En un artículo publicado en el diario saudita Al-Watan, la periodista Maha ‘Abdallah lamenta la situación de la mujer en la sociedad saudí y denuncia que, a pesar de las reformas legales en el reino que mejoran la condición de la mujer, muchos hombres siguen oponiéndose a estos cambios y se esmeran por subyugar a la mujer, a quienes consideran demonios. Además, señala ella, muchas mujeres respaldan la opinión de que son esencialmente inferiores a los hombres y por ende, tienden a ser modestas y aceptan el desprecio y discriminación que encuentran a su alrededor. Los hombres y las mujeres deben luchar juntos para lograr una mayor libertad para todos los seres humanos y no se deben tolerar aquellas opiniones de quienes se oponen a los derechos de la mujer, dice ella.
Lo siguiente es una traducción de su artículo:[i]
“En medio de las reformas legales relativas a la mujer, todavía se habla críticamente sobre estas, sobre lo que viste, come y bebe, sus ‘abayas (túnica tradicional), su derecho a salir de su hogar, trabajar y estudiar y sobre los temas del matrimonio y el divorcio. Todavía no entiendo el por qué un gran número de hombres están tan interesados en los asuntos privados de la mujer. ¿Por qué les perjudicaría si la mujer disfrutase de una existencia normal? ¿Qué derechos perderían ellos?
«Como mujer, nunca se me ocurriría oponerme a los derechos de un hombre, por ningún motivo en lo absoluto. Como seres humanos, es natural y apropiado que nos ayudemos unos a otros a luchar por una mayor libertad, ¡en lugar de lo contrario! Yo ¡nunca he conocido a ninguna mujer cuya agenda cultural e ideológica gire en torno al hombre y sus derechos y que exige fijar sus puntos de vista en las leyes! Así que, ¿quién de nosotras es más juiciosa?
«Lamentablemente, en la mente de mucha gente, las mujeres son demonios. Recuerdo a una mujer que le aconsejó a su hija que obedeciera a su hombre en todo y le dijo: ‘¡Hija mía, las mujeres son malévolas si no son restringidas’! Conozco bien a esta mujer y así es como ella se ve a sí misma y a otras mujeres. Muchas mujeres están de acuerdo con ella y se consideran a sí mismas por igual. Se ven a sí mismas como esencialmente vergonzosas y piensan que deben demostrar lo contrario todos los días mostrando devoción a un hombre y obedeciéndolo. Las más ávidas adeptas a este tipo de pensamiento viven una vida de abnegación en este mundo, al punto de descuidarse a sí mismas: su apariencia y su derecho a auto-realizarse a través del aprendizaje y la creación en algún campo que amen. Estas están afligidas por lo que se denomina alienación consciente o auto-negación. Creen que son intrínsecamente indignas al derecho de hablar – tanto que aceptan que sus propios hijos les falten el respeto ¡y ven todo esto como algo normal!
«¿Cuántas mujeres viven en hogares que son semejantes a prisiones a su humanidad? ¿Cuántas mujeres poseen talentos artísticos o de otro tipo pero solo se los revelan a sus familiares? ¿Cuántas almas han sido enterradas vivas? ¿Cuántas mentes han sido extinguidas? ¿Cuándo sentirán las mujeres que son seres humanos con derechos y deberes, al igual que los hombres?
«Lo que sí sé es que aquellos que se oponen a los derechos de los demás lo hacen porque se benefician de ello. ¿Por qué son aceptados sus argumentos? ¿Por qué la gente acepta su razonamiento y les brinda una plataforma para oponerse y criticar de manera audaz a la mujer? como si la masculinidad sólo puede ser realizada esclavizando a la mujer y la feminidad sólo a través de una alineación consciente, ¿es concebible todo esto?
«La pregunta más sombría que me hago hoy día es: ¿Cuántas mujeres experimentan el conflicto entre el impulso natural de ejercer su libertad y el intento por mitigar la vergüenza que sienten por el mero hecho de ser mujeres negándose a sí mismas esta libertad?»
[i] Al-Watan (Arabia Saudita), 2 de febrero, 2022.