En una declaración con motivo del 100 aniversario del acuerdo Sykes-Picot, Masoud Barzani, presidente de la región autónoma kurda de Irak, pidió a la comunidad internacional reconocer que el acuerdo Sykes-Picot ha fracasado. Barzani dijo que este acuerdo, que no tuvo en cuenta la composición de la región y la voluntad de sus pueblos, fue una gran injusticia perpetrada contra estos pueblos, especialmente contra los kurdos. Para los kurdos iraquíes dijo, tuvo como resultado 100 años de discriminación y atrocidades cometidas contra ellos por los diversos regímenes iraquíes. Barzani hizo hincapié en que a pesar de esto, durante 100 años, estos kurdos hicieron todo lo posible para proteger la integridad del estado iraquí. Pero hoy, los países de la región y del mundo en general no deben permitir que la tragedia continúe, sino que deben permitirles a los pueblos de Irak que determinen su futuro político. Barzani pidió por un diálogo serio entre Bagdad y Erbil a fin de alcanzar una nueva solución. «Si la sociedad no puede lograrse, permitan que seamos hermanos y buenos vecinos» dijo.

Lo siguiente son extractos de la versión en inglés de su declaración, según lo publicado en la página oficial de la Presidencia de la Región del Kurdistán.[1]

 Masoud Barzani (Imagen: Presidency.krd)

«Hoy se cumple el aniversario No. 100 del acuerdo Sykes-Picot. Este acuerdo dio lugar a la acción de esculpir la región tras la Primera Guerra Mundial, sin tener en cuenta la opinión de los pueblos de la región ni la realidad geográfica de esta. Fue una gran injusticia para los pueblos de la región, especialmente los kurdos.

«Las consecuencias de este acuerdo fueron, primero y ante todo, en detrimento del pueblo de Kurdistán en el estado de Irak. Un estado iraquí que fue originalmente establecido en base a la asociación entre kurdos y árabes, este de hecho decidió marginar a los kurdos. Los sucesivos regímenes iraquíes desde ese entonces le han negado a los kurdos sus derechos y han cometido grandes tragedias contra el pueblo kurdo. La proporción de la población kurda dentro de esta asociación ha sido el asesinato y deportación de 12.000 jóvenes faili kurdos, el asesinato de 8.000 barzanis, el asesinato y la desaparición de 182.000 kurdos en la zona de Garmiyan y en otros lugares, el bombardeo químico de Halabja, la destrucción de 4.500 aldeas kurdas, la arabización de las zonas kurdas y un sinnúmero de otras injusticias.

«Luego del levantamiento de 1991, el pueblo de Kurdistán optó por abrir un nuevo capítulo con el estado de Irak y se abstuvo de represalias contra sus perpetradores. Pero esto también fue inútil ya que el entonces gobierno iraquí continuó su política de opresión contra el pueblo kurdo.

«Después de la caída del régimen del partido Ba’ath en el 2003, el pueblo de Kurdistán decidió regresar a Bagdad y ayudar a construir un nuevo Irak redactando una nueva constitución que garantizara los principios de una asociación genuina, democracia y federalismo. En cambio, los gobiernos iraquíes han hecho caso omiso a la constitución, han renegado sus compromisos, han ignorado su asociación y decidieron cortar parte del presupuesto de la región del Kurdistán…

«Para todo los efectos e intenciones, hoy Irak es un país dividido entre las líneas sectarias. En Irak, en Siria y en muchos otros países, Daesh ha hecho que las fronteras no tengan sentido y nuevas fronteras se han creado. El pueblo de Kurdistán no es responsable de esto en Irak. La responsabilidad es de los que esculpieron la región hace más de cien años y con las políticas erróneas de los gobernantes de la región que han querido mantener la estabilidad a través del uso de la fuerza, la violencia y la opresión. En esto, han fracasado.

«En los últimos cien años, el pueblo de Kurdistán han hecho todo lo posible para proteger la integridad territorial de un verdadero estado iraquí, pero todo ha sido en vano. Tendría que agradecerle a cualquiera que se presentara y nos dijera que más podría haber hecho el pueblo kurdo para proteger la unidad de Irak. Para evitar la guerra, la inestabilidad y más tragedias, el acuerdo Sykes-Picot debe ser revisado. El pueblo de Irak ya no puede tolerar por más tiempo la guerra, los desacuerdos y el extremismo. No podemos continuar con más tragedia e insistir en un arreglo que data de más de cien años, que ha demostrado su fracaso. Los países de la comunidad internacional y regional deben entender que a fin de poner fin a la tragedia de Irak, hay que tener en cuenta la distribución del país y dejarla a los pueblos de Irak a fin de determinar su futuro político. Sobre el futuro de los kurdos en otras partes, estos deben buscar sus soluciones a través de la paz y el diálogo y tener como base sus circunstancias especiales.

«Debemos reconocer las nuevas realidades; la ciudadanía no se ha desarrollado, las fronteras y la soberanía han perdido su sentido, el acuerdo Sykes-Picot ha finalizado. La comunidad internacional debe asumir esta responsabilidad histórica y en lugar de insistir en continuar el sufrimiento del pueblo de Irak, deben buscar una solución real para Irak y la región. De lo contrario, estamos destinados a la continuación de la guerra, el extremismo y la tragedia y la paz y la seguridad internacional estará siempre en constante amenaza…

«En este centenario del acuerdo Sykes-Picot, hago un llamado a un diálogo serio entre Erbil y Bagdad con el fin de alcanzar una nueva solución. Si no se puede lograr una asociación, seamos pues hermanos y buenos vecinos.

«Si los partidos políticos en la región del Kurdistán, por cualquiera que fuesen las razones, deciden no asumir esta responsabilidad histórica de actuar, el pueblo tomara su decisión y la decisión del pueblo será más fuerte y más legítima. Estoy seguro de que el pueblo de Kurdistán tomara la decisión correcta».

[1] Presidency.krd 16 de mayo, 2016.