Abdul Quader Mollah acusado de crímenes de guerra en 1971

El 12 de diciembre del 2013, Bangladesh ejecutó al líder de Jamaat-e-Islami Abdul Quader Mollah por crímenes de guerra cometidos en la guerra de liberación de 1971, que vio el nacimiento de Bangladesh (entonces Pakistán Oriental) como una nación islámica soberana. La guerra resultó luego que el pueblo de habla bengalí de Pakistán Oriental sufriera una sostenida discriminación económica y política por parte de la élite política y militar de habla urdu de Pakistán Occidental.

Durante la Guerra de Liberación, Jamaat-e-Islami se puso de lado de los militares paquistaníes y formó las fuerzas paramilitares Al-Shams y Al-Badr, acusadas de crímenes de guerra, asesinatos en masa, violación a mujeres y asesinatos selectivos de intelectuales de habla bengalí, artistas, activistas y poetas. En el 2010, el actual gobierno secular encabezado por el líder de la Liga Awami y Primer Ministro Jeque Hasina estableció un tribunal internacional de crímenes de guerra, que dictaminó la pena de muerte a varios líderes religiosos y políticos. Abdul Quader Mollah es el primero entre varios líderes de Jamaat-e-Islami en ser ejecutado.

El gobierno de Hasina, que ha rechazado los llamamientos de amnistía de los grupos internacionales de derechos humanos y de las Naciones Unidas, cuenta con el apoyo de las fuerzas nacionalistas y seculares, pero también es visto empujando la frágil democracia islámica hacia el borde del abismo, sobre todo porque el mayor opositor el Partido Nacionalista de Bangladesh (PNB) está boicoteando las elecciones generales previstas para el 5 de enero. El Gobierno confía en que puede controlar cualquier tipo de violencia como resultado del ahorcamiento de Mollah, y también celebrar las elecciones.

A continuación se presentan extractos de dos informes: uno publicado por el diario bangladeshí líder The Daily Star y titulado » Ahorcado el Carnicero de Mirpur», que capta el estado de ánimo nacionalista del país en cuanto a la ejecución, y el segundo un artículo titulado «Separen la Política de la Religión» y escrito por Tufail Ahmad, director del Proyecto Estudios del Sudeste Asiático en MEMRI, que apareció en The New Indian Express. Este examina cómo el Jamaat-e-Islami, por primera vez desde su fundación en 1941, está pasando por una crisis de legitimidad en Pakistán y Bangladesh, mientras que en India se ve obligado por el ethos democrático del país a mantenerse en la senda del pluralismo.

«El ahorcamiento de Mollah, ¿Quién se ganó el apodo Mirpurer Koshai (Carnicero de Mirpur) por su papel siniestro durante la Guerra de Liberación, representa un hito en la búsqueda de la nación a cerrar las heridas infligidas en 1971»

Lo siguientes son extractos del informe publicado en The Daily Star:[1]

«El cuenta horas digital mostró las 22:01 en la puerta de la cárcel de Dhaka Central. Toda la nación había esperado mucho tiempo por este momento. Fue el momento cuando el líder de Jamaat Abdul Quader Mollah caminó hacia la horca, apenas cuatro días antes de que la nación celebrara el Día de la Victoria [Diciembre 16, cuando las fuerzas aliadas derrotaron al ejército de Pakistán en la guerra de liberación de 1971]. Alrededor de 42 años atrás, Mollah permaneció impasible sin parpadear ni una sola vez ni su corazón se saltó de ritmo cuando llevó a sus hombres a golpear a un niño de dos años de edad hasta morir y degollar a una mujer embarazada y a dos niñas menores de edad. En la primera ejecución en un caso de crímenes de guerra anoche, el individuo de 65 años de Jamaat finalmente pagó por estos actos de barbarie a sangre fría.

“El ahorcamiento de Mollah, que se ganó el apodo de ‘Mirpurer Koshai’ (‘Carnicero de Mirpur’) por su papel siniestro durante la Guerra de Liberación, representa un hito en la búsqueda de la nación en cerrar las heridas infligidas en 1971… El líder de Jamaat fue ejecutado horas después de que el Tribunal Supremo [TS] rechazó su petición de revisar la sentencia de muerte, poniendo fin al drama que se había desplegado durante dos días desde la noche del martes [10 de diciembre]. Los consejeros de Mollah sacaron una orden del juez de la cámara del TS la noche del martes en suspensión su ejecución sólo hora y media antes de que fuese colgado a las 12:01 am. La corte ápice ayer [11 de diciembre] rechazó la súplica de Mollah a una revisión de su sentencia de muerte… En una reacción inmediata tras la ejecución, Shafiuddin Mollah, quien testificó contra el líder de Jamaat, le dijo a The Daily Star, «Estamos muy contentos. Gran parte del dolor y la agonía que ha pesado sobre nosotros durante los últimos 42 años se irá ahora. Shafiuddin, quien perdió a su tío paterno en una masacre en la aldea de Alubdi en Mirpur, dijo que se sentiría más feliz cuando todos los criminales de la guerra de 1.971 obtengan su debido castigo. Le dio las gracias al Primer Ministro y todas las fuerzas pro-Guerra de Liberación por sus continuos esfuerzos en llevar la criminales de guerra ante la justicia.

«Mozaffar Ahmad Khan, el primer testigo de la parte acusatoria…, dijo: ‘Nuestros esfuerzos por llevar a los criminales de guerra a ser reseñados han sido por fin exitosos en moderación. Como luchador por la libertad, estoy muy feliz hoy’. Mollah, el entonces líder del Islami Chhatra Sangha, luego llamado Islami Chhatra Shibir [el ala estudiantil del Jamaat-e-Islami Bangladesh], nunca expresó remordimiento por los crímenes de guerra que cometió hace 42 años. También su partido nunca se arrepintió de su papel durante la Guerra de Liberación. Impulsado por una profunda convicción política de que Pakistán debe permanecer unido aún a costa de uno de los peores genocidios en el mundo, este había tenido como objetivo a bengalíes amantes de la libertad [paquistaníes de habla bengalí, ahora ciudadanos de Bangladesh] y lideró a su banda en al menos dos asesinatos en masa en Keraniganj cerca de Dhaka y Mirpur, asesinando las vidas de alrededor de 400 bengalíes desarmados.

«Mollah, el secretario general adjunto de la Jamaat-e-Islami, le fue mostrado finalmente el arresto en un caso por crímenes de guerra, el 2 de agosto del 2010, después de disfrutar de impunidad bajo los auspicios del Jamaat y el PNB [gobiernos del Partido Nacionalista de Bangladesh]. Este luego fue juzgado y se le sentenció a cadena perpetua por el Tribunal de Crímenes Internacionales-2 [creado en el 2010 por el gobierno secular actual encabezado por el líder del partido de la Liga Awami y primer ministro Jeque Hasina] el 5 de febrero de este año. Pero la sentencia indulgente [de cadena perpetua] dio luz al movimiento Shahbagh nunca antes visto [movimiento de masas encabezado por bloggers liberales y activistas de la sociedad civil] que exigían el castigo máximo para los criminales de guerra. El movimiento llevó al gobierno a modificar el acto pertinente de garantizar el derecho del estado a apelar en nombre de las víctimas de los crímenes de guerra de 1.971».

«El líder de Jamaat, quien fue presidente de la Unidad Islami Chhatra Sangha Shahidullah en la Universidad de Dhaka en 1971, organizó la formación de las infames Al-Badr, una fuerza auxiliar del ejército de ocupación de Pakistán»

«A medida que el gobierno apelaba en contra del veredicto, el Tribunal Supremo el 17 de septiembre condenó a Mollah a muerte, derogando al juicio del TIC-2. La cuenta regresiva a la ejecución del Mollah comenzó luego que el TIC-2 enviara la orden de ejecución a las autoridades de la prisión Dhaka Central el 8 de diciembre. Pero surgió una confusión sobre la fecha de ejecución mientras los abogados defensores afirmaron que su cliente tenía el derecho de solicitar la revisión de la sentencia… [El 11 de diciembre] el Ministro de Justicia Qamrul Islam dijo que la constitución no dejaba margen para que Mollah presente ninguna revisión a la petición, ya que había sido declarado culpable y condenado a muerte por los (Tribunales) del Acta de Crímenes Internacionales de 1973. Las cosas comenzaron a cambiar rápidamente en la noche del martes, cuando las autoridades de la cárcel pidieron a los miembros de la familia de Mollah reunirse a las 8:00 pm., dando lugar a especulaciones de que el líder de Jamaat sería ahorcado esa noche.

«Los consejos de Mollah se apresuraron entonces a la residencia de Syed Mahmud Hossain, juez de cámara del TS, y obtuvieron una suspensión a la ejecución. Al término de la audiencia de ayer [11 de diciembre], un miembro de los 5 del TS encabezado por el Presidente del Tribunal Supremo Md. Muzammel Hossain descartó la revisión a la petición de Mollah. La esposa de Mollah Sanowara Jahan y sus otros familiares se reunieron con él dentro de la cárcel por última vez alrededor de las 18:25 de ayer [11 de diciembre] con el permiso de las autoridades penitenciarias. Las autoridades habían tomado estrictas medidas de seguridad en adelanto a la ejecución, desplegando a varios cientos de agentes de la ley en los alrededores de la cárcel central de Dhaka. Gente de todos los ámbitos de la vida y familiares de los mártires han expresado su satisfacción por el ahorcamiento del convicto criminal de guerra. Cientos de personas, en su mayoría jóvenes, estallaron en aplausos cuando la noticia de la ejecución de Mollah llegó a Shahbagh [que se erigió como la Plaza Tahrir del Cairo].

«El líder de Jamaat, quien fue presidente de la unidad del Islami Chhatra Sangha Shahidullah Hall en la Universidad de Dhaka en 1971, organizó la formación de la tristemente célebre Al-Badr, una fuerza auxiliar del ejército de ocupación Pakistán. Este se unió a Jamaat en 1979. A principios de los 80, se desempeñó como director ejecutivo del diario portavoz del partido Sangram y también como secretario personal del emir ex Jamaat Ghulam Azam. Combatientes por la libertad y las familias de los mártires tuvieron que presenciar a Mollah y otras fuerzas anti-liberación consolidar sus posiciones, ya que fueron frecuentados y rehabilitados políticamente en los últimos años en la Bangladesh independiente.

«El 17 de diciembre del 2007, el combatiente por la libertad Mozaffar Ahmad Khan… presentó una demanda contra nueve líderes de Jamaat, incluyendo a Mollah, bajo la acusación de asesinar a dos combatientes por la libertad en 1971. Pero el buscador de justicia tuvo que esperar hasta que el gobierno liderado por la Liga Awami formara al TIC el 25 de marzo del 2010, como parte de sus promesas electorales del 28 de mayo del año pasado, el tribunal enmarcó seis cargos que incluyen: el asesinato del estudiante del Instituto Mirpur Bangla Pallab; el asesinato del poeta Meherunnesa, su madre y dos hermanos, el asesinato del periodista Khandker Abu Taleb, un asesinato en masa en Ghatarchar de Keraniganj; la matanza de 344 personas en el pueblo de Alubdi en Mirpur, y el asesinato de Hazrat Ali Laskar, su esposa, tres hijas y su hijo de dos años de edad. El TIC-2 halló a Mollah culpable en cinco cargos y lo absolvió por un cargo relacionado con el asesinato de Ghatarchar, y lo condenó a cadena perpetua. Pero el Tribunal Supremo lo declaró culpable de todos los cargos y le otorgó la condena a muerte por asesinar a Hazrat Laskar y a sus miembros familiares».

«Siendo este el conjunto religioso más grande del sur de Asia, Jamaat -e- Islami es el movimiento principal responsable de sembrar una narrativa exclusivista y aborrecible; En Pakistán, condujo una violenta campaña en 1953 contra los musulmanes Ahmadi»

A continuación se presenta el texto del artículo de Tufail Ahmad en The New Indian Express:[2]

«Una guerra religiosa se está librando en dos lados de las fronteras de India. Hacia el oeste, Pakistán está cada vez más cerca de una toma de control jihadista, haciendo metamorfosis en una versión sunita de lo que la Irán chiíta se convirtió luego de la Revolución Islámica de 1979. Hacia el noreste, Bangladesh se hunde en una guerra político-religiosa de asesinatos y odio. Ambos países ilustran el cómo mezclar la religión y la política en la vida pública mutila la capacidad intelectual del hombre común en entender lo que una buena sociedad debe ser. Las personas son usadas como carne de cañón para el avance de la religión.

«En los dos países, los grupos minoritarios tales como los hindúes, cristianos, chiítas y musulmanes Ahmadi están siendo sistemáticamente asesinados. En Pakistán, no pasa un día en que un musulmán chiíta no es asesinado. En Lahore, un musulmán Ahmadi de 72 años fue recientemente encarcelado por leer el Corán en Bangladesh, miembros del Jamaat-e-Islami están atacando los hogares hindúes, sitiando las calles y asesinando a los rivales. En marzo, el diario Ittefaq de Dhaka incluía un artículo, advirtiendo: ‘Un poder está creciendo lentamente en Bangladesh, que viola nuestra libertad y vida. Viola nuestra propia existencia. El adversario no es un hombre sino una ideología’.

«La violencia que recrudece en las fronteras de India no es aleatoria, sino predecible, es parte de un patrón, que se origina a partir de una narrativa ideológica sobre el Islam. La narrativa puede extenderse a India, el hogar de una gran población musulmana. En efecto, los clérigos de India ya están librando una campaña de odio al igual que Pakistán en contra de los musulmanes Ahmadi en Punjab, Delhi y Andhra Pradesh. Siendo este el mayor conjunto religioso del sur de Asia, Jamaat-e-Islami es el movimiento principal responsable en sembrar una narrativa exclusivista y aborrecible. En Pakistán, se llevó a cabo una violenta campaña en 1953 contra musulmanes Ahmadi, que ahora son declarados no musulmanes.

«Fundada en 1941 por el teólogo sunita Maulana Abul A’la Maududi, Jamaat-e-Islami define el Islam en una forma de vida que todo lo abarca y comenzó a nutrir, al igual que otros grupos religiosos, una visión de un estado islámico que regule todas las esferas de la vida. Por razones históricas, este se dividió en unidades organizativas autónomas, que hoy funcionan en India, Pakistán, Bangladesh y Cachemira. No es la primera vez en su historia, Jamaat-e-Islami está pasando por una crisis de legitimidad ante el pueblo, especialmente en Pakistán y Bangladesh.

«El 4 de noviembre, el líder de Jamaat-e-Islami de Pakistán Syed Munawar Hasan describió a Hakimullah Mehsud, el jefe talibán paquistaní muerto en un ataque con drones no tripulados, como un ‘mártir’ por librar una ‘guerra santa contra los enemigos del Islam’. A pesar de las críticas de los militares y el pueblo de Pakistán, Hasan reiteró el argumento, señalando también que los soldados paquistaníes muertos en la guerra contra el terrorismo no se pueden llamar mártires. La descripción de Hasan de los terroristas como mártires refleja la narrativa ideológica nutrida durante siete décadas pasadas por Jamaat-e-Islami y otros grupos religiosos».

«Terroristas de Al-Qaeda han sido rutinariamente capturado de las casas de los líderes del Jamaat-e-Islami en Pakistán», «El 29 de noviembre… [el activista del Jamaat-e-Islami] Abdur Rehman estaba entre los terroristas muertos por un drone no tripulado en Waziristán»

«Recientemente, el periodista [paquistaní] Amir Mir narró cómo los terroristas de Al-Qaeda han sido capturados rutinariamente de las casas de los líderes de Jamaat-e-Islami de Pakistán. En el 2002, los hermanos Khwaja, que pertenecían a Jamaat-e-Islami, admitieron refugiar al líder de Al-Qaeda Yasser Al-Jazeeri. en el 2003, Khalid Sheikh Muhammad, el autor intelectual del 11 de Septiembre, fue capturado en la casa de un líder de Jamaat-e-Islami en Rawalpindi. en el 2003, Terrence Thomas, un australiano militante de Al-Qaeda retenido en Karachi, utilizó la casa de un jugador de hockey cuya esposa es miembro de Jamaat-e-Islami. en el 2004, Attaur Rehman – un funcionario del Islami Jamiat Tulaba (IJT), el ala estudiantil del Jamaat-e-Islami – estuvo involucrado en un ataque contra la caravana de un ejército de generales en Karachi. El Dr. Akmal Waheed y el Dr. Arshad Waheed, detenidos por el caso, trabajaban para Al-Qaeda y pertenecían a la Asociación Médica Islámica de Pakistán, una filial de Jamaat-e-Islami. Recientemente miembros de Al-Qaeda fueron arrestados en la habitación de un hostal de un miembro del IJT en la Universidad de Punjab. El 29 de noviembre un miembro del IJT Abdur Rehman estaba entre los terroristas muertos por un drone no tripulado en Waziristán.

«Durante años, Jamaat-e-Islami ha apoyado la violencia contra las sectas minoritarias, dictadores militares de Pakistán y grupos jihadistas, mientras operaba como partido político. En la guerra de 1971 por Bangladesh, este creó dos grupos paramilitares, Al-Badr y Al-Shams, involucrados en los asesinatos de intelectuales bengalíes y activistas políticos. Varios altos dirigentes Jamaat-e-Islami, incluyendo a Delwar Hossain Sayeedi, Muhammad Kamaruzzaman, Abdul Quader Mollah, y Ghulam Azam se encuentran entre los condenados por los crímenes de la guerra de 1971 por un tribunal en Dhaka este año. Ahora, un tribunal de Bangladesh ha declarado al Jamaat-e-Islami ilegal, prohibiéndolo de la política. Algunos escritores tales como Taslima Nasreen apoyaron la prohibición, diciendo que es prácticamente un grupo terrorista.

«En India, el Jamaat-e-Islami habría seguido una trayectoria similar, pero la democracia próspera en India le ha obligado a permanecer en el camino del pluralismo. Una cosa que no puede hacer es tratar de imponer su ideología sobre la sociedad en India que no la desea. Sin embargo, cinco por ciento de los miembros de Jamaat-e-Islami en los mandos medios si se nutren de una orientación extremista, pero el liderazgo está trabajando dentro de un marco más amplio de democracia y pluralismo en India, sobre todo mediante el trabajo educativo y humanitario, dice el Dr. Ishtiaque Ahmed, quien enseña en la Universidad Jawaharlal Nehru [de New Delhi]. Este dice que Jamaat-e-Islami ha de hecho tomado medidas para participar en la política haciendo flotar el Partido Bienestar de India. Ahmed señala que a pesar de la unidad ideológica, Jamaat-e-Islami en India ha hecho bien para sí mismo disociándose de sus contrapartes en Pakistán, Bangladesh y Cachemira.

«En reciente visita a Dhaka, Syed Haider Farooq Maududi, hijo del fundador de Jamaat-e-Islami Maulana Maududi, sostuvo que un estado democrático debe mantenerse distanciado de la religión, observando que ‘la religión es para el pueblo y el pueblo no es para la religión’. Argumentando que la religión debe permanecer dentro de la vida personal del individuo, dijo: «El sagrado Corán no habla de política, más bien le habla al individuo a manera que este pueda llegar a ser mejor. La interpretación política de la religión siempre trae destrucción en la sociedad’. Está claro que la guerra en Pakistán y Bangladesh subraya la urgente necesidad de separar la religión de la política – una condición previa para una sociedad libre, un reto para los países islámicos de todo el mundo, y una lección que los políticos en India también tienen que aprender».


[1] The Daily Star (Bangladesh), 13 de diciembre, 2013. El escrito en su inglés original utilizado en este despacho ha sido ligeramente editado para mayor claridad y estandarización.

[2] The New Indian Express (India), 12 de diciembre, 2013.