Khalid Al-Dakhil, columnista del diario saudita sede en Londres Al-Hayat, dedicó dos columnas a las potenciales repercusiones de la primavera árabe para Arabia Saudita. Este sostuvo que el país no puede desvincularse de los cambios producidos por la primavera árabe en la región, y no deben ser complacientes. Más bien, dijo, su régimen debería aprobar importantes reformas políticas y económicas con el fin de preservar su estabilidad y evitar ir hacia la anarquía, tal como ocurrió en Siria.
Lo siguiente son extractos de las dos columnas:
Khalid Al-Dakhil [1]
Arabia Saudita no puede desvincularse de los cambios en el mundo árabe
En la primera columna, publicada el 16 de Diciembre, 2012, Al-Dakhil escribió: «…Existe un consenso casi total de que el mundo árabe no volverá a ser el mismo de antes de la Primavera [Árabe]. La actitud popular en el región está cambiando rápidamente, tal como lo indica claramente [lo que está sucediendo en] las calles de Túnez, Egipto, Yemen y Kuwait, y por las batallas que han hecho estragos en toda Siria durante 20 meses… Aquellos que siguen Twitter en el mundo árabe, especialmente en Arabia Saudita, se darán cuenta que el cambio de actitud de la población no es exclusivo de los países en los que las tormentas de primavera se han producido. Las posturas de los [pueblos] y opiniones, y [sus] demandas sociales, políticas, económicas y hasta religiosas, indican aspiraciones y coraje… El cambio de actitud de la población significa que la cultura política de la región ha cambiado rápidamente, lo cual plantea atención… Términos como ‘derechos’, ‘constitución’ y ‘democracia’ se han vuelto muy comunes… después de haber sido prohibidos [por muchos años]… Este cambio de actitud de la población, y en el plano político y cultural, tanto en los países de la primavera árabe y en otros lugares, provocará un cambio en el propio concepto del estado árabe…
«No sabemos cómo va a terminar este cambio, pero de hecho es causa de preocupación… En Siria, el país está cambiando a través del derramamiento de sangre causado por el régimen en el poder. En Túnez y Egipto [por otro lado], el país está cambiando de una manera más racional y política, por lo menos hasta ahora. En Libia hay un tercer camino – que comenzó [con derramamiento de sangre], al igual que Siria, pero ahora se ha desplazado a la manera tunecina y egipcia. En Yemen hay un cuarto camino, y en Kuwait, Marruecos y Jordania, un quinto. El segundo camino [tal como en Túnez y Egipto] y el quinto camino [tal como en Marruecos y Jordania] son las [opciones] preferidas y más racionales.
«No creo que Arabia Saudita debe temer a [estos acontecimientos], pero tampoco debe ser complaciente. Arabia Saudita no es, ni puede estar, desconectado de estos eventos. Es una parte inseparable del mundo árabe, y en la actualidad está en el corazón de este mundo como uno de sus principales pilares… Si la cultura política árabe está cambiando, entonces la cultura política saudí no puede estar separada de este cambio… ya que es parte de la cultura árabe y del maquillaje político. Se ve afectado por esto, y le debe afectar…» [2]
La relación entre el pueblo y el régimen debe cambiar
En la segunda columna, publicada la semana siguiente, Al-Dakhil pide una vez más al régimen saudí que comprenda las transformaciones que se producen en la región, así como también guiarlos y no ser dirigidos por ellos. Este dijo que Arabia Saudita ha logrado hasta ahora capear el temporal de la Primavera Árabe, pero que esta tormenta trae nuevas buenas sobre la relación entre el régimen y el pueblo, y requiere de una nueva percepción:
«… [La principal implicación de la tormenta de la Primavera Árabe] es un cambio en el carácter político de este estado, que ha sido constante desde su creación después de la Primera Guerra Mundial. [Su carácter se] basa de un principio político único… es decir, que la relación entre el estado y el pueblo es unidireccional: el liderazgo frente al pueblo [lo que significa que el pueblo no puede hacer exigencias al régimen]. Esta [situación] se adaptó a las circunstancias sociales y políticas hace un poco más de medio siglo, pero la tormenta de la Primavera Árabe… socava esta percepción… No hay discusión de que estas relaciones deben cambiar. La cuestión es el cómo vendrá este cambio…»
Luego pidió al régimen saudí que promulgara reformas no sólo económicas, sino también importantes reformas políticas: «…Debemos deshacernos del fenómeno de funcionarios que ocupan sus cargos durante décadas, [y debemos] operar el mecanismo de Hayat Al-Bay’a [3] y establecer el proceso de transferencia de poder sobre una base legal estable… Debemos expandir gradualmente la autoridad del Consejo Shura y transformarla poco a poco en un órgano legislativo elegido.
«Todo esto requiere de cambios constitucionales que permitan la separación de poderes, y la entrada de Arabia Saudí a una fase nueva constitucional…» [4]
[1] Imagen: Al-Hayat (Londres).
[2] Al-Hayat (Londres), 16 de diciembre, 2012.
[3] El Consejo de Lealtad Saudita – el órgano encargado de nombrar al Rey saudita y al Príncipe Heredero. Fue establecido en octubre, 2006 por el Rey Abdalá e incluye a los hijos y nietos del Rey ‘Abd Al-‘Aziz Aal Saud.
[4] Al-Hayat (Londres), 23 de diciembre, 2012.