En los últimos meses, los medios de comunicación palestinos han debatido sobre las actividades del Movimiento anti-Israel Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) en el territorio de la Autoridad Palestina (AP), ante la prohibición emitida por el Municipio de Ramala contra la proyección de la película ‘The Insult – El Insulto’ en el festival «Días de Cine» que se celebró en Ramala el 23 de octubre, 2017. La película, dirigida por el director libanés Ziad Doueiri, trata sobre una disputa legal entre un cristiano libanés y un refugiado palestino. El film fue prohibido tras protestas generalizadas por parte de los palestinos en las redes sociales, que pidieron prohibirla porque su director mantiene relaciones con Israel que pueden clasificarse como una normalización de relaciones. Estas afirmaciones tienen como base el hecho de que en el 2012, Doueiri filmó su película anterior, ‘The Attack – El Ataque’,[1] en Israel.[2] Los manifestantes incluso crearon un hashtag #Won’t Be Screened – No Será Presentada en Twitter y expandieron las protestas a las universidades.[3]

Tras estos eventos, el movimiento palestino BDS publicó un comunicado expresando solidaridad con los que piden su prohibición, en donde escribieron: «Para evitar que el director se beneficie por la proyección de su película en la Palestina ocupada y diseminar la normalización de relaciones en la patria árabe, la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural de Israel pide a la gerencia y socios en el festival Días de Cine evitar proyectar la película ‘El Insulto’… hasta que se determinen nuevos criterios para la prohibición y lucha contra la normalización de relaciones que enfrentará el problema en consulta con la sociedad y con personalidades culturales prominentes».[4]

Como resultado de esta presión, el Municipio de Ramala decidió que la película no sería exhibida en el festival.[5] El Ministerio de Cultura palestino publicó una respuesta diplomática expresando su apoyo a la libertad de expresión por una parte y entendiendo la postura del movimiento BDS por la otra.

Por su parte, la dirección del festival expresó pesar por la decisión y declaró que este viola la libertad de expresión.[6] El propio Doueiri respondió a la decisión en un video que publicó en su cuenta Twitter, en el que dijo que en el pasado había ignorado las acusaciones dirigidas a él sobre la normalización de relaciones, pero que ahora había elegido responder porque la estrella del film, Kamel Al-Basha, que había cumplido condena en una prisión israelí, no podía sospecharse de su falta de patriotismo. El propio Al-Basha también respondió a las acusaciones, diciendo que eran una venganza personal contra Doueiri y declaró que de alguna manera boicoteaba al movimiento boicot.[7] El director del Festival de Cine de Venecia condenó también la prohibición, en un mensaje que este le envió a la Autoridad Palestina.[8]

La prohibición de la película de Doueiri provocó un debate entre los periodistas palestinos. La mayoría eran ambivalentes: por un lado, enfatizaron la importancia del movimiento BDS para la lucha palestina, pero por otra parte criticaron la censura de la película por parte de la institución cultural palestina y del municipio de Ramala, diciendo que tal censura subordina el arte y la cultura a los criterios de la normalización de relaciones con Israel.

Llamada a boicotear la película de Doueiri El Insulto

Lo siguiente son extractos de los artículos:

Periodista palestino critica el boicot y al municipio de Ramala: Las reglas del boicot no aplican al film de Doueiri

Muhannad ‘Abd Al-Hamid, columnista del diario palestino Al-Ayyam, destacó la importancia del movimiento BDS en contra de Israel, pero afirmó que sus reglas no aplican a la película de Doueiri y que algunas de sus reglas son demasiado severas e incluso dañinas y perjudican la esencia del boicot. Este escribió que el movimiento BDS debería centrarse en oponerse a movimientos más significativos hacia la normalización de relaciones, tales como aquellos de los regímenes árabes frente a Israel, en lugar de castigar al director Doueiri porque su película anterior, El Ataque, fue filmada en Israel. Este escribió: «Ante todo, debemos destacar la importancia de la lucha [contra Israel] a través del boicot… y no hay duda de que cada logro y cada extensión del boicot, que refuerza la lucha del pueblo palestino por la tierra en todos los foros regionales e internacionales, concede esperanza y [fortalece] la creencia en la posibilidad de coaccionar al estado de ocupación para que se retire [de las tierras palestinas]… El hecho de que haya pluralismo, diferencias de opinión, posturas extremas y moderadas entre los 170 organismos que realizaron la primera llamada histórica para boicotear a Israel, es natural. Y aunque los criterios determinados por el Comité del Boicot[9] son relevantes y correctos, el aspecto operativo del boicot aún está plagado de errores que deben corregirse, ya que dañan la idea del boicot y su esencia. En este contexto, existen varios ejemplos de implementación del boicot de maneras inapropiadas, tales como la expulsión de la periodista israelí Amira Hass de la Universidad de Birzeit; impedirle [al historiador] Ilan Pappe participar en una conferencia; ir en oposición a los miembros árabes del Knéset israelí; impedir que un profesor tunecino termine su conferencia en la Universidad Americana en Jenin y percibir a todos los que vienen a Palestina [es decir, a Israel] en el marco de actividades culturales, no solo entre los árabes, sino incluso entre los palestinos, como contribuyentes a la normalización de relaciones con la ocupación.

«Existen aquellos quienes establecen condiciones y criterios severos, tales como exigir a cualquier israelí que quiera ser amigo o aliado del pueblo palestino que se vaya de Israel y se desvíe a sí mismo por completo de la idea sionista, o se oponga en permitir que los palestinos que tienen otras ciudadanías ingresen a Palestina por el puente [Allenby] o el aeropuerto de Lod. Aquellos [que hacen estas demandas] están entrando en detalles que le causan daños a una causa justa [es decir, la demanda de boicotear a Israel]…

«Prevenir [la proyección de] la película El Insulto es una de esas medidas que no tienen influencia, ya que la idea tratada en la película no tiene conexión alguna con la normalización de relaciones y prohibirla es un castigo para el director que tenía conexiones normales [con la ocupación] hace cinco años en el contexto de [otra] película, El Ataque. La decisión de evitar [la proyección de la película] hizo caso omiso al hecho de que el actor palestino [que aparece] en la película recibió el premio de Mejor Actor [en el Festival de Cine de Venecia], el hecho de que la película trata de temas [importantes], tales [como] las víctimas que engendran víctimas, la barbarie durante la guerra de la que no se habla y los errores cometidos por la víctima lo que [tampoco] se le puede tolerar.

«El comité BDS quería evitar la posibilidad de recurrencia [de un acto de normalización de relaciones al igual que Doueiri cometió en el pasado], a pesar de que el director Ziad Doueiri defendió su error anterior… diciendo que las demandas profesionales de su trabajo le obligaban él [a filmar en Israel] y que este no se ocupa de política. Por supuesto, estos no son argumentos convincentes, pero muestran que Doueiri no es defensor de la normalización de relaciones como los defensores de la normalización cuyos intereses los vinculan al estado de ocupación.

«Existe una forma pesada de normalización de relaciones, mucho más influyente y dañina, tal como los Acuerdos de Oslo, que incluyen aspectos de coordinación de seguridad y cooperación económica derivadas de una situación de inmensa dependencia, como [la del] sector de contratistas, los comerciantes en gran escala, los agentes y agencias y propietarios de empresas que trabajan en asociación con sus contrapartes israelíes o distribuyen productos israelíes dentro y fuera de Palestina, o como el trabajo de más de 60,000 trabajadores en los asentamientos… La normalización de relaciones más fuerte también son las relaciones árabe-israelíes que han alcanzado el nivel de alianzas y cooperación económica, militar y de seguridad. Este tipo de normalización palestina debe ser desmantelada y debe ser consolidada en un nuevo plan opositor. Y lo más importante, este debe ser el centro del discurso, propaganda y acciones…

«Esta es la primera vez que sentí cierta vergüenza y falta de compromiso con el Comité Boicot, que tuvo la última palabra sobre el prevenir [la proyección de] la película, cuando las reglas del boicot no aplican a este. Por primera vez, las palabras del Comité Boicot no fueron convincentes…

«La postura de Ramala fue de sorpresa cuando anunció la cancelación de la proyección de la película [con el argumento de] ‘preservar el bienestar público’. No es responsabilidad del municipio preservar el bienestar público, ya que son los partidos políticos los que lo hacen, la OLP, la policía y los sistemas judiciales, legales y culturales. Asimismo, la posición del Ministerio de Cultura fue aún más desconcertante cuando lo arregló con una discusión de principios, como si fuese un árbitro legal y no una entidad que se ocupa de actividades culturales y la eliminación de todos los obstáculos [en su camino]».[10]

Editor de revista palestina: El movimiento BDS no es el guardián del pueblo palestino

El periodista palestino-sirio Saleem Al-Beik, editor de la revista cultural palestina en la red Rumman, criticó la película que fue prohibida, diciendo que contiene propaganda anti-palestina, pero al mismo tiempo se pronunció en contra del movimiento BDS, diciendo que a pesar de su importancia para la lucha palestina contra Israel, no tiene derecho a pedir que se prohíba ninguna actividad artística. Este escribió: «El movimiento boicot debe ser responsable de toda palabra publicada en su nombre y debe saber cómo guiar a sus activistas, quienes son jóvenes entusiastas, radicales y a menudo irritantes. La responsabilidad del movimiento, como actividad pública y no como organización, se deriva de esta manera por ser la actividad más poderosa con la que los palestinos y sus amigos de todo el mundo luchan contra la ocupación israelí, sus instituciones y con las compañías internacionales que la respaldan.

«Por lo tanto, la mayor responsabilidad recae sobre este movimiento, con la condición de que no se vea a sí mismo como un patrón, juez o policía del pueblo [palestino] [lo que provocaría] odio hacia este por parte de los ciudadanos… Tampoco tiene este movimiento [ni ningún otro] derecho a solicitar prohibir cualquier actividad artística o literaria. Se le permite llamar al boicot de cualquier actividad, tanto como quiera, o informarle al público sobre lo que este puede no saber, pero debe dejar la decisión [de este tema] en manos de personas y la sociedad y no en manos de una organización o movimiento y menos en especial [en manos de] un elemento de seguridad, gubernamental o municipal…

«Es cierto que la película es propaganda de odio contra los palestinos y esto debe tenerse en cuenta en Ramala antes del historial del director respecto a la normalización. Estas dos razones justifican el ajuste de cuentas con los responsables de traer la película [a Ramala]. En cuanto al movimiento Boicot, estoy lleno de esperanzas de que [sus miembros] no causen que la gente les odie debido a su discurso abierto y que comprendan que no es y nunca será el patrón de los palestinos.[11]

Periodista palestino: los criterios para boicotear películas deberían estar relacionados a su contenido 

Asma Al-Ghul, una periodista palestina de Rafah quien vive en Francia, también criticó duramente el contenido de la película, pero afirmó que los criterios para prohibirla deberían basarse principalmente en su contenido y no en los detalles que lo rodean, tales como los orígenes del director o los países donde este trabaja. Ella dice que, aunque el Boicot es la munición futura de la resistencia, los líderes de la Campaña Boicot deberían examinar el contenido prohibido, en lugar de otros criterios. Ella escribió:

«Mi crítica es sobre esta declaración del movimiento Boicot y su [movimiento] no estratégico en este caso particular… lo que implica que, si la película El Ataque – sobre la base de la cual Doueiri es acusado de normalizar las relaciones [con Israel], no hubiese filmado en Tel Aviv y si [Doueiri] no hubiese sido asistido por actores israelíes, no lo hubiesen expulsado, según criterios actuales del boicot. ¿Pero qué sucede con el contenido? ¿De qué será acusado? Si el contenido es problemático]? [Para determinar] si es o no una instancia de normalización de relaciones, no solo se debe verificar la ubicación donde tuvo lugar las actividades y la ciudadanía de sus autores, sino que también se debe debatir el contenido, ya que confiabilidad y falsedad no tienen una ciudadanía específica…

«Este debate ha llevado a varias reflexiones importantes y embarazosas sobre los motivos a la prohibición [de la película] y los límites de la normalización de relaciones. Si la prohibición es algún tipo de castigo del director, muchos lo ven como publicidad para el director y sus películas. Si la intención es proteger al público, entonces constituye una especie de supervisión del gusto público en las áreas de literatura, cine y arte – [supervisión] que no es aceptable ni siquiera para los propios activistas del boicot, ya que algunos de ellos declararon que el objetivo de la prohibición es alentar a otros directores a evitar perpetrar actos de normalización de relaciones. Aquí también estamos jugando esencialmente el papel de Gran Hermano en el sentido de que no confiamos en el entendimiento del creador, sus elecciones y su patriotismo.

«La prohibición [de la película] se ha convertido en el fin en sí mismo y no presentamos ni siquiera un contexto lógico fuerte para la prohibición de [este] producto cinematográfico y cultural. Me imagino que el contexto [para prohibir películas] debe ser consistente, continuo y más poderoso que [las afirmaciones] de que «una película anterior del director fue filmada en Israel», o que «la proyección de una película [no relacionada con] la normalización de relaciones por un director que normalizó sus relaciones [con Israel] en el pasado fomentará una continuación a ese [comportamiento]’. Deben existir estrategias y criterios para medir el contenido de propaganda en las actividades literarias y artísticas árabes e internacionales que acentúa el «derecho» israelí a deshacerse de los palestinos…

«Un ciudadano árabe, palestino u occidental, no debería evitar normalizar las relaciones [con Israel] porque se encuentre ansioso por provocar la ira de los partidarios y activistas del boicot, o sus acusaciones. [Este debe evitar esto] porque está convencido de que existe una ideología, nacional o legal [razón para evitar la normalización de relaciones]. Por lo tanto, siempre debemos discutir las ideas, los derechos y el saqueo imperialista, sin importar cuán obvias puedan parecer.

«Otro tema tiene que ver con la definición de normalización de relaciones dentro del contexto de la actividad artística…, para este caso es diferente al de los productos comerciales, donde es suficiente no comprarlos para tomar una postura. Estamos hablando sobre arte que toca la conciencia global y permanece en la memoria cinematográfica. Por lo tanto, creo que es importante que haya un examen continuo de [las actividades] de la campaña de boicot y sus activistas contra decenas de películas creadas por directores de todo el mundo y en Israel o [de directores] que han hecho películas [que pudieran describirse como] normalización de relaciones. Deberíamos discutir su contenido, catalogarlas y crear listas que deberían publicarse en una plataforma única, para así definir el marco [del boicot] sin conexión con criterios geográficos étnicos que solo se aplican a los árabes o palestinos. Con respecto a una película tal como El Ataque, más allá del hecho de que el director es árabe libanés que trabajó con un israelí en el pasado, la oposición a él también debería ser porque la película está muy mal llevada, es tendenciosa, oportunista y está distorsionada…

«Creo que nuestra arma futura contra la ocupación israelí estará basada más en el boicot de lo que lo está en la actualidad, [porque el boicot] es lo que más le duele y es por eso que Israel utiliza grandes fuerzas y fondos considerables junto a una publicidad profesional para luchar contra el movimiento BDS. Sin embargo, esto de ninguna manera significa que no se debe criticar al [BDS] cuando haya necesidad de hacerlo, ya que tiene grandes problemas tratando de someter el arte, la música, el cine y la literatura a los criterios de [prevenir] el normalizar relaciones…»[12]

Póster para la película El Insulto (Fuente: Al-Hayat, Londres, 10 de septiembre, 2017)

Bloguero palestino rechaza las restricciones a la libertad de pensamiento y expresión en la AP; y llama a proyectar la película de Doueiri

El 25 de octubre, 2017 ‘Ali Khater, un activista y bloguero de Ramala, publicó un artículo similar en un portal palestino. Este hizo hincapié en que se opone a la normalización de relaciones con Israel y se pone de parte de las actividades del movimiento Boicot en su contra, pero discrepa con los criterios según los cuales determina qué constituye un acto de normalización de relaciones. Este dice que el director Doueiri debería pedirles disculpas a los árabes por su primera película, filmada en Israel, pero que su nueva película debería ser proyectada para no negarles la libertad de expresión y pensamiento a los palestinos. Este escribió:

«Las campañas para boicotear la película [El Insulto] comenzaron porque su director también es el creador de la película El Ataque, cuya producción fue categorizada como un acto de normalización, que también convirtió su nueva película en un objetivo para el boicot, de acuerdo con las directivas del movimiento BDS. Su justificación a esto es que si no se boicotea a [Doueiri] esto alentará a otros, directores y actores a tratar a la ligera la normalización de relaciones… Esta postura es esencialmente correcta y es la razón de ser del movimiento boicot, tal como fue [reflejado en] el apuntar a compañías tales como HP porque el ejército de ocupación utiliza sus productos en sus equipos militares y la selección de compañías que tienen algunas inversiones en los asentamientos… y una llamada a boicotearlos y eso es [también] lo que sucedió con Ziad Doueiri.

«Sin embargo, el rol significativo del movimiento Boicot en oponerse a la ocupación y a las corporaciones que lo apoyan no debe transformarlo en una institución que opera de manera religiosa, y que determina lo que está permitido y lo que está prohibido basado en criterios personales que no están abiertos a la discusión o al cambio. Porque en ese caso nos encontraremos en un remolino del cual nunca saldremos ilesos, lanzándonos acusaciones indelebles unos a otros…

«En el pasado, tuvimos largos debates sobre la prohibición de la novela Crimen en Ramala.[13] La justificación en ese momento fue que amenaza la decencia y la moralidad y ‘pudiera perjudicar al público’ y en poco tiempo esa excusa comenzó a aparecer [una y otra vez]…, incluyendo un intento de justificar el castigo a un periodista que filmó la caravana del primer ministro.[14] Esto fue seguido por la ley de delitos electrónicos,[15] destinada a fortalecer las prohibiciones y la reducción [de libertades] y convertirlos en leyes que no pueden ser impugnadas. Luego nos encontramos en una situación en la que el alcalde de una ciudad prohibió una película con el interés de «preservar la seguridad pública». ¿No es esto algo ridículo?

«¿Dónde están los comités técnicos y éticos, para examinar qué es lo errado de la película? Si contiene algo inaceptable, ¿dónde están las instituciones que se especializan en boicotear y los criterios para tal boicot? Ellos publicaron declaraciones inútiles y poco convincentes, que no son dignas del calibre y la estatura de su papel pionero en situaciones como estas. ¿Y por qué el jefe de la autoridad civil del gobierno prohibió [la película] con un pretexto de seguridad?…

«¿Qué hubiera pasado si Ziad Doueiri hubiese producido una película que ataque a Israel y glorificara la resistencia? Suponiendo que esta película describiera la barbarie de la ocupación de la manera más confiable, así como también sus violaciones y crímenes contra nuestro pueblo palestino, ¿Estaríamos de acuerdo en que se proyecte?… Si nos oponemos al hipotético film [descrito arriba] porque su director se encuentra normalizando las relaciones [con Israel], entonces eso es correcto por una parte, pero por la otra surge una pregunta diferente: ¿qué se supone debe hacer es un director, actor, productor o cualquiera si ha pecado contra Palestina o en el tema palestino, para que lo absolvamos de su primer error? ¿O será absuelto alguna vez de tal error?…

«Debemos redefinir algunos términos, tales como normalización, resistencia, boicot, política e intereses nacionales supremos, de tal manera que salvaguarden los intereses del pueblo y de la causa [palestina]. No hay nada de malo en cambiar nuestra mente sobre posturas que no sirven para nuestros propósitos actuales o adoptar posturas que no nos eran aceptables en el pasado, para realizar [nuestros] intereses supremos. Nada de esto sucede de la noche a la mañana y no puede continuar para siempre, ya que cada día [que pasa] perdemos algo de nuestra causa porque no podemos estar de acuerdo con lo básico… Es verdad que la disputa puede ser beneficiosa hasta cierto punto, pero no debe convertirse en una disputa ineficaz que nos lleve al colapso de nuestra causa.

«El director Ziad Doueiri debe disculparse con el pueblo palestino y con todos los árabes por su primer film y debemos proyectar la película [El Insulto] en Ramala y hacer dos cosas: primero, señalar que el director se equivocó en sus posturas y declaraciones en su primera película y segundo, enfatizar de que no hay [intención de] controlar las mentes (y opiniones) de nadie respecto a temas sujetos a debate, interpretación y a decisión, particularmente porque no queremos crear una autoridad para la preservación de la moral pública [es decir, una policía religiosa como la de Arabia Saudita]…

«Imaginemos qué hubiese pasado si la película se hubiera proyectado en Ramala y los invitados hubiesen sido todos intelectuales, activistas y altos funcionarios del pueblo palestino que podían venir y que después de la proyección de la película se discutiese sobre el boicot y la normalización de relaciones, que incluso pudiera haber continuado durante varios días… y se hubiesen alcanzado varias opiniones y se hubiesen presentado [a la atención de] todos los participantes y estos hubiesen sido quienes elegirían [las opiniones preferidas]. Así es como los pueblos avanzan y realzan su conciencia.

«Es importante mencionar que yo me opongo totalmente a la normalización de relaciones… y que el movimiento BDS es una de las armas más fuertes que posee el pueblo palestino dentro y más allá de Palestina. Debemos respetar esto y entenderlo muy bien y [saber que] el desacuerdo con ellos [los funcionarios del boicot] sobre un punto u otro es un desacuerdo sobre el camino, pero no sobre el objetivo deseado».[16]


[1] La película El Ataque, que se filmó en Israel en el 2012, trata sobre un médico árabe israelí que descubre que su esposa perpetró un ataque terrorista en Israel.

[2] En septiembre, 2017 Doueiri fue arrestado en el aeropuerto de Beirut por filmar El Ataque en Israel. La razón dada por su arresto fue que «visitó la Palestina ocupada sin una autorización clara de las autoridades del Líbano». Para más información, véase Al-Hayat (Londres), 10 de septiembre, 2017.

[3] Al-Yawm Al-Sabi (Egipto), 26 de octubre, 2017.

[4] facebook.com/BDSmovementarabic, 22 de octubre, 2017.

[5] Al-Hayat (Londres), 23 de octubre, 2017.

[6] Página Facebook del Ministerio de Cultura de la Autoridad Palestina, 23 de octubre, 2017.

[7] Al-Watan (Egipto), 23 de octubre, 2017; https://twitter.com/ZiadDoueir, 24 de octubre, 2017; lebanonews.net, 26 de octubre, 2017.

[8] Palestinetoday.net, 27 de octubre, 2017.

[9] La referencia es al Comité Nacional Palestino de Boicot que opera dentro del marco del movimiento boicot global – BDS, el cual fue establecido en el 2008 y pretende ser la coalición más grande en el sector civil palestino. Para obtener más información, consulte https://bdsmovement.net/ar/bnc.

[10] Al-Ayyam (AP), 31 de octubre, 2017.

[11] rommanmag.com, 26 de octubre, 2017.

[12] rommanmag.com, 25 de octubre, 2017.

[13] La Autoridad Palestina prohibió la distribución de la novela en Cisjordania con el argumento de que contenía expresiones ofensivas. Para más información consulte el Informe de MEMRI https://www.memri.org/reports/palestinian-authority-pa-criticized-restricting-freedom-expression-after-banning-novel 28 de marzo, 2017.

[14] La referencia es al arresto del periodista palestino Jihad Barakat en julio, 2017 luego de filmar la caravana del primer ministro palestino mientras estaba siendo revisado en un bloqueo de carreteras de las FDI. Para obtener más información, consulte alaraby.co.uk, 7 de julio, 2017.

[15] La referencia es a una ley promulgada en la AP en julio, 2017 que limita las actividades de los periodistas y la libertad de expresión. Para obtener más información acerca de la controversia ocurrida a la Autoridad Palestina, consulte arab48.com, 13 de agosto, 2017.

[16] Ultrapal.ltrasawt.com, 25 de octubre, 2017.