por el Ejército Al-Mahdi sobre el pueblo de Nayaf. Fue un mensaje claro de moderación y tolerancia hacia la comunidad chi’í del sur de Irak. [21] El hecho de que la policía iraquí y la guardia nacional, ayudados por la fuerza multinacional, pudieran combatir al Ejército Al-Mahdi en las estrechas calles de Nayaf que llevan al santuario del Imán sin levantamiento apenas de los chi’íes iraquíes es una indicación clara de que sus antenas personales son más receptivas al juicio maduro de Al-Sistani que a las amenazas rimbombantes de Al-Sadr. De hecho, esto es un buen presagio. [22]
Es más, a diferencia de los Ayatolás de Irán, que han empañado la separación entre política y religión, el Marja’iya iraquí ha indicado que el papel de los líderes religiosos es aconsejar a las autoridades políticas, y no el de reemplazarlas.
Si se puede calmar a los chi’íes del sur, como parece ser el caso, es posible que pueda emerger una coalición entre los chi’íes y los kurdos, ambos víctimas de Saddam, y su minoría sunní. Tal coalición podría ayudar a contener el conflicto y reducir su alcance al relativamente pequeño triángulo sunní, que podría entonces confinarse desde el norte y el sur por los dos grupos, ambos de los cuales tienen una larga cuenta pendiente que zanjar con los líderes de la resistencia de entre los partidarios de Saddam.
La fuerza multi-nacional, ayudada por el gobierno interino del Primer Ministro Ayad Alawi, ha montado una campaña para inflingir fuertes bajas a los bolsillos de la resistencia en el triángulo sunní. La declaración omnipresente repetida por el Dr. Alawi a menudo de que su gobierno combatirá a los terroristas «de casa en casa» da testimonio a su conocimiento de que la victoria en el triángulo sunní es indispensable si Irak quiere lograr reconstruirse y mantener su integridad territorial y política.
El Dr. Nimrod Rafaeli es Analista Senior del Programa de Estudios Económicos de Oriente Medio del MEMRI.
[1] Como parte de su «campaña de fe», Saddam Hussein anunció que las mujeres debían regresar de sus puestos de trabajo directamente a sus casas con el pretexto de que las mujeres «gastan en maquillarse y ropa más de lo que ganan en el trabajo». Al-Hayat (Londres), 13 de septiembre del 2003.
[2] Nimrod Rafaeli, «¿Que representa Muqtada Al-Sadr?» Middle East Quaterly (próximamente).
[3] Al-Zaman (Irak), 27 de enero del 2004.
[4] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 30 de agosto del 2004.
[5] Al-Hayat (Londres), 10 de septiembre del 2004.
[6] Al-Hayat (Londres), 10 de septiembre del 2003.
[7] Al-Hayat (Londres), 9 de septiembre del 2004.
[8] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 6 de junio del 2004, y Al-Hayat (Londres), 9 de septiembre del 2004.
[9] Ídem.
[10] Al-Hayat (Londres), 19 de abril del 2004.
[11] Conversación con el autor, 12 de julio del 2004.
[12] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 20 de julio del 2004.
[13] Al-Zaman (Irak), 12 de septiembre del 2004.
[14] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 4 de septiembre del 2004.
[15] Al-Hayat (Londres), 31 de agosto del 2004.
[16] Al-Hayat (Londres), 31 de agosto del 2004.
[17] Al-Hayat (Londres), 31 de agosto del 2004.
[18] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 12 de septiembre del 2004.
[19] Al-Zaman (Irak), 14 de septiembre del 2004.
[20] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 19 de enero del 2004.
[21] Los partidarios de Al-Sadr se refieren a él tanto como «Sayyid», que significa descendiente de la casa del Profeta Mahoma, como «Hujjatul-Islam». Debe destacarse, sin embargo, que el título «Hujjatul-Islam» es un rango religioso relativamente bajo y de menor prestigio que el de «Ayatolá». No hay pruebas de que Al-Sadr asista a alguno de los seminarios religiosos de Nayaf, o de que tenga credenciales de clérigo musulmán. El Ayatolá Al-Sistani ha negado el derecho de Al-Sadr a dictar fatwas, debido a que carece de credenciales.
[22] No sorprende que una entrevista reciente acerca de Irak en el New York Times fuera titulada: «Rezando por la buena salud de Sistani». New York Times, 22 de agosto del 2004.