En dos artículos publicados en el diario saudita Al-Watan, uno el 30 de septiembre del presente año 2021 y otro el 13 de octubre, 2021 la periodista Maha ‘Abdallah se manifiesta en contra de las costumbres matrimoniales tradicionales que prevalecen en la sociedad saudita. Los matrimonios arreglados tradicionales, escribe ella, son como una transacción comercial sin valorar el amor contraído por las familias e impuesta a la pareja, que a menudo es inmadura y no posee ningún tipo de preparación para el matrimonio. El problema se agrava cuando la pareja intenta consolidar el matrimonio teniendo hijos rápidamente, dice ‘Abdallah. Ella sostiene que, cuando un matrimonio es infeliz, el divorcio es una opción muy legítima y a menudo, es lo correcto por hacer, no solo por la pareja casada, sino también por el bien de sus hijos. Mantener un matrimonio fallido no es una buena señal de éxito y el divorcio en estos casos es mejor para los hijos que vivir con padres infelices, ella agrega. ‘Abdallah también critica a aquellos predicadores y sociólogos árabes y musulmanes que se oponen al divorcio y que tienden a justificar la postura del marido en caso de conflicto entre el marido y la mujer.
Lo siguiente son extractos traducidos de sus dos artículos.
Obligar a las parejas infelices a permanecer casadas las convierte en víctimas inocentes
En su artículo publicado el 30 de septiembre y centrado en el tema del divorcio, Maha ‘Abdallah escribió lo siguiente: «En un pasado no muy lejano, las personas que decidían casarse generalmente lo hacían para satisfacer alguna necesidad o abordar algún deseo fuese este físico, social o relacionado a la imagen, cada persona de acuerdo a sus necesidades. Esto surgió de una desafortunada falta de conciencia social, e incluso se convirtió en norma cultural. ¿Es razonable o humano esperar que una chica de 18 años tome tal decisión? ¿O estar de acuerdo en ello? ¿!O quizás la ayudaron a decidirse, cuando aún no poseía la madurez suficiente como para tomar tal decisión?! Las cosas son aún peores cuando se trata de decidir quedar embarazada, para estabilizar y cimentar el matrimonio, tal como lo exige la sociedad, una decisión por la que la chica paga muy caro en lo social.
«La furia de algunos predicadores sobre la opción del divorcio y sus declaraciones negativas al respecto, como si quien elige dicha opción hubiese perdido la fe, no es de sorprender. Por su propia naturaleza, estos predicadores no pueden soportar perder el control. Hasta ahora en lo que a ellos respecta, incluso si un hombre llega a la conclusión final de que no desea continuar de por vida con su pareja, debe no obstante quedarse con ella y tomar una esposa adicional. Esa es la conclusión que se desprende de la cultura de esclavitud la cual se encuentra arraigada entre ellos. Algunos de estos predicadores incluso idearon las prácticas del matrimonio misyar y misfar,[1] por lo que es muy difícil evaluar qué tan seria es su postura, cuando se basa en ¡un sistema de consideraciones totalmente irrazonable!
«Yo tampoco entiendo la postura airada de los sociólogos sobre la decisión de divorciarse. Yo noté algo extraño en la postura de un conocido doctor en sociología… cuando este escucha los problemas de las parejas. Si el marido se queja de su esposa, este le aconseja que sea firme con ella, o que lo amenace con divorciarse o simplemente tomar otra esposa, mejor y más obediente que ella. Pero si una esposa se queja de su marido, él le dice: ‘Tú nunca serás una buena esposa’, siempre y cuando sigas quejándote. Ten paciencia. Los hombres son como chiquillos, por lo que, naturalmente, cometen errores». Esta es una postura bastante desconcertante.
«La mayoría de los sociólogos cuyas opiniones escuchamos adoptan esta postura parcializada en lo que respecta al tipo de sexo y creo que están influenciados por los predicadores. Yo nunca escuché ni leí nada sobre algún sociólogo árabe que dijera que el divorcio permite una vida mejor para ambas partes, o es un derecho legítimo, al igual que el matrimonio, o que, si la pareja tiene hijos, no estarán mejor viendo a ambos padres permanecer juntos y a la vez vivir miserablemente.
«No tiene ningún sentido obligar a la gente a permanecer junta, ya que esto puede empeorar los problemas y exigirles a las víctimas inocentes pagar caro por ello. Es mejor padres separados pero felices que padres que permanecen juntos pero viven miserablemente. La opción de permanecer casados» sin desearlo y la opción de divorciarse son ambas malas, pero ¿no es mejor elegir un mal menor?
“El divorcio es una buena opción, incluso una muy buena, a pesar de las dificultades que esto plantea. Si la decisión de casarse fue un error, la solución es divorciarse, ¡ya que el matrimonio no es una maldición ineludible!
«Debemos entender que, a medida que la gente adquiere conciencia y comprensión, sus posturas y deseos cambian. Permanecer con alguien a quien le fue impuesto y a quien no desean como pareja puede exponerlos a daños psicológicos que pueden pasar a la generación siguiente. Permanecer juntos en estas circunstancias no es una señal de un matrimonio exitoso, sino que solo indica que una o ambas partes están dispuestas a auto-sacrificarse.
«Una relación matrimonial no es solo una asociación entre dos personas y un acuerdo amistoso para ayudarse mutuamente en realizar las tareas y satisfacer las necesidades que nos demanda la vida, ¡y llámenosle amor! Tal postura es ingenua y poco realista… Ser compañeros de vida significa renunciar a ciertas libertades. Uno debe preguntarse a si mismo ¿están preparados para ello, considerando que todas sus emociones dependerán de esta sola decisión? Es más complicado de lo que creen. Los necios se apresuran a entrar donde los sabios temen pisar».[2]
El matrimonio tradicional arreglado es una transacción material sin ningún tipo de sentimiento amoroso
En su artículo publicado el 13 de octubre sobre el matrimonio, ‘Abdallah escribió lo siguiente:
“Un hombre ahorra dinero, se dirige a algún casamentero y dice: ‘Quiero una mujer con un rostro y figura hermosa, que sea agradable a la vista y me satisfaga’. Así que, la búsqueda comienza por una mujer con dichas cualidades y cuando se encuentra un candidato adecuado, se organiza una reunión entre los dos antes de llegar a un acuerdo, porque el hombre tiene derecho a asegurarse de que la mujer por la que está pagando este dinero en efectivo por el que trabajó tan duro en ahorrar, de hecho cumple con sus requisitos. Si ha encontrado lo que quería, el contrato matrimonial y sus cláusulas finalizan y luego comienza la fase final de negociaciones… Las dos partes acuerdan casarse sin conocerse y decidir los términos del contrato para salvaguardar los derechos de cada uno. El contrato se mantiene mientras sus intereses converjan…
«Alternativamente, un hombre decide casarse, consigue dinero y luego le pide a su madre que le busque una esposa con las cualidades que más le convengan. Las dos familias acuerdan el matrimonio incluso antes de que los novios lo hagan, porque sólo este modelo tradicional de matrimonio es el que la sociedad acoge. Luego ellos le aplican un enfoque religioso, según el cual los futuros novios deben reunirse para determinar si son ‘almas gemelas’.
«Pero eso es una mentira muy obvia, porque este enfoque en realidad tiene como base exclusivamente los aspectos materiales… Ellos determinan el precio por la novia – sea este exacto o aproximado. El hombre paga el costo y la mujer le brinda sus servicios a cambio. Los sentimientos no forman parte de ninguna etapa de este matrimonio, más bien es como una transacción comercial.
«Luego viene alguien… y dice que el amor llega solo después de vivir juntos. Al decir esto, en realidad se está refiriendo al síndrome de Estocolmo… ¿Cuenta este trastorno en definirlo como amor?
«El matrimonio según el modelo tradicional es una costumbre inhumana. Es una herencia cultural presentada como islámica… Nosotros debemos reconocer que el matrimonio tradicional no es un contrato entre dos personas, sino un matrimonio entre dos familias. Como consecuencia, cualquier problema que surja es resuelto solo por las familias y ambos cónyuges aceptan la autoridad impuesta por las familias. ¿Cómo puede un padre permitir que un hombre escudriñe de cerca a su hija como si fuese un objeto en venta, en nombre del matrimonio tradicional? ¿Por qué estar de acuerdo en dejar que nosotros mismos y nuestros seres queridos sean objetivos?
«Si uno desea que las sociedades cometan un crimen sin que nadie desafíe esto y con algunos incluso defendiéndolo – uno solo necesita colocarle un halo de santidad».[3]
[1] El matrimonio «misyar» – proveniente de la palabra «visita» en árabe coloquial perteneciente al Golfo – es un tipo de matrimonio en el que el marido «visita» a su esposa pero no vive con ella ni la mantiene. Un matrimonio misfar es un matrimonio temporal entre un hombre que vive en el extranjero y una mujer local.
[2] Al-Watan (Arabia Saudita), 30 de septiembre, 2021.
[3] Al-Watan (Arabia Saudita), 13 de octubre, 2021.