Por: Alberto M. Fernández*

El 28 de octubre, 2015 el subcomité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Comisión de Seguridad Nacional sostuvo una audiencia titulada «Radicalización: Los Medios Sociales y el Incremento en el Terrorismo». El historial dado por el subcomité a la audiencia, que dijo tuvo como objetivo «abordar el alcance de la radicalización y evaluar qué medidas se pueden tomar para mitigar el aumento del terrorismo a través de los medios de comunicación sociales», leyó: «En años recientes, organizaciones terroristas han tratado de controlar su imagen, atraer nuevos reclutas, e inspirar ataques estilo ‘lobo solitario’ a través del uso de los medios sociales, incluyendo la difusión gráfica de imágenes de violencia. La utilización de los medios sociales por los terroristas resuena en poblaciones vulnerables. Las plataformas de los medios de comunicación tales como Twitter son utilizados para difundir sus mensajes y permitir a los partidarios saber dónde encontrarse mutuamente. Estimados recientes indican que 30.000 combatientes extranjeros, entre ellos al menos 250 estadounidenses, han viajado o intentaron viajar a Siria o Irak a fin de combatir junto a los grupos extremistas, incluyendo el EIIS. Los gobiernos estatales y federales, así como también las comunidades han comenzado a tomar medidas para mitigar la amenaza de la propaganda terrorista en los medios sociales. Sin embargo, estos han experimentado múltiples desafíos en la lucha contra una amenaza tan amplia y generalizada».

Lo siguiente es el testimonio escrito dado por el Vicepresidente de MEMRI Alberto M. Fernández ante la audiencia:

«Testimonio escrito por el Honorable Alberto M. Fernández

«Es un honor que se me haya pedido dirigirme a este Comité. Durante la mayor parte de mi carrera de 32 años como Funcionario en Diplomacia Pública en el Servicio Exterior de los Estados Unidos, que sirve mayormente en el Medio Oriente y el mundo musulmán, los grandes y continuos desafíos presentados por la yuxtaposición del poder de los medios de comunicación, radicalización y la violencia política ha sido lo más notable en gran parte de mi labor.

«Como Vicepresidente del Instituto de Investigación de Medios de Comunicación del Medio Oriente (MEMRI), tengo la suerte de haberme unido a una institución independiente que desde hace casi 20 años ha estado a la vanguardia de la documentación y análisis de las corrientes políticas, sociales e intelectuales en el Medio Oriente, incluyendo el surgimiento de grupos terroristas tales como el EIIS, Al-Qaeda, Hamas y Hezbolá y su uso de los medios de comunicación y en especial los medios de comunicación sociales, con fines propagandísticos. MEMRI continúa documentando meticulosamente las últimas circunstancias de la narrativa extremista, reduciendo la brecha del idioma al público occidental con un importante material en árabe, turco, persa y otros idiomas.

«La radicalización y el terrorismo no es nada nuevo en el mundo. A finales del siglo 19 y comienzos del siglo 20, individuos influyentes, tales como el líder anarquista Mikhail Bakunin popularizó el concepto de la ‘propaganda al logro’ de que la mejor manera de demostrar la importancia y el poder de una idea política era mostrarlo a través de una acción concreta, preferiblemente violenta. ‘Debemos difundir nuestros principios, no con palabras sino con hechos, ya que ésta es la más popular, la más potente y la forma más irresistible de propaganda’, Bakunin escribió en 1870.

«Tal como han demostrado los estudios académicos, tales como el informe Rand Europa del 2013 sobre la radicalización en Occidente, los medios de comunicación sociales no son solo el creador o la razón de la radicalización sino simplemente un acelerador muy poderoso y eficaz. Los medios sociales toman los conceptos y las acciones ya presentes en el mundo real y lo difunden rápidamente a un público dispuesto y receptivo. Es una poderosa idea que al parecer tiene un efecto verdadero en el mundo real y que luego pueden ser como la dinamita en el mundo virtual.

«Es la narrativa que otorga poder. Esto sin duda ha sido el caso a lo largo de la historia en la que gente ha estado motivada por grandes causas, muchas de ellas políticas o religiosas, algunas de ellas verdaderamente malvadas, el dar todo lo que tenían en el cumplimiento de metas que para nosotros son claramente odiosas. Cuando pensamos en algo así como el repulsivo pero convincente documental de Leni Reifenstahl en 1935 ‘El Triunfo de la Voluntad’, somos conscientes de la calidad técnica, del poder de las imágenes y de una cosmovisión ideológica que para millones de alemanes en un momento y lugar determinado parecía particularmente potente y seductor. La habilidad de Reifenstahl sumó al poder del mensaje, pero fue el mensaje en sí mismo la fuente de esa maldad. Lo mismo sucede con las redes sociales hoy, que hace atractivos ciertos mensajes en ciertos espacios para audiencias específicas, fáciles de ver y aparentemente difíciles de eliminar.

«Si bien la narrativa de algunos grupos terroristas está vinculada a una narrativa política específica, tales como Hamas o Hezbolá, ambos con un fuerte componente islámico, existen pocas narrativas tan ambiciosas y tan agresivas como la del Estado Islámico. Este es un paquete completo que incluye un fuerte componente ideológico profundamente arraigado en una lectura específica salafista yihadista del período de formación del Islam, un proyecto político que es aparentemente un proyecto en marcha y un atractivo del siglo 21 a la participación sustantiva y consecuente dirigida a los jóvenes que buscan un propósito e identidad en un mundo aparentemente sin sentido, vacío y hedonista.

«De hecho, uno puede maravillarse ante el hecho de que muy pocos han estado motivados para unirse a los fascinantes cantos de sirena de esta vanguardia revolucionaria que ofrecen propósito, violencia, sexo, el fin del mundo y realización en el camino de Dios en lugar de tantos. A pesar del relativamente pequeño recurso numérico del EIIS dentro del contexto del número de musulmanes en todo el mundo, su impacto ha sido enorme cuando se combina con el acelerante tóxico siendo este los medios de comunicación sociales.

«Así que tenemos un mensaje que es dificultoso para los gobiernos, tanto en Oriente como en Occidente, en contrarrestar esto directamente. Y ustedes poseen un control sobre la realidad política en el terreno, en Libia, en Nigeria y en especial en el corazón del EIIS en Siria Oriental y el Irak Occidental, que le da a la propaganda el amarre necesario que este necesita en el mundo real. ¿Cuáles son los pasos lógicos que se deben tomar para enfrentar este singularmente potente desafío propagandístico?

«Obviamente, el cambiar la realidad política en el terreno es una manera segura de reducir rápidamente el impacto de la propaganda. El temeroso, reluciente, encumbrado objeto que fue el ‘Triunfo de la Voluntad’ tuvo un tremendo atractivo en su apogeo a mediados de los años 30; tuvo menos en los escombros de las ciudades alemanas en 1944-45. La brecha entre la propaganda y la realidad era demasiado amplia para ser violada por el celuloide. Un Califato del EIIS que predica que conquistara Constantinopla, Roma y Estados Unidos ‘con el permiso de Dios’, es desenmascarado si no puede sostenerse a Tel Abyad o Raqqa o Mosul.

«Sin embargo, dada la difícil realidad político-militar y la dificultad en identificar las alternativas en el terreno al Estado Islámico, ¿cuáles son las medidas prácticas que se pueden tomar ahora para mitigar la apelación del Estado Islámico y al menos, tratar de colocar una manta sobre ese acelerante que se denominan los medios sociales?

«A nivel estratégico, los gobiernos deben identificar maneras de combatir los pilares básicos del salafismo yihadista, que es el caldo de cultivo desde donde esta patología del EIIS emerge. Es importante señalar que esta visión del mundo no emerge totalmente formada, al igual que Athena, de la nada sino que ha sido promovido por países tales como Arabia Saudita – ya sea oficial o extraoficialmente – durante décadas. El salafismo, no siendo del todo pernicioso, ha, durante décadas, tenido el dinero, el patrocinio, la protección y el empuje que otras tendencias y visiones del mundo dentro de Islam han carecido.

«Pero gran parte de la actividad en este ámbito salafista no promueve francamente una visión del mundo que sea muy propicia a la radicalización, material que es extremadamente intolerante, antisemita, anti-cristiano y anti-todo tipo de musulmanes tales como chiitas o sufíes u otros insuficientemente ‘islámicos’ por esta visión del mundo. Una vez que la decisión estratégica es tomada de que una parte clave del problema es el yihadismo salafista, puede ser abordado en una variedad de maneras. Algunas de las mejores maneras de contrarrestar esto puede ser a través de una conversación tranquila y franca por nuestros diplomáticos entre bastidores con interlocutores locales, pero esto sigue siendo algo que necesita ser colocado en orden de importancia y realizado.

«A nivel táctico, existen una serie de medidas prácticas que deben tomarse para comenzar a reducir la ventaja inicial que los extremistas han acumulado durante los últimos años. Tenemos que reconocer que, si bien la propaganda en los medios de comunicación sociales no es extremadamente cara, nosotros en Occidente la hemos tratado con menos urgencia e importancia que nuestros adversarios. El EIIS es prolífico, trabaja las 24 horas al día, 7 días a la semana adaptando su enfoque hacia el individuo y la nacionalidad a la que está tratando de influenciar. El presupuesto durante un período de tres años del Centro para las Comunicaciones Estratégicas sobre Contraterrorismo (CCECT), por ejemplo, que dirigí durante tres años, igualó acumulativamente el costo de un solo avión no tripulado Reaper. Este logró algunas cosas buenas con pequeñas cantidades de dinero, pero siempre fue superado en número y potencia de fuego en el muy específico espacio del cual estamos hablando. Tenemos que financiar una contraofensiva mediática adecuada. No necesitamos hacer quebrar el banco para luchar contra este adversario en los medios sociales, pero sí tenemos que gastar un poco más de lo que tenemos y hacerlo más sabiamente.

«En el estrecho espacio altamente cargado del cual estamos hablando, los buenos están siendo muy superados en número. El EIIS y sus partidarios están provocando en la red y usando la mensajería 24 horas al día en gran número. Uno necesita una red para combatir una red. La forma de abordar esto es tanto aumentar el número de mensajeros anti-EIIS y hacer que sea más difícil para los extremistas comunicarse libremente, sin dejar de reconocer que uno nunca será capaz de eliminarlos a todos y que el mensaje de los extremistas necesita ser en realidad confrontado. Un informe d MEMRI de agosto, 2015 documentó minuciosamente el cómo una campaña hashtag del EIIS fue ‘secuestrada’ por provocadores anti-EIIS en Twitter. El hashtag #WeAllGive BayahToKhalifah fue interrumpido de forma masiva con más de 50% de material anti-EIIS incluyendo todo tipo de burlas e incluso una gran cantidad de contenido sexual explícito en 24 horas. Este secuestro limitó el alcance de la campaña mediática del EIIS, causó que partidarios del EIIS abandonaran el hashtag y es algo que no sucedía hace un año ante el punto más alto la altura de la ofensiva mediática del EIIS luego de la declaración del Califato.

«Segundo, uno necesita contenido. La mensajería del EIIS es MAYORMENTE sobre una versión utópica, aquejada-laden de yihadismo salafismo, pero es presentado en una amplia gama de formas adaptadas, muchos de estos enfoques no están repletos de violencia. Ha habido un cierto proceso en el incremento de los avances en este campo, pero no lo suficiente. Un enfoque sarcástico en Twitter tal como el Karaoke del EIIS es un interesante esfuerzo a pequeña escala, pero esto no es suficiente. Otro esfuerzo reciente proviene de Japón, donde el hashtag #ISISchan utiliza la imaginería y el lenguaje del anime para hacer avanzar el concepto revolucionario de que los ‘cuchillos son para cortar melones’ y no cabezas. Existe una serie de reformadores, liberales y laicos a lo largo de todo el mundo musulmán que han estado combatiendo la buena batalla contra los extremistas, por su cuenta desde hace años incluso antes de la aparición del EIIS. Maximizar las historias y las imágenes del flujo constante de individuos desilusionados con el Estado Islámico es otro recurso del cual los comunicadores antiterroristas están conscientes, pero que todavía se están utilizando muy poco. También tiene que haber algún tipo de ‘rampa de salida’ organizada en países occidentales, donde los repatriados o condenados, partidarios arrepentidos pueden mirar directamente a la cámara, al igual que suelen hacer los partidarios del EIIS y que refieren en sus propias palabras en el cómo estaban equivocados.

«Gran parte del trabajo puede hacerse también destacando las voces e historias de las víctimas árabes musulmanes sunitas de la violencia del EIIS. Las historias de las masacres de la tribu siria Shaitat o de los cientos de hombres tribales o clérigos iraquíes sunitas de la provincia de Anbar aún no le han contado en las palabras de aquellos que les conocían. Hay gente hoy en los campos de refugiados sirios, en camino a Europa como refugiados, o retenidos como prisioneros por gobiernos amigos que pueden recrear un caso más convincente que el de nosotros directamente sobre el por qué unirse al EIIS es un muy mala idea y subraya una crítica básica al EIIS de que en realidad posee el poder, que es de que la mayoría de sus víctimas son de la población musulmana altamente sunita que esta dice representar. También es pertinente mencionar el trabajo heroico de los colectivos periodistas ciudadanos tales como Raqqa está Siendo Sacrificada en Silencio y Ojos sobre Mosul, reportando con valentía desde dentro del territorio controlado por el EIIS.

«La profundización de la comprensión entre poblaciones de riesgo sobre los derechos y responsabilidades de ser un ciudadano en Occidente sigue siendo un elemento necesario. Fue hace un tiempo desde que estuve en la escuela, pero por lo general, parecíamos hacer un buen trabajo en los Estados Unidos en inculcar valores cívicos acerca de lo que significa ser un estadounidense a nuestros hijos. Ese no es el caso en otros lugares. Yo hace poco hablé con un ciudadano del norte de Europa, que lamentó que su país hizo mal en promover el amor a la patria entre su población inmigrante. Los símbolos e historias de la nación-estado habían sido entregados, debido al temor del nacionalismo extremo que ha existido en Europa en el pasado y en lugar de promover la lealtad, el orgullo y la inclusión con demasiada frecuencia los gobiernos no promovieron nada, permitiendo que existiera un vacío que sería rellenado por otros. Tal como dijo Bob Dylan, ‘uno tiene que servirle a alguien’, y si no puedes servir y estar orgulloso del país donde te encuentras, puede ir y tratar de encontrar eso con otra persona.

«Más puede hacerse también para capacitar digitalmente a los líderes y formadores de opinión en comunidades en riesgo (tanto a nivel nacional como en el extranjero) a fin de poder financiar y apoyar sus propios enfoques privados e individualizados para contrarrestar el terrorismo en la mensajería. Esto no tendrá el mismo aspecto o necesariamente dirá las cosas que diríamos, pero eso está bien mientras haya actividad constante extra temporal contra aquellos que radicalizaran a los inocentes y los llevaran hacia un extremismo violento. Un enfoque individualizado, realizado a mano para contrarrestar la radicalización puede tener poder por la propia naturaleza de su autenticidad y su naturaleza independiente. El hecho de que este enfoque no suene o se vea parecido a lo que el portavoz del Departamento de Estado decía le da más, que menos, credibilidad.

«La radicalización a través de los medios de comunicación sociales no es a menudo el consumo masivo de vídeos snuff, sino más bien la dirección, interacción íntima entre individuos que forman un enlace a través del ciberespacio. Existe un papel para miembros vetados de la sociedad civil para ayudar de una manera muy poderosa, única e individualizada para intervenir contra estas interacciones extremistas.

«Por último, tenemos que reconocer que al igual que los extremistas han florecido en las esquinas no gobernables del mundo sobre el terreno – Waziristán, Somalia, Malí del Norte, partes de Yemen, el caos de Siria e Irak – estos también se han aprovechado del la mayor parte del espacio no gobernable existente en los medios sociales, en un espacio provisto mayormente por empresas de medios de comunicación social, sobre todo estadounidense. No todas las empresas son iguales y si ha habido un progreso verdadero realizado, por ejemplo, por Facebook en proteger su espacio de los partidarios del EIIS. Otros no lo han hecho tan bien, siendo YouTube y en especial Twitter demasiado abiertos a la incitación y provocación de propaganda etiquetada explícitamente por Organizaciones Terroristas Extranjeras (OTE) que no deberían tener cabida en los medios de comunicación sociales. Ambas empresas están tratando de hacerlo mejor, pero deberían hacer más en vigilar el espacio que controlan y garantizar protección al mal uso por las OTE y simpatizantes en lo que a menudo es abuso de los términos de servicio de las propias empresas.

«Y todavía existen otros servidores en la red, tales como el Archivo Internet en San Francisco, fundado por Brewster Kahle en 1996, utilizado con frecuencia por los yihadistas como puerto seguro para su material. Sin duda tiene que haber una mejor manera de defender la libertad de expresión, preservar los archivos en la red y proteger al público de la propaganda terrorista. Una luz brillante necesita brillar sobre el trabajo de las empresas por lo que debería al menos ser una discusión informada y racional de los retos que las sociedades democráticas abiertas enfrentan en tratar la propaganda de los radicales violentos.

«Las patologías políticas del Medio Oriente tienen raíces muy profundas que se remontan a siglos que pueden abordarse y ser mitigados por los gobiernos occidentales, pero al final no pueden ser resueltos por ellos. Mientras que el pesado alzamiento militar y político puede hacerse mejor por los gobiernos en la región, muchos de los cuales poseen una relación larga y productiva con los Estados Unidos, existe una serie de sentido común, medidas relativamente de bajo costo que el gobierno estadounidense por sí solo y en asociación con gobiernos amigos, con la sociedad civil y con los medios de comunicación sociales las empresas pueden y deben, realizar, por lo menos, hacerle dificultoso el trabajo de estos terroristas que buscan radicalizar a los incautos. Tan impresionante como es la propaganda del EIIS, el impacto muy a menudo no lo ha sido porque era tan grandioso, sino porque hubo poca o ninguna contramedidas tomadas por sus oponentes».