Los siguientes extractos son de una entrevista con el clérigo egipcio Badr Hamdan de la Unión Internacional de Estudiosos Musulmanes, la cual fue presentada en Al-Shabab TV el 8 de diciembre, 2009.
Para ver este segmento de video en MEMRI TV, visite
http://www.memritv.org/clip/en/0/0/0/0/0/0/2472.htm.
Hamdan Badr: «Khaled [Ibn Al-Walid] se dirigió al comandante del ejército bizantino, quien lo miró y dijo: ‘Khaled, he escuchado que lo que les hizo salir de sus casas fue el hambre y la sed. Regresa con el resto de la los musulmanes’. Es mejor que tú y los videntes presten mucha atención – ‘Regresen con el resto de los musulmanes, y cada uno de ustedes recibirá alimento, bebida y ropa, recibirán esto cada año. Porque él era el comandante, ellos querían darle un poquito de…»
Entrevistador: «El podría haber terminado el trabajo y regresado… no hay problema».
Hamdan Badr: «Cierto?»
Entrevistador: «Sí, no hay problema».
Hamdan Badr: «Estoy siendo claro?»
Entrevistador: «Sí, nuestros televidentes lo ven».
Hamdan Badr: «Qué fue lo que Khaled le dijo? Dijo: ‘Tiene razón, comandante!»
Entrevistador: «Qué honestidad».
Hamdan Badr: «Cierto». Fue la sed que nos hizo salir de nuestras casas. Hemos oído que la sangre bizantina es la más gustosa, y hemos llegado hasta beberla’. No lo tome a mal. Esto no quiere decir que la deberíamos… No. Les sugerimos que se conviertan al Islam y sean salvados, o paguen el impuesto del jizya, o de lo contrario, emprenderíamos la guerra contra ellos. Esto no constituye agresión, porque estamos defendiendo las fronteras del estado islámico. Se nos ordena imponer a la gente a que adoren a Alá. Se nos ordena a que obliguemos a las criaturas a que adoren a su Creador, salvar a todo el que quiera ser salvado de adorar a esclavos para que adoren al Maestro de los esclavos y llevarlos de la injusticia de las otras religiones a la justicia del Islam, desde lo estrecho de este mundo a la amplitud del mundo por venir. Esa es la misión de todo musulmán en esta vida.
«Khaled dijo estas cosas, y el hombre se llenó de ira. Khaled agarró las riendas de su caballo y cabalgó hacia el ejército de los musulmanes, llamándolos con toda la potencia de su voz: ‘Vuela, Oh ala del Paraíso!»
Entrevistador: «Qué hermoso».
Hamdan Badr: «Que líderes…»
Entrevistador: «Qué hermosa expresión».
Hamdan Badr: «Dónde están esos líderes? Me gustaría… nos gustarían líderes así, pero…»
Entrevistador: «Ellos podrían aprender una lección de Khaled…»
Hamdan Badr: «Este agarró las riendas de su caballo y cabalgó, gritando: ‘Vuela, Oh ala del Paraíso! Uno de los musulmanes en la batalla se acercó a Abu Obeida Ibn Jarrah, y le dijo: ‘Abu Obeida, ¿le gustaría pasarle algo al Profeta Mahoma [en el Paraíso]?’ ¿Sabes quién era? Era Omar Ibn Al-Khattab. Él sabía que en cuestión de minutos, se uniría al Profeta en el Paraíso.
«Ibn Obeida dijo: ‘Por qué preguntas?’ Omar dijo: «He decidido ser martirizado por la causa de Alá’. Me gustaría que la nación despertara y volviera a ser lo que era, que deje de buscar espinas por todas partes y empiece a buscar rosas, para olerlas y dárselas a los demás».
Entrevistador: «Esto me recuerda la historia de cómo Andalucía se perdió. [Los cristianos] enviaron a sus espías, que se encontraron con un joven que estaba llorando. Le preguntaron: ‘Por qué lloras, joven?’ Él dijo: «Disparé diez flechas, y una no dio en el blanco. Es por eso que estoy llorando’. Así que los espías regresaron donde Fernando e Isabel, los Reyes de Castilla y Aragón, y dijeron: ‘No, ustedes no pueden ganarles».
«Diez años después, los espías regresaron, y se encontraron a un joven llorando». ‘Por qué lloras?’, le preguntaron. ‘Mi novia me dejo’, dijo. Los espías regresaron y dijeron: ‘Ahora es el momento!'».