En un articulo el 8 de febrero, 2007 titulado «El Eje Teherán-Damasco: Desacuerdos Tácticos o el Comienzo de una División?» el ex ministro de información jordano Saleh Al-Qallab, actualmente el redactor del diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat, dijo que el enfriamiento en las relaciones Irán-Siria puede llevar a su final la sociedad entre ellos e incluso a una intensa hostilidad entre los dos países, a menos que puedan crear un puente sobre las diferencias en sus prioridades. Él agregó que si Siria siente que Irán está planeando abandonarlo, se apresurará a darle a Estados Unidos todo los que este quiera a cambio de garantías en relación a ambos el futuro del régimen sirio y el tribunal internacional por el asesinato de Al-Hariri.

Lo siguiente son extractos del artículo. [1]

«Recientes desarrollos han conducido a un conflicto entre las prioridades de Damasco y las de Teherán»

«… Recientes desarrollos han conducido a un conflicto entre las prioridades de Damasco y las de Teherán. Damasco, al que se le atribuye la mayor importancia en el [asunto del] tribunal internacional [por el asesinato de Al-Hariri], considera el tema nuclear iraní como menos central, aunque no como un asunto totalmente secundario. Teherán, [por otra parte], le otorga una alta prioridad al tema nuclear, y considera al tribunal internacional como una cuestión marginal que no debe causar una escalada de violencia en la crisis libanesa o en las tensiones generales que actualmente prevalecen en la región.

«Ésta es la ecuación que ha surgido: En luz a la concentración de [fuerzas americanas en la región del Golfo] y la escalada en las amenazas de [América], Irán es incapaz de pensar en algo que no sea el tema nuclear. Siria, [por otro lado] está bajo una constante presión creciente, ya no puede pensar – y no les permite a sus aliados pensar – de otra cosa excepto el tribunal internacional. [Siria] percibe [este tema] como un asunto de vida y muerte, y para su causa, esta tiene la voluntad de ahogar al pueblo libanés en el Mar Mediterráneo y permitirle al Líbano que se consuma por el fuego de la guerra civil.

«Este enfrentamiento entre las prioridades de Teherán y aquéllas de Damasco es la razón a la declaración hecha por el Ministro del Exterior sirio Walid Al-Mu’allem durante su última visita a Teherán, la cual pareció un poco extraña para el momento. Haciendo eco de la postura norteamericana, Al-Mu’allem dijo que no existe ninguna esperanza de sacar a Irak de su [actual] tragedia y de preservar su unidad a menos que las milicias étnicas sean disueltas. [Él dijo esto] aunque estas milicias son conocidas de ser la fuerza política y militar de Irán en Irak.

«Para el momento, durante las fases iniciales de los contactos iraní-sauditas – qué todavía continúan – el Secretario del Concejo de Seguridad iraní Ali Larijani llegó a Damasco desde Riad, [equipado] con sugerencias aprobadas por altos oficiales sauditas respecto a calmar la escalada de violencia en la crisis del Líbano. Pero el Presidente sirio Bashar Al-Assad rechazó estas sugerencias a primera, porque desde la perspectiva siria, no garantizan el manejo apropiado del asunto del tribunal internacional.

«Siguiendo a esta reunión… el presidente sirio envió apresuradamente a su ministro del exterior a Teherán para investigar los nuevos desarrollos. Pero Walid Al-Mu’allem escuchó de su colega iraní las mismas cosas que [Al-Assad] había escuchado de Larijani, y por eso hizo la declaración citada arriba, qué encolerizó fuertemente a Irán…»

«El enfriamiento [de las relaciones entre Siria e Irán] es serio… y se desarrollará en una división a menos que Teherán encuentre una forma de hacer un puente a [las diferencias] entre sus propias prioridades y las de Siria»

«Las posturas de Damasco y Teherán han ido en direcciones contrarias, si no ligeramente, y sus [relaciones] se ha vuelto espinosas. Este enfriamiento [en las relaciones] está por aumentar grandemente, y convertirse en una volátil tormenta que soplará a través de la ‘tienda de la resistencia’ [e.d. el campo sirio-iraní], a menos que agentes de buena voluntad puedan encontrar un compromiso que protegerá la alta prioridad de ambos Irán y de Siria.

«Si los actuales esfuerzos por prevenir la explosión de la crisis nuclear iraní tienen éxito, y si los agentes de la buena voluntad pueden encontrar tierra fértil entre Teherán y Washington mientras mantienen la espada del tribunal internacional suspendida sobre del cuello de Siria, la [sociedad sirio-iraní] llegará a su fin. Habrá también cambios significativos en el equilibrio regional de poder – respecto a la tragedia iraquí, al problema libanés y en el problema palestino.

«El enfriamiento [de las relaciones entre Siria e Irán] es serio, y no es sólo una [maniobra] táctica. Este se desarrollará en una división y en una severa hostilidad, a menos que Teherán encuentre una manera de colocar un puente a [las diferencias] entre sus propias prioridades y las de Siria. Damasco no puede permanecer tranquilo y sereno con la amenaza del tribunal internacional que cuelga sobre su cabeza. Si los sirios sienten que Irán [planea alcanzar entendimientos respecto al Líbano] sin ellos, estos se apresurarán a darles a los norteamericanos todo los que quieran a cambio de garantías respecto a ambos la preservación del régimen sirio y el tribunal internacional».


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 8 de febrero, 2007.