El 12 de marzo del 2008, el jefe de redacción del principal portal reformista árabe www.aafaq.org, Omran Salman, escribió un editorial sobre la campaña presidencial americana. A continuación el artículo.
El resultado de las elecciones enviará un mensaje a los amigos y enemigos de América
«La gente en el Medio Oriente ha estado siguiendo la campaña de las elecciones americanas con gran interés y anticipación. Existe, primero, el potencial de un cambio que esta contienda sostiene, y la singularidad de los candidatos que compiten. [1]
«Del bando Democrático, los Senadores Barack Obama y Hillary Clinton representan una opción no-tradicional. Obama es afro americano de piel oscura y sus orígenes ponen a prueba la habilidad de los americanos para lograr un cambio.
«Igualmente, Hillary Clinton también presenta una prueba, pero de otro tipo, de si los americanos están preparados para aceptar a una mujer como presidente del país.
Incluso del lado Republicano, el Senador John McCain, quien es visto por algunos conservadores no como un verdadero Republicano, representa una nueva opción en la política americana, ya que es un independiente y tiene el valor y la valentía de expresar su opinión, diferente del estereotipo partidario tradicional que uno espera en esta posición.
«El segundo factor que hace de esta contienda electoral excitante para los amplios sectores del Medio Oriente es que la política americana se ha entrelazado, de cierto modo sin precedentes, con los destinos de los países de la región.
«Ya sea para el conflicto palestino-israelí o las situaciones en el Líbano, Irak, o el Golfo, así como también para lo que depara el futuro respecto a las reformas políticas en la región, mucho del resultado dependerá de lo que los Estados Unidos dicen o hacen. El resultado de las elecciones americanas también enviará por igual un mensaje a los amigos y enemigos de América.
Las esperanzas de los gobiernos, las demandas de la gente
«Los gobiernos del Medio Oriente – particularmente los autoritarios – están esperando por un retorno a los días anteriores cuando la política americana estaba basada en el principio de mantener la estabilidad y la seguridad, y en la aceptación del statu quo. Esto a menudo tuvo lugar a expensas de las aspiraciones de los pueblos árabes por justicia, democracia, y el respeto por los derechos humanos.
«Para muchos regimenes árabes, el compromiso de América de apoyar y protegerlos es equivalente a darles luz verde para que supriman a sus oponentes, aplastar las fuerzas de la sociedad civil, y promulgar leyes que restringen las libertades.
«La historia moderna de la región está llena de ejemplos de cómo las relaciones íntimas entre Washington y las capitales árabes han llevado al deterioro en el área de los derechos humanos.
«En contraste con los gobiernos árabes, los pueblos árabes esperan una política americana activista comprometida a las metas de la democracia y la realización de la paz y la justicia para todos».
Falsa controversia
«El continuo debate en Washington sobre si es posible imponer la democracia sobre otros es un argumento falso. No fue requerido en el pasado, y no lo será en el futuro, para forzar la democracia en los pueblos árabes o en cualquier otro pueblo. El hecho es, la democracia no puede ser impuesta excepto dónde el deseo y la determinación esté presente.
«El verdadero debate debe enfocarse en lo siguiente: ¿Debería haber un compromiso americano verdadero y a largo plazo para trabajar hacia la transformación de las sociedades del Medio Oriente en las sociedades democráticas, o será meramente suficiente utilizar la consigna de esparcir la democracia para decorar la faz de la política exterior americana?
«Será necesario para la administración americana ejercer verdadera y productiva presión en los gobiernos autoritarios, y al mismo tiempo ser firmes del lado de los reformistas y defensores de la democracia? O le bastará meramente emitir declaraciones de condena, tal como los hacen los NGOs?»
Críticas a la administración Bush
«Entre las más importantes de las serias críticas a la administración Bush no es que el Presidente Bush intentó imponer la democracia en los estados árabes por la fuerza, sino más bien estuvo satisfecho con hacer discursos y promesas en Washington, y no emprendió un trabajo suficiente en la base en el Medio Oriente.
«Y mientras muchos de los reformistas del Medio Oriente y defensores de la libertad creyeron, en momentos, en la verdad de sus discursos y promesas, se enfrentaron una realidad diferente en sus propios países, mientras los Estados Unidos toleraron o le voltearon la vista a sus perseguidores y opresores.
«En lugar de cumplir sus promesas, la administración Bush reavivó las antiguas alianzas con los regímenes autoritarios en el Medio Oriente, convirtiendo en víctimas a los reformistas del Medio Oriente de estos regímenes una vez más.
«Figuras opositoras y reformistas, tales como Ayman Nour, Kamal Labwani, y Fathi Al-Jahmi, languidecen en las prisiones de los regímenes autoritarios en Egipto, Siria y Libia, como testimonios al fracaso e inacción norteamericano».
La lección del 11 de Septiembre
«Entre la más importante de las lecciones aprendidas de los ataques terroristas de septiembre del 2001 es que la política exterior americana basada en el apoyo de los gobiernos árabes autoritarios y corruptos no protegieron la seguridad de los Estados Unidos o sus intereses en el Medio Oriente. Al contrario; esta política propinó severos golpes contra ellos.
«Esta política alimentó y alimenta directamente los intereses de los extremistas e islamistas de línea dura y los autoriza, proporcionándoles pretextos para sus actividades y acciones, y haciéndoles parecer como héroes ante los ojos de muchos ciudadanos árabes comunes y musulmanes, que les ven de pie contra sus gobiernos opresivos e injustos.
«Por otro lado, socava la salida de un ciudadano árabe moderado y el verdadero bando islámico, sin mencionar un movimiento reformista en la región. Si la política continúa, esta resultará, en un futuro no muy distante, en los Estados Unidos no teniendo a nadie para comprometerse en un diálogo excepto los extremistas.
«La pregunta es: ¿Está consciente el Senador Obama, o la Senadora Clinton, o el Senador McCain de esta lección? ¿Y posee cualquier de ellos una visión clara y un firme compromiso a la meta de comprender la democracia en el Medio Oriente? ¿O piensan ellos regresar de vuelta a empezar desde cero, y adherirse a las viejas políticas cuyo fracaso – y también peligro – ha sido probado?
«Cualquiera que sea la respuesta a eso, está claro que determinará el futuro de la política americana en el Medio Oriente».
[1] Para el texto completo en árabe, visite http://www.aafaq.org/masahas.aspx?id_mas=1577.