En su columna publicada el 22 de junio, 2020 en el diario Al-Watan, el periodista saudita Asil Al-Ja’ed, miembro del consejo legal de la Asociación de Periodistas de Arabia Saudita, condenó duramente la antigua costumbre tribal del hajr, en la que un padre promete a su hija en matrimonio con el hijo de su hermano. Esta costumbre, dice Al-Ja’ed, trasgrede el sharia islámico, hace sufrir a las chicas, retrasa su matrimonio y las priva de la libertad de casarse con el hombre que ellas deseen. Este instó a los padres a preferir el bienestar de sus hijas al apaciguamiento de su tribu y sociedad y dejar de lado esta costumbre. 

Lo siguiente son extractos traducidos de su artículo:[1]

«El hajr[2] es una de las principales formas de evitar que una mujer joven se case [con el hombre de su elección] o por ende hacer retardar su matrimonio. Es la antigua costumbre en la que el padre elige al cónyuge de su hija. Esta costumbre se desarrolló en la antigüedad, cuando las tribus [árabes] se basaban en lazos de sangre [que preservaban] su cohesión mientras seguían con su estilo de vida nómada, considerado uno de los estilos de vida más difíciles que la humanidad haya conocido. Sin embargo, lamentablemente, algunos padres continúan aferrándose a esta costumbre que, en pocas palabras, significa que el padre le prohíbe a su hija casarse con otra persona que no sea su primo.

“Esta costumbre contiene muchos elementos, tales como declarar prohibida la hija [a cualquier otra persona], para que nadie pueda pedir su mano y aunque pueda que lo haga, será rechazado, porque ‘la hija está [prometida] con su primo. Además, a veces es el propio primo quien inicia dicha prohibición, tal como se refleja en el proverbio, `El primo puede bajar a su prima del caballo’, lo que significa que el primo tiene derecho a comprometerse con su prima incluso después de que ella se haya comprometido con otra persona.

«Aunque esta práctica viola claramente el sharia islámico, porque [el Profeta] dijo en un hadith: ‘Un hombre no debe pedirle la mano a una mujer que ya se encuentra comprometida con otra persona’ – esto persiste debido a los lazos de sangre entre los padres [de los dos primos que se ven obligados a casarse] y nadie le pregunta a la chica qué es lo que desea o considera como idóneo mental o intelectualmente de los dos [primos]. El primo puede ser joven. [Alternativamente], puede que ya esté casado y su futura esposa puede ser una infanta, que permanecerá siendo su prometida hasta que crezca y luego este la tomará como su segunda, tercera o cuarta esposa, sin importar cuán grande sea la brecha de edad entre ellos. La chica prometida a su primo no puede negarse al casamiento con este y si se opone a ello o intenta elegir a otra persona, sus parientes puede que le hagan daño y la lastimen, ya que la promesa se vuelve irrevocable una vez que esta se declara.

«Muchos se sorprenderán de que tal práctica persista hoy día, inclusive si alguna vez fue una costumbre rural común. Pero [el hecho es que] la población la trajo [del campo] a la ciudad y se ha convertido en fuente de sufrimiento para las chicas, cuyo libre albedrío es usurpado en nombre de las costumbres y la tradición.

“En mi trabajo legal, a menudo he escuchado las excusas de los padres. Un padre a menudo piensa que mantener esta costumbre aumenta el prestigio de su tribu u honra al hijo de su hermano.

“Las prácticas que impregnan una determinada sociedad eventualmente adquieren legitimidad y se convierten en normas difíciles de cambiar. Pero nuestra sociedad y todas sus instituciones, deben oponerse a esta costumbre, que usurpa el libre albedrío de la mujer y permite que los padres ejerzan autoridad de manera arbitraria. También pasa por alto el punto del matrimonio, que [debería basarse en] la compasión, el amor y la realización mental y emocional. Aplicar esta costumbre a una mujer significa eliminar todas sus opciones en la vida. Por lo que he visto, una chica así suele sentirse ansiosa y triste, su relación con su padre se ve arruinada y ella sufre de pensamientos obsesivos por mucho tiempo, de que será rescatada [de su difícil situación].

Por eso le digo a todos los padres: ‘Sus hijas no son ningún objeto que les pertenezca y que pueden regalar a quien deseen. Es un ser humano, plenamente capaz y responsable [de su propia vida]. Así que apóyenlas y guíenlas [y] sepan que si se la prometen a su primo, puede que complazcan a la sociedad y a su tribu, pero perderán su alegría y su paz mental y esa es una clara y verdadera pérdida».


[1] Al-Watan (Arabia Saudita), 22 de junio, 2020.

[2] Una antigua costumbre tribal en la que el padre o tutor de una mujer le impide casarse con el hombre de su elección obligándola a casarse con su primo o algún otro pariente.