El 1 de octubre, 2020 en la apertura del nuevo año legislativo del parlamento turco, luego de un receso de dos meses, el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan, dijo en un discurso transmitido por el canal de televisión KararTV: «Jerusalén es nuestra ciudad; es una ciudad de nosotros». Este dijo: «La apariencia física actual de la Antigua Ciudad, siendo está el corazón de Jerusalén, con sus aguas, sus mercados y sus numerosos edificios, fue construida por el sultán otomano Suleiman el Magnífico». Refiriéndose a la lucha por Jerusalén durante la Primera Guerra Mundial, Erdogan dijo: «Es posible hallar las huellas de la resistencia otomana en esta ciudad, que nos vimos obligados a abandonar entre llantos durante la Primera Guerra Mundial». Este cerró su discusión sobre el tema diciendo: «Seguiremos hasta el final tanto la causa palestina, siendo esta una herida sangrante en la conciencia global, como con la causa por Jerusalén».
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Existen «rastros de la resistencia otomana» en Jerusalén, «que nos vimos obligados a abandonar en llanto durante la Primera Guerra Mundial»
Recep Tayyip Erdogan: «La otra crisis que nuestro país y nuestra nación sigue con mucha precisión es la crueldad con la que Israel ha tratado a los palestinos y las prácticas indiferentes que no cuentan nada la santidad de Jerusalén. Aquí, veo beneficios en subrayar especialmente este punto. Para nosotros, el tema de Jerusalén no es un tema geopolítico ordinario. Antes que nada, la apariencia física actual de la Antigua Ciudad, siendo esta el corazón de Jerusalén, con sus aguas, su mercado y sus numerosos edificios, fue construida por el Sultán otomano Solimán el Magnífico durante siglos, nuestros antepasados mostraron su reverencia al tener a la ciudad en un alta estima y hacerla florecer.
«Es muy posible hallar las huellas de la resistencia otomana en esta ciudad, que nos vimos obligados a abandonar entre llantos durante la Primera Guerra Mundial.
«Jerusalén es nuestra ciudad; es una ciudad nuestra»
«Jerusalén es nuestra ciudad; es una ciudad nuestra. La Mezquita Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca en Jerusalén, que fue en realidad nuestra primera qibla [dirección de rezos], son las mezquitas simbólicas de nuestra fe. Esta ciudad también alberga lugares sagrados del cristianismo y el judaísmo. Aunque la tierra del pueblo de Palestina, que ha vivido en Jerusalén y en la región durante miles de años, ha sido ocupada y se han violado derechos y leyes, nosotros debemos tener mucho cuidado con este tema.
«Aceptamos como un honor en nombre de nuestro país y de nuestra nación la tarea de darle voz al oprimido pueblo de Palestina en todas las plataformas, con quienes convivimos durante siglos. Con este entendimiento, seguiremos hasta el final tanto la causa palestina, siendo una herida sangrante en la conciencia global, como con la causa de Jerusalén».
