En anticipación al 75avo aniversario de la liberación de Auschwitz, conmemorado el 27 de enero, 2020 el Dr. Khalil Nazzal, secretario de la filial de Fatah en Polonia, publicó un artículo sobre este tema en el diario de la Autoridad Palestina Al-Hayat Al-Jadida. En el artículo, este reconoció el terrible sufrimiento de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, pero señaló que las víctimas de los nazis incluyeron no solo a judíos sino también a ciudadanos de todos los países europeos y que también se cometieron otros crímenes durante esa guerra, tales como el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Japón, la destrucción de Varsovia en 1944 y la violación de mujeres alemanas por parte de soldados de los ejércitos que avanzaron sobre Berlín. Este agregó que el ‘estado de ocupación’ (Israel) se ha apropiado ilegítimamente de su sufrimiento y lo utiliza como excusa para perpetrar crímenes contra el pueblo palestino, mientras Occidente permanece en silencio debido a su culpa por el Holocausto.
Afirmando que «las opiniones difieren respecto al número de víctimas judías» del Holocausto, este aconsejó a quienes cuestionan la cifra de seis millones que lo hagan con cuidado, mientras basen sus afirmaciones en «estudios objetivos» y agregó que la entidad sionista infla la cifra de víctimas para chantajear al mundo y obligarlo a aceptar sus políticas. También se quejó de que los palestinos, que no estuvieron involucrados en la Segunda Guerra Mundial, están pagando muy caro por los crímenes de Europa contra los judíos.
Dr. Khalil Nazzal (Fuente: Fatehorg.ps, 13 de noviembre, 2017)
Lo siguiente son extractos traducidos del artículo de Khalil Nazzal:[1]
«Se aproxima el 75avo aniversario de la liberación del campo de detención de Auschwitz, creado por los ocupantes nazis de Polonia durante la Segunda Guerra Mundial. El campo fue liberado el 27 de enero, 1945 por las fuerzas soviéticas que perseguían a los ejércitos de Hitler mientras este se retiró hacia su inevitable destino. El mundo estaba horrorizado por la magnitud de los crímenes perpetrados en esta gran prisión, que albergaba a gran número de víctimas de varios de los países europeos que habían estado bajo ocupación nazi, la mayoría de ellos judíos de diversas nacionalidades. Esto fue parte de la política sistemática nazi que tenía la intención de eliminar en su totalidad a los judíos utilizando muchas medidas nefastas, entre ellas la utilización de gas venenoso como medio eficiente para cometer asesinatos en masa. No existe el menor justificativo para minimizar la gravedad de los crímenes cometidos contra los pueblos de Europa y del mundo durante la Segunda Guerra Mundial.
«Estas víctimas de estos crímenes fueron principalmente judíos, pero también hubo otras víctimas, porque el lanzamiento de una bomba atómica sobre Japón [también] fue un crimen atroz; la destrucción de Varsovia y el asesinato de cientos de miles de sus residentes durante El «Levantamiento de Varsovia» en 1944 fue un crimen y la violación de miles de mujeres alemanas por parte de soldados pertenecientes a los ejércitos que avanzaban sobre Berlín fue un crimen. Nos oponemos a todos estos crímenes y nos oponemos a perseguir a los judíos solo porque son judíos. Nos oponemos a ello, primeramente porque todos estos son crímenes en contra de la humanidad. No podemos de ninguna manera concebible aceptar opresión, persecución o el asesinato de inocentes debido a su religión, nacionalidad o color de piel, ya que los seres humanos nacen libres y está prohibido violar su derecho a la vida o tratarlos con falta de respeto, ante cualquier pretexto.
«Las opiniones difieren respecto al número de víctimas judías que fueron asesinadas como resultado de los crímenes nazis cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Algunos historiadores afirman que la cifra alcanzó los seis millones, mientras que otros reducen el número a cientos de miles. Sin embargo, estamos convencidos de que la pérdida injusta de [incluso] una vida equivale a la pérdida de un mundo entero y que discutir sobre el número de víctimas no es razonable ni ético, ni moral.
«[Pero] en este punto nos gustaría enfatizar lo siguiente:
«A. El estado de ocupación y de asentamientos sionista no es el heredero [legítimo] del dolor y el sufrimiento de los judíos, ya que es un estado basado en una ideología racista que no respeta la vida humana y lleva a cabo una discriminación racista en contra de nuestro propio pueblo palestino, únicamente porque son palestinos. Es esta ideología la que condujo al gran Nakba palestino, un crimen cuyas repercusiones afectan a nuestro pueblo hasta el día de hoy. Por lo tanto, esta ideología, que condujo al Nakba, es comparable a la ideología que condujo al Holocausto, porque los verdugos de todos los tiempos y épocas son similares y el dolor de las víctimas también es similar, ya sea este en Auschwitz o en Deir Yassin.
«B. Sabemos muy bien que los regímenes oficiales en Occidente distorsionan la historia. Estos participaron en usurpar el sufrimiento de los judíos [durante el Holocausto] al permitir que este sea incautado por el régimen racista sionista, que la imperialista [Occidente] estableció para expiar por el crimen cometido en el Holocausto. Sin embargo, al [establecer el régimen sionista, solo Occidente] agregó otro crimen a la lista de sus crímenes, es decir, el crimen del Nakba palestino, de robarle Palestina a sus dueños y dársela al movimiento sionista para que así pueda propagar la corrupción y el terrorismo dentro de este. Si bien la masacre de los judíos en Europa duró seis años, el Nakba y los crímenes sionistas contra Palestina y su pueblo han estado ocurriendo durante décadas. Los líderes en Occidente continúan envolviéndose en un silencio vergonzoso cuando se trata del tema de Palestina y al mismo tiempo, los vemos aparecer uno a uno, como chiquillos escolares [obedientes], cuando el gobierno de los colonos [sionistas] los convoca a participar en la conmemoración del aniversario de los crímenes perpetrados en la Segunda Guerra Mundial, que sucedieron hace 80 años. [Estos líderes] apenas se molestan en mirar por encima de la verja de separación racista y tomar consciencia de las víctimas de su propio crimen, que ha venido sucediendo desde que plantaron a esta entidad [sionista] en Palestina que se especializa en asesinatos, terrorismo, discriminación racial y limpieza étnica a diario.
«C. No importa cuál sea [realmente] el número de víctimas judías [del Holocausto], esto no le da a nadie el derecho de someter a nuestro pueblo a una discriminación racial y opresión nacional, ya que un crimen no justifica el otro. También es inconcebible que la tendencia a inflar el número de víctimas judías debería servir como cortina de humo para ocultar los crímenes diarios de Israel contra los verdaderos propietarios legales de la tierra de Palestina. Este es un intento de repetir sin cesar las acusaciones de «antisemitismo» y dirigirla a cualquiera que se atreva a oponerse a la política de ocupación e identificarse con la justa lucha de nuestro pueblo. Así como también el coraje y la justicia durante la Segunda Guerra Mundial significaron salvar a los judíos del peligro de ser exterminados, hoy significan apoyar el derecho que posee el pueblo palestino a oponerse a los crímenes que el ejército de ocupación y los colonos perpetran contra ellos. Hoy día, los [verdaderos] ‘antisemitas’ e inhumanos [criminales] son aquellos que apoyan la política del estado de ocupación y defienden sus crímenes.
«D. Nadie debe [proponer] un número menor de víctimas [del Holocausto] sin depender de estudios cuyo único objetivo sea descubrir la verdad de ello. Aquí debemos tener en cuenta que cualquiera que se dedique al pasatiempo de reducir el número [de víctimas del Holocausto] cae en la trampa sionista creyendo que el «pequeño» número de víctimas socava la propaganda israelí, que infla [esta cifra] con el fin de chantajear al mundo y obligarlo a aceptar la política racista del estado de ocupación y de asentamientos. [Pero] este incremento en las cifras no justifica los crímenes de la ocupación, ni desmerece la fealdad del crimen perpetrado contra los judíos de Europa.
«E. Nuestro pueblo no estuvo del lado de la Segunda Guerra Mundial, entonces, ¿por qué debería soportar las consecuencias de los crímenes perpetrados por Europa contra sus [propios] ciudadanos de diversas religiones y etnias, en especial los judíos? Todo el mundo sabe que, durante esa guerra, Palestina estaba bajo ocupación de los británicos, quienes [más tarde] actuaron para establecer un estado para los judíos del mundo a expensas de nuestro pueblo y sobre las ruinas de nuestra patria. Los esfuerzos de nuestro pueblo en ese momento se centraron en la oposición legítima a la empresa sionista y estaban confinados a la Palestina histórica, y nunca perdimos nuestra humanidad y nuestra simpatía por los oprimidos, donde sea que estos se encuentren.
«Los judíos tienen pleno derecho a aislarse a sí mismos del dolor que los crímenes nazis han grabado en su memoria. Como víctimas del racismo sionista, sentimos simpatía sin reservas por el dolor de los judíos y por otras víctimas, [pero] nos oponemos a la utilización de este dolor para perpetuar las injusticias históricas contra nuestro pueblo. Apoyamos a las víctimas, pero el estado de ocupación y de asentamientos es una [entidad] criminal que envenena nuestras vidas y contamina la memoria de las víctimas de Auschwitz con vergüenza, racismo, opresión y con el asesinato de palestinos inocentes, [quienes son en realidad] los dueños legales de Palestina».
[1] Al-Hayat Al-Jadida (Autoridad Palestina), 25 de enero, 2020.