Introducción

El 10 de mayo del 2008, miembros de la organización rebelde de Darfur llamada El Movimiento de Igualdad y Justicia, encabezados por Khalil Ibrahim, invadieron la ciudad de Omdurman, adjuntándose la capital de Sudán Khartoum. Los militantes alcanzaron el corazón de Sudán en vehículos de camino, después de conducir centenares de kilómetros a través del desierto. Atacaron una base de la fuerza aérea cercana a Omdurman e intentaron atacar otros blancos militares y edificios del gobierno. Según sus portavoces, los rebeldes tuvieron éxito en tomar Omdurman e intentaron derrocar el régimen. En poco tiempo, luchas callejeras irrumpieron entre invasores y las fuerzas gubernamentales Sudánesas – la policía, el ejército y las Fuerzas de Defensa Popular. [1] Los medios de comunicación Sudáneses informaron que los atacantes numeraron entre 1,000 y 1,500 – aproximadamente 10 luchadores por vehículo de campo. [2]

La policía declaró una emergencia e impuso un toque de queda en Khartoum. Las calles de la ciudad reverberaron con explosiones. Según los residentes, tanques y vehículos militares se movían a través de la ciudad mientras helicópteros rondaban sobre esta. Varias horas después de que comenzó el ataque, la televisión Sudánesa transmitió escenas de la lucha, mostrando vehículos en fuego y rebeldes heridos que fueron capturados. Al día siguiente, el Presidente Sudánés ‘Omar Al-Bashir anunció, en televisión, que el gobierno de Sudán había cortado relaciones con Chad, que él sostuvo como responsable por el ataque.

Las autoridades de Sudán estaban avergonzadas por los eventos, porque dos días antes del ataque, las fuerzas de seguridad habían anunciado oficialmente que tenían información sobre los planes del Movimiento Igualdad y Justicia de atacar Khartoum, y había declarado que se estaban tomando medidas adecuadas para proteger a la población y a las instituciones del gobierno. [3] Estaban avergonzaron por el hecho de que el ataque a Khartoum había realmente sucedido – cuando nunca tal evento había ocurrido alguna vez en la historia de Sudán – dándole así un fuerte golpe a la reputación de las fuerzas de seguridad, que son percibas como la columna vertebral del régimen.

Mientras la atención de los medios de comunicación árabes fue totalmente monopolizada por la crisis del Líbano, el ataque a Omdurman ha estado hasta el día de hoy en los titulares Sudáneses.

A continuación extractos de los artículos en la prensa Sudánesa relacionados a la invasión a Omdurman por los rebeldes de Darfur:

Reacciones en la prensa gubernamental: «Si no fuera por los mandatos de nuestra fe, hubiéramos dejado sus cadáveres en las calles para que los perros callejeros los destrocen»

En los días siguientes al ataque, periodistas que apoyaron al régimen describieron los eventos como una victoria para las fuerzas de seguridad sobre los rebeldes que habían invadido la capital. El redactor ‘Abd Al-Rahman Al-Zuma, un islamista y partidario estridente del gobierno, exaltó el valor de las fuerzas gubernamentales, alabándolos por protegerlos del ataque: [4]

«Nosotros podemos clamar ahora confiadamente de que hemos logrado una victoria gloriosa sobre los mercenarios de Chad, sobre el movimiento que se auto-denomina ‘Justicia e Igualdad’, por sobre Khalil Ibrahim, y sobre Chad. [También] podemos decir que los tomamos como prisioneros, confiscamos sus armas, y] los y erradicamos. Esparcimos sus cadáveres en las calles, y si no fuera por los mandatos de nuestra fe, los habríamos dejado allí, desnudos, para que los perros callejeros los despedacen. Sin decir que nuestros valientes combatientes en el ejército, la policía, las fuerzas de seguridad, y de entre los mujahideen [5] desplegaron valor en la batalla. Ellos se enfrentaron herméticamente a los asaltantes, y les hicieron beber el veneno [de la derrota] – y haciéndolo de esta manera, formaron una nueva fuerza de mártires virtuosos… «

Periodistas en la prensa gubernamental representaron el ataque como una derrota aplastante para el movimiento Igualdad y Justicia. Asumieron dolores para usar una variedad de condiciones derogatorias con el objeto de referirse a sus miembros, p.e. «mercenarios», «extranjeros», «sionistas», «títeres» etc. [6] Así, Dhiya Al-Din Bilal, editor del diario pro-gobierno Al-Rai Al-‘Am, escribió en su columna: [7]

«Parece ser que el mensaje que Khalil Ibrahim buscó llevar al gobierno de Sudán con sus evasiones repetidas le ha salido el tiro por la culata. Quiso demostrar su existencia con una operación militar estruendosa que compenetraría todos los movimientos de Darfur, así como también a ‘Abd Al-Wahid [Al-Nur], [8] para respetarlo como político y negociador. Al final, sin embargo, en lugar de dar un golpe al enemigo, Ibrahim se dio una palmadita en el rostro…

«Debido a que Khalil se dejo llevar por su espíritu aventurero y por un deseo de establecer cuentas con sus anteriores amigos en el movimiento islámico; [9] porque es deficiente en el razonamiento lógico, y porque la oportunidad para atacar Khartoun – en pleno día, puerilmente, y sin ningún apoyo – se había presentado a si misma, [él finalizó escogiendo] equivocadamente por el cual pagará ahora costosamente. El gobierno que Khalil había pensado derrocar se apresuró a capitalizar en su [equivocación], ganando sobre la opinión [pública] con el objeto de volverse más fuerte… «

Celebrando la victoria militar sobre los rebeldes, los periodistas pro-gobierno hicieron eco de las declaraciones de antiguos funcionarios del gobierno, que denunciaron que el ataque había sido apoyado por elementos extranjeros como Chad, Libia, ‘la quinta columna’, [10] los países occidentales, y las Naciones Unidas Así, el editor en jefe del diario pro-gobierno Al-Rai Al-‘Am, Isma’il Al-‘Atbani, [11] escribió en su columna: «… La invasión de Khartoum – este intento al sabotaje – no fue por ningún medio insignificante o limitado, o en lo que se refiere al número de fuerzas involucradas en esta o en lo que se refiere a las preparaciones que convergen a esta.

«Los 200 vehículos que entraron en [Khartoum] tenían todo tipo de equipos militares y logísticos – desde armas y municiones a alimentos y chóferes profesionales. Según varios informes, cada vehículo llevaba de 10 a 15 combatientes rebeldes. Sin embargo, creemos que, además de estas fuerzas, una ‘quinta columna’ estaba esperando por ellos en Khartoum. Esto es evidente por el hecho que, en Khartoum, algunos individuos nefastos que estaban suficientemente familiarizados con el mapa de Omdurman señalaron áreas no-pobladas, indefensas y libremente accesibles, e instruyeron a [los rebeldes] a entrar en [la ciudad] a través de estos – [una estrategia] que habilitó a muchos [combatientes rebeldes] a entrar en la región de Omdurman dónde la derrota les esperaba…

«El clima liberal en Khartoum actuó en manos [de esta quinta columna], y quizás también [en las manos de] algunos de los socios de [Khalil Ibrahim] y con conexiones del pasado. Las tropas de las Naciones Unidas, así como también las tropas francesas y europeas en la frontera Sudán-Chad, también dieron una mano. Es difícil imaginar cómo una fuerza que comprende 200 vehículos pudiera pasar inadvertida a través de [la frontera] por las fuerzas francesas y europeas desplegadas al este de Chad. [12] Estas [fuerzas] claman que en esta región pueden detectar hasta incluso una hormiga. Es más, estas fuerzas habían sido desplegadas para defender a Chad y a los campos de refugiados de cualquier ataque desde fuera.

«Además, Khalil Ibrahim no habría cruzado toda esta región y se habría infiltrado dentro del territorio Sudánés en dirección a Khartoum si no hubiese estado seguro del éxito de la operación. Existe más evidencia de que las fuerzas de las Naciones Unidas estaban involucradas en esta conspiración. En cuanto se conoció que los vehículos de los [rebeldes] habían penetrado Darfur, nuestras valientes fuerzas partieron para confrontarlos en la región de Hura en Darfur, y bombardearlos desde el aire…»

«Pero ni siquiera los periodistas pro-gobierno podían ignorar la gravedad de los eventos, e hicieron serias preguntas respecto a las circunstancias que habían llevado a ellos. Algunos eran lo bastante valientes para apuntar un dedo acusador a antiguos oficiales – e.d. el ministro de defensa y el jefe de los servicios de seguridad – quién, los periodistas dijeron, debería traerse en lo que los periodistas consideraron ser su fracaso personal. El editor de Al-Intibaha, Al-Tayeb Mustafa, quien fue anteriormente un antiguo oficial en el partido gobernante llamó en el ministro de defensa a responsabilizarse personalmente por el incidente:

«En muchos otros países, el gobierno renunciaría por un fracaso 10 veces menos [grave] que los eventos [en Omdurman], es decir, una brecha en la seguridad de la ciudad capital. Los regímenes militares como el de Sudán se conforman con cada soldado por cualquier error cometido en el campo de batalla, por la corte marcial judicial hacia él, qué a menudo conlleva a la ejecución. La responsabilidad es mayor en el caso de antiguos funcionarios e individuos en la autoridad. Yo espero que el [Ministro de Defensa de Sudán] General ‘Abd Al-Rahim Muhammad Hussein [renuncie]…» [13]

Los medios de comunicación siembran histeria para inflar el éxito militar

Algunos comentaristas exageraron el peligro que el ataque había propuesto a Khartoum y a sus residentes, como para inflar los logros de las fuerzas de seguridad. Con este fin, en una de sus columnas ‘Abd Al-Rahman Al-Zoma dio una descripción vívida de las armas de los atacantes. Su columna refleja la histeria que atrapa a la población de la ciudad:

«Los ciudadanos Sudáneses están todavía oscilando entre ser deslumbrados por el logro [militar]… y asombro al puro horror de los eventos, ahora que el alcance de la conspiración ha salido a la luz gradualmente. La gente está ahora conmocionada no sólo por lo que realmente pasó sino por lo que podría pasar sino es por la misericordia divina… La magnitud de la conspiración debe ser revelada a la gente. Es indispensable informar a esta del número de asaltantes, del número y tipos de armas y del potencial destructivo de cada una de estas. Los ciudadanos deben afilar su sentido de las armas tal como fue…

«Cuando nuestros valientes funcionarios exhibieron las armas capturadas, lo que atrapó el ojo fue el enorme ‘tubo’ [e.d. el barril del arma SPG-9], de más de 10 metros de largo – o por lo menos así parecía [14]… Este tubo, que para mí se parece a una cañería de irrigación, es la parte de los aterradores lanzadores de cohetes transportados por estos lobos asesinos a nuestro [país] para destruir nuestra cultura y borrar toda vida del rostro de nuestra patria maravillosa.

«[También debemos] responder la pregunta importante: ¿Podrían estas armas ser propiedad del gobierno de Chad? ¿En otros términos, si el gobierno de Chad tiene tales armas terroríficas a su disposición, cómo puede haber permitido que unos cuantos camiones penetren en N’Djamena y, durante tres días, sitien el palacio presidencial, con el presidente encarcelado dentro? [15] Yo sostengo que Chad no es nada más que un mediador, o un alcahuete… al igual que Khalil Ibrahim y sus mercenarios. Miren estas armas y juzguen [por ustedes mismos]. Todas estas armas son francesas o americanas. [16] Este exige un poquito de perspicacia para ver eso».

La prensa independiente y liberal acusa al gobierno y expresa preocupación por el futuro de Darfur

Varios académicos y liberales vieron el incidente en el contexto más amplio del conflicto entre los rebeldes y el gobierno en Darfur, que ha continuado desde el 2003. Ellos creen que el gobierno de Sudán se había traído este ataque sobre sí mismo con su maltrato a la periferia de Sudán. Así, en una entrevista para el portal liberal Elaph, el Dr. Al-Baqer Al-‘Afif, director del Centro para Consulta y Desarrollo Humano Al-Khatm Adlan, culpó al gobierno por la creciente violencia en Sudán: [17]

P: «Cuál es la razón del conflicto de Khartoum entre el gobierno y el movimiento de Igualdad y Justicia, y por llevar la violencia a la capital?»

R: «Los enfrentamientos en Sudán fueron activados por la política de los gobernantes que ha llevado a la polarización y a tensiones, mientras el gobierno se ha vuelto altamente cruel y ha mostrado cada vez menos sentido común. Existe una creencia prevaleciente en Sudán de que si uno está titulado a un derecho, debe obtenerlo por la fuerza de las armas. Los medios pacíficos han llegado a ser considerados deshonrosos, y como resultado, la polarización extrema que Sudán está sufriendo ha llegado a ser percibida como normal.

«La razón principal por lo que ha sucedido es la incapacidad del gobierno para administrar justicia, implementar el principio de sociedad, y traer la paz nacional y la reconciliación. La impotencia del régimen es evidente a todos. Si este es el caso, qué opción existe sino sacudirla, asustarla y obtener los derechos por la fuerza de las armas? La operación del movimiento de Igualdad y Justicia fracasó, porque no trajo consigo la toma de la ciudad; sin embargo, si la resistencia continúa, esta agitará al régimen y le causará a su gente entretener la idea de liberarse de esta. De hecho, ya que el régimen se ha convertido en un problema verdadero, no puede ser parte de la solución… La gente han perdido la esperanza de que el régimen alguna vez cambiará su política».

En luz de la deteriorada situación, en la prensa independiente, también, ha habido apelaciones a ciudadanos Sudáneses para comprometerse en una seria búsqueda de almas. Un redactor para el diario Al-Sudáni, ‘Abd Al-Rahman Al-Amin, intimó que el deseo del centro Sudánés de monopolizar el poder había traído consigo erupciones de violencia en la periferia. También recurrió a ambos el gobierno y el público a abstenerse de aprovecharse de los eventos: «Los dolorosos y trágicos eventos que golpearon a Sudán y a Omdurman no deben hacernos perder nuestro discernimiento, ni impedirnos avanzar en busca de una solución justa y cabal al problema de Darfur. Al contrario: Estos nos deben motivar e incitar [al gobierno central] a moverse hacia la solidaridad con el pueblo de Darfur. [Debemos] reconocer su herida y dirigir un diálogo con ellos, ya que el pueblo de Darfur está en el centro del problema.

Para mantener nuestro compás moral de volvernos erráticos, debemos ganar la atención del público, y advertirle no juzgar al virtuoso y al malvado por igual, y no hacer generalizaciones arrolladoras. De hecho, cada delincuente debe ser tratado según su parte de responsabilidad [por los eventos], y el cenagal de estigmatización basado en la afiliación étnica o nacional debe ser evitado a toda costa. Ya que si nos dejamos llevar en esa dirección, descenderemos al nivel de aquéllos que buscaron… encender la guerra civil… Ya que percibimos a Darfur como un problema político que requiere de soluciones políticas, debemos buscar estas soluciones a nivel nacional. Debemos liberarnos del círculo vicioso de manipulación y acusaciones, elevarnos sobre las preocupaciones del momento presente, comprender que la patria es más valiosa que todo lo demás, y abstenernos de entrar en negociaciones fuera de las consideraciones de ganancia o pérdida para un [solo] grupo – más bien, debemos guiarnos por las consideraciones de interés nacional.

«Ninguno puede negar que nos hemos distanciado de una solución a nivel nacional permitiendo que el problema sea manejado por extraños y pidiéndole a otros por soluciones. En lugar de escoger la unidad nacional y el apoyo mutuo, hemos puesto de lado la solidaridad nacional, inclinados como lo estábamos por los celos y la tortuosidad. Nosotros creímos – y parte de esta creencia fue pecadora – de que si le cerrábamos la puerta en cara a algunos de nuestros compatriotas, podríamos mantener todo el [pastel] [del liderazgo] para nosotros mismos – es decir, hasta que el problema se nos devolviera como un boomerang y nos propinara un golpe poderoso.

«Estos recientes eventos deben propulsarnos aun más enérgicamente a la dirección de imparcialidad y libertad, y fuera de la polarización. Quién sabe, quizás le harán claro a toda persona sensata de que el discurso político armonioso lleva al diálogo positivo y crea más espacio para las libertades…»

El escaso interés en el mundo árabe

Se esperaría que un ataque sobre cualquier ciudad importante árabe hiciera los titulares en los medios de comunicación del Medio Oriente. Sin embargo, mientras los eventos de Khartoum ganaron algo de cobertura en la prensa árabe fuera de Sudán, estos fueron eclipsaron por la crisis del Líbano que alcanzó su cresta al mismo tiempo. Como resultado, el asunto de Khartoum no activó prácticamente ninguna respuesta entre periodistas o comentaristas. Una excepción de esto fue ‘Abdullah Al-Qafari, redactor para el diario saudita Al-Riad que buscó encender interés en los eventos de Khartoum entre el público árabe con un artículo titulado «Sudán, También, Es Un Asunto Árabe». [18] escribió:

«Es imposible explicar la invasión de movimiento Igualdad y Justicia de [Khartoum]… excepto como un intento por hacer estragos en el régimen árabe, que está rodeado por todos lados por poderosas conspiraciones – desde la crisis al sur de [Sudán], qué a pesar de la firma de un tratado de paz, está todavía abierta a cualquier eventualidad, en especial la región de Abyei rica en petróleo, a la crisis de Darfur, que se ha convertido en una herida abierta [artificialmente] por [los conspiradores] para sitiar y derrocar al régimen…

«Existe sólo una explicación creíble para [la invasión]: [Es un intento] por debilitar el régimen de Sudán y distorsionar la valoración de su habilidad para proporcionar seguridad y mantener el desarrollo básico que ha comenzado recientemente con la ayuda de las ganancias fiscales de la producción de petróleo y las inversiones [extranjeras]. A pesar de sus errores, el régimen de Sudán es todavía un régimen árabe – en una región dónde ningún régimen es inmune a errar. En otros términos, el debilitado [régimen de Sudán] es, a estas alturas, equivalente a arriesgar la seguridad nacional árabe.

«Esta región es sumamente sensible, pero también es un granero potencial [para el resto del mundo árabe]. Las inversiones árabes han empezado a fluir en Sudán, cuando un grupo de rebeldes apareció y manejó los tímidos capitalistas fuera de la canasta del pan. Es imposible responder por la existencia de cualquier grupo rebelde que tiene suficientes equipos y mano de obra en tomar el control de los suburbios de una capital nacional otra que por [asumir que] está siendo ayudada desde fuera.

«Chad es nada más que un pasillo para las tales organizaciones. El régimen de Chad no puede defender [incluso] a su palacio presidencial sin la ayuda de los franceses. Chad no es nada más que un pasillo. Existe una fuerza mayor y más fuerte subvencionando y haciendo planes en nombre de [esta organización,] qué tiene los fondos, armas, y la capacidad para utilizar estos medios para aplicar una fuerza. No hay ninguna razón por la cual el tema del Líbano – qué indisputablemente amerita la atención – debería disminuir la preocupación por la seguridad de un país árabe vecino [Sudán] cuyo régimen – qué no es el peor en el mundo árabe – está bajo esta gran amenaza…

«Permitiéndole a Sudán tratar con una conspiración tras otra en sus propios medios [exponiendo] a los países árabes vecinos grandes tales como Egipto y Arabia Saudita al perpetuo peligro».

* R. Green es compañero de investigación en MEMRI.


[1] Las Fuerzas de Defensa Popular son la milicia gubernamental popular, establecida en los años noventa para combatir a los rebeldes al sur de Sudán.

[2] La invasión fue denominada por consiguiente o «La Guerra Crucero Tierra o «La Guerra Toyota», en una alusión a los vehículos Toyota de los rebeldes.

[3] Al-Rai Al-‘Am (Sudán), 9 de mayo, 2008.

[4] Al-Sudáni (Sudán), 13 de mayo, 2008.

[5] El término «mujahideen» aquí se refiere a las Fuerzas de Defensa Popular.

[6] www.Sudántribune.com, 26 de mayo, 2008.

[7] Al-Rai Al-‘Am (Sudán), 13 de mayo, 2008.

[8] ‘Abd Al-Wahid Al-Nur es el líder de un rival de la organización rebelde de Darfur, el Ejército de Liberación de Sudán.

[9] Khalil Ibrahim, el líder del movimiento Igualdad y Justicia, fue miembro del Frente Islámico Nacional, un partido islámico Sudánés. A comienzos de los años noventas se desilusionó con el movimiento debido a su descuido por las condiciones miserables de los residentes en la periferia de Sudán. En 1999 el partido se separo, seguido una disputa entre el Presidente de Sudán ‘Omar Al-Bashir y el ideólogo Sudánés islamista’ Hassan Al-Turabi; Ibrahim simpatizó con la facción Al-Turabi.

[10] «La quinta columna» probablemente se refiere a Turabi y a sus seguidoras en el Partido del Congreso Popular.

[11] Al-Rai Al-‘Am (Sudán), 12 de mayo, 2008.

[12] e.d. EUFOR Chad.

[13] Al-Intibaha (Sudán), 14 de mayo, 2008.

[14] La verdadera longitud del lanzador SPG-9 es de 2.11m. http://en.wikipedia.org/wiki/SPG-9#cite_note-opfor-0

[15] La referencia aquí es al intento de golpe de estado llevado a cabo por los rebeldes de Chad en febrero de este año.

[16] De hecho, el lanzador SPG-9 es de fabricación soviética.

[17] Elaph.com, 15 de mayo, 2008.

[18] Al-Riad (Sudán), 19 de agosto, 2005.