Los medios sirios y egipcios han alternado estos últimos años entre intercambios de golpes y una tranquilidad relativa. Hace aproximadamente cinco meses, el diario del gobierno egipcio Al-Ahram publicó algunos artículos críticos de Siria, para marcar la primera década de la presidencia de Bashar Al-Assad. El diario sirio Al-Watan, cercano al régimen sirio, respondió declarando un alto el fuego mediático entre los dos países y amenazando publicar ataques contra el presidente egipcio Hosni Mubarak, pero este no se apresuro a realizar esa amenaza. [1]

Ahora, después de varios meses de tranquilidad relativa, los dos bandos se han enfrascado nuevamente en una batalla. Sin embargo, a diferencia del pasado, altos funcionarios sirios, incluyendo al propio Assad, han sacado a colación el tema de la tensión entre los dos países. En una entrevista con el diario saudita con sede en Londres Al-Hayat, el presidente sirio reconoció las relaciones infructuosas de Siria y Egipto, citando diferencias fundamentales y colocando la culpa sobre Egipto. [2]

El Ministro Delegado de Asuntos Sirios Faisal Al-Miqdad llamó a las relaciones entre los países «deplorables», diciendo que Egipto debería “rectificar su política equivocada, por la cual el pueblo egipcio está pagando el precio” [3] Para el momento de este escrito, sin embargo, no ha habido ninguna respuesta formal egipcia a estas declaraciones, aparte de un editorial de Al-Ahram por el redactor Osama Saraya criticando las declaraciones de Assad en la entrevista de Al-Hayat. Este editorial provocó varias respuestas punzantes en Al-Watan.

A continuación se presenta una revisión de esta ronda en la batalla mediática entre egipcios y sirios:

Redactor del Al-Ahram critica cooperación sirio-iraní

El redactor del diario del gobierno egipcio Al-Ahram Osama Saraya, centró sus críticas en la política de cooperación con Irán del Presidente sirio Bashar Al-Assad, que Saraya dijo cruzó las líneas rojas y puso en peligro a los países árabes. Este rechazó la contención de Assad en la entrevista de Al-Hayat de que los desacuerdos Siria-Egipto podrían ser entendibles, insistiendo en que los dos estados tienen puntos de vista incompatibles del mundo. Este escribió:

“… Estamos preparados para aceptar desacuerdos, cualesquiera que pueden ser, pero cuando se convierten en comportamiento, acciones y planes que Siria está trabajando hacia la implementación con Irán a expensas de los intereses y de la seguridad de los pueblos de los estados árabes – esta es una nueva realidad que hace necesario diversos procedimientos. No puede ser dirigida con la paciencia que es acostumbrada cuando existen desacuerdos…

“El Presidente [Sirio] Bashar [Al-Assad] ve la visita del [Presidente iraní Mahmoud] Ahmadinejad a Beirut como la ceremonia de inauguración del nacimiento de un nuevo Medio Oriente, tal como este lo ve o lo desea, liderado por Irán. Vemos lo qué sucedió en Beirut [es decir la visita de Ahmadinejad] como una tentativa audaz de los iraníes en establecer una presencia en el corazón de la región árabe, mientras que subordina sus problemas fundamentales e intereses estratégicos y su seguridad nacional, al expediente nuclear iraní… Esto nos hace más aprensivos sobre [Assad] – no sólo sobre Irán.

“El Presidente Bashar nos ha hecho que pensemos que este apoya a la resistencia, como una línea roja de la cual este no se retirará. Pero nos es claro que en la actualidad este no apoya a la resistencia – porque si lo hiciera, la resistencia en el Golán para recuperar el territorio y liberar la tierra siria habría sido lo primero en sus esfuerzos. Solamente cuando la resistencia esté a favor de Irán es evidente que este la apoya…

“Quisiéramos que Siria intervenga y utilice sus relaciones con Irán para reducir al mínimo su papel destructivo en nuestra región y ayudar a los palestinos a lograr la liberación nacional, establecer un estado y terminar la división entre Cisjordania y Gaza. [Queremos que Siria] utilice su influencia, en lugar de Irán usando a [Siria] para limitar el papel árabe en nuestra región… Quisiéramos que Siria le ponga un alto a Irán para que deje de influenciar a los otros grupos étnicos, particularmente los cristianos y a los sunitas en el Líbano. Quisiéramos que Siria trabajara junto con los árabes para poner fin a la influencia iraní en Palestina, con el fin de que los palestinos puedan unirse y preservar sus intereses… Quisiéramos que Siria no actuase como la mano [derecha] de Irán en ayudar a la minoría chiíta en la región del Golfo y así amenazar la estabilidad [de esa región].

“Si Siria hace todo esto, será restaurada al estatus que atestiguamos [en el pasado] y a su fuerza, que utilizaremos para promover las causas árabes. Eso es todo lo que queremos hoy de Siria». [4]

Redactor de Al-Watan: El objetivo de Egipto es servir a los Estados Unidos e Israel

Reacciones al editorial de Saraya emergieron sobre el curso de algunos días en la prensa siria. Dos días después de haber aparecido el editorial, el diario del gobierno sirio Al-Watan publicó un artículo que acusaba a Egipto de abandonar los intereses de la región adoptando una política aislacionista, por ejemplo con respecto a Sudán. El columnista Malik Al-Natour escribió:

“Justifica este asunto [es decir el plan de la partición de Sudán] una cierta acción de Egipto, el ‘centro del mundo’? Hemos visto lo que hicieron los sionistas en Gaza y nadie [en Egipto] pestañeo. ¿Egipto no entiende que una partición de Sudán plantea una enorme amenaza a sus propias fronteras, no sólo a su seguridad nacional?… ¿Por qué Egipto renuncia a los árabes y a sus problemas? ¿La ayuda de los Estados Unidos [que este recibe] lo compensa todo? ¿No ve Egipto que [ciertos] países en la región [es decir, Irán y Turquía] se esfuerzan por [tomar] nuevos roles en nuestra región, mientras que [Egipto] está abandonando gradualmente su estatus de participante regional?” [5]

Algunos días después, en un editorial de Al-Watan, el redactor del diario, Waddah ‘Abd Rabbo, atacó a los “gobernantes de Egipto”: “Lo qué más agrava a los gobernantes de Egipto es decirles la verdad sobre su papel en la región, o decirles que el Cairo no tiene ningún papel árabe y que los países árabes no necesitan de ninguna intervención egipcia y que nadie necesita a Egipto – no en buenos tiempos y tampoco en tiempos malos.

“Egipto, que una vez desempeñó un papel histórico en la ayuda a los árabes y sus problemas, perdió su poder debido a sus gobernantes. Su solo objetivo [ahora] es servir a los intereses de Israel y a los de Estados Unidos.…

«La hostilidad de Egipto hacia Damasco proviene del sentido de sus líderes al creciente papel de Siria, a la popularidad del Presidente Assad en la calle árabe desde el Mediterráneo al Golfo y de la contracción del papel de Egipto… Por esa razón, los gobernantes de Egipto llegaron a ser hostiles a Siria e intentaron acusarla de asesinar al [anterior primer ministro libanés] Rafiq Al-Hariri»…

‘Abd Rabbo agregó que esta hostilidad había aumentado después de que la resistencia saliera victoriosa en la guerra del Líbano del 2006 y de la guerra de Gaza del 2008-9 – guerras en las cuales Egipto apoyó a Israel: “[Egipto] quisiera que todos los sirios se entreguen y que la resistencia sea eliminada y quisiera que Israel forzara sus condiciones para la paz y para la región, sin un estado palestino declarado, sin la demarcación de las fronteras de este estado y sin la declaración de su capital. La mejor respuesta a los mandatarios egipcios y a los periodistas egipcios, que en días recientes dieron entusiastamente lecciones en política exterior a [ciertos] países, es: No nos molesten…

“En cualquier caso, la puerta sigue estando abierta para que los gobernantes de Egipto vuelvan al pliego árabe y al pliego de la resistencia y rectifiquen sus errores… El corazón de Damasco es expansivo y perdona, por los intereses supremos de los árabes y por la solidaridad árabe». [6]

Dos días después de eso, el columnista Bassam Abu ‘Abdallah de Al-Watan escribió que Egipto está colaborando con los Estados Unidos e Israel, que intentó asumir el control de la región. Este escribió que Saraya “expresaba en árabe lo qué fue dicho en inglés por los norteamericanos y en hebreo por los israelíes». Abu ‘Abdallah precisó un espectro amplio de temas en las cuales Siria y Egipto discreparon – definiendo al enemigo, el nuevo Medio Oriente, la resistencia y los intereses árabes – y atacó el complejo de Egipto “sobre Irán y Turquía». Este escribió que en contraste con Siria, la cual había completado su deber nacional y admitido a un millón de refugiados iraquíes, aquellos que “lamentan los intereses árabes supremos [es decir Egipto] no admitió ni [un solo refugiado]. Solo los escuchamos hablar y no [vimos] hechos. Ellos siempre… implementan la postura estadounidense».

Este siguió diciendo que Egipto y sus periodistas habían permanecido en silencio mientras los norteamericanos y los israelíes perpetraron la destrucción y el asesinato en países árabes y musulmanes y que miembros de la resistencia en el Líbano no estaban siendo manipulados por Siria o Irán – a excepción de aquellos que colaboran con los Estados Unidos e Israel, queriendo decir Egipto, que sí estaba de hecho siendo manipulado. [7]


[1] Véase MEMRI Despacho Especial No.3117, “Diario sirio: El alto al fuego mediático Siria-Egipto ha terminado», 25 de julio del 2010, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=SD311710.

[2] Véase MEMRI Despacho Especial No.3344, “Assad en entrevista: ‘El camino [a las buenas relaciones con] Siria pasa a través de la resistencia»‘, 4 de noviembre del 2010, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=SD334410.

[3] Al-Rai (Kuwait), 11 de noviembre, 2010.

[4] Al-Ahram (Egipto), 29 de octubre, 2010.

[5] Al-Watan (Siria), 31 de octubre, 2010

[6] Al-Watan (Siria), 2 de noviembre, 2010.

[7] Al-Watan (Siria), 4 de noviembre, 2010.