En una entrevista con el diario libanés Al-Nahar, el mufti de Tyre y del distrito Jabal ‘Aamel, Sayyed ‘Ali Al-Amin, exigió que el gobierno libanés cargue con su responsabilidad y despliegue el ejército libanés al sur del país. Esto es porque, él dice, es el gobierno que es responsable por la seguridad del sur, y ningún otro grupo. Al-Amin criticó las acusaciones de traición contra cualquiera que haya llamado a desarmar al Hizbullah, argumentando que «ninguna comunidad [en el Líbano] es más nacionalista y más fiel que otra». Según él, «la comunidad chi’ita en el Líbano no autorizó a nadie a declarar la guerra en su nombre» – al contrario, dijo, se opuso a la guerra y es fiel al estado al igual que las otras comunidades étnicas del Líbano. Él clarificó que el apoyo por la resistencia en el sur no era ningún substituto para la lealtad al estado, y enfatizó que este apoyo era común a todo el Líbano. [1]

Lo siguiente son extractos de la entrevista:

«[Ni] el Líbano ni el pueblo libanés tienen alguna conexión con esta guerra; la guerra fue forzada al país y al pueblo, que no la quería»

Pregunta: «Cómo evalúa usted los 33 días de guerra en el Líbano?»

Sayyed Ali Al-Amin: «Fue una guerra difícil y alocada, que Israel emprendió como un castigo colectivo para el Líbano… En esta guerra, Israel se desvió de todas las leyes y convenciones internacionales. Esto no es nada nuevo para [Israel]; siempre ha sido su forma y su método desde que fue establecida…

«[Ni] el Líbano ni el pueblo libanés tienen alguna conexión con esta guerra. La guerra fue forzada al país y en el pueblo, que no la quería. Todos exigimos un inmediato cese de hostilidades desde el momento en que irrumpió, pero Israel continuó en su agresión, sin restricciones.

«Esta guerra, y las otras repetidas guerras de Israel en el Líbano, revelaron la magnitud en la falta de preparación del [Líbano] [para la guerra] en todas las áreas… Tales preparaciones son necesarias para cualquiera que anticipe o planee la guerra, y empuje hacia esta… Si hubiera allí un nivel mínimo de preparación, se hubieran prevenido grandes pérdidas. Eso si asumimos que la guerra era necesaria, y debería de haber sido única y exclusivamente responsabilidad del Líbano.

«Pero desde la forma de guerra abierta, desde su amplio alcance, y del tipo de armas usadas durante esta, vemos que es una guerra de otra clase, una tipo raro de guerra de liberación y resistencia popular – más bien, fue una guerra extrema, emprendida por los países con sus ejércitos. Si la guerra fuera necesaria de esta manera, fuera obligación de todos, y [una parte en particular], [es decir el Líbano,] no debe ser responsabilizada por sus resultados y su [sola] carga… [Pero] nosotros pensamos que esta guerra no fue exclusivamente la obligación del Líbano; más bien, debería haber sido parte de una estrategia árabe global de guerra y conflicto, del cual el Líbano habría sido simplemente un componente, y no su último chivo expiatorio. El Líbano pagó un fuerte precio en una batalla mal aconsejada, sin preparación. Cuál es el sentido y cual es el coraje en esto?…»

«Si se hubiesen implementado los acuerdos anteriores, no hubiéramos llegado a esta situación»

Pregunta: «Cual piensa usted es la solución para salir del continuo bloqueo…?»

Sayyed Ali Al-Amin: «Nuestra unidad como libaneses, que fue incluida en la solidaridad popular… y en la cooperación [entre los elementos] del gobierno… es la base para una solución y para salir del bloqueo.

«Los puntos presentados por el gobierno libanés [para una solución], y al cual los varios [campos libaneses] unánimemente acordaron, son puntos que arrastran acuerdos anteriores, que fueron la base para que todos se unieran al estado. Si se hubieran implementado los acuerdos anteriores, no hubiéramos llegado a esta situación.

«De forma acordada, yo mantengo que estos puntos – aunque fueron hechos surgir básicamente para resolver problemas externos que emanan de la agresión israelí – también son convenientes a una apertura a la solución de la crisis política interna. Tal [solución] sería por [todos los bandos] comprometida totalmente al estado, y un retorno a las instituciones constitucionales, judiciales, y políticas del [estado]. Entonces, todas las cartas estarán en manos del estado – [el estado] qué constituye un esquema de trabajo extendiéndose a todos los libaneses, que encontrarán en ella protección, seguridad, prosperidad, y estabilidad en el esquema de trabajo de un estado a los que son fieles, los cuales defienden, y qué es justo a todos.

«La experiencia libanesa ha demostrado el fracaso de las comunidades y partidos defendiendo y protegiéndose a si mismos solos; y por consiguiente no existe ningún substituto, para un estado al que todos, sin excepción, pertenecemos».

«En una sociedad [en donde las diferentes comunidades] vivan lado a lado, deben ser removidas las acusaciones de traición del diccionario de la vida…»

Pregunta: «Cuál es su posición respecto a la lucha que continua entre [los partidarios de continuar la posesión de] armas por la resistencia y de su papel, y [los partidarios de] restringir los armas sólo al estado?»

Sayyed Ali Al-Amin: «Cuando el estado llena verdaderamente el papel para el cual ha sido programado, este solo carga con la responsabilidad por actualizar la soberanía y la defensa… El pueblo no le asigna esta responsabilidad a un partido o a un grupo en [particular], sino más bien le exige al estado que nos represente a todos».

Pregunta: «[El líder espiritual del Hizbullah] Muhammad Hussein Fadhlallah dijo que todas las conversaciones sobre el desarmar a la resistencia eran traición del más alto orden. Cuál es su punto de vista?»

Sayyed Ali Al-Amin: «Categorizar y mentar no es aceptable, y es extraño que esté pasando ahora, mientras todos intentamos fortalecer la solidaridad nacional y reunir los diferentes puntos de vista, para tratar con el peligro de los ataques israelíes. Todos los libaneses están en la misma trinchera, y ninguna comunidad es más nacionalista y más fiel que otra…

«La cuestión de desarmar al [Hizbullah] es una que [ya] se ha discutido en la mesa del Diálogo Nacional, con el objetivo de encontrar las soluciones convenientes para esta, y fue sometido a discusión por… los socios genuinos en el proceso de la edificación del estado… [Por consiguiente,] es correcto acusar a cualquiera, o a algunos [de traición] mientras todos han demostrado su solidaridad durante la crisis?…

«Asumamos que un acuerdo [es alcanzado] respecto a desarmar [al Hizbullah]; las armas no se le entregan a los enemigos… al contrario, son armas son serán entregadas al estado libanés del cual todos participamos – incluyendo a los dueños de las armas… si hubiera habido alguna traición o prohibición en esto, por qué no colocaron en la mesa de dialogo aquéllos que están interesado en ello [e.d. el Hizbullah] y el resto de los participantes del diálogo?

«En esta fase, necesitamos mayor objetividad, y distanciarnos nosotros mismos de la exageración y de las palabras que siembran el miedo y hacen surgir obstáculos que previenen la presentación de cuestiones legítimas… En mi opinión, cualquier pregunta es legítima – y más aun si está conectada a la patria, al destino [del país], y al futuro… En una sociedad [en que comunidades diferentes] vivan lado a lado, deben ser removidas las acusaciones de traición del diccionario de la vida y de las relaciones entre sí».

En ninguna parte del mundo excepto en el Líbano el Presidente se opone al despliegue del ejército y la autoridad del estado a través de la patria

Pregunta: «Cuál es su opinión sobre la decisión de desplegar el ejército en el sur, y cuales son las misiones que se requieren del ejército?»

Sayyed Ali Al-Amin: «No existe ninguna duda de que desplegar el ejército libanés en todas las tierras libanesas se le da la bienvenida y es apoyado por todo el pueblo… Este paso tomado recientemente por el gobierno habría sido la obligación de los varios gobiernos [libaneses] desde el Acuerdo Taif. Nosotros nunca escuchamos, en el mundo entero excepto en el Líbano, que un presidente – pasado o presente – se opondría al despliegue del ejército del estado y la autoridad en todo el suelo de la patria…

«Con respecto a las misiones con las que el ejército libanés es responsabilizado, son muchas y grandes, y la primera es la misión de defender al país de la agresión israelí y desplegar la autoridad del estado en todas las tierras de la patria. La presencia del ejército en el sur y en todo el Líbano es un [componente] fundamental del estado, y es necesario para la defensa de la patria. Similarmente, fortalece la pertenencia nacional y la adhesión al estado y a sus instituciones… y restaurará el himno nacional a todos los libanés».

Lo en que pasó en el sur no representa la voluntad de la comunidad chi’ita… [Sino] fue causada por el vacío que el estado libanés dejó durante años en esta región»

Pregunta: «Piensa usted que el Hizbullah ha monopolizado a la comunidad chi’ita, y arrastró al país en una guerra difícil en su nombre?…»

Sayyed Ali Al-Amin: «Yo no pienso que el Hizbullah le preguntó a la comunidad chi’ita por la guerra. Quizás la gran emigración del sur es la mejor prueba de que la gente del sur estaba en contra de la guerra. La comunidad chi’ita no autorizó a nadie a declarar la guerra en su nombre o arrastrarla en una guerra que estaba lejos de sus deseos y de los deseos de las otras comunidades étnicas en el Líbano. Lo que pasó en el sur no representa la voluntad de la comunidad chi’ita, y no es su responsabilidad, pero fue causada por el vacío que el estado libanés dejó durante años en esta región… Lo que pasó es el resultado natural de un estado abandonando su deber para defender a una región y a sus ciudadanos».

Pregunta: «Tiene la comunidad chi’ita una doble lealtad, al Hizbullah y al estado?»

Sayyed Ali Al-Amin: «Los chi’itas libaneses son como el resto de los libaneses en todo lo relacionado a adherirse al estado libanés, y la lealtad hacia éste. Su historia, pasado y presente, atestiguan su lealtad y su sacrificio de esta manera… No pienso que el apoyo que la resistencia recibió en el sur es un substituto para la lealtad al estado libanés. El estado, con todas sus instituciones y sectores, participó en este apoyo… Yo mantengo que si nosotros hubiéramos conducido una encuesta en el sur sobre [el apoyo] a la lealtad del estado Libanés, el resultado habría sido igual que en las otras regiones del Líbano: el acuerdo global respecto a la lealtad de la patria libanesa y al estado libanés.

«Los chi’itas libaneses no tienen ningún esquema de trabajo o lealtad única a ellos excepto el solo estado libanés – el cual debe tomar los asuntos en sus propias manos y desplegar su autoridad a lo largo de todo el suelo libanés…»


[1] Al-Nahar (Líbano), 22 de agosto, 2006.

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