El 6 de febrero del 2013, el semanario egipcio en idioma inglés Al-Ahram publicó una carta abierta al Presidente de los Estados Unidos Barack Obama, en la que el autor, el destacado activista egipcio de los derechos humanos Bahieddin Hassan, afirma que el respaldo de la administración estadounidense al régimen egipcio está causando el derramamiento de sangre y un aumento de la violencia y violaciones en las calles del país.

En una reunión en el 2010 con el Presidente Obama en la Casa Blanca, Hassan, quien dirige el Instituto de Estudios de Derechos Humanos en el Cairo, y que el año pasado rechazó el cargo de ministro del interior egipcio, criticó la «brecha» entre las promesas que el presidente hizo en su discurso de junio, 2009 en El Cairo y la «realidad de la política estadounidense» respecto a la situación de los derechos humanos en la región.

En su carta abierta en el semanario Al-Ahram, Hassan pidió «a los voceros y funcionarios en su administración que dejen de comentar sobre los acontecimientos en Egipto», y que «mientras no puedan decir la verdad sobre lo que está sucediendo en Egipto, guarden silencio». Sus declaraciones, dijo, sólo dan «cobertura política al actual régimen autoritario en Egipto» y su política de represión violenta a las manifestaciones, incluyendo la táctica de violar mujeres.

Lo siguiente son extractos de la carta:[1]

En nuestra reunión del 2010 «Le urgí considerara el abismo existente entre el contenido de su discurso al mundo árabe e islámico en El Cairo en junio, 2009 y la realidad de la política estadounidense en febrero, 2010»

«Al Presidente Barack Obama:

«Hace tres años, tuve el honor de conocerlo en la Casa Blanca como parte de una delegación de unos 50 defensores de los derechos humanos de todo el mundo. Fui uno de los tres defensores al que se le pidió hablar durante los 40 minutos de la reunión que duro 90 minutos en la usted y sus asesores estaban presentes.

«Cuando llegó mi turno para dirigirme a los reunidos, le insté a usted considerar el abismo que separa el contenido de su discurso al mundo árabe e islámico en El Cairo en junio, 2009 y la realidad de la política estadounidense en febrero, 2010, señalando que parecían separados por mucho más que unos pocos meses. En El Cairo, usted se comprometió a estar junto a los pueblos de la región y participar con ellos, pero ocho meses después, la política de su gobierno le dada la espalda al pueblo y trabajó en cambio con los regímenes locales. Yo discutí tres ejemplos de esto: Palestina, Yemen y Egipto.

«Jocosamente, usted señaló que a pesar de ser huésped en la Casa Blanca, fui lo suficientemente audaz como para criticar al presidente en su presencia. Respondí que el acto no requería coraje alguno ante lo que sucede cuando tratamos de criticar a los presidentes árabes en casa, en el que la sala estalló en carcajadas.

«Luego de la revolución egipcia, me reuní con su encomiable asesora de los derechos humanos Samantha Power y le dije que era hora de un segundo discurso en El Cairo. Para ese momento, las esperanzas eran altas en referencia a que los egipcios serían capaces ahora de trabajar para mejorar drásticamente la situación de los derechos humanos en del país, y que la política estadounidense apoyaría a los egipcios en el logro de estas aspiraciones.

«Hoy, dos años más tarde, ni los cambios a la situación de los derechos humanos ni a la política de Estados Unidos han cumplido nuestras esperanzas. Los jóvenes egipcios continúan viviendo en frustración debido a la deteriorada situación económica y el incumplimiento reiterado de los procesos políticos en representar sus demandas, a pesar de los sacrificios que han hecho por el bien de la revolución y por la transición a la democracia. Los jóvenes que tomaron las calles para expresar su frustración continúan siendo recibidos con violencia».

«Mientras algunos escriben su última voluntad a sus 60 o 70 años, la juventud egipcia lo hace a los 20 años… se les ha encontrado portando testamentos recién escritos mientras participan en las protestas»

«De hecho, mientras que la gente a menudo escribe su última voluntad a sus 60 o 70 años, los jóvenes egipcios lo hacen a sus 20 años – quienes normalmente planean sus bodas – se han encontrado en posesión de su recién escrita voluntad durante su participación en las protestas, pero estas voluntades no las escriben para transmitir bienes materiales a sus familiares, ya que la mayoría de ellos no posee nada de valor y sólo puede ofrecer sus vidas y sus aspiraciones en vivir una vida digna en su propio país. Más bien estas voluntades dictan los detalles de sus funerales: De cuál plaza procederá la procesión? Por cuáles calles pasaran? ¿Qué cánticos deben escucharse?

«Mohamed Hussein Al-Qarni de veintitrés años de edad, administrador de la página en Facebook ‘Los de la ‘Hermandad’ Son Unos Mentirosos’, no será el último de estos jóvenes en morir. Este recibió un disparo en el cuello y en el pecho el 1 de febrero en una calle cerca del Palacio Presidencial Ittihadiya. Desde diciembre, los alrededores del palacio han sido testigos de torturas a los manifestantes por miembros del partido del presidente, el arrastrar, golpear y asesinar a manifestantes por las fuerzas de seguridad en escenas difundidas alrededor del mundo. Dos casos prominentes son los del periodista opositor Mohamed Al-Husseini Abu Deif, quien recibió un disparo en la cabeza el 12 de diciembre [del 2012] frente al palacio, y el de Amr Saad, de 19 años, quien también fue abaleado en la cabeza frente al palacio a principios de febrero.

«Esta violencia también se ha visto en la Plaza Tahrir. El 20 de noviembre del [2012], Gaber ‘Jika’ Salah de 17 años de edad, el administrador de la página en Facebook ‘Juntos Contra la Hermandad Musulmana’, recibió un disparo en la cabeza con una escopeta. El 31 de diciembre, Mohannad Samir de 20 años de edad, miembro del Movimiento 6 de Abril, recibió un disparo en la cabeza con una escopeta y entró en coma durante varios días antes de que finalmente quedó claro de que sobreviviría».

«La violación – reconocida internacionalmente como un arma de guerra – ahora es utilizada en Egipto como un arma política para disuadir a los opositores a que se reúnan en la Plaza Tahrir»

«La violación, reconocida internacionalmente como un arma de guerra, se utiliza ahora en Egipto como un arma política para disuadir a los adversarios a que se reúnan en la Plaza Tahrir. Según múltiples testimonios en las últimas semanas, los ataques difieren radicalmente de las formas de acoso sexual frecuentes en Egipto en años anteriores.

«De acuerdo con las víctimas y videos, las manifestantes mujeres están separadas de los manifestantes, llevadas a otros lugares, y violadas, en lo que parecen ser ataques organizados previamente planificados. Los rostros de los asaltantes no muestran signos de emoción o excitación sexual.

«El objetivo parece ser el de romper la voluntad política de las víctimas a través de degradarlas profundamente, ya sea violadas, mutiladas sexualmente, o despojadas completamente de su ropa – si se las arreglan para escapar a la multitud. En más de un caso, un cuchillo es utilizado para penetrar la vagina de las víctimas, y varias mujeres se sometieron a histerectomías después de haber sido asaltadas. En este contexto, podemos entender el intento de violación a una mujer de 70 años, conocida por su afiliación política, así como también el asalto sexual a una serie de hombres».

«Las posturas de su administración le han dado cobertura política al actual régimen autoritario en Egipto y le ha permitido implementar políticas antidemocráticas no temerosas y comprometernos en numerosos actos de represión»

«Señor Presidente, cuando hablé con usted en el 2010, le pregunté por qué el gobierno de Estados Unidos condena las prácticas represivas en Irán mientras permanece en silencio cuando los regímenes árabes participan en las mismas violaciones. Durante los últimos meses, declaraciones de su administración también han fracasado frente a violaciones e incluso han culpado a manifestantes y víctimas por la violencia cometida en el contexto de las manifestaciones. De hecho, las posturas de su administración han dado cobertura política al actual régimen autoritario en Egipto y les ha permitido implementar sin temor políticas antidemocráticas y cometer numerosos actos de represión.

«Declaraciones de que ‘Egipto está presenciando un proceso genuino y generalizado de democratización’ han cubierto y, de hecho legitimado los procesos democráticos mediante el cual la Asamblea Constituyente aprobó la nueva constitución, una cuestión que a su vez ha dado lugar a un incremento considerable de la inestabilidad en el país. Llamadas a que la ‘oposición [continúe] siendo no violenta’ y para que ‘el gobierno y las fuerzas de seguridad [ejerciten] el auto-control ante la violencia del manifestante’ han permitido a la policía y a la administración egipcia actual eludir sus responsabilidades en asegurar las manifestaciones y responder a las demandas del pueblo egipcio, y les ha permitido echarle la culpa por la violencia y la inestabilidad a los propios manifestantes. Instar a ‘la oposición [a] iniciar un diálogo nacional sin condiciones previas’ socava la capacidad de la oposición en jugar un papel verdadero en los procesos de toma de decisiones del país, ya que estos ‘diálogos’ rara vez resultan en algo más concreto que tomarse una foto con el presidente.

Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:
http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/6989.htm


[1] La traducción al inglés ha sido ligeramente editada para mayor claridad.