En su columna publicada el 3 de marzo, 2019 en el importante diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el periodista y empresario saudita Hussein Shobakshi condenó el profundamente arraigado odio hacia los judíos en la cultura islámica, en el que el término «judío» es altamente despectivo. Shobakshi reflexionó sobre el por qué los musulmanes no distinguen entre los sionistas israelíes y los judíos en general, a pesar de que Alá instruyó a los musulmanes a amar y respetar a los judíos y a los cristianos e incluso el propio Profeta Mahoma se casó con una judía, realizó pactos con los judíos y se relacionó siempre con ellos. Este pidió a los musulmanes que primero logren la paz entre sí mismos y con quienes les rodean y que reconozcan que mantienen un odio y un racismo antisemita profundamente arraigado y que, sin embargo, son capaces de cumplir el mandamiento de Alá y respetar a los judíos.
Hussein Shobakshi (Czechsaudi.cz/en)
Lo siguiente son extractos traducidos de la columna de Shobakshi:
«Cuando los extremistas en las organizaciones del Islam político desean llevar a cabo el arruinar y destruir políticamente a un líder en el mundo árabe, estos están acostumbrados a reiterar una y otra vez que ‘su madre era judía’ o que ‘este tiene raíces judías’. A menudo, los partidarios de este o aquel líder responden a estas acusaciones diciéndole al líder de la Hermandad Musulmana que ‘su madre era judía’.[1] Esto me ha hecho preguntarme sobre el alcance del odio hacia los judíos en nuestra cultura y sobre nuestra incapacidad para distinguir entre los judíos como Pueblo del Libro (a quienes Alá nos ordenó amar y respetar y además nos permitió comerciar con ellos, comer sus alimentos y casarnos con ellos) y el proyecto político sionista israelí que ha inculcado [en nosotros] la esquizofrenia [en nuestra actitud hacia los judíos] de la cual aún no hemos despertado.
«La intensidad del odio hacia los judíos diseminado por los medios de comunicación y por el arte, la literatura y las caricaturas políticas [en el mundo árabe] ha alcanzado un grado que no puede ser ignorado. Nadie, por supuesto, argumenta que el ruedo judío e israelí en sí mismo se encuentra libre de una cultura de odio. En las escuelas judías religiosas extremistas, existe [también] el mismo takfir [es decir, acusar a otros de herejía, tal como existe entre los musulmanes] y la diferenciación entre el pueblo [judío] y los ‘gentiles’, que no poseen ningún valor para ellos y pueden que sean robados y asesinados. De estas escuelas surgieron los ya conocidos terroristas extremistas Meir Kahana y Baruch Goldstein.
«Sin embargo, el antisemitismo en el mundo árabe es producto de una educación detestable y racista que se encuentra arraigada en la mentalidad árabe que está siendo utilizada para etiquetar a individuos según su afiliación tribal, familiar y racial y de acuerdo con la escuela religiosa a la que pertenecen. Es esta educación la que motivó a miles de judíos siendo estos ciudadanos de los países árabes a emigrar luego de la creación del Estado de Israel… (esta es la misma mentalidad que enfrentaron los cristianos del Oriente árabe y todas las demás corrientes religiosas [no-musulmanas] en la región).
«El Profeta Mahoma se casó con una judía, llegó a un acuerdo de coexistencia pacífica con los judíos de Medina, hipotecó su escudo a su vecino judío[2] y se presentó en el funeral de un judío y el Corán dice del Pueblo del Libro que no todos son iguales entre sí [es decir, entre ellos hay individuos respetables].[3] [Sin embargo], ignoramos todas estas muy positivas referencias [hacia los judíos] y presentamos teorías inventadas, interpretaciones y motivos que justifican el odio hacia los judíos y basados en esto, hemos formulado opiniones llenas de sospechas respecto a ellos y el temor a que estas surjan, en verdad, desde lo más profundo del odio…
«Es inconcebible que [usted, como musulmán] deba argumentar que su religión le ordena respetar al Pueblo del Libro y sin embargo, no implementarlo en términos prácticos y concretos. Pero el [verdadero] desafío [que usted enfrenta] es responder a las preguntas]: ¿Puede la paz con el otro ser posible sin primero actualizar esta paz con uno mismo y con los que le rodean? ¿Tenemos un problema de odio y racismo hacia los judíos? Es necesaria una respuesta honesta y creíble a estas preguntas y estas pueden ser la primera de una serie de preguntas embarazosas que llevamos muchos años evitando lidiar y responder».
[1] Aquí, Shobakshi nos está insinuando a la Hermandad Musulmana, que ha acusado más de una vez al Presidente egipcio Al-Sisi de poseer una madre judía. Para más información sobre este tema y contra las acusaciones de que el fundador de la Hermandad Musulmana Hassan Al-Banna fue judío, consulte la serie de MEMRI Despacho Especial No. 5657 – Partidarios de la Hermandad Musulmana y opositores se acusan mutuamente de ser judíos, 25 de febrero, 2014.
[2] De acuerdo a un hadith de Aisha, la tercera esposa de Mahoma, «cuando Mahoma murió, su escudo fue hipotecado con el de un judío por 30 tazas de cebada».
[3] Corán 3:113: «Ellos no son [todos] iguales; entre el Pueblo de las Escrituras existe una comunidad de pie [en obediencia], recitando los versos de Alá durante periodos de la noche y postrados [en plegarias]».