El 17 de junio del 2005, el diario en idioma árabe de Londres Al-Sharq Al-Awsat publicó una entrevista con Fatihah Mahoma Al-Taher Hosni, la esposa del miembro marroquí de Al-Qaeda Abdel Karim Al-Tuhami Al-Majati, quién fue responsable por los atentados de mayo 2003 en Riad y fue muerto el pasado abril por las fuerzas de seguridad sauditas. El propio Fatiha fue arrestado junto con uno de sus hijos en una clínica de ojos en Arabia Saudita en marzo del 2003. [1]
En la entrevista, Fatiha, también marroquí, reveló cómo influyó en su marido para convertirse en combatiente del Jihad y cómo llegaron a Al-Qaeda. Ella relató cómo asistieron a las conferencias del Jihad en Europa, después del cual su marido fue a emprender el Jihad en Bosnia. Ella y sus hijos se unieron a su marido, quien se convirtió en el «maestro del disfraz» en algunos de sus viajes entre Marruecos, Arabia Saudita, los Estados Unidos, Pakistán, Bangladesh, e Irán – desde dónde, ella dijo, cruzando la frontera hacia Afganistán fue «el día más hermoso de mi vida.» Fue ahí, dijo ella, que estaban muy emocionados» de escuchar sobre el 11 de Septiembre. Ella también relató el cómo arreglo el matrimonio de su marido con otra mujer – que se rumoreó de ser americana – «ya que mi marido tenía el derecho religioso de tener cuatro esposas».
Lo siguiente es la entrevista en su totalidad, en su traducción original al inglés: [2]
La lucha por llevar puesto el velo en Marruecos
P: «Cuándo conoció usted por primera vez a su marido?»
R: «Conocí a mi marido en 1990-91, mientras estaba trabajando como gerente auxiliar en un instituto para estudios administrativos. Yo tenía buenas relaciones con todos los estudiantes. Me considero una niña de la primera Guerra del Golfo, y fui profundamente afectada por el bombardeo a Irak después de que esta invadió Kuwait. Sentí que iraquíes inocentes estaban pagando el precio. Cuando el refugio Amiriyyah fue atacado, y cientos de mujeres y niños fueron muertos, No podía ayudar sino pensar en las víctimas.
«Antes de convertirme en religiosa, creí en los principios de la democracia en su modelo occidental, y en los principios tales como los derechos humanos, la igualdad, y la justicia. Después comprendí que éstas eran consignas atractivas usadas para engañar al público. El sufrimiento humano durante la Guerra del Golfo me hizo pensar en mi identidad árabe y despertó mis sentimientos religiosos; Comprendí que pertenecer al Islam debería ir más allá del nivel de las palabras. Antes de a eso, mi educación occidental significó que yo estaba constantemente enfrentada entre mi identidad como musulmana y la cultura de Occidente».
P: «Cómo caracteriza usted la relación con su marido, Karim Al-Majati, cuándo estudiaba ingeniería en el instituto en Casablanca?»
R: «Fue muy casual al principio, ya que yo era siete años mayor que él. Después de un período cuando yo sólo usaba el velo durante las oraciones del Viernes, decidí llevarlo permanentemente. Antes, me solía sentir como si estuviera mudando de piel cada vez que me lo quitaba. Sin asistir a ninguna clase religiosa, decidí, un día, empezar a cubrirme.
«No pensé que el gerente con quien trabajaba objetaría el que llevara puesto el velo, ya que mi trabajo estaba basado en mi competencia y no en mi apariencia física, y yo no era ninguna modelo o cantante. El gerente francés, sin embargo, no estaba a favor. También tuve que luchar con los dueños del instituto. En 1991, el velo no era muy común en Marruecos, ya que el reavivamiento islámico comenzó tarde en ese país. La gerencia empleó varias tácticas y amenazas para hacer que me quitara el velo. Los estudiantes inclusive escribieron una carta de apoyo pidiéndole a la administración mantenerme en mi trabajo, ya que el velo no tenía efecto alguno en mi trabajo».
P: «Cuál fue la posición de su marido sobre este asunto?»
R: «Igual que el resto de los estudiantes, me apoyaba. Pero cuando los estudiantes estaban de vacaciones, Al-Majati estuvo al lado mío y me ofreció su apoyo cuando yo más lo necesité. Fui llevada a la estación policial y fui presionada a renunciar. Me negué y les pedí que me despidieran y me dieran mis derechos por despido injustificado. Yo creo que la gerencia quiso hacer un ejemplo de mi caso para descorazonar a otras mujeres en el instituto de llevar puesto el velo. Yo recuerdo que cuando empecé a llevar el velo permanentemente, el 8 de julio, 1991, había estado trabajando en el instituto durante un año.
«Me casé con Al-Majati el 25 de septiembre, 1991. Todos los eventos que le he contado hasta ahora tuvieron lugar en un año. Yo creo que fue la voluntad de Dios que traje de vuelta a Al-Majati al Islam, porque antes del asunto del velo, ambos éramos musulmanes en nombre pero no en la práctica».
P: «Qué pensó usted primero cuándo conoció a su marido?»
R: «Pensé que era un hombre alto, guapo, joven con rasgos occidentales. Era un modelo para los jóvenes europeo-orientados que soñaban con convertirse en actores o directores de cine. Para el momento, estábamos occidentalizados, similares a otros jóvenes marroquíes no-religiosos que aspiraban conseguir un buen trabajo y vivir en el extranjero. Para ambos mi marido y yo, nuestra conexión a Dios y al Islam era casi inexistente.
«No fue hasta mi confrontación con el instituto después que decidí llevar puesto el velo que Al-Majati fue presentado a la religión. Él me preguntó una vez, ‘Por qué te metiste en tanto problema?’ Respondí que no fui yo quién creó el problema, y agregó, ‘Esta es una orden divina el cual, como musulmán, no debo desobedecer'».
«Al-Majati no hablaba muy bien el árabe. Cuando cité versos sobre el velo del [Corán] los versos Al-Nur y Al-Ahzab, no los podía entender. Luego le compré un libro de regalo, titulado ‘La Traducción de Significados del Corán’, y se convenció después de leer los versos y sus traducciones. Dos días después, lo vi de nuevo y me sorprendí de ver que su manera de pensar había cambiado radicalmente. Había leído el libro y había sido tocado por la palabra de Dios. Yo creo que esto fue amor instintivo, tal como el propio Dios lo había plantado en su corazón.
«Estuve pasando mis días en casa después de renunciar a mi trabajo, y deje de ver a Al-Majati. Luego, un día, de repente, recibí una llamada telefónica de un amigo que me dijo que le había hablado a ella y le había dicho sobre su deseo de casarse. Busqué a Dios por guía y nos casamos poco después.
«Permítanme clarificar a estas alturas que durante mi año en el instituto, no fui ninguna secretaria ordinaria, tal como muchos en los medios de comunicación han dicho, en intentos por destruir mi reputación.
«De hecho, yo tenía mi propio ayudante. Fui designada después de recibir un grado en leyes, en 1985, graduándome de primera en mi clase. Mi salario mensual era un poquito más de $US1000».
P: «Cómo actuó Al Majati después de su matrimonio?»
R: «Sólo nos conocimos brevemente antes de que nos casáramos, al contrario de otros que tienen largas relaciones ilegítimas durante años. Era como si mi propósito en el instituto fuera conocer a mi marido y casarme con él. Después de nuestra boda, Al-Majati dejo sus estudios y me presentó al jihad. De antemano, yo había creído que el Islam era sólo sobre oraciones y ayuno».
Mi marido descubrió el Jihad en una conferencia islámica en París
P: «Cuándo descubrió su marido el jihad?»
R: «Hacia finales del 1991, viajamos a París durante un mes para asistir a una conferencia islámica dónde representantes de varias organizaciones, incluyendo a Hamas y a los Mujahideen de Afganistán, se habían congregado. Hubo también miembros del equipo de Al-Yarmouk para las canciones palestinas. Encontramos la atmósfera sorprendente. También fue evidente para nosotros que el Islam no era sólo una religión para los árabes.
«Esto fue para el momento de la guerra en Bosnia, que afectó mucho a mi marido. Juntos, miramos un vídeo del genocidio en los Balcanes, el cual nos conmovió y aumentó nuestro fervor revolucionario. Hasta entonces no sabía que el jihad era una obligación para los hombres musulmanes.
«Mi marido regresó a Francia para vender algunas piezas tradicionales de arte marroquí. A su retorno, hizo clara su intención de viajar a Bosnia para combatir. Al principio, descarté totalmente la idea. Pero después de escuchar una cinta del Jeque Sa’ad Al Buraik, cambié de opinión. Comprendí que en Marruecos, las mujeres tenían muchas más ventajas que en Europa, dónde la gente pretende importarle los derechos humanos y donde las mujeres estaban siendo violadas como parte de una guerra más amplia contra el Islam».
Italia, Alemania, Bosnia, y España
P: «Quién fueron los jeques que influenciaron a Al-Majati en ese momento?»
R: «Al principio, el interés de mi marido en el jihad estaba basado en sus sentimientos. Cuando él vio a musulmanes que fueron muertos en Bosnia, decidió combatir en sus nombres, sin haber recibido ningún entrenamiento militar. No podía detenerlo, especialmente después de ver escenas de los Balcanes. Acorde permitirle ir y no esperaba que regresara. Sin embargo, volvió y me pidió que lo acompañara en su próximo viaje.
«Obtuve una visa para Italia, pero las autoridades alemanas no me permitieron entrar en su país. Mi marido intentó entrar en Bosnia una vez más, pero fue regresado porque las fronteras estaban cerradas. Regresamos a Marruecos y estaba muy desilusionado.
«Un día, mientras estaba embarazada de mi segundo hijo Adán, mi marido desapareció. Después de algún tiempo, supe que había sido arrestado en Croacia, en la frontera con Bosnia. A pesar de su aspecto europeo, las autoridades supieron inmediatamente que era árabe en camino al jihad. Fue mantenido cautivo y torturado durante un mes».
P: «Se reunió su marido con algún Mujahideen afgano mientras estuvo en Bosnia?»
R: «No. El país tuvo concurrencia de musulmanes europeos, especialmente de Alemania e Italia. Mi marido pasó tiempo en la prisión con un musulmán británico, quien él pidió contactar a la embajada francesa. Eventualmente, el francés sí intervino y él fue liberado.
«Él regresó a Marruecos y estaba amargamente defraudado. Dijo que se le prohibió de regresar a Bosnia por cinco años. Después de esta experiencia, Al-Majati viajó a Afganistán».
P: «Cuándo visitó él Afganistán por primera vez?»
R: «A principios de 1994, mi marido salió para la Meca en peregrinación. Desde allí, viajó a Afganistán, dónde recibió entrenamiento militar en el Campamento Khalden. Contrajo malaria y regresó a casa muy delgado. Pasó algún tiempo en el hospital en Casablanca y continuó padeciendo de fiebre después de que fue dado de alta».
Una invitación a los Estados Unidos
P: «Sabían sus padres que él estaba en Afganistán?»
R: «No, su familia no sabía que estaba viajando por el jihad. Su padre ni siquiera sabía al principio que estábamos casados. No había ninguna manera de que yo pudiera decirle que su hijo estaba comprometido con el jihad en Afganistán. Él sospechaba luego de que Al-Majati regresó estando muy enfermo, y no creería que su hijo se enfermó en Arabia Saudita ya que ‘es un país limpio’. Luego padecí cáncer y mi marido tuvo que quedarse a mi lado. Después, él aceptó una invitación a visitar los Estados Unidos, y se mantuvo en contacto durante algún tiempo, hasta que no escuchamos nada más».
P: «Dónde se hospedó cuándo estuvo en los Estados Unidos?»
R: «Estuvo en Nueva Jersey pero luego salió para Afganistán».
P: «En qué año sucedió eso?»
R: «Soy muy mala con las fechas; Creo que fue alrededor de 1997. Él regresó a casa pidiéndome que lo acompañara. Pero yo estaba postrada en cama con pulmonía. Cuando me visitó a mi y a los niños, siempre sentía que estaba preocupado por algo más. La última vez que regresó, me pidió que le siguiera a Afganistán. Dejamos Marruecos para siempre el 17 de julio del 2001, no queriendo regresar».
P: «Qué países visitaron en su camino a Afganistán?»
R: «Primero, fuimos a Sebta en España, dónde nos quedamos por dos semanas, esperando por una visa para Irán. Ibamos a volar a Irán vía Italia, pero fue imposible hacerlo. En cambio, abordamos un avión desde Francfort, al siguiente día. Pasamos un día en Teherán y luego cruzamos la frontera hacia Afganistán el viernes.
«Fue el día más hermoso de mi vida. Lo primero que vimos en el horizonte fue una mezquita con un domo azul y un estandarte que leia ‘No hay Dios sino Alá y Muhammad es su Mensajero.’ Los afganos que conocimos inmediatamente sabían que éramos árabes y nos hicieron sentir bienvenidos».
P: «Se refiere usted a los malvados de la tribu Pashtun (un grupo etnolingüístico de gente, principalmente al este y sur de Afganistán)?»
R: «Sí, ya que la mayoría de los talibanes son Pashtun. Ellos le dieron a mi marido y a mis hijos té y dulces. El gobernante del pueblo fronterizo nos escribió una carta de recomendación al gobernador de Heart [sic], hacia dónde íbamos».
P: «Los conocía ya su marido?»
R: «No, él usualmente entraba en Afganistán desde la frontera con Pakistán».
Un intento por reunirnos con Osama bin Laden
P: «Hacia dónde se dirigió usted después de visitar a Heart [sic]?»
R: «Ibamos supuestamente a Kabul pero mi marido decidió en cambio ir a Kandahar, a retribuirle a Osama bin Laden una visita. Cuando llegamos a la ciudad, él ya se había ido para la capital. Esto fue unos días antes de los eventos del 11 de septiembre. En total, pasamos como cuarenta días en Kandahar».
P: «Presumo que ustedes fueron los anfitriones de Al-Qaeda?»
R: «No, mi marido no era miembro de la organización para el momento».
P: «Cuándo se involucró con Al-Qaeda, entonces?»
R: «Para ser honesta, fue sólo después de los bombardeos americanos a Afganistán que establecimos contacto con Al-Qaeda. Estabamos fijos en Kabul, y todos saben donde queda la oficina principal de Al-Qaeda en Kandahar. Al-Majati no quería involucrarse todavía con ningún grupo. Su plan era el quedarse en Kabul por un año y luego mudarnos a Kandahar, pero la guerra desbarato todo eso». Su plan era quedarse en Kabul por un año y luego mudarnos a Kandahar, pero la guerra desbarató todo eso».
Estábamos regocijados por el 11 de Septiembre
P: «Cómo reaccionó su marido a los ataques del 11 de Septiembre?»
R: «Recibimos órdenes de recoger nuestras pertenencias y dejar la ciudad, unos días antes de los ataques. Cuando el Comandante de la Alianza del Norte Ahmad Shah Masud fue muerto, pensamos que ésa era la razón tras estas instrucciones. El 11 de septiembre, recibí las noticias en la tarde, hora local de Kabul. Las mujeres y los niños fueron colocados apresuradamente en camiones, y todos salimos de la ciudad. Esa misma noche, el aeropuerto en la capital fue bombardeado. Luego nos mudamos a una región cercana a Lugar, dónde la vida era difícil debido a la falta de comida y agua y el calor excesivo. Luego, nos fuimos a Halmund, cerca de Kandahar, y después que comenzó la guerra salimos juntos del país».
P: «Cómo se sentía su marido cuándo escucho hablar de los ataques del 11 de septiembre?»
R: «Para ser honesta, estábamos regocijados».
P: «Sabía su marido que Al-Qaeda estaba detrás de estos ataques?»
R: «Cuando los aviones fueron secuestrados, mi esposo no tenía ninguna relación con Al-Qaeda. Estoy segura que la operación debe haber sido meticulosamente planeada y mantenida en secreto. Un ataque de esta magnitud sería imposible de llevar a cabo si se hubiese hecho del conocimiento público. Éste también es el caso de los atentados en Casablanca el 26 de mayo, 2003. Es imposible para centenares de personas saber sobre esto porque tiene que permanecer en secreto.
«Cuando el ataque sobre Afganistán fue inminente, mi marido decidió ir a Kabul, y los niños y yo salimos para Kandahar. Él se nos unió pronto, y nos juntamos a otras familias como parte de Al-Qaeda. Cuando las bombas americanas empezaron a caer, mi marido comenzó su misión de jihad».
P: «Informes de inteligencia indican que su marido fue enseñado en el cómo fabricarexplosivos y trampas detonantes. Según usted, Al-Majati sólo se unió a Al-Qaeda en el 2001. Quién lo entrenó entonces?»
R: «El término Al-Qaeda no estaba siendo usado cuando mi marido fue primero a Afganistán en 1994, durante la guerra civil. La organización sólo se convirtió en importante después del atentado al destructor USS Cole en Yemen en el 2000».
P: «Qué le sucedió a usted después de dejar Afganistán?»
R: «Viajamos a Bangladesh, pensando que sería una mudanza temporal. Habíamos planeado inicialmente en escapar de Afganistán a través de Turquía, pero no iba a ser. Nos quedamos en Bangladesh durante diez meses, después que el pasaporte de mi marido fue confiscado por la Embajada francesa».
P: «Por qué pasó esto?»
R: «Yo obtuve una visa francesa de un año de la embajada en Bangladesh. Nuestros pasaportes fueron confiscados mientras estabamos comprando nuestros boletos. Yo creo que entendieron que habíamos colocado una visa paquistaní falsa en nuestros pasaportes, y nos convertimos en sospechosos».
P: «Qué hizo usted en Bangladesh?»
R: «La gente era de muy buen corazón y nos dieron la bienvenida. Pero nos destacábamos; mi marido es casi dos metros de alto y tiene la piel blanca, mientras que los locales son mayormente cortos y de piel oscura. Alquilamos un apartamento en Dhaka y nos escondimos, hasta que salimos para Riad».
Arabia Saudita y cómo mi marido llego a la lista saudi de los más buscados
P: «Cómo entró usted en Arabia Saudita?»
R: «Usamos pasaportes falsos. Desde los eventos del 11 de Septiembre, Los Estados Unidos han estado emprendiendo una guerra global sobre el pueblo de Afganistán y al mundo árabe. Nuestra vida en la capital saudita fue dura. Fuimos advertidos, por un amigo de mi marido a quien yo no conocía, de los peligros y los numerosos puntos de control señalados alrededor de la ciudad. Él nos dijo que sería imposible seguir la peregrinación y que a todos los combatientes Mujahideen en Arabia Saudita se les sometía a la intimidación, pero ninguno había acudido a la violencia.
«El 23 de marzo del 2003, fui arrestada mientras visitaba una clínica de ojos con mi hijo Ilyas, antes de que cualquier atentado ocurriera. Yo creo que la violencia que siguió es, en parte, una respuesta a la vigilancia constante y hostigamiento de las autoridades. Ciertamente después que Al-Qaeda recibió la noticia de mi arresto, no se iban a quedar quietos».
P: «Significa esto que su arresto por las autoridades sauditas fue una de las razones de los atentados de Riad?»
R: «Después de mi arresto, los lazos con mi marido y con mi otro hijo fueron
completamente cortados. Cualquiera que esté huyendo y quién al mismo tiempo tiene a su esposa e hijo injustamente separados de él tendrá alguna clase de reacción negativa. Yo estoy seguro que uno de los perpetradores de los atentados de Riad no pensó en ejecutar la operación».
P: «Cómo [está usted segura]?»
R: «Porque él se estaba quedado en nuestro hogar, y mi marido me había pedido que le ayudara a encontrar una esposa. Cuando le pregunté a mi marido cómo le podía encontrar una esposa cuando él podría estar involucrado en una operación, mi marido contestó que no había ningún plan para él en involucrarlo en ninguna operación, y que no estaba involucrado en ningún programa específico. Así que cuando escuche que estaba involucrado en los atentados de Riad estaba muy sorprendida».
P: «Quién es este hombre?»
R: «Era Khaled Al-Jehni, el hombre que lideraba la lista de los 26 más buscados.
Cuando fui arrestada, las autoridades sauditas no sabían entonces que Al-Majati estaba en tierra saudita, y pensaron que Khaled estaría conmigo».
P: Después de los atentados de Riad, Marruecos pasó a través de sus propios atentados en Casablanca. Su marido fue acusado de planear estas operaciones y las autoridades marroquíes emitieron una orden de captura por él. Entre lo que fue dijo era que estaba trabajando con el grupo de Youssef Fekri quienes fueron doblemente juzgados después de los ataques terroristas. Sabía usted que su marido había entrenado algunos elementos militantes?»
R: «En primer lugar, cuando los atentados de Casablanca tuvieron lugar, fui detenida, y sólo me trajeron el diario Al-Sharq Al-Awsat a mi celda, así que mi información era limitada. Escuche luego muchas cosas que dijeron sobre mi marido, incluyendo su responsabilidad por las explosiones de Riad, Casablanca, y Madrid. Éstas son alegaciones muy extrañas, ya que mi marido murió en la tierra de las dos Mezquitas Santas [Arabia Saudita]. Aun si no fuera su esposa, usaría el sentido común: ¿Cómo pudo un hombre casi de dos metros alto disfrazarse como una mujer? Cómo podía él conseguir salir fácilmente de Saudita [Arabia], entrar en Marruecos para llevar a cabo los atentados de Casablanca, luego irse a Madrid para llevar a cabo las explosiones allí, y luego regresar a [Arabia] Saudita?»
P: «Pero lo que se sabe sobre su marido es que él era el maestro del disfraz y hablaba varios idiomas».
R: «Disfrazarse es más fácil para las mujeres. Lo más que mi marido pudiera haber hecho era cambiar el color de sus ojos. Sin embargo, esto no fue el caso de mi marido. Cómo pudo alguien que huía de la mayoría de las agencias de inteligencia llevar a cabo todas estas operaciones?»
Reuniendome con Abu Hafs
P: «Estaba su marido asistiendo a las conferencias religiosas de Abu Huzaifah (el jeque de los afganos del norte de Africa) y Abdel Wahab Al Rafiqi (conocido como Abu Hafs)? Es cierto que él discutió con ellos sobre la naturaleza del jihad, ya que vio el jihad como una obligación contra los regímenes locales mientras ellos se enfocaban en el jihad de forma abierta?»
R: «Hablando prácticamente, mi marido no es un hombre complicado, ya que él no asistió a la universidad. Él sí asistió a clases regulares en ley islámica, e incluso tuvo dificultades con el árabe hablado. No pienso que discutió con ninguno de esos imams. El Jeque Abu Huzaifah no dio, según mi conocimiento, conferencias públicas.
«Me gustaría clarificar una cosa: Desde que mi marido decidió llevarnos con él a Afganistán, esto probablemente significó que no había planeado nada en Marruecos. Además, él entraba y salía de Marruecos libremente, y sólo fue detenido una vez, cuando encontraron una visa paquistaní en su pasaporte y uno de los libros del Jeque Abdullah Azzam.
P: «Fue esto antes del 11 de Septiembre?»
R: «Sí, claro. De hecho, mi marido nunca regresó a Marruecos después de julio del 2001».
P: «Quiénes fueron los Jeques que impactaron a Al-Majati?»
R: «Principalmente Sa’ad Al Boraiek y Abdullah Azzam, quienes abrieron nuevos horizontes para el asunto del jihad. Estos horizontes son necesarios para combatir a Bush y a Sharon cuya sola estrategia es la guerra».
P: «Significa esto que Muhammad Al-Maqdisi no influyó en él?»
R: «Ocasionalmente bajamos algunos de sus textos de Internet. Sin embargo, mi esposo no leyó estos textos, ya que su percepción del jihad era más espontánea».
P: «Sin embargo, estos Jeques tienen la habilidad de influir en otros; por ejemplo, Muhammad Al-Maqdisi influenció a Abu Mussa’ab Al Zarqawi. También fue dicho que su esposo era cercano a Zarqawi».
R: «El Jihad no es un asunto local, ya que habían muchas nacionalidades en Afganistán y debido a que nosotros somos todos una sola Nación (Ummah). Hasta donde yo sé, mi marido no tuvo ningún lazo con Al-Zarqawi. Cuando lo dejé en Arabia Saudita, me sorprendí que no fuera a combatir en Irak, tal como siempre había deseado combatir a los americanos en la guerra».
P: «Fue Al-Majati de los fundadores del Grupo Jihadista marroquí islámico en Afganistán a finales de los 90s?»
R: «No, mi marido no tiene nada que ver con este grupo o alguno otro. Sólo pertenece a Al-Qaeda.»
P: «Justo después de los atentados de Madrid, el nombre de Al-Majati fue circulado ampliamente como el cerebro detrás de estas operaciones. Qué sabe usted sobre estas operaciones?»
R: «Yo he estado apartado de mi marido desde el 23 de marzo, 2003. La inteligencia internacional supo que yo no tenía ninguna conexión con él desde aquel entonces, y que estoy constantemente vigilada. Mi marido fue acusado de todo – [Arabia] Saudita, Marruecos, Madrid, 11 de septiembre, Nagasaki, Hiroshima, nómbrelo usted. ¿Estaba él detrás de todos estos atentados? Esto es una exageración y [es] una política global el colocarle la etiqueta del terrorismo a cualquiera. Si me dijeran que mi marido mató a americanos, yo diría, sí lo hizo, pero nunca mató a ningún musulmán».
P: «Cuál fue la posición de su marido a los atentados de Madrid?»
R: «Al-Qaeda ahora opera en grupos separados. Aquéllos en España sólo operan allá, aquéllos en Turquía sólo allí etc. Cuando supe de la muerte de mi marido en Al-Ras, no estaba sorprendida, cuando lo deje en [Arabia] Saudita. Cuando su casa fue atacada, tuvo una de dos opciones: rendirse o morir. Escogió lo último. La creencia de que mi marido tomó parte en todas estas operaciones es evidencia de la impotencia de la inteligencia internacional. Khaled Al-Jehni fue puesto en la lista de los más buscados porque apareció en una cinta de vídeo besando un rifle, aunque nunca mató a nadie ni voló nada».
Una esposa americana en G. Bretaña?
P: «Cuál es la historia sobre la esposa americana de su marido?»
R: «Al-Majati no estaba casado con una mujer americana. Yo no hubiera querido hablar sobre este tema, pero la muerte de mi marido e hijo me han hecho romper el silencio. Sin embargo, Al-Majati tenía una segunda esposa de Marruecos, y ella es amiga mía, ya que yo arreglé ese matrimonio».
P: «Por qué?»
R: «Porque mi marido tenía el derecho religioso de poseer cuatro esposas. También, durante el tiempo que estuvimos en Afganistán, hablé varias veces con él sobre la poligamia pero él siempre evitaba el asunto. Su segunda esposa se llamaba Fatihah Al Hawshy, y tiene ciudadanía belga. Desde que Al-Majati fue muerto, he mantenido buenas relaciones con ella».
P: «Dónde vive ella ahora?»
R: «En G. Bretaña».
[1] Para un artículo relacionado con las vidas familiares de terroristas, véase MEMRI Despacho Especial No. 935, 15 de julio del 2005, «Terroristas Maltratan a sus Esposas e Hijos», http://www2.memri.org/bin/articles.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP93505
[2] http://www.asharqalawsat.com/english/news.asp?section=3&id=460(headings agregado por MEMRI). Para un relato diferente de la historia de Fatihah Muhammad Al-Taher Hosni, véase http://aawsat.com/english/news.asp?section=2&id=538