Tras la cumbre tripartita de Ankara, el ex-embajador de Rusia en Irán (2001-2005) Alexander Maryasov escribió un artículo titulado «¿Constituyen las relaciones ruso-iraníes una asociación estratégica?» publicado en el portal ruso del grupo pensante think tank Club Discusión Valdai.[1]

Según Maryasov, Rusia e Irán son socios de una alianza táctica, más no estratégica. El diplomático ruso explica que los dos países comparten posturas superpuestas sobre Siria, pero difieren en una visión estratégica común para el futuro del país. «Rusia ve a Siria como un estado secular con igual representación y derechos para todos los grupos étnicos y religiosos… Por su parte, Irán aboga por la formación de estructuras estatales en Siria con el papel dominante reservado para los alawitas dirigidos por Bashar Al-Assad a fin de mejorar las posiciones militares y políticas de Irán en Siria y en el Medio Oriente en general a través de la creación de un eje chiita», explica Maryasov.

Además, continúa Maryasov, Rusia tiene intereses diversos en el Medio Oriente y busca buenas relaciones con todos los países de la región, incluyendo a Arabia Saudita, con el cual Irán tiene actualmente relaciones muy tensas. «Es poco probable que esto conduzca a una asociación estratégica entre Rusia e Irán», escribe Maryasov.

Según el diplomático ruso, una alianza táctica para contrarrestar a los Estados Unidos y Occidente no constituye una asociación estratégica en lo absoluto. Para edificar una estrategia, los dos países deberán crear una sólida infraestructura multifuncional para el área comercial junto a vínculos económicos. Sin embargo, en este momento las relaciones comerciales entre Rusia e Irán son «insatisfactorias». Este afirma que los líderes empresarios iraníes aún prefieren el comercio con Occidente porque Occidente posee la tecnología de la que Rusia carece.

Por estas razones, Maryasov concluye que es bastante prematuro referirse a las relaciones ruso-iraníes como una asociación estratégica.

A continuación se pueden leer algunos extractos del artículo de Maryasov:[2]

Alexander Maryasov (Fuente: Parstoday.com)

El presidente iraní Hassan Rouhani y el presidente ruso Vladimir Putin (Fuente: Kremlin.ru, 4 de abril de 2018)

Tácticamente, Rusia e Irán comparten posturas superpuestas en Siria, pero no existe una visión estratégica común

«Las políticas exteriores consistentemente independientes de Rusia e Irán, su fuerte apoyo a las normas universales del derecho internacional, así como también su firme defensa a sus intereses nacionales, todo esto es enfrentado con una vehemente condena y creciente oposición por los Estados Unidos y sus aliados en Occidente». La presión militar y política sobre Moscú y Teherán se está intensificando, al igual que las presiones diplomáticas, de sanciones y de propaganda. La culpa de las crisis emergentes en diferentes partes del mundo recae sobre nuestros países, cuando son los estados occidentales y sus satélites regionales los que responsables de tal situación.

«Dadas estas circunstancias, existe una necesidad objetiva de una coordinación más estrecha de nuestras acciones en política exterior, sincronizando posturas en los temas internacionales y regionales importantes, el impulsar lazos comerciales y económicos y mayores esfuerzos para intensificar la contra-propaganda. Reuniones regulares entre los presidentes de Rusia e Irán ayudan a lograr estos objetivos, al igual que la constante y estrecha cooperación de nuestros funcionarios diplomáticos y militares y la ampliación de contactos en el comercio y los círculos económicos.

«La cooperación Rusia-Irán es particularmente efectiva en la lucha contra el terrorismo internacional. Independientemente de lo que digan los políticos y medios occidentales, Rusia e Irán son ahora los contrincantes más decididos y consecuentes de la amenaza terrorista. La cooperación militar y política efectiva entre los países para estabilizar la situación en Siria es un buen ejemplo. Derrotar unidades clave del EIIS y otros grupos terroristas, detener el derramamiento de sangre en la mayor parte de Siria y crear condiciones favorables para un proceso de solución política han sido los principales resultados. Trabajando juntos de forma conjunta, Rusia e Irán hicieron posible el proceso de negociación de Astana, cuyo punto culminante fue la cumbre de los presidentes de Rusia, Irán y Turquía en Sochi.

«Esto llevo a la creación del Congreso de Diálogo Nacional Sirio en Sochi, que adoptó 12 principios sobre la condición de estado para Siria, así como también la decisión de crear un comité para redactar una nueva constitución y celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales basadas en esta constitución. Este proceso debe avanzar bajo los auspicios de la ONU de conformidad con la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

«Rusia e Irán le conceden gran importancia al estricto cumplimiento al acuerdo Plan de Acción Integral Conjunto para el Programa Nuclear iraní – PIDAC. Este es un importante factor estabilizador en la región del Medio Oriente y un éxito rotundo en el área de la no-proliferación de armas nucleares. El plan declarado del Presidente Trump para revisar y ‘mejorar’ el acuerdo es inaceptable y peligroso. El PIDAC, siendo este el resultado de muchos años de meticulosa diplomacia internacional, se basa en compromisos bastante frágiles. La violación de estos destruirá el acuerdo en materia nuclear, aumentando drásticamente la situación en la región del Medio Oriente y la carrera armamentista nuclear con ramificaciones impredecibles.

«¿Atestiguan los ejemplos anteriores de cooperación en política exterior una asociación estratégica ruso-iraní, o es simplemente el producto de intereses políticos fugaces, una alianza táctica temporal para enfrentar nuevas amenazas específicas? Parece ser que nuestra cooperación en muchos asuntos sigue siendo situacional y generalmente, responde a desafíos emergentes. Sin embargo, la interacción operativa en situaciones de crisis no es suficiente para construir una asociación estratégica, que requiere de ambiciosos objetivos estratégicos compartidos, un programa de acción acordado a largo plazo para resolver, o mejor aún, prevenir posibles crisis, así como también una total comprensión mutua y de confianza. No tenemos un programa de acción coordinado y concreto para Siria.

«Tácticamente, Rusia e Irán comparten posturas superpuestas sobre el tema de Siria, pero está lejos de lograr la unidad total en sus visiones estratégicas para el futuro del país. Rusia ve a Siria como un estado secular con igual representación y derechos para todos los grupos étnicos y religiosos. Rusia cree que preservar la condición del estado sirio y formar un gobierno de coalición que incluya partidarios de Assad y figuras no-extremistas de la oposición son de importancia clave. Por su parte, Irán aboga por la formación de estructuras estatales en Siria con el papel dominante reservado para los alauitas liderados por Bashar Al-Assad en para mejorar las posiciones militares y políticas de Irán en Siria y el Medio Oriente en general a través de la creación de un «eje chiita».

«Además, Rusia posee diversos intereses en el Medio Oriente de una manera más amplia. Este busca lograr el entendimiento mutuo y establecer relaciones constructivas con todos los países de la región, incluyendo Israel y Arabia Saudita, con los cuales Irán tiene relaciones muy tensas en la actualidad. Es poco probable que esta situación conduzca a una asociación estratégica entre Rusia e Irán.

Crear una asociación estratégica es imposible sin crear lazos económicos fuertes

 

«Pero una alianza táctica para contrarrestar la presión estadounidense y de Occidente por sí sola no constituye una asociación estratégica. Más aún porque no existe unidad sobre este tema en el propio Irán. El ala liberal-reformista del liderazgo iraní dirigido por el Presidente Rouhani se compromete a desarrollar lazos comerciales, económicos y de otros tipos con los países occidentales, a pesar de objeciones de la parte conservadora al liderazgo de la República Islámica de Irán.

«Construir una asociación estratégica es imposible sin crear una infraestructura fuerte y multifuncional para el comercio y lazos económicos. Lo que existe actualmente no es satisfactorio. El comercio entre Rusia e Irán sigue siendo a nivel muy bajo. El trabajo de la comisión intergubernamental conjunta, el consejo empresarial y otras agencias relacionadas con la industria en el gobierno son en gran parte ceremoniales. La implementación de sus decisiones se lleva a cabo incluso en aquellas áreas donde existe un interés mutuo verdadero en el área de la cooperación, como energía, transporte, la construcción de maquinaria, el sector petrolero, gas y la agricultura. Las razones incluyen varios estereotipos y reglas para negociar, problemas con la financiación, seguros y operaciones bancarias y la orientación tradicional de las grandes empresas iraníes hacia los países occidentales en un esfuerzo por obtener inversiones y tecnologías avanzadas de las que Rusia muy a menudo carece.

«Para rectificar la situación actual en las relaciones comerciales y económicas, se necesita algo más que voluntad política de los líderes de los dos países y también mayores esfuerzos por parte de grupos empresariales y empresas interesadas en la cooperación entre los dos países, una búsqueda más enérgica de soluciones mutuamente aceptables a los problemas existentes, el fin a los intentos de obtener beneficios y ventajas unilaterales y la voluntad de diversificar lazos comerciales y económicos.

«Con el propósito de crear una asociación estratégica, es extremadamente importante mejorar la confianza y superar los prejuicios históricos enraizados en varios capítulos de la historia de nuestras relaciones bilaterales. El constante re-despertar de agravios y sospechas pasadas no es bueno para nuestras relaciones, y solo juega a manos de aquellos que no quieren que mejoren. Dejen que nuestros historiadores y expertos se ocupen de estos asuntos en un entorno académico tranquilo. Un objetivo más importante es fortalecer la confianza y el entendimiento mutuo entre nuestros países a través del desarrollo de lazos culturales y de contactos pueblo-con-pueblo.

«En vista de lo anterior, es demasiado pronto para referirse a las relaciones ruso-iraníes como una asociación netamente estratégica. Sin embargo, nuestras relaciones tienen una base jurídica fundamental para el desarrollo exitoso de la interacción multifacética y efectiva, que es el Tratado sobre las Bases de las Relaciones y Principios de cooperación entre la Federación Rusa y la República Islámica de Irán, concluido en el 2001″.


[1] Véase la serie de MEMRI Despacho Especial No. 7420, Rusia Esta Semana – 9 de abril, 2018, Sección «Cumbre tripartita en Ankara – Presidente iraní Rouhani: Los estadounidenses e israelíes intentaron sin suerte interponerse en nuestro camino», 9 de abril, 2018.

[2] Valdaiclub.com, 7 de abril, 2018.