El 27 de marzo, 2021 China e Irán firmaron un acuerdo de cooperación de 25 años de duración valorado en 400 billones de dólares e integraron a Irán en la Iniciativa china denominada Franja y Ruta.[1] Para Rusia, el acuerdo fue recibido en dos niveles. Por una parte, Rusia, que ha estado en el extremo receptor de las sanciones impuestas por Occidente, vio el acuerdo como un golpe a la política de sanciones y por ende, como algo positivo. En la otra, el acuerdo chino-iraní, junto a las recientes actividades del canciller chino Wang Yi en la región que incluyó visitas a los países de Arabia Saudita, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Omán planteó el tema de la competencia china para Rusia. Al canciller de Rusia Sergei Lavrov se le preguntó sobre este tema en una conferencia de prensa en el grupo de expertos (think tank) Club de Discusión Valdai. Lavrov le dio la bienvenida a una «competencia honesta».

«Pregunta: La República Popular China (RPC), con la que mantenemos relaciones amistosas y estratégicas, se ha vuelto mucho más activa recientemente en el Medio Oriente. Observadores y analistas hablan sobre una etapa fundamentalmente nueva en la política exterior de China, incluyendo una mayor presencia en el Medio Oriente y su interés en la región. Cabe destacar que las últimas iniciativas de China son similares, hasta cierto punto, a las iniciativas de la Federación de Rusia. Esto se refiere, por ejemplo, a la idea de seguridad colectiva para el Golfo Pérsico, el conflicto palestino-israelí y varios otros aspectos. ¿Qué puede decir usted sobre este tema? ¿Cómo debemos considerar nosotros estas actividades chinas?

«Sergey Lavrov: China es una potencia global con intereses en todas partes del mundo. La República Popular China promueve sus proyectos económicos dentro del marco del concepto Iniciativa Franja y Ruta y una comunidad con un futuro compartido para la humanidad. De hecho, este posee intereses a nivel mundial, basados en posibilidades globales reales.

«No puede negarse que el concepto de la Iniciativa Franja y Ruta descansa sobre una base económica extremadamente seria. Este tema ha sido debatido recientemente en los eventos que la Unión Europea celebró conjuntamente con los estadounidenses en el marco de la OTAN. Ellos han formulado abiertamente la tarea de crear una alternativa a esta «expansión» económica.

«Creemos en la competencia honesta. En este caso, se están utilizando métodos de mala fe en contra de China, al igual que contra la Federación de Rusia. Ejemplos relevantes incluyen los intentos por parte de Estados Unidos y Europa, que siguen su estela, de adoptar restricciones sobre los pretextos más triviales, con el fin de socavar las posturas de sus rivales e introducir restricciones artificiales en los mercados globales contrarias a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

«Por supuesto, China tiene derecho a proteger sus intereses, tal como lo estamos haciendo en esa región. China ha propuesto recientemente acoger un diálogo directo entre Israel y Palestina, tal como lo hicimos en el pasado».[2]

El siguiente informe delinea la reacción rusa al acuerdo tanto en términos de competencia china como en términos del golpe que este representa para la política estadounidense y las posturas de Estados Unidos en el Medio Oriente.

El canciller de China Wang Yi y su homólogo iraní Javad Zarif en la ceremonia de firma del acuerdo (Fuente: Beltandroad.news)

Nikolai Vavilov: El Medio Oriente se resiste a la presencia china

El sinólogo Nikolai Vavilov no se le ve perturbado por el acuerdo China-Irán y cree que China ha estado adoptando una postura neutral en la región. Este señaló acuerdos muy promocionados, tales como un ferrocarril de alta velocidad entre China e Irán, que se ha pospuesto repetidamente. «El componente cultural y humanitario interno del Medio Oriente se resiste a la presencia política de China. En estas circunstancias, Moscú puede adquirir la postura de árbitro y de tercera fuerza en el conflicto entre Estados Unidos y China. Sin embargo, no hay que olvidar que India y algunos países europeos poseen la misma oportunidad», cree Vavilov.

Según Vavilov, Rusia debería ser proactiva, «La experiencia previa demuestra que en la región, los chinos no pueden prescindir de las gestiones políticas y humanitarias del Kremlin. Por lo tanto, este brinda la oportunidad de fortalecer nuestras relaciones bilaterales a través de una cooperación entre las cancillerías». ”Asegura el experto.

Vavilov cree que la ideología comunista de la República Popular China facilita las relaciones con muchos regímenes árabes, que se formaron bajo la considerable influencia de las ideas socialistas. Los partidos gobernantes de estos países todavía se adhieren a tales ideas. Sorprendentemente, Vavilov cree que la situación de las minorías musulmanas en China es en realidad una ventaja para Pekín: «A pesar de los esfuerzos propagandísticos estadounidense, los musulmanes viven cómodamente en China, quienes lograron gran éxito en el desarrollo de sus regiones musulmanas. Tales regiones sirven de vitrina al trabajo de Pekín con los países musulmanes. Sin embargo, no debe olvidarse que, en general, el Medio Oriente considera que los chinos son de hecho paganos».[3]

Nikolai Vavilov (fuente: Newprospect.ru)

Vasily Kashin: Rusia está económicamente superada por la competencia, pero afortunadamente Rusia y China no compiten en las mismas áreas

Vasily Kashin, investigador sénior del Instituto del Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia, cree que China eclipsa a Rusia en el Medio Oriente: «Durante décadas, China ha sido un socio económico importante para toda la región. China es también el principal destino de las exportaciones para los países de la región, la fuente de inversión más importante, un socio en el campo tecnológico, etc. Rusia tiene una presencia militar en Siria, recientemente tal presencia militar rusa también apareció en Sudán. Moscú participa en actividades militares, políticas y militares – junto a realizar cooperación tecnológica con varios países de la región. Pero el papel de Rusia en la economía del Medio Oriente, en comparación con China, es bastante pequeño», dijo Kashin.

Además, la presencia de China en el Medio Oriente era omnipresente, mientras que Rusia era más selectiva: «Cooperamos seriamente con Siria e Irán, pero nuestra cooperación con Arabia Saudita o Qatar es mucho más débil. Gracias a la operación militar siria, la influencia de Rusia se ha incrementado, pero en una serie de actividades clave en las que no podemos competir con los chinos. Existe cierta competencia con Pekín en los mercados de venta de armas. Suministramos productos agrícolas allí (al Medio Oriente) y estamos tratando de ingresar al mercado de la energía nuclear, las telecomunicaciones y de otros bienes de uso. Los chinos están tratando de ingresar al mercado local de alta tecnología y ya importan grandes volúmenes de petróleo y gas del Medio Oriente. Por lo tanto, desde mi punto de vista, no debería importarnos la creciente influencia de China en el Medio Oriente», opinó Kashin.

La política orientada al comercio de China facilitó su penetración. «Pekín no tiene la intención de exportar la ideología del Partido Comunista Chino (PCCh). En este sentido, los chinos son socios convenientes; no les importa con quién comerciar (con sunitas, chiitas, árabes, persas o judíos…) Sólo el tema de la política más dura del PCCh hacia los musulmanes sunitas en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang de China (propagada por Occidente) atormenta la cooperación de la República Popular China con los países del Medio Oriente», afirmó Kashin.

Sin embargo, el papel de China como socio comercial universal en la región tuvo una desventaja. Como resultado, los chinos tienen «opciones muy limitadas y no pueden apoyar a ningún bando en contra del otro».

Hubo una excepción donde convergieron los intereses ruso-chinos: Irán. «China no quiere que se aumente la presión sobre Irán. Nosotros (Rusia) llevamos a cabo acciones conjuntas con China en este sentido. Por ejemplo, en el año 2019, se llevaron a cabo ejercicios conjuntos de las armadas rusa, china e iraní en el Mar Arábigo. En el Medio Oriente China es una amenaza económica para Rusia solo en sectores muy reducidos. En general, sería beneficioso para Rusia cooperar con China en esta región para de esta manera hacerle frente a los Estados Unidos. Estados Unidos introdujo sanciones secundarias contra Rusia, castigando a todos los que cooperan con nosotros. Por lo tanto, cuanto más empujen los chinos a los estadounidenses fuera de la región, mejor será para nosotros», concluyó Kashin.

Vasily Kashin (fuente: Iz.ru)

El colega de Kashin Andrei Ostrovsky, también cree que China, por puro volumen comercial, intentará expulsar a los estadounidenses de la región. «La postura de los estadounidenses en el Medio Oriente se debilita cada día y el poderío chino se ha incrementado».

Ostrovsky creía que la postura de Rusia se mantendría sin cambios debido al debilitamiento de las posturas estadounidenses en la región. Rusia fue incapaz de ensamblar proyectos importantes tales como el proyecto de la represa de Asuán de la era soviética y en cualquier caso, la participación en el Medio Oriente fue muy especulativa. Por lo tanto, «no tiene sentido que nos inmiscuyamos en todos los asuntos árabes, excepto en ciertos casos. Si vamos allí, nuestras inversiones se volverán polvo muy rápidamente, teniendo en cuenta la explosiva situación en esta región».

Kirill Semyonov: El Medio Oriente está ante todo, interesado en la ayuda militar

Kirill Semyonov, director del Centro de Estudios Islámicos del Instituto para el Desarrollo Innovador, descarta la iniciativa de China en el Medio Oriente por ser extremadamente vaga. «Los Cinco Principios del canciller de China Wang Yi fueron formulados de una manera que agrada a todos los países del Medio Oriente y a las principales potencias externas presentes en la región. Aún no hay intereses chinos claramente establecidos en el Medio Oriente, en contraste con los Estados Unidos, Rusia o Turquía». Esto contrasta totalmente con África, la principal zona de expansión de China. Aquí China tenía conceptos muy claros sobre el cómo desarrollar la cooperación y canalizar las inversiones.

La importancia de la dimensión militar en la región pesa en contra de China, argumentó Semyonov: «Existe una enorme demanda de fuerza bruta y de ayuda militar en el Medio Oriente. Y China no depende de la fuerza, su expansión es económica. Por lo tanto, en el Medio Oriente, los principales competidores de Rusia son Estados Unidos y Turquía más no China».[4]

Kiril Semyonov (Fuente: Bloknot.ru)

Un impulso diferente fue provisto por el servicio ruso Russia Today siendo este más analítico y más un vehículo para convencer a gente que la postura de Rusia es la correcta. Russia Today vio el acuerdo de 25 años, menos que una apuesta para que China obtenga influencia en la región y más como una reacción mutua al acoso estadounidense.

«China e Irán están fortaleciendo su cooperación principalmente debido a las acciones hostiles perpetradas por los Estados Unidos. Los analistas no excluyen que una mayor consolidación en las relaciones aliadas entre China e Irán pueda conducir a un debilitamiento aún más grave de la influencia de Washington en el Medio Oriente».

Estados Unidos impuso sanciones selectivas contra los funcionarios chinos responsables de implementar políticas contra los uigures. Además, los secretarios de Estado y de Defensa estadounidenses Anthony Blinken y Lloyd Austin visitaron Seúl y Tokio con miras a apuntalar una alianza en contra de China.

Estados Unidos no debilitó sus sanciones contra Irán y las relaciones iraní-estadounidenses se han deteriorado aún más después de que la administración Joe Biden autorizara perpetrar ataques aéreos contra objetivos en Siria que, según la parte estadounidense, fueron utilizados por los grupos paramilitares respaldados por Irán.

Nikita Danyuk, subdirector del Instituto de Estudios Estratégicos y Predicciones de la Universidad de la Amistad de los Pueblos de Rusia, señaló que la importación china de hidrocarburos iraníes en tiempos de presión por las sanciones de Washington ayudó a la república islámica a estabilizar su economía. El experto cree que «considerando esta exitosa experiencia, la República Popular China e Irán resistirán activamente las presiones estadounidenses. Danyuk concluyó con optimismo:» «La convergencia en las capacidades de Irán y China, así como también sus ventajas tecnológicas, comerciales y económicas, puede llevar a que Estados Unidos pierda su influencia en el Medio Oriente. Últimamente, los países del Medio Oriente… recurren con frecuencia a Pekín, Teherán y Moscú y no a Washington».[5]

Maxim Yusin en Kommersant cree que son los propios Estados Unidos los que están presionando a sus enemigos para que se unan: «Lo que está sucediendo hoy día entre Teherán y Pekín es bastante natural e, incluso diría yo, inevitable. Dos meses de gobierno de la nueva administración estadounidense fueron suficientes, para dejar en claro que su enfoque hacia los posibles oponentes de Estados Unidos no diferirá fundamentalmente del estilo y los métodos de su predecesor: el equipo de Donald Trump.

«La administración Biden no tiene prisa por volver al acuerdo nuclear iraní, del cual Trump se retiró unilateralmente. Tampoco está levantando los aranceles anti-chinos impuestos por la administración anterior. Además, el Departamento de Estado ha advertido que van a llevar a cabo un diálogo con Pekín «desde una postura de fuerza». Esto fue demostrado recientemente por el secretario de Estado Anthony Blinken y el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, quienes recibieron a la delegación china en Alaska”.

Rusia, afirmó Yusin, está observando con mucha atención porque en años anteriores las empresas chinas, por temor a las sanciones secundarias estadounidenses, se vieron recelosas de expandir su comercio con Rusia. «El caso iraní muestra que China puede estar ahora cambiando de opinión».[6]


[1] Reuters.com, 27 de marzo, 2021; Nytimes.com, 29 de marzo, 2021.

[2] Mid.ru, 31 de marzo, 2021.

[3] Vz.ru, 28 de marzo, 2021.

[4] Vz.ru, 28 de marzo, 2021.

[5] Russian.rt.com, 28 de marzo, 2021.

[6] Kommersant.ru, 30 de marzo, 2021.