En una conferencia de prensa realizada por el Departamento de Estado, el portavoz del departamento Ned Price, respondió a la siguiente pregunta:
Pregunta: Funcionarios rusos advirtieron que Moscú pudiera desplegar tropas en Cuba y Venezuela si Estados Unidos y la OTAN insisten en la crisis de Ucrania. ¿Están los Estados Unidos preocupados por ese tema? ¿Has visto ustedes alguna acción en ese sentido?
Mr. Price: Vea, no vamos a responder a fanfarronadas. Si vemos algún movimiento en esa dirección, responderemos rápida y decisivamente.[1]
La idea de que Rusia establezca bases en el Caribe y en Latinoamérica en el patio trasero de Estados Unidos fue vista como respuesta adecuada a la expansión de la OTAN hacia la frontera con Rusia.
La especulación fue alimentada aún más cuando el vice-canciller de Rusia Sergei Ryabkov no se comprometió con la posibilidad en una entrevista dada el 13 de enero. Al ser consultado sobre la posibilidad de desplegar misiles rusos en Cuba o Venezuela en caso de un fracaso de las negociaciones sobre garantías de seguridad para Rusia. Ryabkov dijo que no quería «confirmar ni excluir nada».
La cancillería de Rusia expresó su sorpresa por la histérica respuesta de Occidente a la respuesta evasiva de Ryabkov. La cancillería lo atribuyó a un «pensamiento arrogante en espíritu de que nosotros podemos hacer todo, pero Rusia – nada en lo absoluto».
El secretario de prensa de Putin Dmitry Peskov, afirmó que el tema de las bases rusas “no fue abordado específicamente y no fue tampoco planteado en las recientes discusiones entre Putin y el presidente venezolano Nicolás Maduro.[2]
Los funcionarios y académicos rusos han tratado de anular su anticipación de que Rusia establecería bases en Cuba o Venezuela. El ex-presidente y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia Dmitry Medvedev, dijo lo siguiente: «Cuba y Venezuela son países que están cerca de nosotros, nuestros socios, países que persiguen una política exterior independiente. Pero estos son países absolutamente soberanos. No podemos simplemente desplegar nada en ellos… simplemente porque deben ser consecuentes con sus posturas geopolíticas junto a sus propios intereses nacionales».
Las bases rusas actualmente irían en contra de sus intereses nacionales, ya que La Habana y Caracas desean salir del aislamiento y establecer relaciones normales con los Estados Unidos, agregó Medvedev.[3]
El director del Instituto de Estados Unidos y Canadá (Academia Rusa de Ciencias) Valery Garbuzov, pronosticó que los países latinoamericanos no estarían de acuerdo en lo absoluto con el despliegue de armas rusas en su territorio. Este explicó que Cuba y Venezuela, que están bajo las sanciones estadounidenses, no querrán empeorar las relaciones con Estados Unidos y el despliegue de misiles rusos solo endurecerá aún más el régimen de sanciones.[4]
El profesor Victor Jeifets, director del Centro de Estudios Iberoamericanos de la Universidad Estatal de San Petersburgo, es igualmente escéptico sobre las bases rusas. Jeifets cree que las autoridades cubanas «no tienen ningún motivo para aceptar la colocación de plataformas». No basta la mera coincidencia de puntos de vista entre la Federación de Rusia y Cuba sobre la situación mundial. El gobierno cubano «quisiera, naturalmente, recibir ayuda económica a gran escala». Pero Moscú no puede brindar asistencia comparable a la escala de la asistencia otorgada en la era soviética a Cuba.
Jeifets también cree que Cuba ha sido incinerada en dos oportunidades por Rusia y esto alimentará su renuencia a aceptar las bases rusas.
«Creo que las autoridades cubanas negarán su consentimiento. Cuba es muy celosa de su soberanía y autonomía. Y Cuba se sintió muy ofendida en ese momento – tanto, durante la crisis del Caribe (la crisis de los misiles en Cuba), nosotros retiramos nuestros misiles sin consultarles y cuando a comienzos de este siglo sacamos la estación de radar de Cuba como un presente a los Estados Unidos, nuevamente sin considerar la opinión de los cubanos”.[5]
El diario de amplia circulación «Moskovskiy Komsomolets» optó por explorar el tema desde otro ángulo – el valor militar real acumulado para Rusia si se establecieran tales bases. El diario discutió el tema con el analista militar ruso Ruslan Pukhov, director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías de Moscú (CAST/siglas en inglés) y miembro del Consejo Público del Ministerio de Defensa de Rusia. Pukhov creía que Venezuela era el candidato más probable para instaurar una base, ya que Cuba, por las razones citadas anteriormente, se mostraría bastante renuente a colocarla. Sin embargo, incluso con el consentimiento de Venezuela, sería mucho más problemático que útil. La tecnología militar avanzada hizo obsoletas dichas bases, ya que los grupos navales podían hacer el trabajo con la misma eficacia y de forma mucho más económica. Además, dada la división política en una Venezuela rodeada por estados hostiles, la base se convertiría en un riesgo para la seguridad y un objetivo de los opositores al régimen y el personal ruso pudiera incluso convertirse en rehenes.
El análisis de Pukhov puede leerse a continuación:[6]
«‘Hace 40 o 50 años tenía sentido tener bases militares frente a la costa de los Estados Unidos. Ahora no es tan relevante para nosotros. El desarrollo de la tecnología militar nos permite amenazar, presionar y atacar los objetivos potenciales del enemigo a distancia. Uno no tiene que estar cerca del territorio del enemigo para hacerlo. Entonces, desde un punto de vista puramente militar, la existencia de este tipo de bases militares ya no es un factor tan importante como lo era antes’, dijo el experto Pujov.
«Según Pukhov, también existe un aspecto diplomático importante al tema.
“’Ojalá nuestros militares y diplomáticos consultaran con expertos cubanos y venezolanos antes de anunciar el establecer cualquier base y expresarle esta decisión a los estadounidenses y a la prensa. De lo contrario, tales declaraciones serían un insulto para el liderazgo de dichos países’, dijo el experto.
“El experto cree que en el caso de tales conversaciones sería más fácil resolver el tema del despliegue de la base rusa en Venezuela, ya que tenemos una corta historia de relaciones con este país que no posee lastre ante desacuerdos anteriores, como lo es en el caso de Cuba.
«‘En su día, explica Pukhov, sin el permiso de Fidel, Nikita Khrushchev retiró nuestros misiles de la Isla Libertad y los trajo de vuelta a la Unión Soviética, lo que produjo una gran crisis en las relaciones soviético-cubanas. Fidel percibió el paso, como un insulto personal y humillación al pueblo cubano. Luego, más tarde, a comienzos de la década del año 2000, renunciamos a nuestra base cubana en Lourdes, siendo este nuestro principal centro de inteligencia radioelectrónico. Esto también se hizo sin tener conversaciones individuales con los cubanos. Así que nosotros, Hablando groseramente, los engañamos dos veces con nuestras bases militares, por lo tanto, creo y con un alto grado de probabilidad, simplemente no querrán jugar el mismo juego con nosotros por tercera vez y no nos permitirán desplegar nada allí. Y si en esta situación comenzamos a hacer anuncios prematuros, no saldremos bien parados de ello», explicó Pukhov.
“Con respecto a Venezuela, según el experto, el proceso de negociación pudiera ser más sencillo. La única pregunta es: ¿lo necesitamos?
«‘Es muy posible que el liderazgo venezolano nos permita establecer una base. Sin embargo, este paso dividirá al país en dos, en donde la mitad de la población estará a favor y la otra mitad, totalmente en contra. Debería recordarse que el país posee un alto índice de criminalidad y será muy difícil desplegar allí una verdadera base, no nominal. Esta requerirá de mucha seguridad, también hay que tener en cuenta que Venezuela está rodeada de estados muy hostiles, por ejemplo, Colombia siendo este 100% pro-estadounidense es uno de esos estados.
«‘Así que, puede resultar que la base no represente una amenaza para los estadounidenses, sino que más bien sea tomado como objetivo a las amenazas de las fuerzas pro-estadounidenses. Nuestra gente desplegada en este país (directa o indirectamente) pudiera incluso convertirse en rehenes». En resumen, deberíamos pensar muchas veces si deberíamos comenzar el proceso de desplegar nuestra base allí”, dijo Ruslan Pukhov.
“El experto también mencionó el aspecto financiero como factor no menos importante para decidir el tema de las bases permanentes.
«Este dijo: ‘Uno tiene que entender que mantener una base militar completa en un país extranjero es un lujo muy costoso que requiere de grandes inversiones. Por esa razón, sería mucho más barato (e incluso más efectivo hoy desde una perspectiva militar».) no crear bases militares, sino, por ejemplo, grupos navales, que (sin ninguna base) pudieran, una vez que aparezcan en la costa de los Estados Unidos, realizar las tareas de combate que les serían asignadas. Nosotros somos muy capaces de hacer todo esto hoy».
[1] State.gov, 27 de enero, 2022.
[2] Interfax.ru, 21 de enero, 2022.
[3] Ria.ru, 27 de enero, 2022.
[4] Lenta.ru, 28 de enero, 2022.
[5] Ria.ru, 28 de enero, 2022.
[6] Mk.ru, 26 de enero, 2022.