En un artículo en el diario saudita Al-Watan, el redactor ‘Ali Sa’d Al-Moussa criticó severamente el discurso del Secretario General del Hizbullah Hassan Nasrallah, en el que clamó que el Hizbullah tenía en su posesión partes de cuerpos de soldados israelíes. [1]

Al-Moussa escribió que las declaraciones de Nasrallah eran reprensibles, y que estas dañaron la imagen del pueblo libanés y la nación musulmana mientras permitían a Israel aparecer como víctima.

Lo siguiente son extractos del artículo:

¿Pudo Nasrallah decir algo más brutal o más perjudicial a nuestra imagen?

«‘Tenemos los restos de soldados israelíes. Cabezas sin cuerpos. Tenemos algunos brazos y piernas y un cuerpo casi completo – desde la cabeza hasta el torso medio’. Lean los horripilantes detalles en la frase anterior y juzguen: Pudo Nasrallah decir algo más brutal, algo que haga más para distorsionar la imagen de nuestros pueblos, nuestra religión y nuestra nación?

«Sr. Hassan [Nasrallah], yo no pienso que nuestra gloriosa religión [del Islam] nunca, a lo largo de su historia, ha descrito a seres humanos como [colecciones de] partes de repuesto. En nuestra rica herencia – desde la batalla gloriosa de Badr a la [Operación] Promesa Verdadera [el nombre de Nasrallah para la guerra del Líbano del 2006], nunca leí de ningún comandante militar que habló en tales detalles repugnantes. Créanme, yo me habría quedado callado si no hubiera sentido una gran vergüenza al escuchar el mundo entero – Este y Oeste – citando esta frase a los jefes de sus transmisiones de noticias y en los titulares principales de los periódicos.

«Yo sé, Sr. Nasrallah, que la cruel administración israelí pone un gran valor sobre cualquier parte o restos de soldados israelíes, y que usted menciona éstas partes de cuerpos con el propósito de negociarlos. Soy consciente que a cambio de una cabeza de algún [soldado] israelí, nosotros podemos recibir decenas de [prisioneros] árabes vivos. Y también estoy consciente de que incluso el [resto] de la pierna de un sionista puede constituir una ficha [valiosa] para una negociación, llevando a la liberación de varios prisioneros árabes vivos de las cárceles israelíes.

«[Pero] también sabemos que [los israelíes] ponen mayor valor, y tienen más respeto por, los huesos de sus soldados de lo que nosotros tenemos por los árabes [vivos]. La vida se ha vuelto tan barata para nosotros que los restos de un israelí muerto son [intercambiables] por docenas de árabes vivos».

La operación «Promesa Verdadera» rindió nada más que falsas promesas envueltas en retórica

«Veamos por qué: No tengo la menor duda Alá lo prohíba, acerca de la justicia de nuestra [causa] y acerca de la santidad de nuestras guerras contra la opresiva y ocupante entidad sionista. Pero cuál es la causa de esta humillación y desvalorización [de la vida]? La razón, honorable señor, es que nosotros continuamos masticando los mismos discursos jactanciosos que nos dejan con nada más que victorias imaginarias. Las batallas que nosotros emprendemos no convergen nada más a unas pocas partes de cuerpos [de soldados enemigos], o a un par de rehenes. ¡Y a qué precio [los pagamos]? [El precio son] cientos, incluso miles, de jóvenes árabes en las cárceles israelíes, cuyos números se multiplican con cada [guerra] como la [Operación] ‘Promesa Verdadera’ – mientras nuestro única recompensa son falsas promesas envueltas en retórica!

«[Pero] la razón principal [de nuestra humillación] yace en [el hecho que] nuestro enemigo sabe hablar] el idioma del mundo. Sabe tocar sobre las emociones del mundo, y endulzar su opresión, tiranía, ocupación y violencia, presentándose así misma como una víctima rodeada por bestias salvajes… Y nuestras declaraciones le proporcionan a [nuestros enemigos] con una oportunidad dorada. Si ellos ahora recorren el mundo, esparciendo su famosa frase sobre los restos de cuerpos y partes humanas, ellos lo considerarán el mayor logro de [toda] su larga guerra. [Esto los habilitará] a presentarse como las víctimas, mientras [en realidad] somos nosotros quiénes somos las víctimas.

«Honorable señor, la guerra no es [combatida solo con] cohetes Katyusha. La mitad de esta es [combatida con] palabras, y son las palabras que decidirán [el resultado final]».


[1] Al-Watan (Arabia Saudita), 22 de enero, 2008.

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