El 9 de mayo del 2008, el diario en línea argelino Le Matin reprodujo un reportaje de prensa por Reporteros sin Fronteras declarando que el gobierno argelino se había negado a permitirle a la popular revista semanal pan-africana Jeune Afrique vender su edición del 4 de mayo, 2008 en Argelia. Mientras el gobierno no ofreció ninguna explicación por la acción, Reporteros sin Fronteras dijo que el artículo el cual el gobierno encontró ofensivo fue Farid Alilat «Le grad malaise» («El Gran Malestar») que trató con la muerte, por la policía, de 126 manifestantes civiles beréberes en la región de Kabylia en el año 2001 – eventos colectivamente conocidos como la Primavera Negra. Las protestas de Primavera Negra fueron encendidas por la muerte de una estudiante de la escuela secundaria Massinissa Guermah por la policía; el desasosiego rápidamente se esparció a lo largo de Kabylia, con manifestantes exigiendo responsabilidad policial, reconocimiento oficial al idioma berebere (Tamazight), y derechos civiles.
En respuesta a la prohibición, Jeune Afrique publicó el artículo en la sección libre de su portal. A continuación los extractos: [1]
«Envuelta en su vestimenta tradicional Kabyle, su rostro lleno de arrugas, sus ojos rojos por haber lamentado por tanto tiempo la pérdida de su hijo, se aferra a su fotografía en su pecho. [Su marido], su rostro también muestra las marcas del tiempo, su cuerpo tan seco como un olivo enflaquecido viejo, tiene una mirada vacía en su rostro.
«Para Djohra y Ahcene, y para toda la familia Irchene, la vida detuvo su curso el viernes, 27 de abril del 2001, a exactamente 3:30 PM. Ese día, su hijo Kamel, 27, quién estaba protestando junto a cien o más jóvenes delante de la estación policial Azazga, 35 kilómetros al este de Tizi Ouzo, fue golpeado por dos balas, una en el tórax y la otra en su brazo izquierdo.
«Un poco antes de sucumbir a sus heridas, Kamel encontró tiempo para escribir la palabra ‘libertad’ con su propia sangre en la pared gris de un café del pueblo. Ahora cubierto con plexiglás, el graffiti se ha convertido desde ese día en el símbolo de la revuelta que Kabylia fijo en llamas en la primavera del 2001.
«La familia Irchene todavía está buscando respuestas a sus preguntas. ¿Quién mató a Kamel? ¿Dónde está su asesino? ¿Por qué el sistema judicial está esperando para tratar con el caso que ha estado engavetado en el escritorio del juez preliminar en Azazga?
«Ahmed, un hermano, dijo: ‘Desde ese viernes presagioso, nos negamos a hacer luto por él [pasivamente]. Cómo pueden nuestros corazones estar calmados cuándo sabemos que su asesino está libre? Las autoridades nos dieron dinero e incluso nos ofrecieron trabajo. Ellos no saben que sólo la justicia puede disminuir nuestro dolor?»
«Siete años después de las protestas que ahogaron la región en fuego y sangre y costó las vidas de 126 personas, las familias todavía exigen justicia por sus muertos. Con la excepción del asesino de Massinissa Guermah, muerto el 18 de abril, 2001 en la estación policial en Beni Douala [e.d. Ath Douala], ningún sospechoso de entre las fuerzas de seguridad se le ha dado causa por preocupación. Cierto, algunos policía fueron relevados de sus deberes, y otros fueron transferidos. No obstante, dice Belaid Abrika, portavoz de los Archs (comités del pueblo y la ciudad y que representan a la población), [2] el estado asumió un compromiso formal para verter luz en estos trágicos eventos:
«‘No existe falta de evidencia y de testimonio con el cual confrontarlos’, dijo. ‘Hemos identificado a 20 asesinos formalmente. Testigos e individuos heridos aparecieron ante el juez preliminar para dar los nombres y las descripciones físicas de los policías quienes abrieron fuego. Pero hasta el momento no han sido confrontados con [esta evidencia]. Por qué?’
«No existe ningún mandato de la ley’, Ahmed Irchene responde. ‘Nuestra convicción interna es que ellos no quieren juzgar a los asesinos’. El luto, la impunidad, el sentimiento de injusticia – siete años después, la memoria del Kabyles [de los eventos] todavía está muy cruda.
«En papel, la crisis ha sido establecida. Oficialmente, finalizó cuando los Archs y el gobierno, entonces encabezados por Ahmed Ouyahia, firmaron el acuerdo protocolar bajo el cual el estado emprendió satisfacer todas las demandas en la Plataforma El-Kseur – en particular, aquéllos relacionados a conceder el estatus oficial a Tamazight [el idioma berebere], la persecuciones de aquellos responsable por los asesinatos, el pago de indemnizaciones a las familias, y el conceder del estatus de ‘mártir’ a las víctimas de la represión. [3] Más de tres años después de la firma de este famoso acuerdo, los resultados han sido escasos…»
[1] www.lematindz.net, 9 de mayo, 2007; www.jeuneafrique.com, 4 de mayo, 2008; imagen: www.makabylie.info/?article416.
[2] Durante una declaración de septiembre 2006 de Archs, véase MEMRI Despacho Especial No. 1308, «Disidentes Argelinos Beréberes Promueven Programas para el Secularismo y la Democracia en Argelia», 6 de octubre, 2006, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP130806.
[3] En el lenguaje argelino oficial, ‘mártir’ (shahid) normalmente se refiere a aquéllos muertos en la guerra de independencia, y más generalmente a cualquiera muerto en acción. Las familias de mártires oficialmente reconocidos reciben beneficios del gobierno.