Iqbal señala que Irán no ha podido dirigir correctamente un moderno estado-nación (imagen: Dawn.com)

El antiguo periodista paquistaní Anwar Iqbal escribió recientemente un artículo de dos partes que examina el papel del Islam político y la forma en que interactúa con las modernas naciones-estados. Iqbal subrayó las dificultades de unir a los países musulmanes en un solo factor tal como el Islam, y señaló que la mayoría de los países musulmanes no han demostrado experiencia en dirigir una moderna nación-estado.

El artículo de dos partes de Anwar Iqbal fue publicado por Dawn, un diario liberal en el que este trabaja, el 29 de junio y el 5 de julio. Un argumento clave en el artículo es que las sociedades musulmanas carecen de la infraestructura intelectual requerida para un moderno estado-nación a fin de que evolucione entre estos. Argumentar que las madrazas no pueden producir jóvenes calificados para una fuerza moderna de trabajo, Iqbal añadió: «Y más que nada, las sociedades musulmanas, no sólo en Pakistán, necesitan desarrollar una base intelectual para contrarrestar el extremismo, y eso no parece que suceda pronto».

«La unificación del mundo islámico siempre fue una tarea difícil… y desde los años 60, el movimiento conocido como Islam político no ha aportado ningún intelectual importante»

Lo siguiente son extractos de la primera parte del artículo:

«El Islam político es un concepto atractivo para muchos musulmanes, y algunos esperan que resuelva algunos de los problemas económicos, políticos y culturales que estos enfrentan. Pero la mayoría no sabe cómo sucederá. Desde principios del siglo 19 a mediados del siglo 20, el mundo islámico produjo una serie de estudiosos – Jamaluddin Afghani y Syed Abul A’ala Maududi en la India británica, Hassan Al-Banna y Syed Qutb en Egipto, y Ali Shariati en Irán – que proporcionaron una base intelectual para lo que hoy se conoce como «Islam político».

«Lo que escribieron tenía sentido en una época en que la mayoría de las naciones islámicas de hoy estaban ya sea bajo control colonial directo, o simplemente habían recuperado su independencia y seguían luchando bajo un legado colonial. Pero los fundamentalistas, a diferencia de los nacionalistas, nunca creyeron que el fin del dominio colonial también les traería libertad económica, social, y cultural de la influencia occidental. ‘Cuando los británicos se retiraron del subcontinente [hindú], también dejaron atrás un sistema, y suficiente gente para dirigir ese sistema, que impide a los países colonizados alcanzar una independencia plena’, dice Khurshid Ahmad, un destacado intelectual del partido Jamaat-e-Islami de Pakistán.

«Nociones de un ‘sistema islámico’

«Economía: Ahmad argumenta que el mundo en desarrollo debe actualmente un total de $3.242 trillones de dólares a los países más ricos del mundo. Este señala que el 1 por ciento de los más ricos del mundo ganan tanto como el 57 por ciento de los que están en el nivel más bajo. Ahmad y otros economistas similares islámicos culpan de esta disparidad a la economía basada en los intereses del mundo y quieren establecer un sistema económico libre de intereses. Pero el problema es, que no han sido capaces de poner en práctica el sistema islámico.

«Cultura: Otra queja importante fundamentalistas a menudo vociferada es la dominación cultural de Occidente. Estos quieren que sea sustituido por una cultura islámica. Pero ‘cultura islámica’ en sí es un término polémico. Los musulmanes en Irán o del sudeste asiático son culturalmente tan diferentes de los musulmanes árabes al igual que todos ellos son de la cultura occidental. De hecho, todos ellos han cogido prestado más de la cultura occidental de la que poseen de otros.

«Política: Políticamente, el mundo islámico está aún más dividido. Tal vez el único factor común en más de 50 naciones musulmanas es que la mayoría de ellas están gobernadas por mandatarios autócratas. Varios estados musulmanes importantes tienen serias diferencias con los demás y a menudo han ido a la guerra también en contra de sus correligionarios.

«La función que algunos países vecinos árabes y no árabes, han jugado en avivar las diferencias sectarias en Irak y Siria indica que el Medio Oriente podría dividirse en bloques. Irán, Irak, partes del Líbano y Siria pueden formar el bloque chiita, y el bloque rival puede incluir a los estados árabes sunitas. Esto puede eventualmente conducir a la desintegración de algunos estados árabes, tales como Arabia Saudita y Bahréin, en líneas sectarias. Pero unificar el mundo islámico fue siempre una tarea difícil, y es comprensible el por qué. Para proporcionar una base intelectual a la unificación de más de 50 naciones con esas grandes diferencias económicas, culturales y políticas no es fácil. Teorías producidas a finales de los siglos 19 y principios del 20 se han vuelto irrelevantes. Y desde los años 60, el movimiento conocido como Islam político no ha producido ningún intelectual importante».

«Los partidos políticos islámicos también han tenido muy poca experiencia en el funcionamiento de un estado moderno»; «Hay muy poco en la experiencia iraní que fascina a los musulmanes sunitas»; «[El Islam] no logró convertirse en el factor unificador que los padres fundadores de Pakistán esperaban fuese»

«Sin la experiencia en dirigir un estado moderno

«Los partidos políticos islámicos también han tenido muy poca experiencia en dirigir un estado moderno. El único país que ha permanecido bajo el dominio religioso durante un período considerable es Irán, donde los fundamentalistas derrocaron al shah en 1979. Pero hay poco dentro de la experiencia de Irán que fascine a la mayoría de los musulmanes sunitas musulmanes. La mayoría de los musulmanes fuera – y muchos dentro de Irán culpan a la élite religiosa que dirige el país por crear más problemas de los que resuelven.

«Otro ejemplo es Afganistán, donde los extremistas como los talibanes y Al-Qaeda tuvieron la oportunidad de crear un estado islámico modelo, pero fracasaron miserablemente. Durante casi cinco años, los movimientos talibanes y de Al-Qaeda tenían todo un país a su merced, con plena libertad para hacer lo que quisieran. Osama bin Laden y su camarilla tenían suficientes recursos y muchas conexiones en los países árabes ricos en petróleo para obtener los recursos financieros que necesitaban a fin de construir carreteras, escuelas, hospitales y fábricas destruidas en 20 años de guerras y contiendas civiles. En su lugar, convirtieron Afganistán en una plataforma de lanzamiento para ataques terroristas contra el mundo occidental…

«Pakistán también ha sufrido enormemente con la mezcla de religión y política. La religión [Islam] no logró convertirse en el factor de unión que los padres fundadores de Pakistán esperaban sería. Pero si creó decenas de grupos religiosos muy radicalizados que saben cómo asesinar en nombre de la religión, pero no saben cómo funciona un estado moderno. Ahora el ejército del país, que jugó un papel clave en la formación de muchos de estos grupos radicales, se ha visto obligado a lanzar una gran ofensiva para eliminarlos. Puede tengan éxito en hacerlo, pero este proceso también puede crear nuevas divisiones dentro del estado pakistaní. Ahora, si la operación fracasa, puede descomponer al estado paquistaní».

«El Islam político ha sido hasta ahora incapaz de resolver las diferencias que existen entre su versión de un estado islámico y el moderno estados-nación que existe en el mundo islámico de hoy día»; «Los musulmanes… darán la pelea si se les obliga a renunciar a sus identidades paquistaníes, afganas, sirias o argelinas»

«¿Cómo sería un moderno estado-nación islámico?

«El Islam político ha sido hasta ahora incapaz de resolver las diferencias que existen entre su versión de un estado islámico y los modernos estados-nación que existen en el mundo islámico de hoy día. Su objetivo final es la creación de una fraternidad internacional de naciones musulmanas que pueden ser lentamente guiadas hacia un califato unido. Pero el cómo intenta crear modernos estados nacionales musulmanes que acepten tal califato, se pierden en el decir. ¿Se verían obligadas las naciones estados tales como Irán, Arabia Saudita y Marruecos a unirse a un tal califato?

«¿Renunciarían voluntariamente a su soberanía en aras de una mayor unidad, o se verían obligados a hacerlo? ¿Cómo reaccionaría el resto del mundo ante la aparición de un nuevo bloque religioso en el mundo? ¿Daría lugar a un gran jihad contra el resto del mundo? Dentro del califato, cuanto poder disfrutará el califa y cuánta libertad se les permitirá a sus ciudadanos? ¿Habrá prensa libre? ¿Pueden las mujeres aparecer en las pantallas de televisión y de cine? ¿Puede haber música en un estado islámico? Se verán obligadas las mujeres a llevar puesto el velo? ¿Será obligatorio que todo hombre tenga una barba? No es que los islamistas políticos no tienen respuestas a estas preguntas. Si las tienen. El problema es que sus respuestas no son aceptables para una abrumadora mayoría de musulmanes.

«Los estados musulmanes ricos no tienen el deseo ni la profundidad intelectual necesaria para crear un sistema económico alterno. Estos están aún menos dispuestos a compartir sus riquezas con los países musulmanes más pobres. Trabajadores de países musulmanes pobres en estos países ricos a menudo son tratados como esclavos y regresan a casa con un sabor de amargura que les queda por el resto de sus vidas. Las mujeres musulmanas educadas y de clase media no están dispuestas a llevar puesto el velo, al menos el del tipo presentado por los mullah, aunque muchas se cubren las cabezas con pañuelos. Tanto los hombres como las mujeres musulmanas son adictos a programas de televisión, películas, música, y otras influencias culturales de estilo occidental y no están dispuestos a renunciar a ellos. Estos no están dispuestos a ir de la misma línea que los grupos religiosos…

«Los musulmanes se han acostumbrado tanto a los modernos estados nación, muchos de ellos darán la pelea si se le obliga a renunciar a sus identidades pakistaníes, afganas, sirias o argelinas a cambio de una nueva identidad introducida por los iguales a bin Laden o al Mullah Omar. Los estados musulmanes ricos no son susceptibles a suprimir visados y abrir sus puertas a musulmanes pobres sólo porque los grupos religiosos lo desean».

«Estudiosos musulmanes y occidentales del Islam advierten de que sería un error equiparar la religión [del Islam] a la violencia, pero muchos en el mundo tienen dificultades para apreciar la distinción entre el Islam y su versión militante»

Lo siguiente son extractos de la segunda parte del artículo:

«El rostro más conocido del Islam político hoy no es ni el mullah ni el erudito religioso. Es un militante. Hasta el 2001, los correctores ortográficos no reconocían la palabra ‘talibanes’, y sugirieron cambiarla a ‘conteo óseo’. Ahora si es reconocido por todos los programas de ortografía. Nombres como ‘Al-Qaeda’ y ‘Boko Haram’ también son igualmente reconocibles. Incluso el Estado Islámico de Irak y Siria (EIIS), que es una reciente adición a la lista de organizaciones militantes musulmanas, es conocido en todo el mundo.

«Sin embargo, una reciente encuesta del Centro Pew Research, en Washington, muestra que las mayorías abrumadoras – el 70 por ciento y más – en los países musulmanes rechazan el extremismo. Por qué, entonces el militante se ha convertido en el símbolo del Islam alrededor del globo? La respuesta es simple: Los métodos que utilizan – atentados suicidas, asesinatos masivos, ejecuciones y secuestros – llaman la atención inmediata. Y como lo hacen en nombre del Islam, son vistos como la representación de su fe, aun cuando el 80 al 95 por ciento de los musulmanes rechazan los ataques suicidas como haram [prohibido].

«Déficit intelectual y caos político

«Estudiosos musulmanes y occidentales del Islam advierten que sería un error equiparar la religión [del Islam] con la violencia, pero muchos en el mundo tienen dificultades para apreciar la distinción entre el Islam y su versión militante».

«[Lo que] la gente común en el mundo ve – desde el 11 de Septiembre, 2001, los ataques terroristas en los Estados Unidos a los atentados en Londres del 7 de julio del 2005, y la reciente violencia en Irak y Afganistán – influye en su opinión sobre el Islam… Aunque… el argumento [liberal] de que las disputas políticas y no la religión engendran violencia puede ser correcto, la incapacidad del Islam político de proveer una base intelectual para los musulmanes permite que estos grupos violentos ocupen la tarima central en el mundo islámico. La falta de una base intelectual ha creado un vacío en el mundo islámico que extremistas como los talibanes y Al-Qaeda tratan de llenar. Pero estos grupos optan por la violencia, y no por argumentos intelectuales para difundir su mensaje».

«Las madrazas claman ser los centros de enseñanza religiosa… pero sólo proporcionan un conocimiento rudimentario del Islam principalmente a jóvenes de zonas rurales que no tienen otro lugar donde ir; la mayoría de los estudiantes de las madrazas… no puede competir en el mercado de trabajo»

«La guerra afgana y las madrazas se sirvieron entre sí»

«A medida que la guerra de [1980] en Afganistán crecía en intensidad y las fuerzas de ocupación soviéticas hicieron obvio que habían llegado para quedarse, Washington y sus aliados comenzaron a buscar una ideología para contrarrestar el comunismo que los soviéticos habían traído con ellos a Afganistán. Estos no tuvieron que ir muy lejos. El Islam político era la ideología que necesitaban, y las madrazas les proveyeron con miles de voluntarios dispuestos a morir por su fe.

«Las madrazas claman ser centros de enseñanza religiosa. Pero proporcionan a los jóvenes principalmente de zonas rurales sólo un conocimiento rudimentario del Islam, quienes no tienen otro lugar a donde ir. La mayoría de los estudiantes de las madrazas, cuando se gradúan, no pueden competir en el mercado de trabajo con estudiantes de otras escuelas. Así que trabajan como maestros en escrituras islámicas, obteniendo escasos ingresos. Cuando los reclutas respaldados por Estados Unidos llegaron a sus puertas para ser llevados a Afganistán [en la década de los 80], encontraron que estos jóvenes deseosos de unirse al jihad no sólo les dieron la oportunidad de combatir contra los ‘ateos rusos’, sino que también le proporcionaron con un ingreso estable. La guerra en Afganistán ha cambiado también el estatus de los mullah en países como Pakistán, donde nunca fueron parte de la élite gobernante…».

«Consecuencias de una ‘profundidad estratégica’

«Después de la guerra, los estadounidenses se retiraron de la región por lo que crearon rápidamente un vacío. El gobierno de Pakistán, en lugar de reconocer la amenaza que los militantes representan para el estado, decidió utilizarlos en una guerra de poderes contra India y para crear la tan denominada ‘profundidad estratégica’ en Afganistán apoyando a los talibanes. Es cierto que Pakistán no tenía los recursos necesarios para desarmar a miles de aguerridos extremistas traídos desde todo el mundo islámico a fin de unirse al jihad. Pero cuando otros ofrecieron ayuda, particularmente después del 11 de Septiembre, los paquistaníes lo rechazaron. Los clérigos, que ganaron prominencia durante la guerra de Afganistán, obviamente, no estaban dispuestos a volver a su situación social anterior, viviendo una vez más en una pobreza relativa. Esto creó un nuevo conflicto lanzando a los clérigos contra la elite tradicional inglesa dispuestos a tutear al mullah».

«La necesidad de nuevas narrativas

«La institución paquistaní llevó a cabo una importante operación militar en el [distrito Swat en el 2009], cuando militantes capturaron el valle. Pero se mantuvieron reacios a aceptar el argumento de que los militantes eran sus enemigos. Estos siguieron centrándose en cambio en India. Pero uno de los principales ataques de los talibanes al aeropuerto de Karachi el mes pasado [8-9 de junio, 2014] ha obligado a los paquistaníes a reconsiderar su estrategia. Estos han lanzado ahora una gran ofensiva militar en Waziristán del Norte y también están atacando blancos militantes en otras agencias tribales. Según el ejército paquistaní, cerca de 500 militantes ya han sido asesinados durante esta ofensiva, que aún continúa.

«De todas maneras, existe algo de verdad en el argumento de que este problema no puede resolverse sólo por medios militares. Existe una necesidad inmediata de proveer una contra-narrativa a los jóvenes pakistaníes, en particular a los de las madrazas, que han sido criados con una dieta regular de militancia. Lo que los equivocados jóvenes militantes necesitan es un sistema educativo equilibrado y secular, junto a una economía que crea oportunidades de empleo para ellos. Crear puestos de trabajo para los desempleados rurales es crucial y a menudo son ellos quienes van a las madrazas porque no tienen otro lugar adonde ir. Y mayormente, las sociedades musulmanas, no sólo en Pakistán, necesitan desarrollar una base intelectual para contrarrestar al extremismo, y eso no parece estar sucediendo pronto».

Fuentes: Dawn.com (Pakistán), 29 de junio y 5 de julio, 2014. El escrito original en inglés de los artículos ha sido ligeramente editado para mayor claridad y estandarización.