Introducción
Desde la revolución del 25 de enero del 2011, Egipto ha sido testigo de varios enfrentamientos entre musulmanes y coptos y los ataques a las iglesias coptas se han incrementado. [1] A principios de marzo, se produjeron enfrentamientos en la localidad de Sol, en la provincia de Helwan, por la demolición de una iglesia allí. [2] El 23 de marzo, en la ciudad de Qena del Alto Egipto, salafistas atacaron y le cortaron la oreja a un copto sospechoso de tener relaciones con una mujer musulmana. [3] Qena también vio manifestaciones masivas de musulmanes por el nombramiento de un gobernador de la provincia copta, llevando en última instancia a las autoridades a suspender su nombramiento por un período de tres meses. [4] En abril en la ciudad de Abu Qarqas, una disputa sobre un edificio construido por un copto, que obstruía el tráfico, provocó enfrentamientos que terminaron en numerosos arrestos y decenas de heridos, con las casas de varios coptos incendiadas. [5] La violencia también estalló el 19 de mayo en el suburbio del Cairo de Ain Shams, cuando musulmanes manifestaron contra la decisión del gobierno de reabrir la Iglesia de la Virgen allí, que había estado cerrada durante tres años. [6]
Los enfrentamientos alcanzaron su tope el 7 de mayo, cuando se desató una pelea en las afueras de la Iglesia María Mina en el barrio de Imbaba del Cairo, en la provincia de Al-Giza, dejando a 12 coptos y musulmanes muertos y un centenares de heridos. La violencia se desató cuando cientos de musulmanes se reunieron afuera de la iglesia, para exigir la liberación de ‘Abir Tal’at Fakhri – una joven copta, que, de acuerdo con su marido musulmán, estaba retenida allí en contra su voluntad después de haberse convertido del cristianismo al Islam. [7]
Desde entonces, los coptos han organizado numerosas manifestaciones en todo Egipto, así como también una prolongada huelga de brazos caídos fuera del edificio de la televisión estatal en el Cairo, exigiendo la protección de sus derechos y el enjuiciamiento a los responsables de la violencia. Cabe señalar que en los últimos años, hubo una serie de incidentes similares en Egipto involucrando a una joven copta quien se informó estaba siendo retenida por la Iglesia después de haberse convertido al Islam. [8]
En la prensa egipcia, los escritores musulmanes y coptos señalaron la responsabilidad de los hechos a varios elementos. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto fue en gran parte responsabilizado, en razón de que las fuerzas de seguridad no respondieron con la suficiente celeridad y determinación contra los atacantes. Algunos culparon al régimen anterior, afirmando que sus partidarios estaban tratando de crear el caos con el fin de allanar el camino para una contrarrevolución. También hubo quienes culparon a los salafistas de Egipto, que, dijeron, han estado intimidando a los residentes del país, musulmanes y coptos por igual, desde la revolución. Otros culparon a la Iglesia copta, afirmando que esta se ha puesto por encima de la ley y que la joven en cuestión se convirtió al Islam para escapar de las rígidas leyes de divorcio de la iglesia. Sin embargo, otros dijeron que los hechos fueron el resultado de las actitudes sexistas de la sociedad egipcia. [9]
A continuación se presenta un resumen de las reacciones a estos eventos que aparecieron en la prensa egipcia y en los portales coptos.
El ejército quiere que la gente les ruegue que permanezcan en el poder
El escritor copto Ihab Shaker sugirió que los militares en forma deliberada no sofocaban las tensiones entre musulmanes y coptos, con la esperanza de que el caos resultante creará la demanda para un gobernante fuerte – alguien de la institución militar en sí mismo: «El mundo entero fue testigo del drama y la masacre que tuvo lugar en Imbaba, [es decir] el ataque a la Iglesia María Mina en la calle Al-Aqsar y el incendio de la Iglesia de la Virgen en la calle Al-Wahda. ¿Qué sucedió, por desgracia, refleja directamente la debilidad de los actuales responsables en [gobernar] el estado… Espero con todo mi corazón que este equivocado en mis apreciaciones y conclusiones. Es, después de todo, inconcebible que los militares, que estuvieron junto a la revolución desde sus inicios, estén tras estos eventos.
«Alguien [del ejército] me dijo que, en su opinión, el ejército quiere que el próximo presidente provenga de dentro de la institución militar, pero no quiere – y no puede – declararlo [abiertamente] Por lo tanto, esta dejando que el país se retuerza, por lo que la gente exigirá un presidente de dentro de la institución militar. Vale la pena mencionar que le ha tomado a los militares por lo menos dos horas y media llegar a Imbaba después de que estallaron los [enfrentamientos].
«Los militares no son importados; son parte del pueblo egipcio y [representan] a todos sus sectores Por lo tanto, se puede esperar que incluyan a algunos extremistas y fanáticos. El Consejo Supremo [de las Fuerzas Armadas de Egipto] necesita aclarar su postura y política en los próximos días, imponer un agarre [firme] sobre el estado y hacer cumplir la ley contra aquellos que inician disturbios y el fitna [guerra civil]…» [10]
Partidarios del régimen anterior tratan de sabotear la revolución
En un artículo en el diario gubernamental egipcio Al-Ahram, el periodista Nahi Muhammad Mujahid escribió: «Los ataques abominables en la Iglesia Mina María [y la Iglesia de] la Virgen que tuvieron lugar el pasado domingo [8 de mayo, 2011], en Imbaba… fueron un escenario cuidadosamente escrito por dedos invisibles – tanto nacionales como extranjeros – destinados a perpetuar un estado de anarquía en Egipto e incluso provocando una inflamable violencia sectaria que nunca se había visto [aquí], mediante la explotación del [actual] vacío de seguridad…
«[Ha habido varios] rumores falsos: [de acuerdo a] uno, la Sra. Camila [Shehata] se convirtió al Islam y fue torturada por la Iglesia, [según] otro, ella no se convirtió al Islam, [según] un tercero, aquellos que incitaron el ataque a la Iglesia María Mina eran salafistas y la historia de la Sra. ‘Abir [Fakhri] es cierta, [pero] otro [rumor] niega este incidente y culpa a los cristianos de [incitar contra los musulmanes] en un intento por obtener más derechos – es un sinfín de rumores. Estoy seguro que todos [estos] rumores son cuentos fabricados que tienen un motivo y que fueron inventados por los remanentes del régimen anterior con el fin de podar la revolución. Entre [estos remanentes] están los [ex] miembros del Consejo del Pueblo, el Consejo de Shura, los consejos municipales y el Partido Democrático Nacional [PDN, el ex partido gobernante] y los jefes de seguridad del estado, además de su enemigos externos…» [11]
Los salafistas allanaron el camino a los hechos en Imbaba
En un artículo en el diario independiente egipcio Al-Yawm Al-Sabi’, Mahmud Gad escribió: «Tal vez los salafistas no son [directamente] responsables de los hechos sangrientos en Imbaba. Pero no hay duda alguna de que algunos de ellos crean una atmósfera en la que el hombre común en la calle quien tiene una inclinación religiosa creerá el rumor de que la Iglesia tiene detenida a una mujer musulmana, una [historia] más allá de toda razón… Tal vez le desagrade que [yo] acuse a los salafistas de estar detrás de la masacre e incluso puede acusarme de ‘secularismo’… pero le aseguro que el hombre común, al que todos tomamos parte en incitar… estaba listo para atacar ciegamente a la iglesia y habría acogido con satisfacción [la oportunidad] para hacerlo. Sin pensarlo, este le entregó su mente a la pareja musulmana de ‘Abir [Fakhri], ese hombre misterioso que vino de Asiut a Imbaba cargando con [la bandera] del fitna y [afirmando que su esposa se encontraba detenida en la Iglesia María Mina]…» [12]
La Iglesia está actuando como un estado dentro del estado
Escribiendo en el diario independiente egipcio Al-Misriyoun, cercano al movimiento islamista en Egipto, el periodista Hilmi Mahmoud Al-Qa’oud dijo que la iglesia estaba actuando como un estado dentro del estado: «El problema de Camila [Shehata], simplemente hablando, no yace en [la cuestión de] si no se es musulmán, sino en el hecho de que es una mujer que fue arrestada, le negaron su libertad y la encerraron y que todo esto [se hizo] ilegalmente. Camila no es la única, hay otras… La Iglesia-estado cree [que estas mujeres] son sus propios ciudadanos y que tiene el deber de protegerlos del Islam y de su integración en el estado hermano árabe egipcio.
«La iglesia-estado, que comete terrorismo intelectual e insurrección sectaria y que fue un aliado del régimen anterior, se ha esforzado por dos cosas importantes. La primera consiste en separar la secta [copta] de la sociedad islámica, que es su entorno natural, mientras que la Iglesia [sigue] disfrutando de los privilegios del régimen anterior derramado sobre este… La segunda es [distanciar] a los musulmanes del Islam [esparciendo] temor al extremismo, fundamentalismo, terrorismo y al salafismo. [La oposición] de la Iglesia al Sharia islámico y la segunda cláusula de la constitución [según la cual Islam es la religión oficial del estado de Egipto y el Sharia es la base principal de legislación aplicable] fue uno de los signos visibles de que [la Iglesia] cuestionaba la abrumadora mayoría musulmana…
«En la era de la revolución, es esencial que la Iglesia y el estado sean derrocados, con el fin de [asegurar] que un solo estado, llamado Egipto, permanecerá en las orillas del Nilo. [Las acusaciones de que] los salafistas y los movimientos islámicos [instigó la violencia sectaria] son mentiras baratas…» [13]
Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/5338.htm
*N. Shamni y L. Azuri son compañeros de investigación en MEMRI.
[1] En los meses previos a la revolución se caracterizaron además por numerosos conflictos entre musulmanes y coptos, en los que el entonces presidente Hosni Mubarak, trató de mediar. (Véase MEMRI Investigación & Análisis Informe No.646, «Aumento de tensiones entre musulmanes y cristianos en Egipto», 15 de noviembre del 2010, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=IA64610). Estos hechos llegaron a un punto con el ataque terrorista a la iglesia copta de Alejandría en vísperas de Año Nuevo (31 de diciembre, 2010) que dejó 21 muertos e hirió a más de 80.
[2] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 8 marzo, 2011, Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 7 de marzo, 2011.
[3] Al-Ahram (Egipto), 25 de marzo, 2011.
[4] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 28 de abril, 2011.
[5] Al-Yawm Al-Sabi’, Al-Dustour (Egipto), 20 de abril, 2011.
[6] Al-Dustour (Egipto), 20 de mayo, 2011.
[7] Al-Ahram, Al-Shurouq, Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 8 de mayo, 2011.
[8] Un caso tal fue el de Camila Shehata Zakher, la esposa de un obispo copto que desapareció de su casa en julio del 2010 y estuvo supuestamente detenida por la Iglesia copta después de convertirse al Islam (o fue obligada a convertirse, según algunas versiones). El incidente provocó protestas masivas de musulmanes que exigieron saber qué había sido de ella. Recientemente, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto se comprometió a convocar a un Shehata para ser interrogado. El 7 de mayo del 2011, ella apareció en Al-Hayat TV, un canal de televisión cristiano en lengua árabe que transmite desde los Estados Unidos y dijo que nunca se convirtió al Islam y vivía en casa con su esposo e hijo. Otro asunto que hace unos años involucro a Wafa Constantine, agrónomo y esposa de un sacerdote copto de la provincia de Al-Buhaira. Ella también presuntamente estuvo retenida por la iglesia después de su conversión al Islam. Al-Ahram (Egipto), 30 de abril del 2011; Al-Ahram, Al-Shurouq, Al-Yawm Al-Saba’ (Egipto), 8 de mayo, 2011.
[9] Algunos también afirmaron que Israel estuvo detrás de los enfrentamientos. Véase MEMRI Despacho Especial No.3844, «Artículo en diario egipcio: Los judíos están detrás de los enfrentamientos entre musulmanes y coptos de Egipto», 17 de mayo del 2011, http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/63/0/5292.htm.
[10] coptos-united.com, 11 de mayo, 2011.
[11] Al-Ahram (Egipto), 12 de mayo, 2011.
[12] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 10 de mayo de 2011.
[13] Al-Misriyoun (Egipto), 11 de mayo, 2011.