En un editorial el 9 de septiembre, 2009 en el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat, titulado «Estas Alimentan Nuestras Ilusiones», Mshari Al-Zaydi ofreció su opinión sobre las teorías de conspiración árabes por el 11 de Septiembre y el razonamiento detrás del fenómeno de estas teorías.

Lo siguiente es el editorial, en su inglés original: [1]

«La realidad… es que los que perpetraron los ataques del 11 de Septiembre fueron jóvenes musulmanes»

«Aquellos que llevaron a cabo los ataques del 11 de septiembre, 2001 – fueron nacionalistas extremistas serbios? No fue el Mossad israelí – no, perdón, fue un grupo estadounidense de Adventistas del Séptimo Día! No, en lo absoluto, quien llevó a cabo los terribles ataques fue la Agencia Central de Inteligencia norteamericana [CIA]!

«Las sugerencias e ilusiones imaginarias continúan fluyendo en la dirección a eludir las verdaderas consecuencias de la realidad – donde los que perpetraron los ataques del 11 de Septiembre fueron jóvenes musulmanes que creyeron en una interpretación de la línea dura del Islam, quienes son guiados por Osama bin Laden y quienes son y fueron luego alentados, por millones de musulmanes.

«La idea de que los serbios fueron los que llevaron a cabo los ataques del 11 de Septiembre, en venganza por la interferencia estadounidense en la guerra de los serbios contra los croatas de Bosnia fue pronunciada por Hasanayn Haykal, el símbolo de los periodistas en la política árabe quien sigue la dirección pan-Árabe. Lo dijo días después de que los ataques tuvieron lugar (en el diario libanés Al-Safir, el 1 de octubre, 2001).

«La idea de que los ataques fueron llevados a cabo por el Mossad israelí (la fuente de todos los males y de misteriosos acontecimientos que algunos no tienen ni la energía de investigar y examinar) fue sugerido por el escritor islamista Fahmi Huwaydi, que creía que Al-Qaeda no pudo llevar a cabo tal operación, pero que el Mossad si podía (diario kuwaití Al-Watan, 25 de septiembre, 2001).

«En cuanto a la idea de que los ataques fueron llevados a cabo por un grupo de estadounidenses llamados los Adventistas del Séptimo Día, esto fue declarado por Mustafa Mahmud, anfitrión del programa ‘Ciencia y Creencia’ (Al-Ahram, Egipto, 22 de septiembre, 2001).

«Todas estas sugerencias y escenarios indican el grado de control que tienen las ilusiones sobre nosotros. Esto es así porque el factor común entre todas estas ideas es colocar la responsabilidad sobre los hombros de una parte distinta a la parte árabe y musulmana – es decir, un bando que no somos nosotros. Recuerdo que hubo algunos que hablaron de la participación de los cárteles colombianos de la droga en estos ataques. Lo importante es que el lado afectado es alguien distinto a nosotros, incluso si es un espíritu azul. Aquellos que hacen estas sugerencias no cargan sobre sí mismos con el pensamiento y el análisis de los acontecimientos a fin de alcanzar el punto más cercano posible a la verdad – como investigador Saqr Abu-Fajr dice en su libro La Religión y la Mafia’.

«De esto, podemos entender las celebraciones entusiastas con que nuestros medios de comunicación árabes, y nuestros semis e incluso medio-intelectuales acogieron las decepciones del periodista francés Thierry Meyssan – de que lo que ocurrió el 11 de Septiembre fue sólo un ‘terrible engaño’ llevado a cabo por los propios Estados Unidos y por lo tanto este asesinó a 5.000 personas, y destruyó el edificio del Departamento de Defensa y las torres gemelas del World Trade Center!»

«El principal objetivo de todas estas ideas retorcidas es eliminar las preguntas y exonerar la propia cultura de la responsabilidad»

«El principal objetivo de todas estas ideas retorcidas es eliminar las preguntas y exonerar a la propia cultura de la responsabilidad. Si los que llevaron a cabo estos ataques fueron serbios, el Mossad, Adventistas del Séptimo Día, bandas colombianas o la CIA, no tendría ningún sentido cuestionarnos sobre el extremismo, la cultura del fanatismo y el exceso religioso, la necesidad de revisar los conceptos que establecen la violencia religiosa y todo este continuo dolor de cabeza a las preguntas que siguen golpeando en la mente de la sociedad. El asunto es fácil con estas ilusiones de conspiración y el presentar preguntas críticas se convierte en un ‘lujo intelectual’ y una verbosidad sin sentido.

«Con estas imágenes, toda la cuestión se reduce a decir que existen conspiraciones que nadie conoce, excepto las que se conocen – pero nosotros [mismos] somos una nación perfecta con una sociedad, cultura y civilización sana (dónde están todos ahora?). Pero se nos tiene como objetivo y se nos hace la guerra. Somos la principal preocupación del mundo. El mundo nos quiere oprimir, impedir que surjamos y nos quieren robar nuestras riquezas.

«Las conspiraciones no son ni ilusiones ni una idea abstracta, sino que son parte del mundo de la política y ha sucedido, y todavía está sucediendo. El objetivo no es negar su existencia o ridiculizar el hecho de que se lleva a cabo en determinados períodos y en casos específicos, y que ocurrirá de nuevo – porque las conspiraciones son una parte de la práctica en la guerra política. Mucha gente en el mundo está obsesionada con las teorías de conspiración, y existen películas y novelas sobre estas personas, que no ven nada delante de ellos excepto conspiraciones o una conspiración potencial».

«Las sociedades libres del orgullo herido, de un complejo papel histórico y del remordimiento… no permiten a los [teóricos de las conspiraciones] que decidan sobre cuestiones importantes y sensitivas… [pero] nosotros continuamente facultamos a estas personas»

«Sin embargo, las sociedades que están libres del orgullo herido, del complejo rol histórico y del remordimiento de ir en retroceso en la civilización no le permiten a estas personas tomar decisiones sobre cuestiones importantes y sensitivas. En estas sociedades, estos temas son estudiados completamente, o tan cerca como sea posible completar, con objetividad – a fin de proteger el estado y la toma de decisiones de los efectos emocionales pasajeros. Incluso si algunas personas histéricas, tales como el periodista Thierry Meyssan, fuesen a surgir en determinados momentos, como en un ataque fugaz de histeria, que pronto se desvanece en el mar de la racionalidad dominante.

«Pero nuestra situación es la opuesta a su situación. Continuamente facultamos a estas personas, las escuchamos y confiamos en lo que cualquiera diga que toque la fibra de nuestros sentimientos e inflame nuestra imaginación con conspiraciones sensacionales. La derrota de 1967 fue una conspiración extranjera, al igual que lo fueron la agresión de 1956 y la catástrofe de 1948. El nombramiento de Anwar al-Sadat como presidente de Egipto fue una conspiración. La invasión de Saddam a Kuwait fue una conspiración y Occidente deliberadamente sedujo a Saddam a esto. Osama bin Laden es una conspiración. Todo el fanatismo religioso, y las decenas, incluso los cientos de terroristas suicidas que inundan nuestra tierra con sangre y cuerpos destrozados son nada más que instrumentos de una conspiración que es manejada desde el exterior (la naturaleza y el tipo de esta en el extranjero varía en función de las circunstancias y los enemigos).

«Este tipo de pensamiento refleja una profunda perplejidad arraigada, y un temor constante de hacerle frente a la verdad desnuda. Estar frente a la verdad es amargo y doloroso, es una amargura temporal y dolor, que pronto desaparecerá – y el enfrentar eso es mejor y más beneficioso que recurrir a las drogas intelectuales y a los trucos evasivos».

«Si nuestro problema con nuestro modo predominante de pensar estuviese restringido a los ataques del 11 de Septiembre – La situación sería fácil»

«Significa el [hacerle frente a la verdad] auto-odio y el repeler la identidad y cultura de uno? Esta pregunta carece de sentido, porque el hombre no puede librarse de su piel, si lo hiciese, se convertiría en un monstruo espantoso, o tal vez moriría, porque la piel es lo que protege el cuerpo y por lo tanto al alma que usa las partes del cuerpo».

«Por lo tanto, esta cuestión, la cual es presentada siempre cuando la idea de auto-crítica se es puesta por delante, no tiene sentido. Si nuestro problema con nuestra forma predominante de pensar se limita a los ataques del 11 de Septiembre, la situación sería fácil y creeríamos en las teorías de conspiración, fuesen desde los escenarios de Serbia, el escenario del Mossad, el escenario de Colombia o incluso el escenario del espíritu azul.

«Pero nuestro problema no se limita a la historia del 11 de Septiembre. Antes y después, de los acontecimientos del 11 de Septiembre, atravesamos decenas de crisis que nos han conducido a esta realidad, que no creo agrade a cualquier musulmán o árabe racional».

«Si no cambiamos nuestra manera de pensar – continuaremos repitiendo estas lamentables distracciones

«En pocas palabras: La solución, antes de cualquier conversación o margen, es que si no cambiamos nuestra manera de pensar, seguiremos repitiendo estas tristes distracciones de un modo absurdo y trágico. Repetimos las mismas palabras en cada problema. Se dice que uno no obtendrá un resultado diferente si utilizamos el mismo método!

«Digo estas palabras ya que en pocos días conmemoraremos el octavo aniversario del 11 de Septiembre del 2001. Recordaremos que muchos de nosotros lo celebran junto a los hechos, mientras que al mismo tiempo, las ideas de conspiración y la parte extranjera se generalizan. No sé cómo podemos estar orgullosos de un hecho – y aun así al mismo tiempo nos complace cuando alguien nos dice que elementos extranjeros llevaron a cabo ese hecho y que [los perpetradores] no fuimos nosotros!

«[El famoso poeta árabe] Abu-Al-Ala Al-Maarri (973-1057) tenía razón cuando dijo:» En cada generación, existen falsedades para condenarlo, ha habido alguna vez una generación que haya sido especialmente bien guiada?'»


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 9 de septiembre, 2009. El texto ha sido ligeramente editado para mayor claridad; subtítulos agregados por MEMRI.